Enloquecí!!!
Para los que no entienden, porque cuento todo por acá, y más allá de que mil veces lo expliqué, lo que voy a contar ahora, que me paso hoy, díganme, ¿se lo puedo contar a alguien? Y en el fondo todos tenemos la necesidad de contar lo que hacemos y yo elegí contarlo por acá. Y que aparte las cosas, no las busco ¡se me dan solas!, y van a ver qué ¡es así!
Desde hace unos días, y porque estoy al pedo, mi viejo me llevó a laburar a su estudio porque una de las recepcionistas/cadetas renunció, y como me ve al pedo, me dijo que fuera a ocupar el lugar de ella hasta que empiece la facultad, cosa que me rompió las pelotas, pero no le pude decir que no, y estoy trabajando con él, como una recepcionista.
La cosa es que hay un cliente, un viejo (y que nadie se ofenda por esto, pero así lo veía yo), y encima, se hacía el galán desde el primer día que me vio (obvio que él no sabía quién era yo), hasta un día, me preguntó a qué hora salía ¡y lo saque cagando!
Lo peor es que yo no sabía ni como se llamaba, porque siempre se anuncian con la recepcionista que está adelante, mi laburo es más de cadeta, llevar papeles, y cosas importantes, o que no quiere que se le pierdan, porque no le conviene (pero esa es otra historia) que no se anima a mandarlas por los motoristas. Es más, durante el año, como sabe que tengo tiempo libre muchas veces a la noche viene con sobres y me pide que al día siguiente lo lleve a tal lado.
La cosa es que hoy a la mañana me pide que lleve un contrato a Puerto Madero. Llego, me anuncio, digo que vengo del estudio del Dr. … me hacen pasar, subo y cuando lo vi me quería morir, siii, era ese viejo que me vivía tirando onda, me hace pasar, y resulta que no era un estudio, por lo que me di cuenta el viejo vive y trabaja ahí, porque de entrada, me hizo pasar al escritorio, la chica que trabaja ahí, nos trajo un café, pero yo ya me quería ir, lo único que tenía era que ¡dejarle el sobre!
Me pide que me quede un rato, así lo lee, y si hay algo más se lo mandaba de vuelta (una boludez, pero no me iba a poner a discutir).
Estábamos sentados, en el sofá que tenía el escritorio, hasta que el viejo (y así lo voy a llamar), me dice, algo que fue más o menos así, porque ya me estaba poniendo nerviosa, realmente ¡quería irme!
Viejo: Caro, no sé si te mandaron o pediste vos de venir acá.
Yo: ¿por qué señor? (así lo trataba), a mi me mandaron.
Viejo: no te ofendas nena, pero soy un tipo grande, que las vivió todas y a las pendejas como vos las conozco y me calienta y me gusta que sean así.
Yo: no le entiendo señor, lo que dice
Viejo: si me entendés bien nena, sos hermosa, tenés unas piernas espectaculares y me encanta cuando son así como vos, que saben que con tipo de mi edad, con solo hacerle pasar un buen momento, pueden llegar hasta conocer lugares que nunca fueron, no lo disimules esta historia la viví muchas veces.
Yo: no señor, se confunde yo ¡solo vine a traerle el sobre!
Viejo: ¿estás segura?, no tomes a mal lo que te voy a decir, cuanto ganás, $ 6.000, $ 7.000, en un rato te podés llevar $ 2.000, y solo por traer un sobre.
¡Me estaba tratando de puta!, él ni sabía quién era yo, y la verdad yo tampoco ya sabía qué hacer, me estaba tratando de puta, por unos $$$, me proponía cogerme, que yo me entregara a un viejo, eso me calienta, pero ni lo esperaba (sé que hay muchas pendejas que lo hacen y me empezó a calentar la idea de ser una de ellas).
Yo: no señor, se equivoca.
El viejo, no me dice, nada, solo me empieza a tocar la rodilla (yo estaba con una pollera), me quede helada, pero soy calentona y me empezó a gustar, no le decía nada y él seguía, intentó besarme pero no, le corrí la cara (no iba a besar a ese viejo), y mientras seguía acariciándome la pierna y cada vez subía más su mano.
En un momento le dije que ya estaba, que lo dejara ahí, pero mi voz se resquebrajaba y él ya estaba con su mano cerca de mi conchita y mis piernas ya se ¡abrían solas!
Siguió hasta que me toco la conchita, ahí empezaron mis gemidos, me mete la mano bien (sobre las medias) en la conchita, y me empezó a gustar, ¡ya estaba mojada!, me saca las medias, yo lo ayudo, y ahí ya sentía bien sus manos tocándome, ya me sentía desnuda, me corre la bombacha y me mete un dedo, dos, y lo hacía bien “el viejo”, tanto, que mi calentura iba cada vez en aumento, se me acerca de nuevo y ya deje que me besara y sobre el pantalón le empecé a tocar la pija, no sé como pero ya la tenía parada ¡y bastante!
Siguió así. Tocándome cada vez más, una mano, sus dedos en mi concha, con la otra ya me tocaba las tetas y yo me dejaba, ya tenía la blusa desabrochada y él, el pantalón, yo se la seguía tocando sobre el bóxer, hasta que no pude evitar ¡acabar!
Me recosté sobre su pija, le empecé a meter la mano debajo del bóxer hasta que se la empecé a tocar (no sé pero para mí se había clavado un viagra) la tenía re parada, re dura, le baje el bóxer, me puse de rodillas en el piso y se la empecé a chupar mientras lo miraba, y él me empujaba la cabeza y me decía: “ sabia, sabía que eras una trolita, que bien la chupas putita” y eso más ganas me daban ¡de chupársela!
Así estuve un rato, y él mientras se la chupaba ya me había sacado el corpiño y yo la pollera, ya estaba en bolas, ¡el también!, no quería que me acabara en la boca, ya estaba jugada, al menos quería saber cómo me iba a coger.
Dejo de chupársela y le empiezo a besar la pancita hasta llegar a besarlo nuevamente, mientras ya me iba acomodando, me dice que espere un segundo, de una mesita saca un forro (el viejo se ve que no era la primera vez que lo hacía, la tenía clara) se pone el forro, me subo arriba de él, me clavo la pija, yo ya estaba totalmente mojada, y empiezo a saltar sobre su pija, y me decía: “te gusta pendeja, te gusta” “siiii”, le decía: “cógeme, rómpeme la conchita bebe, cógeme toda” (de eso me acuerdo, porque ni se cómo se lo dije, solo por la calentura que tenía, de ser “su putita”).
Bueno me puse a saltar sobre su pija hasta que acabé de nuevo, y seguí saltando hasta que ¡acabó el!, después de dos orgasmos y seguidos quede cansada, sin ganas de nada, me quede así, con su pija adentro unos minutos, me indica donde estaba el baño (tenía uno pegado a su escritorio), voy me lavo, y me puse a pensar ¡en la locura que había hecho! me pongo a pensar en que le tenía que decir la verdad de quien era, porque si se lo llegaba a contar a mi viejo ¡ME MATA!
Salgo del baño, él ya estaba vestido (obvio “el viejo” más de una vez no iba a acabar), ya fría y aunque no lo crean con vergüenza. Esa vergüenza que me da cuando se me pasa la calentura, me visto y el viejo me dice:
Viejo: Caro, la verdad, si querés conmigo lo podés pasar muy bien.
Yo: ¿por qué lo decís?
Viejo: porque me encanto como te cogí, si querés podemos repetirlo y si nos llevamos bien hasta nos podríamos ir algún fin de semana afuera.
El viejo ya se pensaba, y creo con razón, que yo era una de esas pendejas casi prostituta, que con tal de irse afuera se van con viejo para que se la cojan.
Yo no le contesto nada, me dice espera, y viene ¡con el dinero que me había dicho!, y le digo la verdad, algo así: “mirá, no te había dicho nada, pero no soy una empleada soy la hija del Dr. … así que la verdad la plata, no me hace falta, no sé porque hice esto, me calentó la situación, pero olvídate de esto. Sos un tipo grande, se entera mi viejo y me mata, ¡ya te diste el gusto de cogerme!, que quede todo acá y nada más.
El viejo, no lo podía creer, seguro que va a averiguar si es verdad o no, pero me dijo que no era un pendejo y nada iba a salir de ahí.
Me fui, lo llamé a mi viejo, le dije que tenía frio, que no estaba con ganas de ir al estudio, no me dijo nada y me viene a casa, me acosté, pensando en lo que había hecho y acá estoy contándolo, y la verdad, ¡no puedo creer lo trola que soy!, cuando las cosas se dan inesperadamente, ¡me calientan y mucho!
Ah que nadie se ofenda por lo que dije de “viejo” jeje.