Mi nombre es Miguel, tengo 45 años y soy ginecólogo. Atiendo mujeres de toda las edades, desde jovencitas muy guapas a señoras muy feas. Soy profesional y siempre me he comportado de la mejor manera excepto una sola vez pero yo no tuve la culpa fui incitado por la joven a que la penetre y le haga el amor. Este relato se va a tratar de esa vez que tuve sexo con una paciente.
Había sido una larga jornada y solo me quedaba una paciente, una tal Lucia de 18 años. La mayoría de las jóvenes suelen venir con sus madres pero ella había ido sola. Cuando la hice entrar me pareció una linda jovencita, tenía buenas tetas y estaba vestida con una remera y una pollerita de jean.
—Hola Lucía.
—Hola señor.
—Me podes llamar por mi nombre, soy Miguel.
—Bueno, está bien Miguel.
—Tengo anotado acá que tenés 18 años, eso es cierto?
—Si.
—Bueno contame porque estás acá, te duele algo?
—Hace unos días perdí la virginidad y luego empecé a sentir un ardor bastante fuerte.
—Todavía lo sentís?
—Sí, claro.
—Te duele?
—Un poco.
—Y que haces para bajar ese dolor?
—Me tengo que tocar.
—Contame cómo fue esa primera vez.
—Fue doloroso al principio pero luego se puso bastante bueno.
—Por que se puso bueno?
—Lo empecé a disfrutar.
—Me podes contar como te penetró, en qué posición y que otras cosas te hizo.
Fue algo rápido, había ido a bailar y conocí a un hombre.
—Él era más grande que vos?
—Él tenía 30 años.
—Podés continuar con tu relato.
—Bueno, yo le mentí y en vez de decirle que tenía 18 años le dije que tenía 22 años. Nos besamos y luego hicimos algo que muchas personas suelen hacer que es tener sexo en el baño.
—Tu primera vez fue en un baño?
—Si.
—Continua.
—Ingresamos al baño de hombres y me metió en uno de esos que tiene puerta. Me senté en el inodoro y empecé a practicarle sexo oral. Yo no pensaba que me iba a penetrar, que solo iba ser una mamada pero él me puso contra la pared y comenzó a follarme.
—Le dijiste que eras virgen?
—No, él lo noto cuando vio sangre en su pene. Me pregunto que si era virgen y le dije que sí, entonces me empezó a follar muy duro hasta que acabo.
—Duro?
—Sí, cuando le dije que era virgen se transformó en otro persona, me bajo el top agarró mis tetas y empezó a follarme con mucha fuerza.
—Se cuidó?
—Sí, él quería follarme sin preservativo pero yo le dije que se ponga uno.
—Bueno, está bien. Decime ahora como era el tamaño de ese pene.
—Bastante grande y gordita.
—Lo que vamos hacer ahora es que te vas a recostar sobre la camilla.
—Bueno.
Mientras ella se recostaba yo hacía que anotaba algo en un papel pero era mentira, sólo quería que pase unos minutos para que mi pija que se encontraba en estado erecto baje un poco.
—Necesito que te saques la pollera y tu ropa interior.
Yo me quedé viéndola como se sacaba el vestido y luego una tanguita de color rojo.
—Abrí bien las piernas para que yo pueda ver mejor.
Ella abrió las piernas y yo me puse a ver con más detenimiento su coño. Con mis guantes puesto y mis lentes empecé a tocar la zona y pude apreciar que tenía una leve inflamación vaginal.
—Tenés una leve inflamación.
—Me tengo que preocupar?
—No, ahora te pasó una crema y en unos días se te va.
Agarre un tarrito, me acerqué a su concha y con un dedo le empecé a pasar la crema. Entonces sucedió que la joven se empezó a excitar, primero su cuerpo se puso tenso y luego movió su cabeza para ambos lados.
—Siiii, así Miguel, seguí así.
—Quedate quieta que ya terminó.
Ella agarró mi mano y me pidió que le haga algo más.
—Méteme un dedo por favor.
—Soltame que ya terminó.
—Por favor te lo pido.
Como ella no me soltaba tuve que acceder a su pedido. Le metí mi dedo más grande hasta el fondo y ella rápidamente soltó mi mano.
—Así te gusta?
—Seguí así Miguel.
Yo empecé a masturbar a la joven con mi dedo y mientras lo hacía comencé a tener una erección. Luego me bajé el cierre del pantalón y saque mi pija hacia afuera. Ella me la agarró y empezó a pajearme mientras yo la masturbaba. Sucedió que luego me la empezó a chupar recostada sobre la camilla. Luego dejé que baje para que se arrodille y siga chupándomela.
—Metemela Miguelito.
Yo agarre y me puse unos de esos preservativos que les doy a las chicas que vienen a atenderse. Mientras yo me ponía el globito ella se sacó la remera y el corpiño y se puso en cuatro con sus codos sobre la camilla. Empecé a follarla con mis manos agarrada a su cintura y haciendo que mis huevos golpeen con violencia la cola de ella. Sus pechos me volvían loco, se movían al ritmo de mis embestidas.
—Ahh ahh ahh —decía ella.
Recuerdo que la agarre de los pechos y fui levantado su cuerpo hasta estar casi pegado al mío y empecé acelerar mis embestidas hasta que acabe en un orgasmo. Luego ella se arrodillo, me saco el preservativo y empezó a chupármela hasta que se cansó. Después se vistió y se fue para nunca verla más.