Me levanté, hice mi rutina de abdominales y sentadillas, me di una ducha. Me vestí con mi ropita interior roja y el uniforme de verano, minifalda, camisa blanca toda entallada y tacones rojos; estaba pronta para ir al trabajo, cuando mi tío tocó el portero.
El: Manu, mi sobri favorita, puedo subir? traigo donas para desayunar juntos.
Yo: Tío que linda sorpresa! ya me iba, pero sube.
Cuando llega así sé que me viene a dar su cariño y me gusta estar sin límites para él, por eso me subía llamé a mi trabajó para avisar que me retrasaría un poco.
Llega y le abro la puerta le beso bien fuerte, y ya de ahí no me despegue, lo puse a un lado de la puerta contra la pared, y lo comencé a besar y desabrochar su camisa.
Yo: Te estaba extrañando, hace días no venías, te parece si te la chupo un poco antes de desayunar, a ver si está tan rica como siempre -dije y llegué hasta el último botón de su camisa, comencé abrir su bragueta.
El: Manuelita, yo también te extrañe, chúpala bien que estoy muy cargado, y si quieres desayunar chúpala bien que te dejó la lechita toda en esa boquita hermosa que tienes- me dice quitándome el pelo de mi cara para ver cómo, yo ya tengo su pene creciendo y endureciéndose en mi boca.
Sentimos ruidos y vimos que habíamos dejado la puerta sin cerrar, estiró el brazo y la cerró, su pene ya estaba hermoso como siempre y yo disfrutándolo como me gusta, el sosteniendo mi cabeza me lagirs para que mi boca le coma sus testículos, siempre pendulares y grandes.
Uno por uno me los puse en boca y me lo disfruté mirándole la cara de placer y los ojos entrecerrados que ponía con cada lengüetazo que le daba desde la base de su pene hasta la puntita de su glande.
Los primeros flujos seminales, los comencé a sentir en boca, así como su cuerpo se comenzaba a estremecer, y fue tiempo para llevar su pene, ya en su clímax, a lo más profundo de mi garganta hasta casi atorarme con él y empezó sus embestidas golpeando con sus testículos mi pera.
El- Pendeja, cada vez la chupas mejor o es que te extrañaba mucho? sigue así que te vas a llevar un buen desayuno- exclamaba de placer y yo comenzaba a mojarme y ponerme loca de excitada.
Intensifique mi succión ayudada con las manos estimulaba todo su pene y genitales, los músculos se volvieron tensos, quitó unos centímetros mi cara de su pene y anunció que venía. Tome con mis manos sus glúteos abrí mi boca extendí mi lengua y recibí toda su descarga dentro.
El- Tómala toda y haz el favor a tu tío; que no quede ni una gota -metiendo su miembro nuevamente en mi boca.
Terminé con todo lo suyo en mi boca, no todos los semen son iguales, el de mi tío tiene un sabor especial y una densidad óptima a pesar de ser muy viscoso, lo mire le mostré todo lo que con mi boca había juntado y lo tragué, porque sé que a él le gusta.
El- Que bienvenida me diste Manuelita, siempre educadita, y comiéndose todo- dice y me mira con una pícara sonrisa mientras sube su bragueta, también lo miro sonriendo y frotó mi lengua por mis labios en señal de sabroso.
Yo: Gracias por el desayuno, me encanta recibirlo así, me voy a enjuagar, tu prepara el café y te quedas para charlamos un rato.
El: Si preparo el café, pero lo de charlar lo discutimos cuando vuelvas de baño, porque no tenemos mucho tiempo y yo estoy aquí para a comer y hacerte esa colita que tanto se me antoja.
Yo: si tío lo que quieras y por lo que quieras, voy a enjuagarme y seguimos.