Si, así fue, es una costumbre, pero ya no me interesa, y lo peor ‘mis amigas’ a las que llamo del cole, que nada saben de mi vida, me están empezando a ver como ‘una regalada’ y que me dejo coger en la primer noche, tampoco me interesa, me canse de disimular.
Hace un rato me desperté de la siesta, y no podía dejar de contarles lo que me pasó ayer, si re fresquito ayer mismo (hace dos años).
Les cuento como fue la cosa: resulta que ayer se casó una de “mis amigas del cole”, pero re lejos, se casó en una Iglesia en Jáuregui (cerca de Lujan) a las 16.30 h., y luego hizo la fiesta en una estancia muy grande (que se alquila para fiestas), muy cerca de la iglesia.
Con un par de amigas habíamos quedado en que si se hacía tarde, para no volver tan tarde y desde tan lejos, nos quedábamos a dormir en un hotel en Lujan y volvíamos hoy, pero como hago últimamente, me fui a la mierda sin importarme nada.
Yo estaba vestida con una blusa, un saquito y una pollerita (todo bien elegante, de fiesta), pero la verdad es que la pollera era bastante corta y amplia, es más cuando mis “amigas” me vieron me dijeron: “Caro, estás loca, ¡te viniste en bolas nena!, pero tienes lindas piernas guacha y te queda bien esa pollerita”.
Como sabía que iba a tomar, no fui con mi auto fuimos con el auto del viejo de una de las chicas, éramos cuatro en total.
Bueno, llegamos, la ceremonia en la iglesia y todo eso, y desde ahí nos fuimos a la estancia donde se hacia la fiesta.
Para que me entiendan bien les cuento un poco como era el lugar; los autos se dejaban en un lugar, bastante lejos de donde se hizo el coctel, pero bastante lejos y separado por una gran cantidad de árboles.
El coctel se hizo en el parque (había de todo, pero eso no se los voy a contar porque seguro ¡ni les interesa!).
La cosa es con “mis amigas”, nos sentamos en esos sillones tipo living que se arman en los parques ¿me explico?, no sé, pero éramos bastantes, nosotras cuatro y varios chicos (algunos ya los conocía y a otros no).
Dentro de los que no conocía había uno que se llama “Mati”, ese nombre ya me pone loquita, se acuerdan de Matías, ¡el amorcito de mi vida!, el hermano de mi amiga, con quien durante bastante tiempo (a pesar de que estábamos los dos de novios), me re cogía.
Bueno la cosa es, que ni bien lo veo a este Mati, no sé, pero algo despertó en mí, a ver cómo les explico, despertó esa sensación de que me daban ganas de ser “de él”, y “entregarme a él”. Empecé a fantasear, en no sé qué, porque estábamos en una fiesta, y después había quedado en irme con mis amigas, pero igual como les decía empecé a fantasear con él y a calentarme a la vez. No era nada del otro mundo, pero tenía dos cosas que me ponen re loca en los chicos: es re alto, no sé pero mide como 1,90 m., y se notaba que se mataba en el gimnasio, y ya me imaginaba ese lomo todo marcado y “eso me calentaba” ¡y mucho!, sola dejé volar la imaginación y me empecé a imaginar cabalgando sobre él, saltando sobre su pija, mientras le acariciaba ese lomo, que prometía ser muy tentador…
La cosa, es que ya sentada en los sillones, obvio (y ese era mi propósito), la pollerita, se me subió bastante, dejando mis piernas bastante al aire (bah, no digo en bolas, porque estaba con las piernas cruzadas, si no se me veía hasta la bombacha) con esos zapatos de taco que tenía, tanto era que una de “mis amigas” me dice: “Caro, ¡tapate un poco!, estas ¡casi en bolas!”, claro, nunca me habían visto así, pero la verdad, me importaba un carajo y le dije que no me jodiera más.
Bueno nos quedamos ahí hasta la hora que tuvimos que entrar para cenar, Mati, me clavaba su mirada ¡todo el tiempo!, y la verdad, yo bastantes veces, no quería dejar pasar como si nada su mirada, el me buscaba, y yo con mi miradas le contestaba, no hacía falta hablar.
Bueno, resumo un poco si no se hace muy largo y me embola. Llega la hora de entrar e ir cada uno a la mesa que nos habían asignado ¿y saben qué? Siii, me quería morir, pero de alegría y calentura, las cosas se me daban como yo quería, Mati estaba en mi misma mesa, nos sentamos (éramos diez) y él se sienta ¡al lado mío!
Ahí empieza mi juego, algo que me gusta y no es por nada, pero ¡lo sé hacer!, otra vez con mis piernas al aire casi en bolas, empieza la cena, cada cosa que Mati decía , yo me reía, lo agarraba del brazo, no sé cómo explicar lo que hago (pero nunca me dio mal resultado), es como que le demostraba que me gustaba, que todo lo que decía me ponía loca, y yo lo aceptaba, hasta que en un momento, empiezo a poner una de mis piernas al lado de las de él (aprovechando que estábamos bastante apretados), y lo rozaba con mi pierna a la suya (una boludez, pero así le demostraba que me estaba ¡regalando! y lo hice varias veces).
Una boludez, en un momento vamos con un par de chicas al baño, y “una de mis amigas” me dice: “Caro, ¿estás en pedo?” y le pregunto: ¿por? (un poquito en pedo estaba), y me dice: “estas quedando como una regalada con Mati”, le digo que no me joda y la cosa quedó ahí.
Cenamos, llega el momento de bailar, salimos todos juntos (chicas y chicos), pero yo busco en ponerme a bailar con Mati (y como soy caprichosa y malcriada) siempre consigo lo que quiero, hasta que nos pusimos a bailar, los dos y justo ponen cumbiancha (que a mí me gusta, a pesar que mi viejo cuando escucho esa música me dice que parezco a una villera).
Bueno la cosa es que bailando cumbia, y así como se baila (y mal no lo hago), dejo que me pase bien la mano por la cintura, bailamos agarrados bien de la mano, me daba vueltas, y siempre aprovechaba, para ¡pasarme alguna mano!, así, habremos estado no sé, más de media hora, hasta que la verdad estaba cansada, él se dio cuenta, y me dice de ¡sentarnos un rato!
Ahora viene lo que empieza la mejor parte. Nos vamos bien al fondo de donde estaba “la pista de baile”, en un lugar bastante oscuro, pone sus manos sobre mis piernas, me las estaba tocando, yo me dejaba, le digo: “Mati ¿qué haces?” porque ya era franela, ¿me explico?, y el guacho me dice: “¡esto!” Y me da un beso en la boca, un tímido beso, un poco más ¡que un pico!
Le digo, que no, que acá no, que están mis amigas (la piba ya se estaba regalando ¡y mal!) y si no se daba cuenta de lo que le quería decir, me buscada a otro por “boludo”.
Me dice: “Caro, tenés razón, vamos a caminar por el parque, que no hay nadie”, yo no le digo ni que si ni que no, le doy un pico (bien de guacha calentona, y me gusta hacer esas cosas, ¿me explico?, ¿se imaginan la situación?, me levanto y empiezo a caminar, obvio que me sigue, salimos de la pista de baile (que estaba dentro de la casona de la estancia), y me voy afuera, el me seguía, hacemos unos pasos, y cuando ya estábamos seguros que nadie nos veía, me agarra de la mano y empezamos a caminar los dos juntos ¿para dónde?, no se, pero yo dejaba que me llevara donde quisiera.
Caminamos un poco más, ya estábamos suficientemente alejados de la Casona, y se para, me agarra de la cintura, me da un beso, le respondo con otro (me pongo en puntas de pie, les dije que era muy alto) y nos partimos las bocas con beso de esos que nos metemos la lengua hasta la garganta, el al principio tímidamente, probándome, de su mano en la cintura, la baja hasta mi cola, y me la empieza a tocar, suave, no tan suave, un poco más fuerte y muy fuerte,(siempre por arriba de la pollera) y yo me dejaba, respondiéndole con mis besos .
Me dice: “alguien nos pude ver”, le digo: “si bebé, tenés razón” (cuando les digo “bebé” siempre los chicos se ponen re loquitos), seguimos caminando, bastante, hasta donde estaban todos los autos estacionados.
Ahí si, estábamos bien lejos, y no había nadie, me apoya sobre un auto (que estaba debajo de un árbol, con lo que les quiero decir que era muy oscuro y con pocas probabilidades que si iba alguien donde estaban los autos que nos vieran, ¿me explico?) y me empieza a besar de nuevo(otra vez como antes), baja sus manos me empieza a tocar la cola (sobre la pollerita), y así un rato, hasta que me prueba de nuevo, ¿qué hace?, me empieza a tocar la cola, pero ¡debajo de la pollerita!, no le digo nada, solo empiezo a gemir, si a gemir aprobando lo que hacía, y lo besaba, y el cada vez me tocaba más la cola, hasta que empieza a poner sus manos, esas manos hermosas que tiene ¡debajo de mi bombacha!, no le digo nada le dejo, hasta que me pregunta: “¿te gusta Caro?”, mi repuesta fue muy sencilla, le meto, sobre el pantalón la mano en su pija, que ya la tenía ¡re parada!
Seguimos apoyados en el auto, me empieza a poner la mano en la concha (debajo de la bombachita), ¿me explico?, y mis gemidos ya eran ¡inevitables! (les repito, había tomado bastante champú, sé que estaba medio en pedo y así soy un peligro, no mido las consecuencias, solo me gusta hacer lo que quiero y siento en ese momento, y en ese momento me quería sentir bien, pero bien puta, me mataba la adrenalina putezca (como la llamo yo), sabiendo que me estaba dejando tocar la concha (sin saber cómo íbamos a terminar) en una fiesta donde estaban ¡todas mis amigas!, ¿me explico?, porque a veces me resulta difícil explicar lo que siento en esos momentos).
Hasta que ya sus dedos estaban dentro de mi ¡concha!, yo ya me había sentado en el capot del auto (que ni se ¡de quien era!) pero repito estábamos muy lejos de la gente, y era poco probable que apareciera alguien ya que la música la escuchábamos y estaban ¡en plena joda!
Bueno, ya sentada arriba del capot de ese auto, y con sus dedos, ya no era uno eran dos e intentaba meterme otro, y yo en pedo y entregada, levanto mis piernas, me empieza a poner, sacar, poner sacar, poner sacar, los dedos, con una fuerza y velocidad hasta que me hizo acabar, como siempre quedo temblando (y lo peor, por las dudas, no me anime a gritar, y así demostrarle lo que me hacía sentir).
Pero como les dije, quería sentirme ¡bien puta!, estaba caliente y mucho, salgo del capot, me pongo frente a él de rodillas sobre el pasto, si sobre el pasto, le desabrocho el pantalón y le empiezo a chupar la pija, pero no como a mí me gusta, lo hice rápido, de una me la pongo en la boca, y se la chupo, se la rechupo, me atragantaba con esa pija (que no era enorme, pero tampoco despreciable).
Hasta que siento que su pija ya ¡explotaba!, me agarra, me levanta, me sienta de nuevo sobre el capot del auto, me saca la bombacha, sin avisarme nada, y me empieza a chupar la concha, que placer, dejarme chupar la concha, sentirme desnuda, con la brisa de la noche que era una caricia y repito en una fiesta, donde estaban todas “mis amigas”, eso más calentura me daba, más ganas de que me cogiera me daban, pero nada, solo me la chupaba y yo ya no daba más. Estaba ¡re caliente!
Pero esta vez no deje que me lleve la calentura como otras veces, le pregunto: “¿tenés un forro?” (yo sé que muchos chicos siempre llevan uno encima por las dudas), me dice que sí, y digo lo que más me gusta decir, y me calienta con solo decirlo, cual es esa palabra mágica (que el forro, no sé por qué no lo hacía directamente), bueno le digo: “CÓGEME, CÓGEME GUACHO, CÓGEME BIEN, MATAME, HACEME MIERDA, DEJAME TEMBLANDO” (me encanta meterle presión de esta manera a los chicos, es como para que piensen, a esta pendeja me la tengo que re coger si no quedo para la mierda) y es lo que quería que me re cogiera.
Bueno se pone el forro, con los pantalones a medio bajar (eso mucho no me calienta, pero bueno, tampoco le iba a pedir que se pusiera en bolas), y yo abro bien mis piernas, me apoyo sobre el capot del auto (decir que soy flaquita, si no lo hubiera abollado), no me quiero desviar de lo que ¡me paso!, hasta que siento su pija que empieza a entrar en mi concha, y me agarra de la cintura y me la empieza a poner, a empujar (Mati estaba ¡re caliente!), yo me empiezo a desabrochar la blusa (ya nada me importaba), dejo que me agarre de la cintura mientras, me comía la panza a besos, y seguía taladrándome con esa linda pija, hasta que ya no dábamos más y esta vez no me importo, acabe y a los gritos (bah, no tanto) pero si unos buenos gemidos y el acabo junto conmigo, ACABAMOS LOS DOS JUNTOS, una hermosa mezcla de gemidos y placer ( nada, pero me gusta y mucho cuando acabo junto con mi chico).
La verdad, y para serles sincera, la calentura no se me había pasado, es más termine más caliente.
Es difícil explicar la sensación que tenía en mi cuerpo, pero la fiesta ya me importaba un carajo, solo quería coger, coger, coger y coger ¡más!
Pero ya, y menos ahí ¡no se podía!, Mati, se sube los pantalones, yo me arreglo un poco, me limpio las rodillas, nos volvimos a partir la boca, me toca la concha de nuevo, se da cuenta que estaba re mojada, me dice: “Caro, ¿querés seguir cogiendo?” “si bebé, quiero que me ¡re cojas! (Otra vez les digo, ya no me importaba nada).
Mati, me dice: “Caro, no podemos desaparecer así, por vos lo digo, volvamos un rato y nos vamos al carajo” y la verdad, es que tenía razón (aunque a ustedes, seguro que esto no les importa)
Volvimos a la fiesta, estuvimos un rato más, “una de mis amigas” me dice: “Caro desapareciste, seguro estabas apretando con Mati, estas ¡re trola nena!” yo, nada que ver, salí un rato, la música fuerte, sabes que no me gusta, la verdad es que no sé si me lo creyó o no, pero seguro lo que menos pensaba es que hacía, nada, 15 minutos, me estaban cogiendo como a una trola sobre el capot de un auto, y yo me deje, porque me calentaba ¡y me gustaba!
Ahora viene lo que yo llamo la “parte de ingeniería mía”, a ver, ya en la fiesta, no quería estar, quería que Mati me llevara a un hotel, no digo telo, un hotel en Lujan que estábamos re cerca y me recogiera, pero había quedado que me iba a ir a dormir a Lujan ¡con mis amigas!, y lo que más me gusta es manejar la situación, inventar historias y hacer lo que quiero, ¡como siempre termino haciendo!
Le digo a Mati: “quédate sentado, y deciles a tus amigos que no te sentís muy bien, y como vivís cerca de casa y yo ya estoy embolada, nos vamos juntos y yo voy manejando” y cerraba, porque mis amigas saben que bailar, y todo eso a mi mucho ¡no me va!
Les digo a mis “amigas” con las que nos íbamos a dormir a un hotel a Lujan que ya estaba cansada, que me había levantado muy temprano, que el boludo de Mati había tomado mucho así que me iba con el. Y ¡volvía manejando yo!, no se, serian las dos de la mañana (hoy me entere que la fiesta termino como a las 7 de la mañana).
Y hacemos eso, lo voy a buscar a Mati y nos vamos a su auto, entramos (como, les repito estábamos muy lejos de donde era la “joda”), yo me subo en el asiento del acompañante, y ni bien el se sube, me parte la boca, me mete otra vez la mano, pero directamente debajo de la bombacha (yo ya estaba mojada, me mojo enseguida), me dice: “Caro, ¡estas re caliente! Y le digo: “si forro, y sáciame bien, pero bien esta calentura, ¿sabes cómo hacerlo?” otra vez meto presión, y vuelvo a decir, eso me gusta.
No me da bola, me mete de una dos dedos, y me empieza a bombear, mientras yo le desabrocho el pantalón, me meto su pija en la boca y me hace acabar de nuevo, fue algo muy rápido, no le di tiempo a que acabe.
Bueno la cosa es que nos vamos a Lujan (estábamos re cerca) y en el primer hotel, no telo, hotel familiar, paramos y entramos. La verdad era un hotel de mierda, pero ¡no me importaba un carajo!
Entramos en la habitación y me dice: “Caro, sos re trola, te voy a sacar todas la ganas que tenes de coger” y le digo: “si bebé, re cógeme, soy toda tuya, haceme ¡todo lo que quieras!” me calientan mucho esos juegos de palabras, es decir antes de empezar a coger ya entregarme y decirle que me voy a dejar ¡hacer todo! (Es una buena previa, ¿o no?) Y dejarlo con la intriga de “¿que es todo?” y nada, eso lo tiene ¡que descubrir el!, ese juego me pone loca jugarlo, me excita mucho, que me prueben, y hacer calentar, y mucho al chico que está conmigo.
Bueno la cosa, es que, como les decía entramos, en la habitación, no se, pero a los cinco minutos, como mucho ya estábamos los dos en bolas, y no me equivoqué con ese lomito que me imaginaba bien marcado, así lo tenía, bien marcado, y bien grandote, cosa que me manejara como a una muñeca y yo dejarme manejar, ¿me entienden?
Nos tiramos en la cama, y le empiezo a chupar la pija, pero esta vez sin apuro, como me gusta a mi, y siempre lo cuento, le beso las entrepiernas, los huevos, empiezo a jugar con mi lengua y la punta de su pija, despacio, hasta que veo que ya ¡no da más! Se la empiezo a chupar, me atraganto, ¡se la sigo chupando!, se pone un forro, y me pongo arriba de el, me clavo la pija en mi conchita, y empiezo a cabalgar sobre el, me inclino, mientras salto sobre su pija, no podía dejar de besar ese hermoso lomito, hasta que nos empezamos a besar y yo seguía saltando sobre su pija, hasta que otra vez acabamos los dos juntos (no siempre me pasa eso con un chico, digo de acabar juntos, y con el , que lo había conocido esa noche ya era la segunda vez).
Nos quedamos en bolas en la cama (obvio o nos íbamos a vestir), yo pongo mi cabeza sobre ese lomito (repito) que me ponía re loca, mis piernas sobre las suyas, hasta que con una de mis piernas empiezo a rozarle la pija, siento que se le empieza a parar, y obvio me voy derecho a esa hermosa pija, me la pongo en la boca (pero no despacio, porque todavía estaba media dormida) hasta que dentro de mi boca chupándola, besándola, se le empieza a parar de nuevo, se la sigo chupando hasta que ya la tenia otra vez re parada.
Como les decía con lo grandote que es me manejaba como quería, me agarra, me pone en cuatro, me hace sentir la pija en la conchita (esta vez sin forro, la boluda se calentó de nuevo y ya nada le importaba), y después me la hace sentir en la cola, en la conchita, en la cola, en la conchita en la cola, yo ya me agarraba de las sabanas, le pedía que me cogiera, que no daba más, me la sigue poniendo en la conchita, pero apenas, mientras, con mis jugos me mete unos dedos en la cola (y yo ya me veía venir lo que iba a pasar), me mete bien los dedos, y yo ya gemía, gritaba de placer: “cógeme, bebé, cógeme” me acuerdo que le decía eso:
Y Mati me dice: ”¿te gusta esto?” y siento que me empieza a poner la pija en la cola (aclaro, que me pareció una boludez la pregunta, a mi no me gusta que me pidan permiso para hacerme la cola, me gusta que me la hagan directamente, pero me pareció que le dio cosa hacérmela así de una).
Y le digo: “si bebé, si cógeme toda, soy tu puta hoy cógeme todo, déjame hecha mierda (me acuerdo que tal cual le dije eso, cuando estoy caliente, no mido lo que digo, si no ¡ni en pedo le hubiera dicho algo así!)
Y me la empieza a meter por la cola (pero sin forro), yo gritaba, gemía, gozaba, movía la cola, cada vez (así en cuatro) habría más las piernas, para que la pija entrara mejor, también, me habría los cachetes de la cola ¿me explico? Mati, de nuevo, me agarra de la cintura y de a poco con cuidado (y aunque no me crean o se caguen de risa, no digo que me respetara -porque me regale como una trola y de las peores- pero no me quería lastimar ni hacer doler).
La cosa es que me la empieza a poner por la cola, pero muy despacio, le digo: “Mati cógeme, cógeme fuerte, déjame temblado”, ¿para que se lo habré dicho?, me dice: “¿querés pija pendeja?” “siiii”, le digo, “mucha pija”, y así de una me la empieza a meter en la cola, me hizo doler (pero no le podía decir nada, yo se lo había pedido), me empieza a bombear por la cola, ya no estaba en cuatro, yo ya estaba totalmente acostada, el por atrás arriba mío, con su pija en mi colita (cosa que no mucho me podía mover), lo único que hacía era mover la cola para un lado, para otro, y cerrarla, para que acabe (¿me explico?), hasta que esta vez primero acabo yo, pero gritando como una perra, porque me dolía, pero el placer era mayor, y después acaba el llenándome la cola de leche, sentir esa leche calentita en la cola me pone re loca, me gusta, cuando hago calentar al chico que está conmigo hasta que ¡me llena la cola de leche!
Me fui al baño, me limpie, me acosté en la cama boca abajo y Mati, no paraba de besarme la cola, de acariciarla, de tocarla, me ponía las manos entre mi cuerpo y las sabanas y mientras me seguía chupando la cola, besándola, me tocaba las tetas, me las apretaba (estaba recaliente el hijo de puta).
Así, boca abajo, me empieza a chupar la cola, la concha, hasta que como algo inconsciente, me pongo en cuatro de nuevo y la verdad que (no hay otra forma de contarlo), me pega una chupada de concha con lengua y dedos hasta que me hace acabar de nuevo, y esta vez también como una perra, cada vez acababa ¡más a los gritos!
Él no había acabado, y la tenía re parada, y como me paso ya más de una vez, me agarra de la mano, me lleva a la ducha, la prendemos, nos enjabonamos, me pasa jabón por todo mi cuerpo, me enjabona la cola, me empieza a meter los dedos (y pensé, nooo, otra vez la cola nooo), dejo que me meta los dedos, hasta que me agacho, me pongo de rodillas, se la empiezo a chupar (para que acabe y sacarle la calentura), ¡pero no!, más caliente se ponía, y así no quería acabar, me hace levantar, poner una de las piernas en el borde de la bañera ¿me explico?, cosa de dejar mi colita bien al gusto de el, y el detrás mío empiezo a sentir como me pasa las manos, me empieza a acariciar la tetas, me las aprieta, me las amasa, me empiezo a calentar, empiezo a sentir su pija en mi cola, yo ya estaba ¡otra vez caliente!
Dejo sentir su pija enjabonada en mi cola, hasta que siento que empieza a entrar, y le dejo, hasta que otra vez me la mete de nuevo, me agarra de la cintura, para que no me caiga, yo ya temblaba, no me podía mantener en pie, me empieza a bombear, hasta que de nuevo siento esa hermosa pija, esa hermosa leche en mi cola.
Mi doy vuelta, nos besamos, mientras, se la sigo tocando, pero ya nada, ¡estaba sequito!, nos lavamos bien y nos vamos ¡a la cama!
Nos quedamos dormidos, hasta que no se que hora era, siento que me empieza a chupar la concha, y así me despierta (para mí no hay mejor despertar que ese), y me la sigue chupando, ya despierta y toda mojada de nuevo, yo debajo de el me empieza a coger de nuevo (otra vez sin forro -si soy una boluda y lo sé) levanto mis piernas, la pongo sobre sus hombros para sentir más su pija dentro mía, hasta que me llena otra vez ¡la concha de leche!
Miro el celular, eran las 14 h., le digo que ya es hora de que nos volvamos, me dice que si, que esta todo bien, nos vestimos, y ahí paso algo que ¡me quería morir!, cuando vamos al estacionamiento a buscar el auto, ¡VEO EL AUTO DE MI AMIGA! Estuve dejándome coger toda la noche en el mismo hotel ¡que estaban ellas!
Nada, pegamos la vuelta, no hablamos de lo que habíamos cogido, aunque no perdía oportunidad para tocarme, pero tocarme bien mis piernas y me decía que lo que más le calentaba es que siempre las tenia ¡calentitas!
Me dejo en casa, nos pasamos los celulares y que se yo… no se cuando, pero seguro me llama para ¡cogerme de nuevo!
La verdad es que me porte como una trolita, la primera vez que lo vi me fui a pasar la noche con el, no me importó, me gustó, me calenté. Lo que le, pedí es que no sea tan forro de contarlo (“mis amigas” se enteran de esto y ya si, no les queda duda que soy una trola), espero que no lo haga.
Bueno, eso es lo que quería contar, son cosas que como siempre digo, si no las cuento por acá, no se las puedo contar a nadie, ¿me entienden?