En la semana de exámenes quedábamos unas horas antes para estudiar o para tomar un café Carla y yo y a veces también venían Laura y Juan. Uno de los días quedamos solo Carla y yo, hacía un día con mucho sol ya que estábamos a finales de mayo y en la calle se estaba genial, fuimos a una terraza a tomar algo y a repasar y al terminar se me ocurrió la idea de ir a un parque que teníamos cerca a tirarnos al césped hasta la hora del examen.
– Irene: Qué te parece si vamos al parque este de atrás y hacemos tiempo allí en lugar de ir a la biblioteca? Es una lástima meterse hoy en la biblioteca con el tiempo que hace, además no tenemos que repasar mucho más.
– Carla: Claro, al césped, como dos adolescentes, tú te crees que tengo 20 años o qué? No tengo edad para estas cosas.
– Irene: Cuando estás conmigo sí, pava! Me lo vas a negar? va no me seas rancia.- Le di en el hombro con un pequeño empujón.
– Carla: Claro que te lo niego! Venga vamos al parque a que juegue la nena en los columpios.
Consiguió picarme con ese comentario, estábamos pasando por una calle por la que no pasaba gente en en ese momento así que la empujé a un portal para que no se nos viera mucho, la puse contra la pared, con una mano en la cara y otra en la cadera, la besé con rabia y mientras pasaba mis labios por su cuello le susurraba al oído.
– Irene: Acaso esto no te hace sentirte en los 20? Esto te lo hacen en casa? Igual que yo? Te aceleran la respiración así?
Antes de que me pudiera decir nada volví a comerle la boca con rabia y su contestación fue un gruñido y morderme el labio con fuerza.
– Carla: Te odio…
– Irene: Jajaja sabes que no es verdad.- Le sonreí y me aparté de ella.- Te vienes al parque?
– Carla: Cabrona…bueno me has convencido.- Estaba acalorada por la situación.
Llegamos al parque, no había mucha gente y nos sentamos en el césped, apoyadas en un pequeño muro a la sombra de un árbol. Estuvimos hablando de tonterías al mismo tiempo que mirábamos los apuntes, una al lado de la otra y entre tontería y tontería Carla decidió ponerse más cómoda y se tumbó en el suelo apoyando su cabeza en mis piernas. Ese día Carla llevaba unos pantalones vaqueros ajustados y una camisa blanca sin mangas que se transparentaba un poco dejando ver su sujetador blanco.
– Irene: No te he dicho nada pero me gusta mucho esa camisa, desde aquí arriba tengo muy buenas vistas.- Le saqué la lengua.
– Carla: Eres una pervertida a ver dónde miras!!
– Irene: La verdad es que no hay nada mejor que mirar.
Seguimos haciendo el tonto un rato entre risas, al estar tumbada su camisa se subió un poco y pude ver cómo asomaba una pequeña línea del tatuaje de la cadera por el borde de su vaquero, no pude evitarlo y mi mano fue directa ahí, a bajar un poquito su pantalón para poder verlo un poco más.
– Irene: Puuff!! Me vuelve loca ese tatuaje.
– Carla: Ese tatuaje en su día fue un "regalo" para mí marido.
– Irene: Vaya hombre…Pues siento decirte que ahora es mío.
Mi mano se metió más en el pantalón tocando el tatuaje y poco a poco se iba buscando su ropa interior, hasta que Carla cogió mi mano y la sacó.
– Carla: Estás loca? No vamos a montar un espectáculo aquí.
– Irene: Vale tienes razón, pero es que es difícil, entre esa camisa, ahí tumbadita, ese tatuaje asomando, tú en general…
Carla se incorporó y se sentó al lado mío.
– Carla: Te lo pongo más fácil.- Dijo al sentarse.
– Irene: Te quería preguntar… Habías estado antes con otra mujer?
– Carla: Y a qué viene esa pregunta ahora?
– Irene: No, a nada, ha sido que he pensado en tus 20 años y se me ha ocurrido.
– Carla: Sí, un par de veces, con 25 años. Fue con la misma chica, un par de encuentros, nada serio. Y tú?
– Irene: Que calladito te lo tenías! Yo no, tú eres la que me ha metido en este lío, eres una mala influencia.
– Carla: Lío? Mala influencia? Uy uy uy mira que me ofendo, no es algo malo el sexo entre dos mujeres.
– Irene: Nooo, no lo digo porque sea algo malo el sexo entre dos mujeres. Yo antes solo conocía un tipo de sexo por decirlo de alguna forma, tú me has descubierto otra cosa y a día de hoy aunque sigo disfrutando mucho del sexo con Iván, creo que disfruto más contigo. No sé si es por ser tú, pero la conexión es distinta, el sexo es distinto, es una pasada.
– Carla: Vale entiendo a lo que te refieres, sí se siente de otra forma, para mí también es más excitante, tu y yo conectamos bien.- Me cogió la mano y me dió un beso rápido en los labios.
– Irene: Esta es la putada.
– Carla: A qué te refieres?
– Irene: El tener que escondernos, ahora mismo mataría por tenerte encima mío besándote, igual que esa pareja de ahí.
– Carla: Sí, pero tiene que ser así por la condición que tenemos no por ser dos mujeres.
– Irene: Es una tortura… Pero bueno es cuestión de discreción. Seguimos repasando?
– Carla: Mejor que se nos va el tema jajaja.
No era mi intención para nada el ponerme a estudiar, solo quería una especie de tapadera, estaba excitada y quería sentir a Carla de alguna forma. Cogí mi mochila, la puse entre Carla y yo y su mochila se la puse encima de sus piernas.
– Carla: Qué haces loca?
– Irene: Nada, tu calla y estudia jajaja.
Carla estaba a mi derecha con sus apuntes, yo tenia las piernas flexionadas con los apuntes apoyados en ellas, mi mano izquierda pasaba las páginas de los apuntes en los que mi mirada estaba clavada y mi mano derecha se había colado debajo de su pantalón y de su ropa interior.
– Carla: No tienes solución.- Dijo con la respiración alterada.
– Irene: Estoy estudiando, no molestes.- Me reí sin quitar la vista de los apuntes.
Carla apoyó su cabeza en mi hombro sin dejar de mirar sus apuntes y tapando algo su cara con ellos, respiraba y gemía de forma que yo pudiera oírlo sin montar un espectáculo. Al poco tiempo Carla apretó con fuerza mi pierna con la mano, pegó los folios a sus cara, soltó un gran suspiro y su cuerpo se movió con pequeños espasmos, yo saqué mi mano de su pantalón, ella se repuso rápidamente, apoyó la cabeza en el muro que teníamos detrás, estiró sus brazos con los apuntes encima de sus piernas y reguló la respiración. Yo seguía en la misma posición del principio, "estudiando", aguantando la situación, con un fuego que me estaba quemando por dentro.
Quiero pensar que desde fuera no se veía nada excesivamente extraño, ya que parecía que nadie nos miraba en exceso y tampoco había mucha gente.
– Carla: Te odio, pero es verdad que estas cosas solo me las haces tú y me encanta.
– Irene: Disfruta porque en una de estas me dará un infarto y te quedarás sin mí. Estoy perdiendo años de vida pero merece la pena.
– Carla: A ti te dará el infarto? En todo caso será a mí.
– Irene: Tú has tenido un desahogo al final, yo ahora mismo puedo explotar, pero quiero hacerte mil cosas más, creo que soy un poco masoca.
– Carla: Algo tendremos que hacer, así no puedes ir al examen.
– Irene: Tranquila enseguida se me pasa.- La mire y sonreí.
Nos levantamos y nos fuimos de camino al instituto, faltaba poco menos de una hora para el examen y nos encontraríamos con Laura y Juan, que ya estaban allí en la biblioteca.
– Juan: Hola chicas! Cómo lo lleváis? Este examen es fácil, lo tenemos ya hecho.
– Irene: Uy si hasta para tí es fácil ya hemos aprobado todas, paso de repasar.- Me reí.
– Laura: Zasca! Muy buena Irene!.- Se reía también.
– Juan: Que graciosita ella!
– Carla: Es que se lo has puesto a huevo fatiguitas.
– Juan: Cómo os gusta meteros conmigo!
– Irene: Sabes que te queremos tonto!
– Laura: Claro Juan eres como una mascota simpática.
– Juan: Yo también te quiero simpática.
Nos estábamos riendo los 4 hasta que la persona que estaba a cargo de la biblioteca nos llamó la atención por el ruido que hacíamos, le pedimos disculpas y cada uno se puso a estudiar con lo suyo en silencio. Yo seguía con la cabeza en el parque y con los nervios no podía para de morderme el labio (normalmente tengo dos manías cuando estoy nerviosa, o me muerdo las uñas o me muerdo el labio hasta que me acabo haciendo sangre), Carla estaba e frente mío, me miraba por encima de sus apuntes y cogió su móvil.
– Carla (móvil): Para con el labio tonta, te estás haciendo herida. Estas nerviosa?
– Irene (móvil): No puedo lo hago de forma inconsciente, estoy un poco alterada todavía.
– Carla (móvil): Puedo hacer algo para que te relajes?
– Irene (móvil): No te preocupes enseguida se me pasa.
Carla se levantó sin decir nada, dejó sus cosas encima de la mesa, colocó su silla con cuidado para no hacer ruido y se fue de la biblioteca. Al minuto llegó un mensaje a mi móvil.
– Carla (móvil): Estoy donde siempre, ven y te ayudo a relajarte.
Eso me encendió más de lo que ya estaba, me levanté y me fui a baño a buscar a Carla. Al llegar, abrió la puerta, entré y empecé a besarla con algo de desesperación con mis manos dentro su camisa acariciando su espalda.
– Carla: Relaja, quiero esas manos quietas, estamos aquí por tí. Cierra los ojos.
Estaba tan excitada que no repliqué y me dejé hacer. Cerré los ojos, me apoyé en la puerta, pegó sus caderas a las mías y puse mis manos en su cintura sin moverlas. Recorría mi cuello con sus labios, jugando con la lengua mientras metía una mano dentro de mi ropa interior y me masturbaba. Me besó en los labios con suavidad, volvió a mi cuello y esta vez empezó a susurrar en mi oído.
– Carla: Mis mejores orgasmos son contigo… Contigo me siento con 20, me siento más viva…Me tocas como nadie…
Me estaba poniendo a mil que me dijera cosas al oído mientras mordía mi cuello como solo ella sabía hacer.
– Carla: Me gusta torturarte…me gusta que me muerdas…que pierdas los papeles…que me cojas del pelo…del cuello…Me gustaría poder follar contigo todos los días…
No pude aguantar más y me corrí, aguanté mis gemidos como pude, me recuperé en unos segundos, Carla tenía su frente apoyada en la mía mientras me miraba a los ojos.
– Carla: Estás mejor?
– Irene: Sí y no.
– Carla: Sí y no? Cómo es eso?
– Irene: Estoy mejor, pero quiero más.
– Carla: Ahora no podrá ser, quedan 15 minutos para el examen.
– Irene: Me sobran 10 y consigo que te corras.
– Carla: Jajaja que sobrada no?
– Irene: Sé lo que te gusta.
Mientras hablábamos había desabrochado el pantalón de Carla, le bajé el pantalón, le saqué una de las piernas del pantalón, la senté en la tapa del wc, me puse de cuclillas, aparté su ropa interior y empecé a lamerle el clítoris mientras la masturbaba con dos dedos. Ella enredaba sus dedos en mi pelo y arqueaba su espalda y yo me centraba en hacer las cosas como a ella le gustaban. A los pocos minutos Carla se corrió y yo sonreía.
– Irene: Ves como me sobraba tiempo?
– Carla: Joder Irene…
Suspiraba mientras se subía los pantalones y se ponía la zapatilla que le había quitado. Yo estaba apoyada en la puerta del baño, mirándola mientras bajaba pulsaciones por la excitación. Cuando terminó se acercó y me dió un pequeño beso en los labios.
– Irene: Por cierto, solo te han sobrado 5 minutos. Vamos corriendo que todavía tenemos que coger las cosas de la biblioteca.
– Irene: Ya claro, ahora te me vas a poner tiquismiquis con el tiempo jajaja.- Le di una palmada en el culo.- Tira anda.
Sonó el timbre y salimos corriendo a la biblioteca para coger las cosas y dirigirnos al aula del examen, Laura y Juan ya habían entrado cuando llegamos.
– Juan: Dónde os habéis metido locas? Habéis llegado por los pelos.
– Irene: Te pones nerviosito cuando no me ves eh?
– Juan: Contigo me pongo nerviosito siempre Irene, parece mentira que todavía no lo sepas.
– Irene: Jajaja que tontaco eres. Suerte a todos!
Terminamos el examen y como siempre nos fuimos a tomarnos una caña antes de volver a casa.
– Juan: Bueno chicas, os recuerdo que solo quedan dos exámenes.
– Carla y Laura: Ya, y?
– Juan: Cómo que y? Tendremos que organizar una cena o algo no?
– Irene: Menos mal que tenemos a Juan para hacernos el lío.
– Carla: Hombre claro hay que hacer una cena de "despedida".
– Juan: No digas de despedida que me rompes el corazón!!.
– Laura: Que ponga la fecha Irene que es la que lo tiene más complicado.
– Irene: Vale, yo os digo fecha, vamos solo nosotros 4 no?
– Carla: Mejor no? Total con el resto tampoco tenemos mucha confianza.
– Laura: Por mi bien.
– Juan: Yo solo con 3 mujeres? Dónde hay que firmar?
Miré mi cuadrante y les dije de quedar un sábado dos semanas después. Pasaron los exámenes, todos estábamos contentos pues habíamos aprobado y ahora tocaba celebrar. La misma semana de la cena, Carla me llamó el lunes.
– Carla: Irene!! Me acaban de llamar para una entrevista, de técnico para el verano.
– Irene: Que bien!! Cuanto me alegro!! Cuando la tienes?
– Carla: Mañana! Ya te contaré que me dicen, serás la primera en saber cuando salga.
– Irene: Me alegro rubia!! Ya me contarás y el sábado lo celebraremos como se merece.
A la mañana siguiente cuando me levanté para ir a trabajar lo primero que hice fue mandarle un mensaje a Carla para desearle suerte.
– Irene: Buenos días rubia, sé que no te hace falta, pero mucha suerte con la entrevista, ya verás que te eligen a ti, no hay nadie mejor. Qué tengas buen día, te quiero rubia.
– Carla: Gracias mi niña, cruza los dedos. Te quiero.
En el trabajo estaba pendiente del teléfono todo el rato esperando una llamada o un mensaje de Carla.
– Hugo: Que vicio con el teléfono chiquilla!
– Irene: Estoy esperando un mensaje o una llamada de Carla, está mañana tiene una entrevista para currar de tes.
– Hugo: Anda que bien! Ya me contarás qué tal!
Sonó la emisora y aunque yo en los servicios no uso el teléfono, está vez estaba algo más pendiente y cuando llegamos al hospital sonó mi teléfono.
– Hugo: Contesta anda! Ya me encargo yo.
Me disculpé con el paciente y salí a hablar.
– Irene (móvil): Cuéntame rubia!
– Carla (móvil): Estoy dentro! En principio es solo para cubrir el verano pero luego igual hará falta más gente.
– Irene (móvil): Qué bien!! Enhorabuena!! Me alegro muchísimo! El sábado lo celebraremos como se merece. Te dejo que estoy en un servicio y he dejado a Hugo solo con el paciente.
– Carla (móvil): Me vas a tener que dar un repaso antes de empezar a currar que ya no me acuerdo.
– Irene (móvil): Claro! Tú pásate por base que yo te doy los repasos que quieras jajaja.
– Clara (móvil): Qué pava eres! Luego hablamos, buen servicio.
– Irene (móvil): Jajaja gracias guapa luego hablamos.
Entré, me volví a disculpar con el paciente y Hugo estaba esperando a que le contara.
– Hugo: Bueno qué?
– Irene: La han cogido tío, ya te contaré cuando me cuente ella jajaja.
Para el sábado quería darle una sorpresa a Carla y poder tener tiempo en condiciones las dos solas, ya que después estando las dos trabajando se iba a volver complicado vernos. Reservé una habitación en un hotel que había cerca de la zona donde íbamos a cenar y a tomar algo después, ella no sabía nada y la idea era que no lo supiera hasta el mismo momento.
El mismo sábado por la mañana Carla y yo hablamos en quedar un poco antes de la hora de la cena para tener un ratito a solas.
– Carla (móvil): Te parece si quedamos un rato antes de la cena y nos perdemos por ahí con el coche?
– Irene (móvil): Te iba a decir lo mismo jeje.
– Carla (móvil): Paso a recogerte por casa?
– Irene (móvil): No, mejor nos vemos donde sueles aparcar siempre.
– Carla (móvil): Bueno como quieras, era para que no tuvieras que ir andando hasta allí.
– Irene (móvil): Para no perder la costumbre y el paseo siempre me viene bien.
Habíamos quedado a las 21:30 para cenar con Laura y Juan y Carla y yo quedamos a las 19:30, en el mismo sitio de siempre, solo que esta vez no me iba a presentar. A las 19:25 Carla me escribió un mensaje como solía hacer cuando llegaba.
– Carla (móvil): Ya estoy por aquí.
A lo que yo le contesté solo con la ubicación de un hotel de la zona.
– Carla (móvil): Y eso?
– Irene (móvil): Habitación 215, aquí te espero.
– Carla (móvil): Estás fatal, voy.
A los 15 minutos aproximadamente Carla tocó a la puerta de la habitación y le abrí.
– Carla: Qué haces loca?
– Irene: Enhorabuena rubia! Hay que celebrar lo de tu curro no?
– Carla: Desde luego eres de lo que no hay.
– Irene: Te gusta y lo sabes.- Le puse cara de tontita.
Íbamos besándonos y riéndonos mientras íbamos andando de camino a la cama.
– Carla: Jooooder que pedazo de cama! No quieres verme en toda la noche o qué?
– Irene: Bueno ya se sabe, mejor que sobre y no que falte, aunque tienes razón me sobra tres cuartos de cama jajaja.- Era una cama de dos metros de ancho.
– Carla: Wooo es súper cómoda.- Dió un salto y se tiró.
– Irene: Sí? Pues eso no es lo mejor…- le señalé con la cabeza el baño.
Se levantó rápidamente de la cama y entró al baño para ver qué había.
– Carla: Tú flipas! Madre mía Irene!!
Había una bañera de hidromasaje en la que cabían dos personas y una botella de vino con dos copas.
– Irene: Si no te gusta nos podemos ir a tu coche…
– Carla: Jajaja que tonta eres! Claro que me gusta!
Se acercó, me puso contra la pared del baño y empezamos a besarnos.
– Irene: Te hace un vino y un bañito antes de cenar?
– Carla: Antes de cenar? No será mejor luego?
– Irene: Lo mejor será antes y después jajaja, no te preocupes tenemos tiempo y he traído maquillaje para después antes de salir.
Volvimos a la cama abrí la botella de vino después de pelearme con ella y de que Carla se metiera conmigo y nos tomamos una copa mientras nos besábamos.
Cuando ya nos habíamos tomado la copa de vino y se estaba calentando el ambiente, cogí a Carla de las manos y me la llevé al baño, nos besábamos mientras la sentaba en el mueble del lavabo, le quité la camiseta y el sujetador, empecé a lamer y a morder sus pechos, me quitó la camiseta y el sujetador, me quite los pantalones y el tanga y le hice lo mismo a ella. Abrí el grifo del agua para llenar la bañera y volví para seguir devorándola mientras se llenaba, me rodeó con sus piernas, nuestros pechos se apretaban mientras nos besábamos, mis manos recorrían toda su espalda y nuestra respiración acelerada interfería en nuestros besos. Cuando el agua ya había tomado un nivel decente, cerramos el grifo y nos metimos dentro, el agua no estaba excesivamente caliente pero con los besos y el roce del cuerpo de Carla parecía hervir.
El espejo y la puerta del baño de cristal se empañaron y nuestros gemidos se oían entre mordiscos, besos y caricias. Era espectacular como nuestros cuerpos se enredaban bajo el agua, la suavidad de su piel y la conexión entre las dos.
– Carla: Córrete conmigo…- susurró a mi oído casi suplicando.
Empezamos a besarnos y a tocarnos con más intensidad, explotando a los pocos minutos en un intenso orgasmo. Nuestros cuerpos quedaron juntos, agotados después del orgasmo, con nuestros ojos cerrados y nuestras cabezas apoyadas de frente, recuperando la respiración y besándonos.
– Irene: Ha sido increíble…- Susurré.
– Carla: Sí…increíble creo que se queda corto.- Susurró y sonrió.
Salimos del agua, nos secamos y empezamos a vestirnos para irnos a cenar, ya eran las 21:00.
Acabé de vestirme antes que Carla que estaba terminando de arreglase delante del espejo, me puse detrás de ella, la abracé por la cintura, besé su cuello, metí mi mano dentro de su vaquero acariciándola por encima de la ropa interior mientras miraba su cara de placer en el espejo, ella cerró los ojos y se dejó hacer.
– Irene: Lo siento pero no puedo dejarte, todavía queda un ratito hasta la hora.
– Carla: No quiero que me dejes…
Metí mi mano por dentro de la ropa interior, seguí frotando su clitoris mientras me restregaba con su culo y miraba su cara en el espejo. Se mordía el labio como si estuviera intentando esconder sus gemidos.
– Irene: No te contengas, quiero oírte.
Dejó de morderse el labio y empezó a gemir sin controlarse.
– Irene: Me encanta oírte, me pone muchísimo.
Cada vez gemía más fuerte y movía con fuerza su culo contra mí. Le di la vuelta, la sujeté por el pelo sin hacerle daño, nos mirábamos a los ojos mientras le metía dos dedos hasta que gritó y se corrió. Nos quedamos quietas por un momento, con su cabeza apoyada en mi hombro y con mis dedos todavía dentro de ella, pudiendo notar las contracciones de su vagina. Saqué la mano de su pantalón y seguí besándola con ganas, ahora me tocaba a mí…o eso pensaba yo.
– Carla: Tenemos que irnos, ya casi es la hora.
– Irene: No…no puedes dejarme así.
Cogí su mano, la metí dentro de tanga y recorrí mi coño con sus dedos y con los míos, frotando mi clítoris.
– Carla: Sí, sí que puedo…- Me besaba por el cuello y susurraba en mi oído, aún tocándome.- De hecho es lo que pienso hacer.- Sonrió.
Sacó la mano de mi pantalón y se fue del baño dejándome allí con el calentón.
– Irene: No serás capaz de hacerme esto!!.- Salí detrás de ella con cara de pena.
– Carla: Ya te dije que me gustaba torturarte.
Me plantó un pequeño beso en los labios y se fue en dirección a la puerta de la habitación.
– Irene: Va Carla no me hagas suplicar.
– Carla: Te puedo asegurar que hoy suplicarás.
Salió por la puerta de la habitación sin mirarme y yo salí detrás de ella.