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Hoy no pude dormir
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Qué pocas veces me ocurre esto de no poder dormir. Habitualmente me voy durmiendo mientras me despojo de mis ropas. Hoy no ha sido así. Cuando he concluido mi trabajo, me he desplazado desde el estudio a mi dormitorio y pareció haberse paralizado el mundo.

Mis zapas salieron de mis pies en una aliviada sensación de libertad. Como es avanzada ya la primavera, llevo menos ropas que expoliar de mi cuerpo, lo que no deja de ser otro modo de liberación. Mientras desabrochaba mi camisa mirándome de frente al gran espejo, me iba acariciando mis sonrosadas tetillas y mi depilado pecho. Me iba entrando el morbo por quererme más y desear más mi propio cuerpo. Entretenido adorando mi cuerpo la camisa se iba desprendiendo por mis hombros en dirección al piso. Antes de llegar a mis pies he recogido la prenda para aproximarla al canasto de ropa para lavar.

Ya me sentía pesado estando enfundado en mis entubados y apretados jeans. Lentamente los iba desplazando por detrás contorneando mi figura al notar mis dedos por encima de mis redondeadas nalgas. Tras desplazar la pieza hacia mis rodillas, acaricié mi bulto por encima de la copa del suspensorio y hacerlo crecer hasta humedecer la tela. He hecho frenar la operación para sacar de pie el jean de mis piernas y liberar mi cuerpo una vez más. Me serví del jean como de alfombra para mis pies y me volví hacia el mágico cristal. El espejo me iba mostrando cada movimiento y yo notaba el deseo de sentir admiración por mí mismo y acumular placer vivido. El color turquesa del jocks hacía notar más la mancha húmeda que lentamente iba aumentando su tamaño. Dispuesto a dormir, me desprendí de la pequeña prenda, la lancé hacia el cesto, me miré complacido frente al espejo y me metí en la cama.

Rodé una vuelta y dos y más vueltas y vueltas, hasta dejar escapar mis viscosos fluidos, pero Hipnos andaba lejos de mi cama, mientras que mi alma fue invadida por Eros. Casi es la hora de despertar y estoy escribiendo en la cama, desnudo, pegajoso y fatigado en exceso. Es viernes, no rendirá mi trabajo a causa de mi cansancio. Pero esta noche mi cuerpo me ha avisado que necesita un extra de actividad erótica y he decidido que se la concederé. Hoy cenaré con Chente y, sin despachar a Eros de nuestra compañía invocaremos a Hipnos. El sol tendrá que hacer cola de espera para que le brinde mi saludo.

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