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Noche de copas y algo más
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Es sábado por la noche y como lo hago habitualmente salí con Pilar, mi amiga. La noche venia tranquila. Estábamos un boliche. Bailamos con unos chicos, que después nos invitaron a tomar algo. La verdad el que me había tocado a mí no era lindo, y además estaba bastante en pedo y cargoso. Mi amiga se enganchó al otro que estaba pasable y a los 10 minutos ya se estaban matando a besos contra una columna. Estaba claro que me iba a ir sola del boliche.

Ni bien que Pilar de despaga del pibe, le digo al iodo que me voy porque no soportaba más al que estaba conmigo.

Hago el comentario que voy al baño, pero encaro para la puerta y me fui. En la esquina del boliche espero un taxi. Pasa como media hora y aparece uno. Le hago seña y se detiene, subo y saludo al chofer.

-Hola, buenas noches… Vamos a Pacheco de Melo y Azcuénaga

Escucho una voz gruesa y seductora que me responde…

-Buenas noches… Muy bien, allá vamos!

Fue inevitable no mirar al dueño de esa hermosa voz, y me encontré con un morocho, de pelo negro y ojos oscuros. Se notaba que no era grande de físico, pero si se cuidaba o hacia algo de ejercicio. Podía oler un perfume muy rico y llevaba de fondo música suave en inglés.

Comenzamos el viaje y veo que cada tanto mira el espejo retrovisor. En una oportunidad me dice

-Venís de bailar?

Sorprendida le respondo

-Sí, pero no fue una muy buena noche.

Él me dice: que pena, estás muy linda para terminar la noche así.

No sabía que decirle y el me sigue hablando.

Si querés puedo ayudarte a que termine mejor…

La idea de tener sexo con un desconocido ya me estaba calentando.

-A si??? Como me ayudarías???

Ya estaba segura de algo iba a pasar y fui por todo esperando su respuesta. Siento que va frenando en una esquina, se da vuelta y me dice…

-Subí, adelante y te explico….

No lo dude, baje y el desde adentro me abrió la puerta del acompañante, subí y ni bien lo mire me partió la boca de un beso. Besaba muy bien. Fue apasionado y dulce a la vez. Me empezó a acariciar una pierna mientras me besaba. Yo llevaba puesto un pantalón de Jean y una camisa de seda bastante floja. Sube sus manos y me acaricia las tetas. Ya me estaba prendiendo fuego. Yo le empiezo a acariciar la pija, completamente dura, se notaba de un tamaño normal, pero gordita.

Los dos gemíamos con las caricias y los besos. Me sacó una teta, por arriba de camisa y me la empieza a chupar, cosa que me calienta más aún.

-Vamos a mi casa… Le digo sin pensar.

Arranco el auto y fuimos a la dirección que le dije al subir. Nunca le deje de tocar la pija. Y el cuándo podía, por el pantalón me tocaba las tetas y la conchita por encina de la ropa.

Llegamos a la puerta del edificio y nos metemos en el ascensor. Vivo en el piso 7 y desde que arrancó el ascensor hasta que se detuvo en mi piso no dejo de tocarme y de besarme.

Como puedo abro la puerta del departamento y entramos.

En dos minutos estábamos desnudos, súper calientes.

Me arrodillo y le empiezo a besar suave la pija, la mojo bien, y me la comí entera. Estaba dura como una piedra. El gemía de placer, y lo hacía bastante fuerte. No importaba si me podían escuchar los vecinos, solo quería comerme esa pija. Intensifico los movimientos, metiéndome lo más que puedo en la boca. Le bese los huevos y se la seguí chupando hasta que entre gemidos me dice…

-Querés lechita???

Lo miro con mi mejor cara de zorra caliente y le dijo…

-La quiero toda…

Me agarra de la cabeza y me empieza a coger la boca, liberando tres chorros de leche, la cual trague y le limpie toda la pija, disfrutando de lo que estaba haciendo.

Me levanto, y voy a la cocina a buscar dos cervezas y las tomamos sentados en el sillón.

Ahí nos presentamos formalmente y me cuenta que está casado y todo un bla bla bla que no me importaba mucho. Solo quería pasar un buen rato de sexo. Para cortar con el melodrama, lo agarro de la mano y lo llevo para la pieza. Entre besos y caricias nos volvemos a calentar. A él se le paro al toque y yo estaba muy mojada. Hago que se siente en un pequeño sillón que tengo un rincón y me acuesto en la cama. Él observa cada detalle de lo que hago. Me empiezo a acariciar las tetas, estiro mis pezones, me las amaso… Levanto mis piernas y me las acaricio en forma suave y lenta. Saco de mi mesa de luz una botella de aceite corporal y me la tiro en panza y me la empiezo desparramar por todo el cuerpo, en especial por mis tetas, bajando mi mano hasta la mi conchita (que está completamente depilada) y me empiezo a acariciar el clítoris, suave. Me introduzco un dedo, dos y comienzo a darme autoplacer delante del taxista, lo cual el responde masturbándose y cada tanto escuchaba decir…

-Uh Siiii mmmm…

No aguanto más y de un salto salió del sillón donde estaba y hundió la cara en mi aceitada concha. Me chupaba desenfrenadamente y me metía dos dedos con mucha intensidad, a lo cual respondía con gemidos, retorciéndome de placer. Me encantaba como lo hacía y cada vez me abría más y más. Tuve un orgasmo brutal que me dejo rendida. Siento que se tira aceite en las manos y me hace poner en cuatro, empieza a tocar la cola, me paga un chirlo y me empieza a abrir el culo, me mete un dedo y con la otra mano me sigue acariciando el clítoris, haciendo que me relaje más aún. Me mete dos dedos, y mis gemidos eran más fuertes, me sentía más dilatada y muy caliente. Necesitaba que me coja ya!!

Estiro una mano y le empiezo a acariciar la pija. El sigue jugando con mi culo, dilatándolo lo más que podía.

Se arrodilla en la cama detrás de mí y pone la pija súper dura en la puerta de mi culo y lentamente empieza a meterla. Sentía una mezcla de dolor y placer. Él se notaba que estaba gozando la penetración por mi pequeño orificio. Centímetro a centímetro la fue metiendo hasta tenerla toda adentro y se quedó unos instantes dentro para que mis músculos se acostumbren, mientras tanto, con un dedo me masajeaba el clítoris. Que placer sentía. Comienza a cogerme suave. Se me erizaba la piel con cada vaivén y nuestros gemidos retomaban acción. Me apretaba las tetas, me volvió a dar chirlos en las nalgas, pero esta vez más intensos. Y yo gemía como una perra en celo pidiéndole más y más…

-Ayy si seguí cogiéndome así… No pares…

-Mmmm… Si nena, goza al sentir como te cojo… Me dijo al oído.

Literalmente me estaba taladrando el culo cuando siento que me empiezo a contraer y junto a un gran grito tengo un gran orgasmo con el cual mojo las sabanas de la cama.

Sale de adentro mío y se sienta en el borde de la cama y yo arriba de él dándole la espalda, clavándome su pija entera en el culo nuevamente. Empiezo a cabalgar por encima de él.

-Dale bebe, cógeme mmmm y sácame toda la leche de nuevo…

Volvió a retorcer y apretar mis tetas. Yo estaba como loca saltando arriba de él gritando de placer. Me mete un par de dedos en la concha y simulamos una doble penetración. Me sentía llena de todos lados. Me quita los dedos y toma el control de la penetración. Cierro mis ojos y me dejo llevar por el placer inmenso que sentía. A los pocos segundos, siento como acaba dentro de mí y yo junto a él nuevamente.

Nos quedamos acostados un rato en la cama y nos fuimos a bañar. Se vistió y se fue. Y yo me fui a dormir desnuda, pensando en lo bien que la había pasado con el taxista descocido.

Si te gusto el relato, escribime. [email protected].

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