Mi nombre es Matías, tengo 33 años y trabajo de empleado en un supermercado. La historia que les voy a contar sucedió hace unos meses.
En el lugar tenemos muchos clientes habituales, una de ella solía venir en reiteradas ocasiones con su hija María de 18 años. Ella es una joven delgada de cabello rizado que usa lentes.
Hubo una ocasión que María fue a comprar sola sin su madre. Ella termino de comprar demasiados productos y me pidió que la ayude para llevar esas 4 bolsas cargadas a su casa. Como ella es hija de una clienta habitual mi jefe me dejó que la ayude, así que tome las bolsas y la acompañe a su casa. Ese día ella estaba vestida con un jean, una musculosa verde y era visible que tenía puesto un corpiño negro.
Al llegar a su casa y de haber dejado las bolsas en su cocina yo me dispuse para volver al trabajo pero ella antes de irme me sirvió jugo en un vaso y me empezó a hacer algunas preguntas personales.
—Tenés pareja Gus (mi nombre es Gustavo)?
—Soy una persona casada con dos hijos.
—La amas?
—Pues claro.
—Le fuiste infiel alguna vez?
—Que pregunta son estas?
—No te enojes, solo quería saber.
—Bueno me tengo ir.
—Espera, te quiero mostrar algo.
En ese momento ella empieza a jugar con la hebilla de mi cinturón.
—Pero que haces??
—Te quiero mostrar lo que se hacer.
Ella me empezó a acariciar el bulto y yo la detuve con mi mano.
—Que es lo que querés??
Al escuchar mi pregunta me hizo una sonrisa muy picarona. Luego ella se arrodillo en el suelo y con sus dos manos me empezó a acariciar el bulto.
—Sabes lo que quiero – ella respondió.
Yo me estaba excitando con el toqueteo de sus manos, así que deje que lo siga haciendo.
—Te gusta cómo te la toco??
—Tengo que volver al trabajo, mi jefe se va enojar conmigo.
—Solo van hacer unos minutos.
Ella me desajusto el cinturón y me bajo el pantalón. Quede en bóxer y se notaba que tenía una erección. Ella saco la lengua y me la paso por encima de la pija, luego me saco el bóxer y mi pija quedo apuntando a su cara.
—Que linda que es – ella dijo.
María acerco su boca a mi pija y luego de darme un beso en la punta de mi pene volvió a mirarme con una enorme sonrisa en la cara. Luego agarró mi pene y empezó a hacerme una paja y mientras lo hacía se arregló el cabello con la otra mano.
—Dios mío, estas loca.
Ella volvió a mirarme con una enorme sonrisa y luego comenzó a chuparme la pija. Mientras ella se tragaba mi pija yo le arreglaba el cabello porque había algunos pelos que le molestaban. En ningún momento se quitó los lentes, me la chupaba con ellos puesto. Por momentos se sacaba la pija de la boca y empezaba a lamerme por los costados. Yo también hacia lo mío, cuando tenía mi pija dentro de su boca la tomaba de la cabeza y le hacía tragar toda, luego la soltaba.
—Estuvo muy bueno todo esto pero tengo que volver al trabajo.
—Espera que todavía no acabé.
Ella se levantó del piso, se bajó el jean junto con la tanguita, se puso en cuatro con su medio cuerpo recostado sobre una mesa y empezó a pedirme pija. Antes de metérsela metí mis dedos en su vagina para saber si estaba bien mojadita. Al ver que no necesitaba lubricación metí mi pija y empecé a cogérmela.
—Ahh ahh ahh.
—Te gusta putita de mierda?
—Me encanta – se escuchó decir.
Luego la solté de la cintura para poder apoyar mis manos sobre su cabeza y empezar a embestirla de forma más rápida y fuerte.
—Seguí así papi.
Fue entonces que termine teniendo un buen orgasmo dentro de ella, luego me limpio la pija con una mamada y luego regrese al trabajo. Tuve que pedirle disculpas a mi jefe por haberme demorado casi 40 minutos.
Mis encuentros sexuales con ella volvieron a suceder en muchas ocasiones, algunas veces ella iba al súper y yo me la llevaba al depósito y me la cogia allí.