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Deseando hacerlo de nuevo
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Tuve de nuevo esa sensación en el estómago, luego de un mes distanciados y una última conversación acalorada a causa de aquella molesta mujer. No niego que a veces quisiera volver a experimentar aquellas locuras, pensar en las fantasías sexuales de los dos, su deseo de una segunda noche en un bar swinger, me sentía tentada a repetirlo, porque curiosamente, en medio de tantas personas viendo lo que todos hacían él, Miguel, se comportó como una verdadera pareja ,no soltaba mi mano y me besaba de una manera distinta. Teníamos varias cosas en mente, cosas sucias, desde sexo desenfrenado en aquel bar swinger, hasta un posible intercambio, el cual me generaba cierto temor o ansiedad, no sé si sería capaz de hacerlo, pero haría parte de aquella complicidad y confianza que llegamos a sentir.

Cosas sucias… quizás sería capaz de permitirle a otra mujer que me besara o me practicara sexo oral, sé que Miguel lo disfrutaría al máximo mientras acaricia mis senos y los muerde, y penetrándome por detrás como aprendimos a hacerlo y a disfrutarlo, en nuestro último encuentro fui yo quien le pidió meterlo por detrás, ese dolor placentero del principio terminaba siendo un maravilloso placer que quisiera se repitiera muchas veces, aunque desearía que él prolongara más mis ratos de placer, que tuviese la calma para acariciar cada parte de mi cuerpo y aquellas zonas que sabía me harían explotar, que aprendiera a controlarse un poco más y llegaras al orgasmo los dos, que me permitiera estar encima de él moviéndome lentamente y sentir su pene dentro de mí.

Me encantaría por ejemplo que tuviera la osadía de meter sus manos entre mi blusa en la calle, como el primer día, o quererme llevar a ese sofá luego de unas cuantas copas, de permitirme sentirme ebria para desinhibirme y pedirle que me lo hiciera ya!, quisiera sentirlo desabrochando mi pantalón suavemente con una mano y con la otra acariciar mis senos tendidos en el sofá con la luz encendida sin importar quién nos pudiese ver a través de la ventana… o estar desnudos en la ducha mientras me coge por detrás, quiero que me regale más noches de placer, que ese fuego que despertaba en cada conversación telefónica o chats ardiera de nuevo, quisiera que cuando nos despertáramos sólo pensara en hacerme el amor, en quitarme la pijama, y cogerme duro, y luego ir a la ducha y acariciar mi cuerpo, apretar mis senos y morderlos… y luego agacharme y meter su pene erecto en mi boca.

No niego que despertaba muchos deseos en mi pero viendo lo que sucedía luego de poder compartir esos ardientes fines de semana, su distancia, entendía que quizás sólo era eso, placer, algo efímero, nada de importancia para él, una cómplice de aventuras eróticas mientras aquella mujer del pasado seguía teniendo protagonismo… y arruinando esos planes que sacaban mi lado más oscuro haciendo lo que nunca había hecho. El bar swinger era nuestro secreto, así como lo son estos relatos que escribo para mantenernos conectados a pesar de haber fracasado en el intento. Qué piensas?

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