Mi tío es mi debilidad llegó una mañana a desayunar justo antes de yo salir al trabajo, y la pasamos muy bien se la comí toda y luego le di lo que vino a buscar un culito duro donde poner su verga y descargar su leche.
La mañana me llegó de sorpresa, mi tío en sus manos trajo unas donas para el desayuno y ni bien atravesar la puerta me arrodille frente a él para ordeñarlo todo con mi boca y recibir la primera lechita del día. (La primera parte se la conté en "Mi tío llegó con donas y me dio su leche en toda mi boca").
Ya más cómodos continuamos con el desayuno.
—Manuela ya está pronto el café —me grita desde la cocina.
—Tío me terminó de secar y voy —contesté desde el baño terminado de tomar una duchita para refrescarme y limpiar el semen de mi mejilla y cuello que me dejó su acabado en mi boca minutos antes.
Envuelta en mi bata blanca cortita y sin nada debajo, descalza fui a la cocina por mis donas y café, porque estaba dispuesta a complacer a mi tío con lo que vino a buscar y tanto me gusta de él.
En la cocina me esperaba, me beso ya fue ahí, puse mi mano en su paquete y estaba duro:
—Tienes un bulto en la entrepierna, no soy doctora, pero si una enfermera obediente, me deja revísalo señor —le dije con vocecita de tonta y le comencé a desabrochar.
—El problema es usted señorita, que me la deja bien dura cuando se pone esa bata y llega con su pelito mojado, mírela de cerca por favor —me dice sosteniendo mi cabeza para llevármela a su verga.
—Déjeme ver qué tiene, voy a tomarle la temperatura con mi boca —y puse mi boca nuevamente en su verga que ya estaba dura y con fluido seminal en la punta.
Me atore con su verga que entraba y salía de mi boca al tiempo que con mi mano la jalaba fuerte, mirándole a los ojos como disfrutaba de mí y su pene cada vez más duro, así estuve disfrutándole todo, besando sus testículos gordos.
Me detuvo, me alzó del piso y lentamente besando mi cuello y deslizando sus manos sobre misa hombros quitó mi bata cayendo al suelo. Me apoyo en la mesa de la cocina, comenzó a comer y sobar mis pechos, en forma tierna y perversa como solo él sabe hacerlo. Mis pezones se erizaron y el calor ya me invadía el cuerpo, mientras besaba de mis pechos una de sus manos frotaba mi pepa.
Siguió bajando con sus besos por mi panza, mi cintura divinamente y me alzó sentándome en la mesada, le abrí mis piernas y sus labios supieron que hacer con mi pepita, su lengua larga me puso ardiente disfrute de su experiencia comiéndola la toda.
No podía dejarlo no quería que abandonaran sus besos mi sexo, me mantenía al borde de llegar en su boca.
Se paró y sin más la acomodo y me penetró, enrolle mis piernas en el para recibir sus profundas embestidas, que sentí como extendían las paredes de mi vagina, y yo no paraba de gemir y gritarle que no se detuviera, lo hacía divino y me sacó un delicioso orgasmo me moje toda y continuó, no pensaba detenerse.
Al oído le dije —tengo la colita lista para que me la hagas si quieres, me acompañas a mi cama.
Fue terminar de susurrarle y bajo la intensidad de sus envestidas quitó su pene. Me baje de la mesada, le quité su remera, lo tome de su pene y me lo llevé a mi cama.
Tome el lubricante y se lo di para así ponerme en cuatro patas, cacheteándole mis nalgas poniendo en posición en la cama levantando la colita como una gata en celo, le dije:
—toda esta cola es tuya la cuido para que puedas disfrútala, ahora llénala con tu verga".
Muy tierno el comenzó a besar mi culo y lubricar un poquito, puso un dedo y me lo comí entero, yo estaba pronta y deseosa meneándole la cola, y con mi mano masturbándome y masajeándome el clítoris con mis dedos.
—Ya estoy pronta ya tus dedos no más dame eso duro que tienes ahí para mi —le dije.
El abrió mis nalgas me acomodo a su altura, abrió sus piernas, con una mano en mis nalgas y la otra manejando su verga puso su carne en la puerta de entrada y lentamente fue poniéndome todo dentro, centímetro por centímetro me lo fui comiendo, tomo mis caderas con ambas mano y me hizo suya.
El sonido de su pelvis con mis nalgas marcaba un ritmo hermoso, sus testículos los podía casi sentir golpeando mis labios, él sabe cómo hacerme sentir su putilla obediente. Yo lo disfrutó mucho así su verga fue la que me hizo descubrir lo hermoso del sexo anal, y sigue siendo mi debilidad para con él.
El continuaba y continuaba, pero yo no podía y necesitaba masajear estimular mi clítoris en esa posición y además quería dominarle, que el sintiera y viera como mi culo se tragaba toda su verga, entonces lo puse tirado en la cama y en mi posición escandinava, le di una vista perfecta él me tomaba de mis nalgas y me subía y bajaba en su verga mientras me le meneaba y me auto estimulaba, gritando y gimiendo de placer, tanto así que debo haber parecido poseída, logro hacerme llegar empape mi mano y sus testículos, eso hizo que el soltara a continuación todo en mi, al grito de "cómo te quiero sobrina, lo puta que eres y tiene una cola deliciosa" agita le agradecí y continué meneándomele y apretándole su verga la que poco a poco se fue liberando de mi culo.
Me le tire al lado, en silencio unos minutos recibiendo sus caricias tiernas en mis pechos mientras la tensión bajaba y nos relajábamos un poco, para terminar besándonos y yo camino al baño apretando las nalgas, con el su leche corriendo por mi pierna directo a tomar la ducha y prepararme para salir a la oficina que ya era tarde, pero que importa disfrutar de mi tío siempre vale la pena.