Les contaré que hace algunos meses salimos a cenar con mis compañeros de trabajo. Todo iba muy bien hasta que llegó el novio de una amiga, él siempre era muy atento conmigo y de vez en cuando me echaba miradas muy cachondas, pues él sugirió seguir la fiesta en un antro y todos estuvimos de acuerdo.
Todo iba muy bien, empezamos a bailar entre todos y la fiesta estaba a todo lo que daba. Ya al calor de unas copas él aprovechaba que su novia estaba un poco distraída y me empezaba a agarrar la mano. Me decía que le gustaba mucho y quería pasar un buen rato conmigo, yo le seguía la corriente pues de momento pensaba que solo eran palabras de borracho.
Pero la noche se empezó a poner más intensa, él ya no quería estar ni bailar con su novia lo único que quería era estar a mi lado. Según sus palabras, me decía que quería coger conmigo, quería probar mi picha y sentirse dentro de mí, hacerme gemir de placer, que los dejáramos ahí y fuéramos a un lugar más privado.
De momento no le tomé la palabra y todos salimos del antro. Para eso mi amiga y yo íbamos juntas pero ella se tuvo que llevar el carro de su novio porque ya estaba algo tomado y yo me llevé el de ella.
Al llegar cerca de su casa hicimos cambio de coches y él aprovecha para volverme a insinuar que quería estar conmigo, me dijo ‘espérame la voy a dejar a su casa y ahorita nos vemos para seguir la fiesta’.
Dudé un poco pero al final decidí esperarlo, no quise quedarme con esa espinita y ya estando ahí podíamos pasar un buen rato.
Después de un rato él llegó a donde lo estaba esperando y se subió a mi carro. Empezó a besarme y a meter mano por donde podía. Yo me empecé a excitar y solo pensaba en sentirlo dentro.
Mientras hacíamos esto yo le mandaba mensajes a mi novio de que ya iba para mi casa, cuando en verdad estaba entrando a un hotel con el novio de mi amiga.
Llegamos y la ropa parecía estorbarnos, fajamos muy rico, aún recuerdo como sus manos acariciaban mi cuerpo con tantas ganas y sus besos llenos de pasión.
Me quitó mi ropa interior y empezó a chupar lentamente mis pechos, jugaba con mis pezones, mientras que con su mano me daba suaves masajes en mi clítoris mojándome poco a poco.
Me tumbó en la cama y solo me dejé llevar entregándome al placer que me proporcionaba. Bajó lentamente por mi abdomen y se instaló cómodamente en mi clítoris dándole suaves chupadas mientras yo disfrutaba pensaba en tenerlo ya dentro y sentir lo duro que estaba dentro de mi vagina.
Pero antes de eso quise sentirlo en mi boca así que baje poco a poco y empecé a chupar su verga dura, a pasarle una y otra vez la lengua por la puntita para sacarle ese juguito tan rico que les sale al estar excitado.
Le chupaba suavemente los huevos hasta que ninguno de los dos pudo más y me penetró, fue tan rico sentirlo dentro. El entrar y salir una y otra vez y darme bien duro el solo recordarlo me vuelve a calentar.
Me puso de a perrito y me daba unas ricas nalgadas mientras me metía su verga a lo más profundo. Yo gemía de placer queriendo más y más. Fue una experiencia muy buena cogimos en varias posiciones, me hizo sentir mujer en muchas formas y ya cuando se iba a terminar puso su verga en mi boca para que me llenara de su rico semen.
Salimos de ahí como si nada y cada quien tomó camino a casa. Al otro día como si nada hubiera pasado, pero entre nosotros teníamos esas miradas de cómplices, con gusto lo volvería a repetir.