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Soy feliz cogiendo
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Si, ha sido muy emocionante como fui cambiando guiada por mi primo, de manitas calientes, a caricias, tímidas, inexpertas, suaves, cautelosas. Casi sin percibirlo, sus manos ya estaban acariciando mis muslos, y avanzando hacia las nalgas. Por arriba, se deslizaron por los hombros hacia los pechos, y pezones, lo que faltaba, la chucha fue explorada algo después. De ahí, cogerme fue fácil, además yo ya lo quería. Y cogimos de a montón, en muchos lugares, formas y modos. Según otra prima, parecíamos conejos.

Supe a la primera, como ponerme de a perrito, de conejo, de palo encebado, de pollito asado, de pie, de rodillas, acostada, en fin, le dimos vuelo a la hilacha.

Después coger siguió encuerarme en muchos lugares, cogiendo o no cogiendo, luego mamar y finalmente dar el culo.

La siguiente etapa ya fue más complicada, el cabron de mi primito solo estaba imaginando pendejadas, y maniobró para le diera las nalgas a uno de sus amigos. Para nuestra sorpresa, fue fácil, muy fácil.

Fue la primera vez que me hice unas preguntas importantes: ¿Soy puta? ¿Puedo ser puta? No supe que responderme.

Después de haberle abierto las piernitas a Rutilio, mi primito considero (y tuvo razón) que estábamos listos para el siguiente paso: yo con los dos al mismo tiempo. Y así fue, lo hicimos dos veces, en la primera después de mucho cachondeo, ya desnudos me cogieron alternándose dos veces cada uno sin muchas variaciones, primero, con el amigo, me puse me puse de pollito asado y para la segunda él quiso de papá-y-mamá. Con mi gordo, primero fue de a perrito, y luego inclinada de pie, me la metieron muy bien, me declare bien follada.

En la segunda cogida, mi primo sin dejarme enderezar se vino al frente y me puso la verga en la boca. No resistí y la abrí chupando como becerra, como lo había hecho muchas veces.

Claro que enseguida el otro pendejo hizo lo mismo, y pues, ni modo, me comí los dos palos.

Si, así me cogieron y mame a los dos.

En ningún momento dije nada, hice lo que me pidieron, y lo que sentí ganas, fue muy bueno y me vine varias veces, y dije nada de estar cogiendo con otro, no me hice pendeja.

Unos días después fue la segunda vez, nos habíamos quedado picados y cachondos, con ganas de repetir, y ahora ya sabíamos cómo era. Algo después, cuando mi primo se lo sugirió al amigo, el aceptó de inmediato y después me lo sugirió como casualmente.

No objete… ni dije nada, solo moví la cabeza aceptando, sabía que sería el postre.

Como ya nos “conocíamos”, salimos directamente a un motel. Sabíamos que podría ser diferente, ya teníamos confianza, ya sabíamos cómo era cogerme juntos.

Entrando el amigo ya estaba cachondeándome, las manos moviéndome las chiches, y las nalgas, medio recorriendo las piernas y besándonos como desesperados.

El gordo se senté a observarnos. Cuando el amigo sin más trámite me bajó los calzones enseñándole mis nalgas, se acercó y me hicieron el sabroso relleno del sándwich. Cooperando me abrí la blusa descubriéndome los chiches.

Ya todos encuerados, sin hablar nos, sentamos conmigo en medio, así tenían una pierna y un pecho para cada uno, que repartieron amigablemente paseando por la chucha. Y mi boquita paseando de uno a otro

Indecorosamente abría y cerraba las piernas, buscando pelea. Y de nuevo para comenzar me la metieron por turno. Descansamos un poco acostados, el amigo se me vino a los pechos y mi primo a mamarme la chucha.

Algo más tarde cuando ya eran claros mis quejidos y contorciones, se cambiaron de lugar, él amigo se bajó a mi pucha y el gordo me puso el nabo para mamar. Sin dejar de mover el culo me lo comí todo chupando de aquella manera que sabía muy bien, me lo metía hasta adentro.

Esta fue una muy buena doble penetración de lengua por el coño y verga por la boca.

Y la segunda, la de dos vergas vino en seguida:

Nuevamente nos cambiamos de lugar, me puse de a perrita, sin dudar, al amigo me la dio para mamar, era un palo bien grueso. Y mi primo me ensarto por el peludo, un coño muy mojado y cachondo.

No hubo ninguna resistencia, estaba claro que ya había aceptado tener dos palos al mismo tiempo

Cuando me vine de nuevo, paramos y nos quedamos quietos unos minutos, acariciándonos quietamente, para poco después tomar un baño sabroso metiendo mano por todos lados.

Creí que ya habíamos terminado pero esos cabrones tenían otras ideas, a pesar de mis suaves protestas, comenzaron a meterme de nuevo los dedos por la pucha, y a chuparme los pezones. Ya caliente entendiendo que la fiesta seguía, se colocaron a cada lado de la boquita, dejando que les moviera los palos con las manos, volteándome para chupar uno y otro sin la menor vacilación.

Después me acosté abriendo y moviendo las piernas, uno de inmediato me cogió indecorosamente, a seguir se acostó con la verga bien parada y me volteé para montarlo. Agarre el palo sin titubear y me lo metí. Me sujetaba suavemente de las nalgas, estaba bien encajada moviendo el culo.

Cuando me incline para abrazarlo, de acariciarme y besarme las tetas, mi primo se pasó a besarme las nalgas y verme moviéndolas con una verga ajena bien metida. (Eso me lo dijo después)

Y ya que estaba así, con las nalgas en pompa, decidió metérmela por el culo… le puso una grasita y suavemente me la fue metiendo y sacando hasta sentirla aceptando, y me lo dejo ir suavemente… despacito… metiendo y sacando hasta tenerlo todo metido. Pensando en cómo fue, hasta que entró fácil.

Creo que entonces decidí “darme” cuenta de que estaba ensartada como mariposa entre los dos palos. Así, solo me quedaba pujar…

Aceleré y me vine, sin perder el paso, y casi sin darme cuenta, se cambiaron de lugar, el amigo me enrabo y mi primo me jodió por adelante. Yo ni me moví, estaba gozando como loca.

Ahí sí nos venimos los tres… después de los estertores, nos quedamos quietos nuevamente, esperando bajar el calor, cuando sentí que las vergas se ablandaban, nos dejamos caer.

Sin hablar mucho, salimos. El amigo se fue y mi primo me encamino a mi casa, casi no hablamos. Al despedirnos se portó normal, como si no hubiera pasado nada.

Unos días después le conté que pensaba. Estaba tranquila y contenta. Le dije que me había parecido una experiencia muy diferente, muy especial, que no me había imaginado:

– Al principio no estaba segura de qué hacer, ni que iría a pasar, pensaba que sería como la otra vez, conforme me fui calentando, los dejé hacer, parecía que ustedes si sabían. Además, me di cuenta de que era su… juguete, su… eso. Y me estaba gustando lo que sentía. Al principio no me sentí a gusto mamarlo, no me convencía de hacerlo con otro. Pero al tener los dos palos en la boca, me sentí en el máximo del placer.

En total me vine varias veces, lo que nunca me había pasado. Fue muy bueno, me gustó…

Y sobre todo el remate, cuando te sentí metiéndome por atrás, primero pensé en reclamar, pero por la sensación, supe que ya estaba adentro y me comenzó a gustar, y además, ya me habían cogido los dos varias veces, y por todos mis agujeros. Ya qué más daba… Y estaba siendo bueno…

Como te dije… en ese momento supe que ya era tu… ppp… errita… ¿Su zorra?

¿Cómo será con tres? ¡No, no, no!! ¡Es chiste, es chiste!

Días después me llamo mi primo:

-¡Hola putita! ¿Cómo estás?

-Bien ¿y tú?

Si… ya era… y lo aceptaba contenta… no solo era puta, era muy puta.

Y ahora que lo sabía, quería mas… vergas? siii… y bien metidas…

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