Eran cerca de la una de la mañana cuando Allison, una chica muy bella de cabellos rojizos y ojos miel entró entre carcajadas hasta su habitación. Suspiró feliz y caminó hasta su cómoda para sacar una pijama y su toalla; iba a darse una ducha rápida antes de dormir.
Ese día había cumplido dieciocho años y no podía ser más feliz por eso. Toda su familia había ido para celebrarla y tanto la fiesta como sus regalos habían hecho de la ocasión algo inolvidable. Además, por fin había podido hablar en persona con sus primas, a las cuales quería mucho y hace un año no veía.
Haciendo algo de memoria, recordó algo muy curioso que ellas le habían mencionado después de beber muchas cervezas, ella no porque sus padres la querían lucida pues su “regla de NO alcohol” no se le quitaría hasta dentro de una semana. Volviendo al tema, ellas le habían dicho entre risas y alucinaciones que habían conocidos tipos grandiosos y morbosos en un chat en línea. Al verlas en ese estado, no les hizo tanto caso y continúo disfrutando su fiesta, pero ahora que lo pensaba… si tenía algo de curiosidad acerca de eso.
Sabía que había páginas para hablar “caliente” entre extraños, y en realidad nunca se había detenido a pensar en entrar en una. Tal vez dejándose llevar por la idea de que aún era menor.
Dejo su pijama encima de su cama y tomo la toalla antes de mirar su computadora de escritorio. Jugo un poco con uno de sus mechones antes de reír para sí misma y tomar lugar frente a la pantalla. Abrió una venta de incognito y busco algún chat de ese tipo, lo cual consiguió rápidamente.
Al entrar, la página le pidió un seudónimo. No iba a poner su nombre, así que pensó un poco antes de mirar maliciosa el teclado y escribir algo rápido.
—“NovataSexy” —leyó en voz alta antes de aceptar y ser llevada a una sala de chat—. Ok, veamos cómo va esto. Mientras algo sucede me bañaré.
Y tal como lo dijo, se levantó dejando la ventana abierta y camino hacia el baño, en donde se desvistió y entro disfrutando de una larga y relajante ducha.
Salió unos cuantos minutos después, envuelta en su toalla. Se secó bien el cabello y empezó a vestirse con la ropa que había preparado. Estaba por acostarse cuando vio su computadora encendida.
—Lo había olvidado —menciono sorprendida. Camino hasta su lugar y quito el protector de pantalla para ver que había conseguido— ¡No puede ser!
Se acercó a la pantalla y vio que nada de eso era mentira: tenía bastantes pestañas con mensajes para ella. Nunca pensó que tantos hombres la llamarían. Recobrando el aliento, escogió uno al azar y leyó lo que le había mandado:
—Hola. ¿Qué tal?
—Muy bien, ¿tú que tal? —respondió para ver que seguía.
—¿Qué edad tienes? —Leyó. Escribió que dieciocho y obtuvo una respuesta rápida— Mmm, me gustan las jovencitas.
—¿Tu qué edad tienes? —pregunto algo extrañada.
—Cuarenta, bebé. ¿Te molesta?
Sin duda un hombre mucho mayor que ella no era lo primero que se le venía a la cabeza al pensar en un hombre guapo y sexy, pero ya que nada de eso sucedería en realidad se encogió de hombros y le respondió.
—Claro que no. Me encanta.
—¿Cómo estas vestida, hermosa? ¿Y cómo eres?
Se miró a sí misma y escribió rápido un nuevo mensaje.
—Una blusa de tirantes y un short cortó. Soy alta, pelirroja, pechos grandes y caderas anchas.
Luego de enviar eso, solo recibió mensajes de aquel hombre en el que le decía como la tomaría por atrás y le metería el pene entre sus nalgas. Aquello la sorprendió, pero aun así siguió leyendo, tal parecía que el solo necesitaba una descripción para excitarse.
“Te lanzaría en la cama y chuparía tu culo al mismo tiempo que te pego en el trasero”
“Pondría mi verga en tu boca y te la follaria hasta que me venga. Espero que te lo tragues zorra”
“Estarías en cuatro y te rompería el coño mientras aprieto tus tetas. Mmm, eres una gran perrita ¿no?”
“Tu sentada encima de mí y cabalgado mi fierro mientras gimes como una puta. Maldita zorra, estoy tan duro ahora mismo”
Leía todo con atención y sin darse cuenta de que en momento empezó, vio que tenía las piernas abiertas y su dedo índice se paseaba a todo lo largo de su vagina por sobre la braga. Se sonrojo y siguió leyendo todo aquello que él le decía.
En cierto momento, una nueva ventana de chat se abrió y ella fue a ver de qué se trataba.
“¿Quieres que te penetre y te haga gritar de placer como una puta?”
Movió su dedo alrededor de su clítoris y empezó a jadear. Empezaba a sentir mucho calor.
Fue hasta el chat grupal y rápidamente escribió algo de lo esperaba no arrepentirse.
—Mándenme mensajes morbosos diciéndome como me desvirgarían. Le contestare al que más me moje.
Espero unos segundos y pronto muchos mensajes empezaron a llegarle. Los abrió uno por uno, mojándose cada vez más y en cada uno presionando su entrada, ahora con dos dedos.
“Te pondría contra la pared y te lo metería de una”
“Empezaría lento para luego penetrarte y hacer que grites tanto como puedas”
“Me pondría encima de ti y lamería tu coño hasta desvirgarte con mi lengua”
“Yo dándote por atrás, y un amigo por delante mientras se la chupas a otro. Para que quedes satisfecha puta”
“Te sometería y alzaría tu culo para lamerlo todo y luego romper tu himen, mmm que rico marcar placer a una perra como tú”
Para ese punto, Allison jadeaba con la lengua de fuera y había hecho a un lado su braga, ahora sus dos dedos daban círculos en su entrada palpitante mientras movía sus caderas hacia adelante y atrás.
Recibió una notificación de video llamada y la acepto casi sin pensar. En toda su pantalla, apareció la imagen de un hombre mayor, con una gran barriga, desnudo, y masturbándose tan rápido como su mano se lo permitía.
Ver ese fierro moviéndose y sacudiéndose casi como invitándola a chuparlo y hundirlo en su cavidad vaginal, jadeo más fuerte y finalmente hundo en su entrada ambos dedos. Con la otra mano, se levantó la blusa y sus dos pechos de gran tamaño se sacudieron debido a la brusquedad.
—Hermosa —murmuro con lascivia aquel hombre, quien sonrió de lado y siguió con lo suyo.
Allison apretaba sus tetas y ahora se penetraba más rápidamente con los dedos. Gemía y murmuraba cosas inentendibles mientras se retorcía de placer. Escuchaba a aquel hombre insultándola mientras le decía que quería acariciarla y chuparle cada parte de su cuerpo, todo eso la calentaba y la hacía desear más.
Así continuo por varios minutos más hasta que ahogo un grito al mismo tiempo que veía a aquel sujeto venirse y regar por todas partes su semen. Metió sus dedos hondamente y al igual que se vino, dejándose caer en su silla.
Aún con sus tetas en alto, se recargo en el escritorio y vio como el tipo le enviaba por mensaje una dirección y un número de teléfono antes de desconectarse. Vio aquello hasta el final, en donde venía escrito “Déjame tenerte frente a mí para hacerte mía.”
Sonrió complacida, pero aun así cerró aquello sin copiar ni el número ni la dirección. Sonaría ambiguo, pero su primera vez tenía que ser especial, y tenerla con alguien como él no era una opción.
Cerró el chat y se dedicó a sobar uno de sus pezones mientras acariciaba su cadera.
—Creo que ya sé cómo celebrar con mis primas mañana —sonrió encantada y se dejó caer en el respaldo de su silla—. Allison, mañana vas de cacería.