Siento la necesidad de contar algo que me pasó hace un tiempo. Andaba por capital, echaba unos avisos y me encendí, me dieron ganas de estar con una chica que no sea mi esposa antes de regresar a mi ciudad.
Llamo al número, me atienden muy dulcemente, me explican el servicio y la tarifa. En una hora llegué al departamento, me atiende una morocha espectacular, ingreso y sale una rubia fantástica con la cual había hablado.
Me hace pasar a la habitación, muy linda, muy femenina, me indica que pase al baño para higienizarme mientras ella pone música tranqui para ambientar. Cuando regreso me da un beso interminable, mis manos se van a su cola, firme, durita, me prendo a sus tetas perfectas, ella me desprende el pantalón y comienza a desnudarme, me tira en la cama, comienza a besarme, me besa las orejas, me jadea, entrelazamos nuestras piernas (siempre lo hago con mi esposa, pero no es lo mismo, fue tan lindo).
Comienza a bajar y me agarra el pene, lo lame y se lo traga, una mamada de aquellas, en un momento se acomoda para un 69 y pone su cola en mi boca, quiero quitarle la tanga que tenía y no puedo porque con sus rodillas tenia apretado mis brazos, entonces ella se quita la tanga y oh sorpresa, tenía bien escondido unos 20 cm extra, mi reacción fue tratar de zafarme pero, siento su lengua en mi cola que me dejo sin reacción.
Cerré los ojos y me dedique a disfrutar de esa lengua y pensé que tenía que devolver la gentileza, me anime a pasarle la lengua y en un momento me lo introduje, la verdad, me gusto al punto de decirle que quería probarla.
Se portó genial, como le había dicho que estaba por viajar me aconsejo que no, porque me iba a doler. Continuamos, me dio su colita, pero quedo algo pendiente.
Me acuerdo de esta experiencia y cada vez tengo más ganas de probar, aunque duela, espero encontrarme con alguien y poder hacer realidad este sueño, dejo mi correo [email protected].
Si les gusto prometo contar algo más. Besitos a los lectores.