Mi nombre es Paula y tengo 40 años. Hace 2 años me separé de mi esposo y ahora estoy conviviendo con otro hombre y mi hijo de 18 años. Lo que más extraño de mi ex es el sexo, con él teníamos muy buena química y hacíamos el amor en cualquier lado. Mi actual pareja trabaja mucho y en muchas ocasiones sucede que yo ando con ganas de ser penetrada, pero él me da a entender que se encuentra cansado y que no tiene ganas en ese momento.
Mi hijo ya con sus 18 años se había convertido en todo un hombre, ya tenía algo de barba y se parecía mucho a su padre. Sucedió entonces que empezó a tener novias y a llevarlas a su cuarto para tener sexo con ellas. No sé porque pero me ponía muy celosa, no me gustaba verlo con otras mujeres. Recuerdo que él ponía música en volumen alto para que no se escuchara que estaba teniendo sexo, pero igual yo me acercaba a su puerta y podía escuchar claramente como la chica gemía de placer y eso me excitaba mucho.
Una mañana yo entre a su cuarto para ir a buscarlo para que desayune y me lo encontré durmiendo con la hija de la vecina. Levanté la sabana y lo vi desnudo con una poronga grande como la de su padre. No pude contenerme y entonces la agarre con la mano y empecé a pajearlo. Sucedió que la chica se despertó y me vio que estaba haciéndole una paja a mi hijo, yo le hice el gesto de silencio y ella me sonrió y vio que mi hijo seguía durmiendo. Deje de pajearlo y le indique a la joven mediante un gesto que se la chupe. Ella la agarró y empezó a mamársela mientras yo miraba como lo hacía. Luego ella me dejó el lugar y yo empecé a chupársela. Fue entonces que mi hijo comenzó a despertarse y me vio que se la estaba chupando.
—MAMA.
—No grites que tu padrastro está durmiendo.
—Me estas chupando la pija.
—Cálmate.
El volvió a apoyar la cabeza en la almohada y coloco sus manos en la cara como un gesto de que no quería ver. Luego volvió a levantar la cabeza para ver cómo se la chupaba. La chica puso sus manos en sus hombros y le hizo volver a poner la cabeza en la almohada. Ella lo tranquilizo haciendo eso y luego comenzó a besarlo mientras yo seguía chupándole la pija.
—Que rica que esta hijo.
Luego yo deje de chupársela para que ella pudiera subirse arriba de él y así pudieran follar. Mientras ellos cogían yo empecé a sacarme la ropa captando la mirada de mi hijo. Me subí a la cama y cuando la pija de mi hijo se salía del coño de la chica yo se la mamaba y luego la volvía a colocar. Después toco mi turno de cabalgar, me coloque encima de su pija y empecé a moverme como una loca. La chica puso su coño en la boca de mi hijo, apoyo sus manos en la pared y empezó a disfrutar del sexo oral que le estaba haciendo mi hijo. Yo mientras me movía con su pija clavándome me tocaba los pechos logrando que me excitara cada vez más.
—Ahh ahh —decía yo.
La chica luego se dio vuelta y mientras mi hijo le comía el coño me empezó a besar en la boca y luego agarró mis tetas para chuparlas. Después yo me levanté y desnuda me fui a ver si mi pareja seguía durmiendo. Como lo vi que seguía descansando regrese al cuarto de mi hijo y los encontré haciendo un 69, él le estaba comiendo el coño y ella su pija. Me acerqué a ella y juntas nos pusimos a chupársela hasta que sin avisar él se vino y le lleno la boca con su leche.
—Yo también quiero —dije.
Nos besamos y ella metió un poco de la leche de mi hijo dentro de mi boca. Luego de ese momento yo me vestí y fui a despertar a mi pareja. Entre al cuarto y lo desperté haciéndole una mamada como lo había hecho con mi hijo. Le dije que iba a preparar el desayuno y él me dijo que se iba a bañar primero. Ocurrió que fui a la cocina para preparar el desayuno pero mi hijo me interrumpió cuando me agarró de la cintura y me dio un beso en la mejilla.
—Te quiero mami.
—Yo también te quiero.
—Tu novia ya se fue?
—Si.
El me empezó a tocar los pechos mientras yo intentaba preparar el desayuno.
—Para un poco que nos va a ver Pablo.
—No te preocupes, recién lo vi que entró al baño para bañarse, tenemos tiempo para hacer cositas.
—Qué cosas me harías?
—De todo mami, estas buenísima.
—Mira lo que tengo para vos.
Me di vuelta y vi que tenía su polla erecta en la mano.
—Ahora no.
—Ahora sí.
El me bajo el pantalón, corrió la tanga y empezó a follarme en la cocina.
—Te gusta mami?
—Nos va a ver Pablo.
Él no me hizo caso y siguió follándome con sus manos sujetadas a mis tetas. Él quería llenarme rápido el coño con su leche y por eso me embestía con mucha fuerza.
—Quédate quieta que ya me vengo.
—Apúrate hijo.
Él tuvo un orgasmo y me lleno la cuevita con su leche. Me subió el pantalón y yo tuve que preparar el desayuno para los tres con su leche dentro de mí.