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Relajante masaje en el agua
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Había sido un día horrible, la presión del trabajo había podido conmigo y para colmo el coche me había dejado tirada y me tocaba volver andando desde el trabajo. Mirando unos escaparates para hacer la vuelta más amena mis ojos toparon con un anuncio 'Deja atrás tu cansancio y prueba los masajes en agua'. La verdad que sonaba tentador y mi curiosidad y cansancio hicieron que me decidiera a entrar intentando acabar con este dichoso día.

En la entrada me recibió una mujer muy simpática vestida con una elegante bata negra ribeteada en dorado. Me preguntó qué era lo que deseaba y le comenté que estaba interesada en el anuncio del escaparate. Me dijo que tendría que esperar un poco, pero dado el día que llevaba no me importó.

Me senté a esperar y tras diez minutos salió un chico de unos 30, vestía un pijama negro de manga corta igual que la bata de la recepcionista que dejaba ver sus musculosos brazos. Preguntó por Sophie y le dije que era yo, me indico que le siguiera hasta una especie de vestuarios y me dio un pequeño biquini blanco, de esos que tanto la braguita como el top van atados con cordones y un albornoz para que me lo pusiera y me indico que cuando estuviera lista me dirigiera al cuarto contiguo. Me cambié rápidamente y pase a una sala donde había una gran bañera rectangular con una escalerilla para meterse.

El chico se presentó, me dijo que se llamaba Víctor y que él iba a ser mi masajista personal. Luego entró y me indico que me sacara el albornoz y entrará y así hice. La cálida agua acarició mi piel mientras me metía en la bañera. Me indico que me tumbara dejando únicamente mi cabeza fuera del agua, mientras él ponía una suave música relajante de fondo. La verdad que el ambiente era súper relajante entre la música, la luz tenue que había y el delicioso aroma que se respiraba mi mal humor estaba empezando a desaparecer y esto no había nadie más que empezado.

Víctor me indico que cerrara los ojos y me dejara llevar por sus indicaciones. A continuación comenzó a decirme: "Respira profundamente y suelta el aire poco a poco, ahora estira tus brazos siente como se relajan y comienzan a flotar. Repite lo mismo con tus piernas, estíralas y relájalas y déjalas que floten. Ahora estira tu espalda, nota como se estira y todas las tensiones van desapareciendo. Nota como todo tu cuerpo flota y se relaja, se vuelve ligero. Ahora déjate llevar por las sensaciones."

La verdad es que lo estaba haciendo. Estaba como en otra dimensión, me había evadido completamente. Entonces comenzó a realizar pequeñas caricias por mis brazos que mezcladas con la sensación del agua hicieron que un pequeño escalofrío recorriera mi cuerpo, y que mis pechos que sobresalían del agua se endurecieron notablemente a consecuencia de este. Víctor continúo con sus caricias realizando círculos por mi vientre y haciendo que mi cuerpo a pesar de estar relajado se pusiera en alerta. Después paso a mis piernas, centrándose primero en realizar suaves caricias sobre una y luego en otra. Poco a poco fue subiendo y empezando a centrarse en la parte superior de mis muslos rozando de vez en cuando mis labios que a estas alturas comenzaban a humedecerse.

Se detuvo y entonces comenzó a acariciar mis pechos, trazando suaves círculos sobre la fina tela del biquini que poco dejaba a la imaginación. Sentía mis pezones como piedras. Entonces desató el top del biquini liberando mis pechos y empezó a pellizcar mis duros pezones. Lo cual dejo que se me escapara algún ligero gemido. Tras jugar un rato se dirigió a mi concha y sobre la braguita comenzó a masajearme. Mi humedad crecía y parecía notarlo porque corrió la tela y empezó a jugar con sus expertos dedos en mi rajita, presionando de vez en cuando sobre mi clítoris produciéndome pequeños suspiros.

Después desató los cordones de la braguita del biquini quedándome totalmente desnuda. Empezó a introducir un dedo un mi mojadita conchita mientras amasaba mis pechos con su otra mano. Después introdujo otro dedo y comenzó a moverse en círculos dentro de mi a la par que dejaba mis pechos y su otra mano se centraba en mi clítoris, acompasando los movimientos de sus dos manos. Mi cuerpo flotaba ligeramente arriba y abajo, sus dedos se movían cada vez más rápidos, ya no podía más, explote con un gran gemido y las contracciones de mi sexo que hacían que mi cuerpo flotará arriba y abajo al compás de estas. Había tenido un orgasmo increíble. Poco a poco me fui recuperando y abrí los ojos, encontrándome con la intensa mirada de los ojos verdes de Víctor que me miraban. Este me tendió la mano, me ayudó a incorporarme y poco a poco salí de la bañera y me puse el albornoz que me tendía, todavía sin creerme lo que había experimentado.

Víctor me indico que todavía no había terminado que ahora faltaba el masaje y me dirigió hacia una camilla que había en un rincón en la cual no había reparado antes. Y entonces…

Continuará…

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