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Mi madre como profesora
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Inicio.

Mi historia comienza cuando un desafortunado evento se presentó una mañana; mi vida, mis costumbres, incluso el amor únicamente maternal que sentí por ella, por mi madre, se puso en duda. En una mañana cualquiera, tras despertar y ver en mi escritorio una computadora nueva y encima de ésta un play 4 con el juego FIFA, corrí inundado de emoción y gratitud en busca de la responsable. Quién más podría ser sino mi madre, me dije en mis adentros mientras recorría el pasillo para llegar a su habitación.

Una vez atrás de la puerta no dude en absoluto y giré la perilla con fuerza y mucha alegría, y fue ahí, en ese momento que mi ideal hacia mi madre sufrió una modificación. La vi de espaldas a mí con su braguita blanca entallada en su espectacular, muy macizo, grande e impresionante culazo; fue la primera vez en mi vida que lo vi así, tan expuesto y tan frágil. Ella no notó mi presencia, estaba muy entretenida subiéndose su short verde con un esfuerzo descomunal; agitaba ese par de nalgas con fuerza y brusquedad, la tela una vez en contacto con su hermosa piel no se despegaba.

Mientras ella seguía en su lucha, pude percatarme del color, forma e incluso de los más pequeños detalles de aquel monumento, era uno en serio hermoso con pequitas distribuidas por todas las zonas de sus nalgas, unas muy lindas que contrastaban en color con su piel blanca.

Aún embobado por su increíble cola de infarto apenas fui capaz de responder a las preguntas y reproches de mi madre, quien ahora me miraba con sorpresa y cierto enrojecimiento en su rostro

—¿Pero qué haces ahí José? —me dijo sorprendida—. Me asustaste jajaja

—Lo siento madre, sólo vine a… —vi como ella, después de un gran esfuerzo se terminó de subir su leggin negro, pero para hacerlo tuvo necesariamente que encorvarse, levantar su culazo y jalar la prenda—a… agradecerte por los regalos que me diste

—jejeje, ¿te han gustado? —preguntó

—Claro jeje —dije nervioso mientras despegaba mi mirada de esas nalgas.

Mirando a mi alrededor (noté que ella también tenía una compu nueva) —¿pero por qué tan de repente se te ocurrió? —Pregunté.

—Jajaja —rió mientras giraba—te los compré porque siempre te has portado bien-se aproximaba con ese andar tan suyo- y ante mis ojos eres el mejor hijo del mundo —se detuvo justo en frente de mí- siempre tan servicial, educado y protector y aunque tu padre pasa mucho tiempo trabajando tú nunca te has quejado ni has cambiado tu amor por él- tomó mi mejilla con esas hermosas manos y apretó con fuerza—peeero si quieres los devuelvo ehh jajaja

—No no no —dije preocupado mientras me sobaba el cachete—. Me han encanto jajaja —reí nervioso, no obstante no pude evitar sentirme avergonzado por haber sentido aunque sea un par de segundos un deseo incontrolable por ella y su magnífico cuerpo.

Ella a pesar de vivir con lujos y sin necesidad de trabajar decidió por su propia voluntad iniciar un empleo en la escuela preparatoria privada del vecindario, en la cual es mi maestra de Educación Física (qué gran ventaja tengo, pero nadie lo sabe)

—Bueno mi niño, ahora si me disculpas iré a correr, necesito ponerme en forma jeje, pero no te preocupes ehh, tu desayuno está en la cocina.

—Bueno, de nuevo gracias mamá —dije más alegre.

—por nada bebé —dijo cuándo salía de su cuarto.

No obstante mientras lo hacía no pude impedir mirar el movimiento de su culazo, y pese a que no era en absoluto provocativo, me vino a la mente esas nalgas entalladas en esa braguita blanca, esas pequitas tan lindas, su color tan blanco y su forma tan sensual.

—¡BASTA! —me dije arrepentido—. Es mi madre, a ella la quiero y la respeto.

Así pues con mi primer enfrentamiento moral decidí continuar con mi rutina; me fui a desayunar, tras terminar de inmediato fui a conectar tanto la compu como la play

Para mi desgracia tardé un poco más en conectar la compu por la cantidad de cables que requiere para una buena resolución, acceso a internet, bocinas, el teclado, etc… No obstante, no me desagrada en nada armar mis aparatos, pues tengo esa fascinación por la tecnología y conozco buenos contactos para conseguir piezas de calidad.

—Amigos les tengo una excelente noticia, mi madre me ha comprado una compu y play 4 nuevas con el FIFA incluido! —escribí.

—Qué buena onda hermano, espero que los disfrutes —escribió Alejandro

(Alejandro entre los tres es mi mejor amigo, un chaval tímido, tranquilo, divertido, pero muy pervertido, siempre morbosea a quien se le ponga enfrente, ya sea a nuestras compañeras o a nuestras maestras, incluyendo por supuesto a mi madre, y sin embargo en realidad ya no me molesta, en primera porque, no sabe que se trata de mi madre y en segunda, porque nunca ha ido más allá de miraditas y comentarios picantes; además, con él cursé la secundaria y hasta la prepa, lo conozco bastante, sé sobre sus fracasos con las mujeres y sobre su inseguridad. (Es el típico que se ríe de todo lo que digo y me apoya en mis decisiones)

—Ya era hora hermano, ya necesitabas un poco de atención —dijo Ramiro

—¡Qué bien! —Ahora podremos darte tus clases del FIFA en tu propia casa jajaja —escribió Luis

(Ramiro y Luis al contrario de Alejandro son más osados, más burlones e incluso algo molestos, saben ligar por igual pues son hijos de una hermosa mujer rubia con un espectacular físico. Me caen bien, son divertidos y aunque no los conozco mucho, se han ganado mi aprecio).

—Las clases se las voy a dar a ustedes —contesté.

—¡qué no se diga más! —hoy en tu casa a las 2 ¿Aceptas?

—¿Pero por qué tan tarde? —escribí—¡quiero humillarlos ya!

—Porque la pesada de la maestra no dejó mucha tarea —contestó—. ¿A poco ya la acabaste? —preguntó

—Ya —escribí

—¿Cómo le hiciste?

—Pura habilidad y destreza amigo jajaja (en realidad me ayudó mi mamá)

—¿Cómo se le ocurre dejar tantos ejercicios? ¿Qué clase de maestra deja tanta tarea?

—¿Qué maestro no? —pregunté para “defenderla”

—lo sé lo sé —escribió Ramiro—¿pero de educación física?

—¡QUÉ MAS DA! —escribió Alejandro—. A Angélica se le perdona todo, es tan bonita, tan joven ¡y qué buena está jajaja! ¡Lo que daría por verla otra vez caminar, meneando ese culazo a ritmo acelerado.

—¡Imagínatela saltando!  dijo Ramiro.

—NO NO, ¡en bragas jajaja! —escribió Luis

—Sí, seguro sus nalgas desnudas están tan riquísimas como el pan !Me las acabaría a mordidas jajaja —escribió Ramiro

—Además, se ven increíbles sus piernas con esos shorts apretaditos que usa —escribió Alejandro—. ¿Cuánto medirá? ¿Alrededor de 1 70?

—Olvídate de esos muslos hermano, ¡su tremendo culote jajaja! —dijo Ramiro

—¿Recuerdan el lunes cuándo llevaba su short gris? —preguntó Luis

—¡Cómo olvidarlo! —contestó Ramiro

—Sí, ese día, en el patio, mientras corría y su hermosa melena casi dorada por los reflejos del sol se desplazaba de lado a lado, ¡sus nalgotas vibraban! ¡Como deseaba meter mi cara en medio de ese vaivén! —Dijo Alejandro

Por mi parte me sentí un tanto extraño tras leer esos comentarios, enojado sí, pero más nervioso porque entre líneas recordé lo que vi en la mañana

—Jajaja pero no sólo vibraban, también se notaba el contorno de sus bragas.

—¡Cómo se ve que le gusta calentarnos ehh! —escribió Alejandro

—Les diré lo que vimos hace unos días, pero no se lo cuenten a nadie —escribió Luis

—¿Qué viste? —de inmediato pregunté

—Sí, jajaja cuéntaselos hermano —escribió Ramiro

—pero en serio no le cuenten a nadie, porque si lo hacen podrían meternos en problemas y nos quedaríamos sin una maestra tan buenonaa ehh.

Yo ante esa última petición me puse nervioso —¿pero de qué se trata?—me pregunté.

—Cuando jugábamos el martes la reta de fut, ¿recuerdan que volamos el balón?

—Sí —escribimos el resto

—Pues todos angustiados por el inminente regaño, me mandaron a mí y a mi hermano, los favoritos de la maestra, para disculparnos y para pedirle otro más, uno de repuesto; en ese momento ella estaba en el almacén de balones

—Ese lugar me asusta —interrumpió Alejandro

—A todos nos asusta, es por eso que aquellos nos mandaron a nosotros, pero no nos arrepentimos de haber ido ¿verdad hermanito? —dijo Ramiro

—Así es —contestó Luis—. De lo único que nos arrepentimos es de no haber grabado

—¿Qué no grabaron? —mi angustia aumentaba

—¿y por qué no grabaron? —preguntó Alejandro

—Las guarradas que vimos; porque ninguno de los dos llevaba celular —contestó Luis

—Jamás me imaginé que nuestra Angélica fuera capaz de hacer todo aquello —escribió Ramiro

—Es obvio que sí —contestó Luis—. Se nota que pide atención

—Pero ya empieza a contar —escribió Alejandro

—Bueno, cuando entramos en ese amplio lugar, por suerte no nos escuchó; pero nosotros oímos murmullos, nos acercamos y cuando llegamos al lugar, una vez escondidos atrás de algunas cajas, casi sufrimos un infarto—. La maestra Angélica estaba con Rogelio, el intendente, el desagraciado estaba hincado sobando despacito sus hermosos muslos.

—¿Pero qué dices? ¿Hablas en serio? —escribí ya sin compostura

—¿Con el intendente? —preguntó Alejandro—. Pero si él está todo fofo y sudoroso, siempre está sucio y tiene sus dientes amarillos, además ese bigote está gracioso, lo tiene al estilo del siglo XVIII

—jajaja síi con él mismo —contestó Ramiro

—Pero sí tú estás igual jajaja —contestó Luis

(Mi amigo Alejandro es un muchacho gordo, con rasgos finos pero muy hinchados)

—Sí, PERO lo mejor era la expresión de la maestra jajaja

—¿Cómo era? —pregunté

Tenía su carita tan bonita roja como un tomate, con los ojos y su boquita abierta, pero no te dejes engañar, ella estaba con una media sonrisa ehh; el intendente por su parte, estaba hincado a la altura de aquel culazo

Yo ya no escribí nada

—Pero alcanzamos a oír un poco de la conversación jajaja —dijo Ramiro

—¿En serio? ¿y qué dijo? —Preguntó Alejandro

—El vejete con su voz grave y rasposa y con lentitud dijo algo así:

—Angélica de mi vida… mi linda Angélica… mi Ángel, usted me preocupa mucho… (El dichoso no paraba de sobar la carne blanca) me aterra que se queme su linda piel… (Seguía distribuyendo la crema) usted pasa mucho tiempo bajo el sol… pero por suerte traigo bloqueador… —dijo Rogelio

—Gracias Don Rogelio —Decía la putona sin perder la sonrisa—No sé qué haría sin ti, seguro me quemaría toda, le debo una

—Ya encontrarás la manera de pagarme… no te preocupes —la cara de vicioso del suertudo no se la quitaba ni Dios jajaja

—Mmm… sus dedos los tiene muy grandes y calientitos —dijo Angélica

—nosotros vimos cómo la manoseaba lento, el vejete se tomaba su tiempo; por lo visto le puso también bloqueador sobre los brazos, pues estos estaban humedecidos por la crema, pero no lo vimos porque llegamos tarde, aunque sí la mejor parte ehh —dijo Ramiro

—¿Cuál? —pregunté con un caos en mi mente

—Cuando el dichoso con sus dedos en medio de sus muslos interiores comenzó con un movimiento frenético que ocasionó que la maestra se encorvara y, hasta podríamos jurar, que se excitara, ya que su carita eso demostraba; el movimiento era tan intenso que estamos seguros sus dedotes tuvieron necesariamente que tocar su vagina por encima de short—dijo Luis

—¡Don Rogelio! —gritó Angélica—. No sabía que eras tan bueno poniendo bloqueador

—No tienes ni idea de lo que soy capaz —dijo el intendente

—No me lo creo —escribí

—Te decimos la verdad —dijo Ramiro

—¿Y entonces qué pasó? —preguntó Alejandro

—¿Y de qué eres capaz? —preguntó la maestra

—entonces el intendente aún con el movimiento frenético, el cual tuvo que sentirse de lujo, pues Angélica tenía los ojos cerrados, aprovechó la docilidad de la profesora para con la plama de su mano libre primero tocar sus nalgas y luego amasarlas; se notaba la habilidad del señor jajaja, no por algo es el albañil de ahí.

—Mi ángel… desde la primera vez que la vi trotando con esas prenditas… desde que vi sus nalgotas rebotar, siempre se las quise tocar —dijo Braulio

—shhh, no digas nada más, mejor enfócate en ponerme bloqueador, porque no me quiero quemar, ¿entendido? —dijo Angélica con una sonrisa picarona

La candente y sexy maestra no tuvo ni idea de lo que pasaría, ni nosotros jajaja.

El intendente ya poseído por el deseo de Eros le bajó su shortcito despacito; en realidad le costó trabajo quitárselo

—Pero cómo no le va a costar, si se carga ese par de nalgotas —escribió Alejandro

—jajaja tienes razón —escribió Luis

—¿ y qué creen? vimos sus braguitas jajaja! —escribió Ramiro—. ¡Y vaya que estaban impresionantes! Unas de encaje blancas muy elegantes ehh; lo único que pedíamos en ese momento era que se girara para que nos dejara apreciar su culazo entallado, pero no, porque el intendente justo con su rostro a centímetros de ese monumental culazo, acercó su nariz, olfateó ese manjar, comenzó a besarlo; y de pronto, con una mano, pero sin despegar su cara de las nalgas, le bajó las bragas a la altura de las rodillas —escribió Ramiro

—Por su parte, Angélica recontenta, con su culazo empinado, para facilitarle la acción al intendente, movía sus rodillas hacia atrás y hacia adelante hasta que esa braga se bajara —escribió Luis

—Amigos, así es, nosotros vimos la rajita de la maestra, tan blanca, rasurada y limpia —dijo Ramiro

—La maestra por su parte sólo se dejaba hacer. Ahora ella sin bragas disfrutaba más del contacto tanto de las manos como de lengua de aquel bribón y digo lengua, porque pudimos apreciar cómo con sus manos extendidas, le apretaba las nalgotas, pero con los pulgares, le abría su hoyito posterior para enseguida lamerlo con mucha lascivia; incluso la baba se le caía jajaja ¿Verdad? —Escribió Ramiro

—sólo veíamos los bigotes de lado a lado, como bailando —escribió Luis

—Síi, podría jurar que había helado allá atrás ehh —dijo Luis

—jajaja, sí un helado bien rico seguro de frambuesa jajaja —escribió Ramiro

—La maestra Angélica dando suspiros intensos flaqueaba sus piernas, se encorvaba por instantes, hasta contraía su cuerpo, y de hecho fue en uno de esos momentos de fragilidad, que cayó vencida por el placer de aquel beso negro; con las rodillas y las manos apoyadas en el suelo, el intendente de inmediato se levantó, azotó el culazo de la maestra, sacó su erecta verga dispuesto a penetrarla como si de un león salvaje se tratara, pero cuando lo hizo, cuando la sacó y la sostuvo con sus dedos mugrosos, Angélica le dijo que no, que no buscaba penetración, que mejor se la chupaba, pero rápido porque los podían descubrir; él entusiasmado caminó alrededor de ella con un porte de campeón, se paró justo enfrente y espero a que ella iniciara su labor. —escribió Luis

—Nosotros no creímos lo que veíamos, en verdad pensábamos que era un sueño, jamás imaginamos que sería tan putona, una traga pollas jajaja —escribió Ramiro

—en un momento, la maestra sin despegar su manos del suelo, levantó su rostro, golpeó su nariz con la polla de aquél, abrió su boquita, con desesperación buscó su glande, lo enrolló con su labios y lo succionó con muchísimo ímpetu, tanto que el sonido era muy notorio, parecía como si fuera una niña jalando de un biberón; en serio deseaba estar en el lugar de ese animal, que fuera a mí al que mirara con esa sonrisa gatuna mientras me lamía los huevos —Escribió Luis

—pero el intendente, no se quedó quieto ehh —escribió Ramiro—primero, extendiendo el brazo, tocó con sus dedotes los ricos pechos de la maestra; éstos humedecidos por la crema facilitaban la tarea

—¿Cuál? —preguntó Alejandro

—la de desplazar con esa habilidad manual primero su blusita y después con sus dedos jugar por sus aureolas rosaditas —Escribió Ramiro

—¿Entonces son rositas? —escribió Alejandro

—jajaja sí, y de muy buen tamaño, más grandes de lo que imaginamos ehh —Escribió Luis

—¡Pero qué babaridad! —escribí completamente confundido

¿Será cierto lo que leo? —me pregunté—. ¿O estos pesados están jugando conmigo?

—¡Pero eso no es todo, Rogelio, mientras se divertía con aquellos pezones paraditos, con la otra mano sujetó el cabello de la maestra, para después iniciar con movimientos pélvicos agresivos —escribió Luis

—jajaja sí —dijo Ramiro—. Parecía que sostenía un rábano

—de un momento a otro y sin verlo venir, le follaba salvajemente su muy abierta boca, tanto que la pobre tuvo que aguantar ese balanceo. El que sin piedad se dio (hasta pequeñas lágrimas le salieron) —escribió Ramiro—. Debió ser esa panorámica, el de tener tan dócil a esa hembra, con los ojos llorosos, pero con su sonrisa picarona, lo que ocasionó el desborde de la corrida más impresionante de aquel dichoso; éste sacó su polla para de inmediato bañar toda la cara de aquella bella; podríamos jurar que salió casi un litro de su leche jajaja —escribió Ramiro

—A la pobre se le cubrió toda la cara, ni la frente quedó limpia —Luis

—Todo iba de lujo, ambos impresionados y perplejos con las pollas paradísimas tocándonos por encima del pantalón, hasta que el imbécil de mi hermano tiró una caja —Ramiro

—La tiré sin querer porque no me podía creer todo el espectáculo, ese culazo expuesto, sus muslos de locura y la cara de vicio —Escribió Luis

—Pero continúa con la historia Luis —escribió Alejandro

—jajaja, está bien, no desesperes —contestó

—Entonces ellos asustados y nerviosos, me refiero al conserje y la maestra, de inmediato recuperaron la compostura; ver al gordo subirse el pantalón mientras se le movía su cuerpo de cerdo, fue muy gracioso jajaja ¿Verdad hermano?

—Sí jajaja, pero lo más impresionante fue que después de todo el caos, después de salirnos corriendo como ninjas para evitar que nos vieran, la maestra actuaba con mucha naturalidad, como si allí dentro nada anormal hubiese pasado.

—¡vaya que es una putona ehh —escribió Ramiro

—síiii —Escribió Luis

—¡Qué increíble vivencia —dijo Alejandro

Yo ya traspirando sudor frío por tanta información decidí parar con todo aquello, aún no asimilaba lo que acaba de leer, estaba pasmado pero eso sí, con la verga tan parada que me lastimaba

—Ya basta hermanos —dije tanto para tranquilizarme como para que dejaran de hablar así de perverso de mi madre

—me tengo que ir —escribí y de inmediato cerré el chat

Lo primero que hice fue alejarme de la computadora, una vez en mi cama y aún con el cuerpo tieso, me senté en el borde de ésta, no podía creer que mi madre fuera una putona y “una calienta pollas”, no lo acepté

—Seguro es una broma de esos pesados, seguro ya saben que se trata de mi madre y quisieron jugarme una broma —me dije—. ¡Sí! ¡Debe ser eso!

Cuando conseguí relajar mi mente, me recosté sobre mi cama y cerré los ojos, no obstante, por momentos recordaba el comportamiento de mi mamá durante las clases o después de éstas para encontrar anomalías; es cierto que casi siempre usa shorts muy pegados o leggins, pero nunca ha sido insinuante con ninguno de los alumnos, ni mucho menos con los profesores; he visto cómo la miran las otras maestras, con la típica envidia característica de ellas, e incluso cómo director la observa cuando ella nos muestra qué ejercicios debemos hacer, ya saben, cuando está inclinada con sus nalgas expuestas, pero es completamente natural, si no fuera normal, ya la hubieran regañado o peor aún, corrido; ¡ahora¡ ¡pensar que se la chupó al conserje! ¡Y que le dejó hacer todas esas guerreadas! ¡Eso así no! En primera, su trato con él siempre ha sido de lo más distante e incluso desagradable; al principio él la piropeaba cuando la encontraba, le recordaba lo guapa que se veía, pero mi madre lo ignoraba, incluso por su mirada podría jurar que le causaba repulsión.

—Estoy tan seguro que fue una broma de mis amigos, que les pediré aclaraciones —me dije a mí mismo, aunque muy en el fondo estaba nervioso porque por primera vez vendrían a mi casa, por lo tanto conocerían a mi mamá, y si lo hacen, sabrían que es la mismísima a la que vieron haciendo guarradas —dije angustiado—. ¿Pero qué debería hacer?

Cuando era alrededor de la 1 de la tarde mi madre regresó sudorosa y cansada

—Hijo —entró a mi habitación—. Veo que te estás divirtiendo, me da gusto corazón.

Tras escuchar su voz, una corriente paralizó todo mi cuerpo, y cuando digo todo, es todo, hasta mi polla

—Sí mamá, todo gracias a ti jeje —dije nervioso y excitado—. Oye en un rato vendrán amigos para jugar conmigo, mmm… Espero que no te moleste

En ese momento, cuando giré mi rostro para mirarla, no pude evitar recorrer con mis ojos vacilantes sus esbeltos muslos blancos, éstos tenían esparcidas gotitas de sudor por todas partes

-no te preocupes José, mientras te diviertas puedes invitar a quien desees jeje —me dijo sin despegar su mirada de la mía, es más hijo, ¿por qué no usas la televisión de la sala? Digo, es más grande jeje

—SÍ, Gracias mamá —vaya que es la más increíble del mundo —pensé.

Acto seguido se fue, pero no sin antes decirme que ella continuaría su rutina en el mini gimnasio.

—Vale —respondí

Ella se giró y comenzó a caminar despacio pero diferente, como si ese culazo se despidiera de mí; verlo entallado en ese short verde hizo que me perdiera en mis recuerdos morbosos; incluyendo tanto la visión que por accidente vi en la mañana, como la recreación de aquel hombre comiéndose su culo

La llegada.

Mientras caminaba alrededor de mi habitación con la mano en la barbilla, llegó de pronto una gran idea, ¡quitar las fotos de la casa donde sale ella fotografiada!

—¡Pero qué genial! —dije—. Ahora sólo debo asegurarme que no la vean

Caminé directo al mini gimnasio

—Mamá —dije mientras entraba al gimnasio—. hoy… (Apenas pude articular)

Mi madre estaba en la escaladora cimbler con su culazo expuesto cubierto sólo por el short verde ajustado.

Ella sin percatarse de mi presencia continuaba su rutina

—hoy… —no pude dejar de mirar el vaivén lento y completamente sensual de sus nalgotas; parecía que por cada flexión de su cuerpo aquella prenda se reventaría, porque la tela junto con el elástico se expandía mucho, además de todo, sus hermosos muslos perfectos estaban lubricados por su propio sudor.

Yo simplemente me quedé embobado mirando el espectáculo hasta que después de algún tiempo mi madre giró su cabeza hacía mí. En cuanto me vio se detuvo, pero aún en posición estática se veía muy sexy, pues quedó con la pierna flexionada y con el culazo sobresaliendo del resto de su cuerpo

—Mi vida ¿pero qué haces aquí? —preguntó sorprendida—. ¿Necesitas algo?

—Emm… mm… en realidad sí mamá —dije mientras veía cómo se secaba el sudor de su frente con las muñequeras verdes que llevaba puestas—. Vengo a pedirte un favor

—¿En serio? —preguntó— ¿qué necesita mi bebé?

—Verás, ya sabes que en un rato vendrán mis amigos

—Sí —contestó

—pero ellos no te conocen, no saben que eres… que eres la profesora de educación física, y bueno…

Ella cambió su rostro de alegría a uno de duda

—No entiendo mi vida —dijo

Mmm… ¿Crees que puedas mantenerte oculta de ellos hasta que se vayan?

Mi madre fungiendo el ceño, medio cerró los ojos, con una mano se tomó su cintura, con la otra se su hermoso flequillo para acomodarlo, sopló del cansancio al mismo tiempo que me pedía una explicación

¿Por qué me pides esto José? —preguntó— ¿acaso tu madre te avergüenza?

¿Avergonzar? —me pregunté en mis adentros mientras recorría con mi mirada de arriba hacia abajo su hermosa figura atlética. Me detuve un par de segundos en sus muslos para enseguida pensar en sus nalgotas

Mi madre sin despegar su mirada de la mía cuando notó que me puse nervioso, me dijo algo que me sorprendió

—¿Acaso es porque estoy gordita? —preguntó con una risita

—¿Gordita? —exclamé— ¡pero qué dices mamá! tú no estás gordita, estás de hecho muy…

—¿Muuy qué? —preguntó de inmediato

—Muy sensual —dije sin pensarlo demasiado

—¿Sensual? —exclamó mientras abría los ojos—- ¿En serio te parezco sensual?

—Sí mamá, pero no sólo a mí me lo pareces, y ese es el problema, sino también a mis amigos, por eso te pido que no te muestres ante ellos ¡por favor! —dije suplicando

—si ellos saben que eres la maestra me harán burla, no me dejarán de molestar nunca, porque…

¿Por qué? —Preguntó aún con esa sonrisita

—porque son unos pervertidos e irrespetuosos, me han contado que están enamorados de ti

—jajajaja —se carcajeó—. ¿Enamorados de mí? ¿En serioo? ¿Y por qué son pervertidos? —no perdía la sonrisa pícara

—No te vayas a enojar mamá —dije—. Pero los he visto mirándote tus nalgas cuando caminas o corres, cuando te flexionas ¡o incluso cuando brincas!¡Hasta te han puesto apodos!

¿En serio? ¿Cuáles hijo? —preguntó sorprendida

—Los he escuchado decirte “La nalgame Dios” sobre todo cuando tienes que encorvarte para tocar tus tobillos delante de todos

—¡jajaja! ¡Pero qué barbaridad! —exclamó

—¿Y quiénes son tus amigos, cómo se llaman? —preguntó con un poco más de seriedad

—mamá, son tres —dije—. Los conoces, dos son hermanos gemelos, Ramiro y Luis; son altos, delgados y casi rubios

—ohhh sí ¡cómo olvidarlos! son muy lindos y caballerosos —dijo— ¿En serio los has visto mirándome mis pompis?

—Sí mamá —contesté

—¿Quién lo diría? —preguntó con la mirada perdida— de ellos me sorprende mucho ehh

—¿Por qué te sorprende? —pregunté

—Porque siempre han sido muy corteses y educados —contestó—. Siempre se ofrecen para cargar las cajas de balones o para ayudarme en el almacen

—Sí, ¡pero siempre van detrás de ti! —contesté.

—¡jajaja! —exlclamó—. Pero porque están pesadas

—¡Claro que no! ¡se retrasan para mirarte las pompas! —grité— ¿Acaso no te parece raro que se queden contigo por cualquier pretexto?

—No diga tonterías hijo —Seguro es tu imaginación de adolescente jajaja

—¿y el otro quién es? —preguntó

—El otro se llama Alejandro, es mi mejor amigo —contesté

—Alejandro ehh —dijo mientras meditaba—. Está bien mi niño, no te preocupes, mientras ellos estén aquí no sabrán que existo

—Muchas gracias mamá—dije a la vez que me retiraba del mini gimnasio, pero cuando estaba por atravesar la puerta, giré la cabeza para darle el último vistazo a mi madre. Miré que ella estaba con una alegría difícil de disimular, y ahí, en ese momento, fue que dudé

—¿y si todo lo que me contaron fue verdad? —me cuestione confundido

Más tarde llegaron

—¡Pero qué casa tienes pepe! —dijo Luis.

—¿A poco eres rico? —preguntó Ramiro

—Jajaja, para nada amigos, pero no me quejo, mi padre es un hombre inteligente jeje —me limité a decir

—muy bien, a ver si después de jugar nos vamos a tu jardín o a la piscina —dijo Ramiro

—Sí, no veo el problema —dije preocupado, pero debía aparentar tranquilidad

Alejandro por su parte, miraba los cuadros del corredor; en su rostro se percibía la curiosidad

¿Qué tienes? —le pregunté

¿Por qué la pared tiene marcas de cuadros faltantes?

—Es cierto, ¿por qué? —preguntó Luis

—porque estaba por pintar amigos —nervioso contesté

—Ahhh —dijo Luis— bueno pues apurémonos, sin embargo Alejandro aún tenía su rostro dudoso

Una vez en la sala dije —Como soy el anfitrión, yo decidiré el orden de los juegos jajaja.

—No no —intervino Ramiro— será parejo, un disparejo lo decidirá

—¿Todos de acuerdo? —preguntó

Ramiro es entre muchas cosas un hombre con iniciativa, un tanto mandón, un líder nato, si le quitamos su lado pervertido sería sin duda un genio

—Sí —contestamos todos al unísono

Así pues iniciamos el disparejo, con el cual sabríamos los lugares de juego

El primer partido será entre Luis y yo, después contra Alejandro y por último Ramiro

—¿Pero por qué me toca a mí al final? —dijo Ramiro

—Porque así es justo, además los partidos durarán en realidad muy poco —dije

—¡Pero qué estafa! —recriminó Ramiro

—¿Estafa?, pero si tú fuiste el de la idea campeón jajaja —reí burlón

—Tranquilo hermano —dijo Luis— sólo tuviste un poco de mala suerte, ya se te pasará

—Sólo espero que la fortuna me sea propicia —dijo Ramiro preocupado.

Sin mayor demora empezamos a jugar

—Amigo, ¿puedo ir a la cocina por algo de beber y comer? —preguntó Ramiro—. Es que no hemos almorzado

—¿En dónde está tu coci…? —preguntó Ramiro

¡GOOOL! —se escuchó

—¡jajaja, ese es mi Neymar! —gritó Luis

—¿Viste cómo pasé por esos tres defensas? —Luis preguntó con tono burlón

Yo enojado por las risas de aquél, apreté mi control, moví los hombros, troné mi cuello, me reacomodé y me puse a jugar como un profesional

Estaba tan concentrado en el juego que me olvidé por completo de todo lo demás; en ese estado estuve alrededor de 10 min hasta que conseguí empatar

—¡GOOOL! —grité— Ale, ¿viste eso? después de 20 pases metí gol

—¡jajaja muy bien! —contestó Alejandro

¿Viste eso Rami…?

¡Ramiro no estaba! —sentí de pronto un escalofrío ¿y Ramiro?— pregunté angustiado a la vez que miraba por todos lados

—Dijo que iría al baño y luego por algo de comer —contestó Luis algo enfadado

En ese momento me levanté del sillón, mientras imaginaba lo peor —¿ y si se encontró a mi madre?, ¿Qué pasará si se entera que la mujer con la que tanto fantasea es ella?

—¿Qué te pasa José? —preguntó Alejandro— de pronto parece como si hubieses visto un fantasma ¡Hasta amarillo estás!

—No tengo nada, o bueno, tengo que ir al baño

—¿Qué, ahora? —Luis preguntó enfadado— no no, tú te quedas aquí hasta que termine

—¡Pero me urge! —dije—. Lo que en realidad quería era ir a buscarlo

—Si te vas, pierdes en automático el partido

—¿y ahora qué hago? —me pregunté— angustiado miré a Luis, tenía la mirada burlona

—Está bien, me quedo —dije impulsado por mi orgullo

—Así me gusta —dijo Luis

Mientras jugábamos por mi mente pasaban los peores escenarios. Me imagina toda clase de situaciones, como a mi madre en el mini gimnasio, siendo observada por ese pervertido mientras con sus pompas expuestas se flexionaba en el piso a paso lento meneando su cadera, e incluso me imagine la reacción de aquel desdichado, seguro una de alegría y asombro por mirar en primer plano lo que tanto le encanta, esas nalgas regordetas —¡Maldición! —exclamé dentro de mí. Y de pronto, aún con esa situación hipotética creada en mi cabeza, sin saber la razón, me imaginé a mi madre sonriendo, como si supiera que aquel pervertido la miraba

¿Será posible? —me pregunté—. ¡Ya me estoy volviendo loco!

¿Y si ella, después de su rutina, se metió a la ducha? ¿Y si después de bañarse se encuentra con él en medio del pasillo; ella con sus típicas toallas cortas, una cubriéndole la parte de sus pechos hasta la mitad de sus muslos humedecidos, y la otra enredada en su cabello, dejando sólo su flequillo mojadito? Y lo peor de todo, ¿y si ella se asusta tanto cuando lo vea ahí parado con su sonrisa de demente y sus ojos de loco, que en un arrebato suelte las toallas y sin querer muestre su desnudez?

—¡No puede seeer! —ya estaba hasta sudando

—¡GOOOL! —gritó Luis— regresé a mi presente

Luis estaba celebrando con los brazos alborotados

—Vamos 2-1 jajaja —dijo burlón—. Tu papá ganando jajaja

Me costaba recuperar la compostura, pero debía controlarme porque si ellos descubrían mi estado, sería cuestión de tiempo para que todo se descontrolara

—Está bien, me has ganado, ahora déjame ir al baño —le dije

—jajaja, ¡ve! —me contestó

Alejandro, por su parte me observaba con esa miradita de detective, con los ojos penetrantes. Quizá sospechaba algo

—¡He barrido el césped contigo jajaja —dijo eufórico mientras me alejaba de ellos—. ¡Pensé que me darías más lucha jajaja!

—¡Sabes que te di chance! —Le grité enojado

—jajaja, lo que tú digas campeón —me contestó

Nervioso me encaminé de inmediato al gimnasio, quería saber si mi madre seguía ahí, pero cuando llegué no la encontré, ¡No estaba!

Con una sensación de angustia y duda me dirigí a varias partes de la casa: ya en el corredor del segundo piso, en el que conecta tanto mi habitación como el de mi madre y el baño, escuché sonidos extraños; velozmente, pero con cuidado fui. Mientras me dirigía, me percaté con asombro que Ramiro estaba ligeramente inclinado, dándome la espalda

Pero qué cojones hace ahí —me pregunté

¡Estaba mirando por la puerta del cuarto de mi mamá!

¡No puedo ser, seguro ya lo sabe! ¡No! ¡No! ¡Noo! —gritaba dentro de mí

Mientras la ira me poseía, a paso firme me aproximé a donde estaba él, entre más cerca, más nítida era la escena; el desgraciado estaba tallándose su entre pierna encima del pantalón

¡Ese pervertido me las pagará! Sin embargo, justo cuando iba a increparlo, se me ocurrió una idea descabellada ¿y si lo dejo ahí? —me pregunté. Así sabré por fin si mi madre es tan promiscua como dicen. Ya no puedo perder nada, él ya lo sabe, pero aún hay una esperanza. Cuando vea que mi madre es una mujer con pudor y contraría a los que él inventa y piensa, no sólo cambiará su actitud con ella, sino también conmigo. En ese momento me imaginé a Ramiro de rodillas con su rostro intimidado mirando hacia abajo mientras yo con un traje de lujo puesto y un porte de jefe, hasta con bigote y todo recibía sus disculpas mientras inhalaba mi puro cubano ¡Jajaja sí! eso haré —dije con firmeza—. Estoy seguro que mi madre es una mujer respetuosa!

En cuestión de segundos regresé a la sala con Alejandro y Luis, que embobados no perdían la vista del televisor

—¿Y Ramiro? —preguntó Alejandro una vez que me vio llegar

—No lo encuentro amigos —dije—. ¿Y ustedes cómo van?

—Esto es una tontería —dijo Luis enojado (iba perdiendo el muchacho)

—Ya me harté de este juego, iré a buscar a mi hermano para ya largarnos —dijo (Luis es pésimo perdedor)

En ese momento Luis pasó a ser parte de mi fantasía; él estará junto a su hermano arrodillado, pero también reconociendo que yo era mejor en el FIFA

Entre feliz y nervioso dije —me faltó buscar arriba, seguro está ahí

¡Pero qué va! —dijo al mismo tiempo que se levantaba

—Ale, mientras él lo va a buscar ¿qué te parece si juguemos el último partido? —dije muy seguro

—va que va —contestó

Mientras jugábamos me imaginaba a los dos en la peor situación posible; ambos siendo avergonzados por mi madre, quien a brazo firme los regañaba por espiarla.

Después de 20 minutos cortísimos, de esos que pasan al parpadeo, ambos muchachos, aquellos gemelos traviesos regresaron, estaban bastante agitados y algo nerviosos

—¡Muuy bien!, seguro los regañó jajaja —dije mientras los miraba

—¡Pero qué milagro! —Exclamó Alejandro— ya era hora que aparecieran— ¿Pero dónde estaban?

—Amigo por desgracia nos tenemos que ir —Dijo Ramiro

—¡qué genial! Están tan desconcertados por los regaños que se van —aseguré con gran alegría mientras les movía la cabeza y mostraba mis dientes relucientes

Sin embargo, cuando los acompañé a la puerta noté que llevaban una sonrisa de oreja a oreja

—¿Pero qué? —me pregunté

—¿ En serio se tendrán que ir? —dijo Alejandro— ¡pero qué extraño!

Yo preocupado por sus expresiones imaginé lo peor ¡Pero qué hice! —me reclamaba

—Ahora que recuerdo mi padre está por llegar y si nos ve jugando me regañará —mentí

¿En serio? —Preguntó Alejandro, quien estaba mirando a aquellos pillos

—Sí —dije—. ¿Qué les parece si lo posponemos?

¡Lo que quería era que se fueran!

¡Fantástico! —exclamó Luis

—¿Y si nos conectamos al rato? —preguntó Ramiro mientras caminaba con un porte de campeón

—Claro —dije

Cuando estaba cerrando la puerta miré a los gemelos, éstos estaban con ojos burlones y sonrisas exageradas haciendo gestos desagradables entre ellos, pero sin bajarme la mirada

Angustiado de nuevo, me reclamé por mi estúpida idea. Subía mi cuarto, pero antes de entrar, justo cuando giraba la perilla con un desanimo impresionante por mis estúpidas ideas, vi que el cuarto de mi madre seguía abierto. En ese momento la duda se apoderó de mí.

—¿Los habrá regañado? —me pregunté.

Era evidente que no podía ir con ella a preguntarle, porque en caso de que sí, ella sabría que yo era consciente de las travesuras de mis amigos.

Como un espía comparable a James Bond me aproximé a su habitación, eché un vistazo rápido, ¡y vaya locura! ¡Mi madre estaba recostada boca abajo semidesnuda!

Sólo con un libro en sus manos, una braguita rosa muy pequeña cubriéndole su enorme trasero, ese hermoso con pequitas esparcidas a su alrededor, y una playerita ligera color blanco que dejaba al descubierto gran parte de su espalda baja; verla así con sus muslos fantásticos y con culazo de infarto casi me mata. Con un temor repentino, dejé de mirarla para de inmediato irme a mi habitación

¿Pero qué cojones acaba de pasar? ¡Mi madre está fenomenal!

Un poco más tranquilo le rogaba a los dioses que mis amigos, en caso de no haber sido reñidos por mi madre, sólo hayan visto lo mismo que yo ¿Pero será posible que los dioses me ayuden?

Después de una hora, en la que limpiaba esto y aquello, mientras trataba de relajar mi mente descartando posibilidades, salí a ducharme.

Mientras me dirigía al baño, me encontré a mi madre saliendo de su habitación con el mismo atuendo

—Mi bebé, ¿Ya se fueron tus amigos? —preguntó mientras caminaba lento

Yo sólo la veía aproximarse hacía mí con esa manera de andar tan femenina, en la que sus muslos desnudos y hermosos se balanceaban junto con sus hombros

—s… sí mamá —dije nervioso

—Qué bueno hijo —dijo mientras me daba la espalda

De inmediato mis ojos miraron sus grandiosas nalgas

—Oye mamá ¿ellos te vieron?

—¿Verme? —preguntó mientras mantenía una expresión de duda— Mmm… no que yo sepa mi vida, ¿pero no estaban contigo?

—Es cierto —dije mientras golpeaba mi frente para disimular

—Ella aun dándome la espalda, me miró a los ojos, pero cuando alcé la vista, supe que me descubrió mirándole su culazo

—Pequeño travieso, iré a descansar —dijo con una risita

De inmediato se encaminó a su cuarto. De nuevo me entretuve mirando sus fabulosos muslos; sus flexiones eran fantásticas, tan provocativas que los latidos de mi corazón se intensificaron

Después de un baño relajante regresé a mi cuarto

Una vez ahí me conecté, ahí estaban los chicos platicando por el chat del Facebook

—Mis amigos, ustedes como son de confianza serán testigos de un vídeo porno de muy alta calidad —escribió Ramiro

—Sí sí —dijo Luis

—Es un vídeo amateur grabado en una habitación —escribió Ramiro

—La madurita que sale ahí es una hembra de infarto —dijo Luis

—Es como las que te gustan mi querido Alejandro —escribió Ramiro

—¿muy putas y con su nalgas grandes? —preguntó Alejandro

—Así es mi hermano jajaja, pero además es blanquita con un par de muslos muy trabajados ehh —contesto Luis

Por mi parte ya me estaba tocando mi pija por encima de mi pantalón recordando a mi madre, dada la descripción de aquella mujer

—Pero ya no nos hagas esperar y pone el vídeo —suplicó Alejandro

—Está bien amigo, sólo no te desesperes —Dijo Luis

—Les recomiendo que se desabrochen su pantalón porque el show está a punto de empezar —dijo Ramiro

En cuestión de segundos mandó el vídeo, era uno de 15 minutos aproximadamente

No tardé nada en darle inicio, pero justo cuando lo hice casi me infarto amigos, pero dela emoción

El vídeo empezó con una mujer parada justo a la mitad de su habitación, dándole la espalda a quién grababa; no se distinguía nada más allá del cuerpazo de aquella verdadera hembra, porque el vídeo claramente estaba editado, tenía todo borroso a excepción de la mujer bastante apetecible

La cámara se enfocó primero en los chamorros de ella, unos fantásticos y blanquitos, después, subiendo lentamente la cámara se mostraron un par de muslos tan ricos que daban ganas inmediatas de meterse ahí y deslizar las manos a lo largo de estos; después, con un acercamiento a la imagen se vio en primer plano un culazo hermoso y riquísimo, tan grande y bien trabajado cubierto por una braguita rosita, la cual sólo generó que de inmediato yo recordara a mi madre flexionando sus nalgas cuando caminaba. ¡woow! Sin embargo, en cuanto la cámara se enfocó en la parte superior de éstas, pude percatarme ¡de las pequitas distribuidas a los lados!

—¡Pero qué! —Exclamé—. ¡Esto no puede ser! ¿Cómo puede ser posible? ¡Ella no es mi madre!

No obstante no paraba de pajearme

Después se ve a la mujer “distraída” moviéndose a lo largo de su habitación con una sensualidad impresionante, de modo que el vaivén tanto de su rico culazo como muslos era de lo más provocativo

—me tengo que secar estas gotitas de mis nalgas —dijo, pero una extraña voz a otra frecuencia se escuchaba. Acto seguido con un pañuelo se secaba su hermoso trasero

—¿Dónde habré dejado mi blusa? —de nuevo aquella voz rara. Acto seguido se encorvó de manera tan sugerente a levantarla—. ¡Aquí está!

—Ay me pica mi nalguita —se escuchaba. Con su manita se tocaba rascándose, todo esto lo hacía mientras con su otra mano se quitaba la pinza del cabello, dejándolo caer al mismo ritmo, aquel cabello era largo y castaño. Era evidentísimo que aquella ya sabía de la presencia del tipo grabando

De pronto la imagen cambio

¡Lo había descubierto! Se veía a ella mirándolo sonriente mientras con un dedo le indicaba que pase, no obstante en la parte de sus ojos se veía tira borrosa que encubría la identidad de la mujer

¡Es ella! ¡No hay duda! pues esa mujer para aumentar mi desdicha ¡llevaba muñequeras verdes!

De inmediato el camarógrafo se acercó, mientras una risita femenina muy aguda se escuchaba

—Te estaba esperando —se escuchó— ahora que por fin llegaste la pasarás en grande.

—¡Pero qué dices! —dije indignado mientras golpeaba el teclado

Lo que tanto has deseando por fin lo tendrás, pero con una condición, tienes que dejar de grabar ¿Entendido?

—¡Pero qué dice mi mamá! ¿por qué? —me preguntaba angustiado, pero curiosamente con la polla en la mano

Justo cuando el camarógrafo iba a contestar, se ve a ella extendiendo su brazo para taparle con su mano la boca impidiéndole así hablar

—¡Shhh! Si obedeces te irá muy bien —dijo

—Está bien ¡Como tú digas! —contestó una voz muy grave con la frecuencia baja

Jajaja, así me gusta bebé

—¿Bebé?  pero yo soy tu único bebé —dije aún más enojado

Acto seguido el desgraciado se guardó su cámara en su bolsillo ¡pero sin apagarla!

Desde esa posición se veía impresionante el cuerpo de mi hembra, sobre todo sus muslos. Ella a pocos metros de él, tomándose de la cabeza con ambas manos y encorvando su cuerpo, se dio una vuelta completa mostrándole ahora “conscientemente” su cuerpazo. Después de enseñarle lo que estaba a punto de comerse, se hincó, luego puso sus manos en el piso, y ahora como una leona se movía hacia él; en cada movimiento, ella desplazaba su culazo a los lados mientras no paraba de sonreír

Ante tal escena casi me da una parálisis ¡pero de la excitación! ¡Jamás me imaginé que mi madre fuera tan caliente!

Una vez a centímetros de la brageta del afortunado, le metió un lengüetazo. El dichoso solo se sobresaltó

Un sentimiento de envidia me invadió

De pronto cambió la escena

Mi mami arrodillada justo enfrente de la polla de aquel campeón, era una larga y gruesa de color blanca muy limpia, se la chupaba con mucha experiencia, pues cada centímetro de esa apetitosa polla se perdía entre sus labios.

—¡Mmmm! ¡Pero qué rica está! ¡Por eso me encantan las pollas jóvenes, tienen un saborcito particular jajaja!

—¿Las pollas jóvenes? —me pregunté angustiado—. ¿Quieres decir que te has comido más de una?

¡Pero déjame quitarte tu pantalón!

—¡No! Déjalo así —increpó el camarógrafo—. Así me da más morbo

Ella con la polla en la boca y sin parar de sorber, arqueó sus cejas en señal de duda

—¡Estos jóvenes y sus fetiches! —dijo y de inmediato volvió a tragarse la pija

Estaba claro que el camarógrafo no quería bajarse el pantalón porque si lo hacía la cámara no podría grabar

Ahora cabeceando con gran Ímpetu sin parar de mamar, le propiciaba un placer indescriptible al dichoso, quien sólo se limitaba a gemir mientras le sostenía su cabello despeinándoselo.

—¡ohh por Dios, usted es sin duda una profesional! —exclamó la voz

—No tienes idea mi rey —contestó —. Esto acaba de comenzar. Pero dime, ¿Desde cuándo querías que te la chupara ehh?

—El muchacho se quedó mudo

—Jajaja —creíste que no me daría cuenta, llevas semanas mirándome mis pompis

De nuevo se la chupaba

—Usted tiene razón, la verdad cada que la veía con sus calcitas y shortcitos se me paraba jajaja; cada que sonreía la imaginaba con mi polla entre sus dientes, que me lamía mis bolas

—Entonces quieres que te chupe tus bolass ehh —dijo la hembra

Acto seguido sacó su lengua, enrolló uno de sus dos huevos con ésta y con una habilidad maestra se la metió completita a la boca.

—¡Por dios! ¡me está volviendo loocoo! —gritó

Yo, por mi parte, experimentaba varias emociones juntas; no podía parar de masturbarme viendo el vídeo porque aquella hembra de infarto, o sea mi madre me motivaba a continuar.

En el siguiente cambió de escena se ve mi madre ahora ¡con dos pijas! muy similares metidas al mismo tiempo en su boca

¡Pero qué hace! —Exclamé. Mi madre no dejaba de sorprenderme.

Se ve que se esforzaba bastante en mantener las dos al mismo tiempo mientras daba una succión sublime, tan increíble que gotitas se desbordaban involuntariamente de sus ojos. Después de entretenerse así durante algunos segundos, casi un minuto o dos, se las sacó con mucha lechita escurriendo en tiritas directo de su boca llena de baba, pero para enseguida tomarlas con sus manos del tronco, levantarlas y clavar su rostro justo debajo de aquellos huevos sin parar de sacudir su cabeza abruptamente de izquierda a derecha. Con una sonrisita que evidenciaba sus dientes blanquitos les propiciaba un placer a los tipos

¡No había duda! ¡Se trataba de Ramiro y Luis!

—¡mmm pero qué ricos huevitos me estoy comiendo! —tan grandes y limpios

De repente se paró, se desabrochó su brasear liberando sus hermosos pechos, unos muy abultados con los pezones rositas y muy paraditos

—¿Se van a quedar mirando? ¿O qué van a hacer? —se escuchaba la voz

Ante esos cuestionamientos uno de los dos se hincó, le tomó una de sus ricas tetas, y como si se tratase de un bebé con una impresionante sed, comenzó a darle succiones a aquel pezón; se las daba tan salvajemente que parecía un chupete. A pesar de que los ojos no se notaban, era evidente que mi madre estaba en un éxtasis sin igual. El otro, el de la cámara, seguro Ramiro, no dejaba de follarle tremendamente su boquita, pero ella con maestría aguantaba las embestidas. Lo único que fue capaz de oírse fueron los sonidos ahogados que mi madre emitía. Aquella escena duró alrededor de 2 minutos, después de los cuales uno podría jurar que la lechita que se bebía del pene de Ramiro, Luis se la sacaba ya procesada por el pezón

Al siguiente cambio de escena se ve a ella parada con las piernas un tanto separadas, encorvándose un poco para darle un besito a Ramiro mientras Luis hincado justo atrás de ella le bajaba su delgada braga a la altura de sus rodillas, para de inmediato estampar su rostro (también borroso) directo en su intimidad.

Era la primera vez en toda mi vida que miraba la conchita de mi mami, estaba rasurada, muy limpia y blanquita. ¡Sin duda mi madre tiene un cuerpazo de infarto!

Él metiendo su lengua en lo profundo de mi mamá la alternaba en sus dos agujeritos, sin dejar de amasar con sus manos aquellas regordetas nalgas

—¡Por favor continúa! —se escuchaba la exclamación de aquella zorra—¡Me encanta cómo mueves tu lengua! ¡Ahh! ¿Pero dónde aprendiste a hacerlo así ehh?

—¿Conoces los danoninos? —preguntó uno

—¡jajaja! ¡A mí me encanta comerme este manjar! —dijo otro mientras le metía una nalgada durísima

—¡AY con cuidado! —Exclamó—. ¡No me la vayas a deformar ehh!

—¡Cállate! —grito Luis—e stas nalgas ahora son mías y yo hago con ellas lo que yo quiera ¿Entendido?

En seguida aquel bruto le metió una serie de azotes a esas nalgas en alternancia, que en lugar de indignar a mi mamá, le provocaba jadeos

—¡Pégale más duro Luis! ¡Dale su merecido! —Exclamé

—¡Ahh! ¡Qué rico mi bebé! ¡Pégale más duro a tu maestra! ¡Castiga a esta hembra!

—¡Me moría por azotarte! —dijo Luis—. No sabes la cantidad de veces que te quise bajar tus calcitas mientras corrías y azotarte tus nalguitas.

¡jajaja! —Entonces esta es tu oportunidad bebé—. ¡Dame mi castigo!

La siguiente escena fue brutal, pues el camarógrafo tenía en primer plano el culazo tan blanco y carnoso penetrándolo sin piedad

El cuerpo de aquella hembra respondía a las embestidas con elegancia pero sin perder el ritmo

—¡Así!¡Así! ¡Dámelo todo! ¡No te detengas! —se escuchaba

—jajaja ¿te gusta putita?

¿Cómo me llamaste? —contestó sobresaltada

—PU TI TA —contestó la voz—. Eres un PU TI TA, siempre calentando a todos con esa manera de andar, pero ahora te toca tu castigo ¿Verdad hermano?

—Sí —de inmediato le estampó su polla en su boca

—¡Calla y sigue chupando jajaja!

—Ella obediente recibía arremetidas de las más morbosas, en las que por cada una de estas sus deliciosas nalgas rebotaban con los muslos del camarógrafo creando un sonido espectacular.

—No quie… no quiero que me vuel… vuelvan a llamar ¡¡ASÍ!! —Dijo mientras era taladrada a gran velocidad. El erecto pene de aquel salía casi por completo para enseguida volver a meterse en su cavidad

—¡Shhh! ¡No pares de chuparme PUTITA! —Dijo Luis. Mi madre obediente continuó disfrutando de aquel pene

En ese momento deseaba ser yo aquel que le destrozara su conchita por tanta arremetida, quería castigarla por lo hipócrita que era

La siguiente escena fue el colmo del éxtasis, pues se veía a ella dándole la espalda a la cámara montando a uno de los dos. El pene erecto del dichoso entraba y salía de su conchita a un ritmo lento. Ver aquel culazo rebotar junto con los gemidos de mi madre, quien sin duda disfrutaba cada sentón, me dejó loquísimo, puesto que por cada movimiento de ella, uno que iba de arriba hacia abajo, no sólo sus increíbles nalgas vibraban y se flexionaban al ritmo de las bolas de Luis, sino también ¡su cabello largo se movía! Se desplazaba de lado a lado creando una imagen hipnótica.

En seguida se ve al camarógrafo, es decir Ramiro, acercándose cada vez más a mi madre, dejándome apreciar así esa hermosa espalda e increíbles nalgas de cerca, una vez más pude mirar en primer plano sus pecosas nalgas ¡En serio está increíble mi mami!.

Estando a un metro de ella, él caminó al costado de la cama; de tal manera se le veía cabalgando a Luis que su boca abierta y sonriente no paraba de emitir jadeos cachondos, mientras la cámara se enfocaba en su increíble perfil en movimiento, destacando su muslo blanco y ahora sudoroso. El pobre de Luis estaba en éxtasis tal que en cualquier momento podría acabar. Pero justo cuando creí que ya terminaría, de pronto Ramiro, dejó su celular en alguna parte con base y una vez que se cercioró que estaba bien fijado, se incorporó a tan impresionante, escena.

Mi madre tan espectacular, sin dejar de moverse de pronto sintió una verga tocar su anito rosadito

—¡Pero qué haces! —dijo sorprendida, pero también enfadada—. Por ahí noo, por ahí está prohibido

¿Prohibido? —preguntó burlón

Prohibido está tener semejante culote a la vista y no taladrarlo jajaja —dijo el otro

—¡Dije que noo! Ese hoyito lo tengo reservado muchachos —dijo mientras con una mano, pero sin detener sus sentones, se tapaba su anito rosadito tratando de obstaculizar el paso de la otra polla, la cual desde ese ángulo parecía una hábil serpiente tratando de entrar a una madriguera de ratones para darse el mejor manjar de su vida

—Muchachos, si siguen de necios no lo volveremos a hacer ehhh —dijo

—¿Volverlo a hacer? —me pregunté— No cabe duda que mi madre es una ¡puta!

En ese momento me corrí desbordando tanta leche que incluso saltó hasta la pantalla

—Está bien —dijeron— pero con una condición

¿Ahh sí? Y cuál es esa condición —preguntó mi madre

Debes dejarnos acabar en tu boquita —dijeron mientras sonrientes se miraban entre ellos

—Ay ¡Estos jóvenes y sus fetiches! ¡Está bien!

Ellos alegres después de chocar sus manos en señal de victoria, bajaron a mi madre al piso, en una posición donde la cámara la captara completa. Cada uno se puso a la altura de un hombro y con ímpetu comenzaron a jalarse las pollas. Sin embargo dado la tardanza, mi madre desesperada haciendo muecas decidió ayudarlos, primero usando las manos y luego su boquita, hasta que provocó las corridas intensas de aquellos

Aquellas corridas juntas llenaron de leche la carita de mi mamá, quien sorprendida por la cantidad de leche se quedó muda

Y de pronto terminó la emisión

Me quedé impresionado un par de minutos mirando la pantalla

—¿Pero qué fue todo eso? ¿Estaré alucinando? ¿De verdad era mi madre? ¡Pero claro que sí! ¡Es una traidora! ¡Una traviesa y tramposa! —Exclamé

INDIGNADO, pero limpiando mi corrida, decidí comprobar lo putona que podría llegar a hacer y además de todo ¡tenía que castigarla por su doble cara!

CONTINUARÁ

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