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El inicio de un cornudo: con Daniel
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Son las seis de la tarde y mi esposa no contesta su teléfono, desde hace tres horas que salió del trabajo y ya tendría que estar en casa, así que una vez más tomo el teléfono y le mando un mensaje y a los pocos segundos para mi sorpresa al fin contesta.

– qué quieres

Algo molesto por su respuesta le contesto.

– ¿por qué no has llegado?

Después de unos segundos contesta.

– estoy con Daniel.

Su respuesta no me sorprende mucho, Daniel es su jefe y desde hace unos meses, gracias a un estúpido juego, Elizabeth ha estado saliendo con él, así es, Daniel es amante de mi esposa y yo pasé a ser un esposo cornudo.

– ¿qué estás haciendo con Daniel?

– tranquilízate, de momento solo venimos en el auto.

Su respuesta está muy lejos de tranquilizarme.

– y ¿hacia dónde van?

– más bien venimos, fuimos a comer.

Comienzo a escribir cuando me llega una fotografía, rápidamente la descargo y lo que veo son las hermosas piernas de mi esposa, su falda está bastante subida al grado que las deja casi completamente descubiertas, cosa que me pone bastante mal.

– ¿por qué tienes la falda así?

– bueno, a Daniel le gusta verme las piernas, tienes algún problema con eso.

– claro que si Elizabeth, eres mi esposa.

– eso lo hubieras pensado antes de iniciar este juego, ahora atente a las consecuencias.

Su respuesta me altera bastante, así que comienzo a marcarle pero la llamada es desviada al buzón, espero unos segundos y lo intento un par de veces más, pero es lo mismo, así que le envió otro mensaje.

– Elizabeth, ¿dónde estás?

Pasan algunos minutos sin que obtenga respuesta, hasta que de pronto Elizabeth envía otra foto, la descargo y de nuevo aparecen sus piernas, pero ahora la mano del tal Daniel esta posada sobre de ellas.

– Elizabeth, dile que deje de acariciarte.

– no lo voy a hacer, la verdad es que me fascina que me acaricie.

Su respuesta hace que me hierva la sangre, no puedo creer que mi esposa se esté dejando manosear y no solo eso, la idea de dónde va a llevar ese tipo a mi esposa, comienza a rondar mi mente.

– ¿dónde van a ir Elizabeth?

De nuevo se tarda bastante en contestar, trato de calmarme pero no puedo, a los pocos segundos otra foto llega, la descargo y me quedo sorprendido con lo que veo, las piernas de Elizabeth aparecen de nuevo, pero ahora su pantaleta aparece enrollada a la mitad de sus muslos y su falda esta tan arriba que se puede ver perfectamente su vagina depilada.

– ¿pero qué estás haciendo Elizabeth?

– bueno, a Daniel le fascina exhibirme, cada vez que nos toca una luz roja, se detiene a lado de algún limpiaparabrisas y deja que me admiren un poco, eso me excita de sobremanera, espero no te incomodes.

No puedo creer que Elizabeth esté actuando como una puta, dejarse manosear y frente a extraños, eso ya es demasiado.

– Elizabeth, ya dile que te acomode la ropa.

De nuevo ella no contesta, pasan algunos minutos y llega otra foto, la descargo y aparecen las piernas de Elizabeth, pero ahora están completamente separadas y la mano del tal Daniel esta justo en su vagina y se puede ver que le está introduciendo los dedos, esto es demasiado, le envió otro mensaje a Elizabeth, pero al igual que las otras veces no contesta, no puedo creerlo, su jefe la esta dedeando y ella tiene el descaro de contármelo.

– Elizabeth, dile que te deje de manosear.

Pasan varios minutos y ella sigue sin contestar, sigo sin creerlo aquel tipo esta dedeando a mi esposa, no puedo creer que haya aceptado este tonto juego.

Continuará…

 

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