A pesar de mi corta edad, y en mi mente sin cultivar ya habitaba el horror y esto no es ficción. Supongo que todo el mundo ha probado las clases de sueños, dicen que soñamos cada vez que dormimos y que unas veces nos acordamos y otras no, no lo comparto, una vez pregunté el porqué de esa afirmación y la respuesta fue que no siempre la memoria nos lo permite, algo así como una medida defensiva. Pasemos a la actualidad y 1 de noviembre.
Los cementerios se han llenado, las flores dominan con sus colores, barullo y desorden, incluso suciedad como rastro al final del día, las papeleras no son suficientes, papel que el viento pasea por las calles ya desiertas, llega la noche de ese día 1, de nuevo mi lógica ¿por qué?, si por qué se inventó esa “fiesta”. No me importa la causa ni el origen, todo es vulgaridad y falsa moneda.
Hace tiempo, quizá ocho años, fui a charlar con mi padre, murió joven, le cuento cosas de la familia, supongo que se revuelve, lógico y normal, y poco antes de que cierren me despido, le digo que no sé cuándo volveré, ya que me muevo por impulsos no por costumbre, me comprende, supo lo raro que me fui haciendo.
Una vez vi lo que llaman reducción de restos, abrieron una sepultura temporal y la pala del camión fue sacando de todo, y todo mezclado. Tierra oscura, trozos podridos de madera, telas, huesos y demás detritus y aunque estaba lejos, si noté cambio en el ambiente, el olor empezó a ser raro, con las mismas me tapé la boca y nariz, y me alejé en dirección a las pequeñas rachas de viento.
Vi lo suficiente para pensar en la muerte. En varias pesadillas que tuve de muy pequeño, viví momentos complicados. Y muchas de aquellos pasajes que no comprendí debido a la edad, empecé a comprenderlo, y nada de vidas pasadas ni tonterías como esas, y en el caso de que fuera cierto, la memoria dicen que está alojada en nuestro cerebro, si precisamente certifican la muerte cuando el cerebro deja de funcionar ¿Dónde queda esa información?, y debido a eso y más detalles, tengo dejadas instrucciones, no quiero ser enterrado, que entreguen mi cuerpo al fuego. Pienso que es mejor pasar mucho calor y terminar de verdad, ya que nada queda a estar metido en una caja y a unos metros bajo tierra y me asalta una duda y no es descabellada ¿y si no estás muerto?
Los forenses desde hace tiempo, te tapan todos los agujeros de tu cuerpo, lo hacen para que no dejes escapar gases, aunque estés en la exposición de la sala y herméticamente cerrada.
Puedes estar dormido, yo pensaba que esos forenses se cercioraban de que no vives, pero no, sé que ha enterrado a gente viva y que seguirá haciendo, es un misterio como puede ser esa realidad y yo no quiero ser un candidato a sufrir esa experiencia, por tanto es mejor el fuego y más limpio, mis restos en un urna serán esparcidos entre los pinos donde crecí, incluso llevé a cabo algo que siempre quise, echar un polvo en la ladera de la montaña, a 1.500 metros de altitud.
Y hace unos pocos años, en el puerto de Cotos salí de duda, empezaba el otoño y esa mañana de lunes, decidimos salir de dudas, ambos dos habíamos pedido el día de asuntos propios, y tan propios. Pero eso no corresponde al tema que estoy tratando, volvamos al camino.
Y pienso en la muerte, en mi muerte….
Sensación de ahogo leve, pulsaciones sin ritmo, alteradas, hormigueo en las extremidades, sequedad en la boca y garganta, incapacidad de movimiento y miedo, mucho miedo, no sé qué me pasa y de la duda paso a la certeza, me estoy muriendo.
Me han dejado sin conocimiento con un golpe en la cabeza, chispazo y oscuridad, en este caso no hay chispazo y la oscuridad es diferente, recuerdo ver sobre fondo negro una especie de finas estrellas sobre fondo azulado, y recuperar el sentido dentro de una atmosfera asfixiante y fuerte dolor en el lugar del golpe, y tengo otra experiencia anterior, la primera con siete años caí por el hueco de la escalera de mi casa, tres pisos, casi cuarenta metros, en esa caída el sistema nervioso central cerró la sesión, cuando me solté de la barandilla se hizo la oscuridad, desperté casi treinta horas después en el hospital.
Pero la llegada de la muerte no se parece en nada a lo que he contado. Todo el cuerpo se desajusta y el cerebro procura que no te interés, he visto a gente horas antes de morir y su estado físico es muy parecido.
Hay una salvedad que ya contaré en otro momento, y es cuando la gente sabe que se está muriendo y cuando vas a visitarla, te coge de la mano, o de la muñeca, te clava sus garras, te hace daño y es cuando te roba vida, y eso me ha ocurrido con el padre de un amigo, además un maligno, mi padre en sus últimos días hizo algo parecido pero no con la fuerza de ese hombre.
Tu mente ya no la controlas, eres el alojamiento de un montón de vísceras que empiezan a fallar debido a que no les llega nada, al margen del deterioro por la edad y mientras los médicos te meten calmantes, solo eso, procuran que no sientas dolor al morir, aunque la muerte no duele, es un pequeño paso, el aliento se detiene, así de simple.
Esa frase, no me eches el aliento. Es cuando estás muy próximo y aseguro que ese aliento huele a podrido, algo así, a putrefacción que parte del interior, ya hay zonas muertas que empiezan el proceso, esa bolsa que escondemos en nuestro cuerpo se empieza a romper, lombrices le llaman.
Hay veces, aunque ignoro la causa ya que oí ese tema desde lejos y me largué, no me interesaba lo que estaban hablando esos enfermeros. El caso era de un tipo que le picaba el ano, y le hicieron una exploración, había pequeñas lombrices amarillentas, eso fue todo lo que escuché y cuando murió una anciana vecina, una de sus familiares, hablaba de ese saco, como le llamó ella, parece que su descomposición empezó muy rápido debido a la alta medicación que le dieron, si recuerdo el día que fui a verla, tenía puesta una mascarilla y su respiración era muy agitada.
Ya no escuchas nada, es lo último que se pierde, el oído y por mi experiencia, fue lo primero que recuperé ante de despertar del coma que tuve, que puse antena y ese silencio me asustó, pero no, escuché pasos, deduje que sabían que me había despertado como así fue.
Y sé que hay una especie de duermevela pero con efectos retroactivos, no en tiempo real. Tardas en cortar la comunicación, supongo que el sistema nervioso es el último en desconectar, es decir te quedas sin fluido eléctrico y ya no sientes tu cuerpo, este se empieza a enfriar lentamente.
El alojamiento de todo ya no sirve, por tanto te has quedado sin sombra, esa donde se aloja el mal. El espíritu sigue a tu lado y el alma se desintegra, se deshace, y una parte queda en la sombra, ya que mientras haya cuerpo el espíritu se queda cerca, es desahuciado sin sentido, no está de acuerdo y con el paso del tiempo desaparece, dicen que está cerca de la tumba, pero no deja de ser un mito.
Ahora estás dentro de un cajón, y con un montón de tierra encima, el frío ya es intolerable, y pasan los días y de repente abres los ojos, respiras, no, no respiras, no sientes nada, solo es mental, nada físico, y te das cuenta de que estás vivo, pero no sientes el cuerpo, pero si el frío y quieres salir del cajón, pero horror, has muerto de cáncer y no lo recuerdas, y estás dentro de un envoltorio de cinc, y las juntas están selladas con un soplete, imposible arañar el cajón y la tierra, no hay salida.
Conoces el terror en la mayor de sus dimensiones, pero algo o alguien te habla, igual que cuando dormías, de vez en cuando alguien te habla, piensas que eres tú, pero no, es algo que parte de los recuerdos, sin llegar a ser pesadilla y se parece a un reflejo de imposibilidades por tu parte, cosas que rechazas y errores cometidos.
Te habla y te dice que si puedes escapar, que no precisas respirar, ni beber, ni comer, ni follar, ni nada físico. Precisas de concentración subliminal, te preguntas que coño es eso, tú no estás para esos detalles tan precisos y esa trasmisión te dice que tu cuerpo produce humedad y esa humedad se queda en el cinc y que el cinc es un metal, y esa humedad produce óxido, y ese óxido puede provocar fisuras en el metal, y esa es la salida.
Piensas que pasa con la tierra y la lápida, esa transmisión te dice que el proceso se repite de la misma forma. Que la fina grieta del cinc, se irá agrandando y la tierra irá llenándola, y es cuando llegarás a la lápida, y tendrás que buscar en la junta, algún fallo, que le habrá y repetirás lo mismo, esa especie de humedad que eres hará su trabajo, y escapará de la tumba.
Pero al salir no estarás solo, tu espíritu te espera y este te acoge en su interior, pero no a la humedad, a tu nube, te ha desprendido de ella, ahora eres un ente. Y como tal eliges.
Como eres un ignorante, está cómodamente instalado en algo que te protege, eres casi invisible, pocos ojos humanos o la percepción de algunos pueden descubrirte, y es cuando puedes elegir, entre vivir un mundo paralelo al humano invisible o terminar con todo.
Y el ente en que habitas te responde, te dice que para terminar con todo, debes quedarte en el cementerio, rodeado de muerte y de entes y espíritus vacíos, y el paso del tiempo es el final, desgasta lo invisible como lo visible y se desintegra con una especie de coloración boreal. Ya no existes.
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No se puede descartar que esté en un error, que todo sea lo contrario, que no puedes salir y ese tiempo hasta que te han comido, no sé por dónde cogerlo, terror se queda corto.
En el Impero Romano, los niños asistían a clase de muerte, les llevaban a que contemplaran como moría los ancianos y heridos por accidentes, incluso soldados. Tanto ellos como ellas a pesar de su corta edad veían la fragilidad que era la vida.
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Dedicado a mis amigos desaparecidos. (Causa) y edad.
Tétanos (armas) 14. Infartos (cazador) 28. Cáncer (cazador) 26 (Ferroviario) 25. Fueron la causa, todos jóvenes, no llegaron a los treinta.
¿Quién o que maneja nuestro paso por la vida?
No pueden ser dioses, la definición de lo que deben ser es falsa, pienso que un todo poderoso no puede hacer las cosas tan mal, y lo digo por una causa.
No existiría el mal.