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Katherine, un manjar para dos violadores
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hacía pocos días que su familia había llegado a la ciudad y Katherine recién estaba adaptándose a su nueva vida. Su padre, que era agregado cultural de la Embajada de su país había sido transferido a esta ciudad y por ahora todo era nuevo para la chica. Ya había pasado por situaciones así, pero le costaba adaptarse al nuevo colegio, a los profesores y a sus compañeras. Sobre todo no se acostumbraba a usar ese uniforme colegial, pollera tableada a cuadros y blusa blanca con corbatita también a cuadros. Le parecía que era ridículo y le hacía parecer una niña, los que la miraban no pensaban lo mismo ya que el aspecto de Katherine era sumamente atractivo: una chica alta, de largo cabello rubio, una cara aniñada con unos ojos azules que revelaban su ascendencia centroeuropea ataviada con una corta pollera que daba destaque a sus largas y esbeltas piernas.

Pero lo que más resaltaba de la joven era el desarrollo de sus pechos, que para sus 18 años eran de un tamaño muy superior al de las demás chicas de su clase. Esa tarde, cuando sonó el timbre marcando el fin del horario, la chica se encamino a la salida y decidió seguir el consejo que le habían dado para acortar el camino hacia la parada del colectivo, tomando por un callejón adyacente al colegio.

Había caminado dos cuadras por ese callejón poco habitado cuando al llegar a la esquina vio que la calle terminaba abruptamente. "Me debo haber equivocado" pensó y dio la vuelta para volver por donde había venido. De repente vio a dos hombres en el frente de una casa, uno bastante mayor y un moreno un poco más joven, que la miraban mientras ella se acercaba. La chica era muy inocente y no se percató de las miradas lujuriosas de los sujetos que veían venir a esa deslumbrante chica hacia ellos. Katherine se detuvo y pregunto, dirigiéndose al señor mayor "Disculpe señor, por donde debo ir para llegar a la avenida tratando de hablar en español lo mejor que podía. Los dos hombres la miraron de arriba abajo, no perdiéndose detalle de las piernas ni de los prominentes pechos de esa belleza escultural. El más viejo empezó a contestar, haciéndole una seña al otro sujeto "No sé dónde queda la avenida, lo que sé es que una nenita como vos hay que cogerla". La chica quedo helada, demorando en comprender que le decía ese hombre, cuando sintió que desde atrás el otro hombre la tomaba de un brazo y con el otro le cerraba la boca. El más viejo dijo "Vamos a llevarla adentro" y tomándola del otro brazo la llevaron como un muñeco hacia el interior de una vivienda.

Katherine trataba de soltarse pero era inútil, el moreno era muy fuerte, la hicieron entrar a un dormitorio y la chica empezó a aterrorizarse, solo había una cama de dos plazas en el medio de la pieza. El más viejo dijo "Agárrala bien" y salió del cuarto volviendo enseguida con un trapo grande y unas cuerdas. La chica vio con pánico que la amordazaban y luego, mientras dolorosamente el moreno le ponía los brazos en la espalda el más viejo la ato con fuerza.

El viejo se puso frente a ella y la miro con lujuria, era un bombón, su cara aterrorizada, sus ojos azules desmesuradamente abiertos, su boca tratando de gritar por sobre la mordaza lo tenía excitado. Empezó a desprenderle los botones de la blusa, haciendo a un lado su corbatita. Katherine intento resistirse pero el otro hombre la sujeto con fuerza. La cara del más viejo se transfiguro por la lascivia al ver en libertad los grandes pechos de la chica. "Que tetas tenés pendeja" y empezó a amasarle con las dos manos los parados senos, sus manos apenas podían cubrir toda la superficie de esas tetas y las acaricio y apretó mientras le escurría saliva por un costado de la boca. Katherine todavía no podía creer que le estaba pasando esto, mientras por delante un viejo degenerado le sobaba los pechos el otro despreciable sujeto que la tenía agarrada por detrás le subía la pollera y acariciaba una nalga.

El viejo totalmente caliente empezó a chuparle un pezón mientras seguía sobándole el otro pecho, el moreno había levantado completamente la pollerita de la chica hasta la cintura y con las dos manos amasaba la suave carne de las nalgas y muslos de Katherine. El viejo fuera de sí al ver a la chica semidesnuda la llevo a los empujones hacia la cama, entre los dos la acostaron boca arriba y el viejo no le dio tiempo a cerrar las piernas, con las dos manos separo sus muslos y bajo su cabeza hacia la entrepierna de la chica. Katherine gimió desesperada, iban a violarla y nada los iba a detener, quería morirse, empezó a sentir la lengua del viejo pasando por sobre su tanga buscando los costados y volviendo luego hacia el centro. El olor a sexo fresco de esa pendeja enloquecía al viejo, tenía su verga totalmente dura,, tomo con sus manos los costados de la pequeña tanga y tiro buscando romperlos, volvió a hacerlo y ahora la tela se rompió liberando la conchita surcada por pocos vellos rubios, unos deliciosos labios rosados. El viejo se zambullo sobre esos labios y empezó a chupar como poseído, El moreno aprovecho a abrir del todo la blusa y a pesar que la chica se movía resistiéndose, le tomo con cada mano sus pechos y los amasaba con fuerza, al cabo de unos segundos no se aguantó más y empezó a chupárselos. Katherine ya casi no podía resistirse, amordazada y atada de brazos era poco lo que podía hacer. Sus grandes ojos miraban al techo pensando que esos degenerados la iban a violar, iba a perder su virginidad con ese asqueroso viejo que la estaba chupando sin cesar. El viejo se incorporó, decidido a no esperar más, tomo de los tobillos a la chica y la arrastro hasta el borde de la cama, le levanto las piernas y puso su duro miembro entre las piernas y empujo sobre la mojada concha insertándole la cabeza de su verga, sintió como una resistencia a la penetración y el viejo volvió a empujar ahora si metiéndose dentro, la chica se estremeció ante la violación, el viejo empezó a moverse adelante y atrás hasta meterle toda la verga en el interior y se movía con furia acometiéndola sin cesar, el viejo se sentía en la gloria cogiéndose esa pendeja, sintiendo la apretada concha que estaba penetrando y el gran placer que sentía exploto en una enorme eyaculación derramándose dentro de la chica, siguió embistiéndola hasta después de haberse vaciado y solo después de un rato se desprendió con su pene fláccido de la concha de la chica. El moreno dijo "desvirgaste a la pendeja" al ver las gotas de sangre mezcladas con el semen que escurría por la entrepierna de Katherine. La chica quedo derrumbada con sus piernas abiertas, sus mejillas enrojecidas ahora eran surcadas por lágrimas de dolor y humillación. Sintió que el viejo violador dijo "Te quedo el culo para desvirgar a vos Pocho" y esas palabras volvieron a aterrorizar a la joven, quiso levantarse y resistirse pero nuevamente, como si fuese un muñeco, los dos violadores la pusieron boca abajo en la cama, el moreno el alzo por las caderas empinándola y dejando expuesta sus nalgas. Sintió como la manosearon, sus muslos y sus glúteos fueron sobados y acariciados hasta que sintió que el moreno se ponía sobre ella y abría desmesuradamente sus nalgas para chuparla, subía y bajaba con su lengua por toda la raja e intentaba meterle su lengua en el culo, y luego sintió como le metían un dedo y lo movían dolorosamente para irla abriendo, y continuaban luego los lamidos y luego los dedos, era insoportable. Katherine imploraba y mascullaba a través de la mordaza, sonidos inaudibles para los violadores, de que la dejaran, que ya no podía más.

El moreno se posiciono tras las nalgas de la chica, con una mano abrió lo más que pudo un cachete y con su otra mano empujo su verga buscando penetrarla, no lo logro al principio, siguió empujando hasta que venció la resistencia del esfínter y se introdujo con placer en el apretado y hasta ahora virgen culo de la chica. Empezó a moverse, al principio despacio para ir incrementando el ritmo a medida que el culo de la chica se acostumbraba a su verga La chica aplastaba su cara contra la cama, aguantando el dolor de su segunda violación, llorando en silencio y deseando que todo terminara o que se muriera si no iba a terminar pronto.

Como si la hubiese escuchado, el moreno, en medio de una embestida profirió un gutural bufido de satisfacción mientras s se corría dentro del intestino de la joven continuo con su empalamiento hasta que se verga quedo fláccida y se salió de la chica, que cayó de costado sobre la cama, con su entrepierna y nalgas brillantes de semen de los dos violadores.

Al cabo de un rato, los dos sujetos desataron y des amordazaron a la chica, la pusieron decente bajándole la pollera y abotonándole la blusa y la llevaron fuera hasta lejos de allí donde la abandonaron… Katherine estuvo en shock durante mucho rato hasta que la encontraron. Nunca encontraron a los dos violadores y la familia de Katherine decidió irse nuevamente a su país para la recuperación de la joven.

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