Y al final se iba a dar, para quienes es la primera vez que leen, les cuento que Pau, es una compañera de mi facultad, ella es lesbiana, pero lesbiana en serio, con ella tuve dos encuentros que ya los conté.
Después de eso, nos vimos solo una vez un rato, nada más, y me empezó a quemar la cabeza de que quería pasar una noche conmigo, la idea me gustaba, ella sabe cómo tratarme, me hace calentar mucho, pero me daba cosa mezclar las cosas, pasar la noche con ella y al día siguiente ir juntas a la facultad, pero obvio y como yo lo suponía, me convenció y el martes pasamos la noche juntas.
Aunque no me crean yo estaba nerviosa, ansiosa, excitada, era todo una mezcla, lo, único que quería era que llegara la noche, a medida que pasaba el tiempo cada vez sentía más adrenalina, pensaba, ya falta poco, dentro de dos horas, después una hora, ya vamos a estar ¡juntas!
Hasta que llegó la hora de ir, me voy vestida sencilla, porque al día siguiente íbamos a la facultad: jean, zapatillas, blusa sweter, campera, llego a su casa y ella ya le había avisado al portero que iba a ir una amiga de ella, que me dejara pasar (para que ella no tuviera que bajar para abrirme).
Nerviosa, como les decía, pensando que ya estaba en que en nada de tiempo íbamos a estar juntas, bah, que yo iba a ser de ella, porque siempre la cosa fue así, yo soy la pasiva y me entrego a ella, todo esto lo pensaba en el ascensor, hasta que llego, le tocó el timbre, me abre, paso.
¡Que hija de puta!, estaba solo con una remera, nada más (hace calor en su casa), me dice: “mi amor, yo sabía que este día iba a llegar“, me hizo sentir una lesbianita como ella, aunque yo le aclaré que lo mío es solo sexo con las mujeres, que estoy de novia y me encanta como me coge mi novio (cosa que es cierto) para que le quede claro que nunca íbamos a ser pareja, porque ella, si, estuvo un par de veces en pareja con chicas.
Bueno la cosa es que, después de decirme eso, obvio, me da un suave beso en la boca y me hace pasar, me dice que me saque el abrigo, que hacía calor, como sabe manejar los tiempos, ya me había dejado caliente, pensé que ni bien entrara, me iba a partir la boca, desnudarme, pero no, me dejo caliente, me hizo pasar como si nada y yo cada vez más ansiosa, ella lo notó, me decía que estuviera tranquila, que lo íbamos a pasar bien, me sentía como una pendeja boluda y caliente en su primera vez.
Me quedo con el jean y la blusa, vamos a la cocina para preparar un café y ahí me dice: “pendeja, me tenés loca, te voy a coger hasta fin de año, sos re puta rubia hermosa” y me parte la boca, ahora si me parte la boca, me abraza, pasa sus manos por mi cuello, me acaricia la cabeza, me arrincona contra la pared, y su lengua jugaba con la mía, nos besamos como si llegara el fin del mundo.
Me pone su pierna entre las mías, apoyándola bien y franeleándome bien mi conchita, cosa que me hizo calentar más, mientras yo se la empezaba a acariciar, y ya le tocaba la cola, eso me hizo calentar más, porque estaba desnuda, Pau, me saca la blusa, el corpiño, y me empieza a acariciar las tetas, muy suaves, luego a besarlas y a comerlas, y yo le empujaba cada vez más su cara para que mis tetas (que no son muy grandes) entraran en su boca, mientras yo ya me retorcía de placer, me cuesta quedarme parada, me empiezo a agachar o a ponerme en puntas de pie, ¡no me puedo quedar quieta!
Me hace subir a la mesa que tiene en la cocina, me saca el jean, la bombacha, ya estaba desnudita, ella también y se zambulle en mi conchita, pero antes se tomó su tiempo para besarme y acariciarme bien las piernas, y yo caliente esperando que llegara a mi concha, hasta que llega y me la empieza a besar, me pasaba la lengua, yo recostada en la mesa con las piernas totalmente abiertas y los pies apoyados sobre la mesa (¿me explico?), yo sabía que me iba hacer acabar, yo me acariciaba, me apretaba mis tetas, mientras ella me besaba la concha, hasta que me la empieza a franelear desesperadamente, mis jugos ya habían empapado sus manos y así sin ponerme ni un solo dedo, me robo mi primer orgasmo de la noche, pero quede muy caliente, ¡no me gusto, acabar así!
De ahí nos fuimos derecho a la cama, nos empezamos a frotar las conchas, a Pau le encanta eso y lo sabe hacer muy bien, yo solo trato de seguirla en sus movimientos, mientras nos besamos, nos tocamos, ella me seguía diciendo: “amor me pones loquita” no se me hacía calentar que una chica me hablara así, nunca me había pasado, y seguimos hasta que acabamos las dos juntas.
Yo lo cuento rápido, pero habrá pasado como una hora desde que empezamos a besarnos en la cocina, en una hora yo ya había acabado ¡dos veces! Y la noche recién empezaba.
Seguimos en la cama haciendo lo que más me gusta con una mujer y es sentirnos la piel, me calienta, me gusta lo suave de la piel de una mujer, nos acariciábamos con solo el roce de nuestras piernas, hasta que Pau me empezó a tocar la concha y yo a ella, y así al principio, acostada una al lado de la otra nos empezamos a tocar mutuamente, pero cada vez nos tocábamos más fuerte, y acompañábamos esa masturbación mutua con suaves pero intensos besos de lengua, hasta que ella me empezó a meter un dedo, yo la seguí, hice lo mismo también le metí un dedo en su concha, ya estábamos las dos gimiendo, transpirando gozándonos a más no poder, hasta que acabamos prácticamente juntas.
Me resulta difícil expresar el placer que sentí, y ella también, el hecho de matarnos para hacer lo posible que la otra acabe, me ponía re caliente.
Sin darme un segundo de descanso, Pau se acomoda, para empezar a chuparme otra vez la conchita, yo ya estaba entregada, era como si mi cuerpo fuera de ella, estaba dispuesta a dejarme hacer lo que ella quisiera ,me gustaba lo que me hacía sentir, más cuando me decía: “rubia puta, como te gusta que te la chupe” y yo le decía: ”si, Pau, seguí, por favor me encanta, seguí así”, me estaba dando mucho placer, me encantaba, hasta que me dice: “ ahora vas a ser mi puta” yo ya me imaginé lo que venía.
Se pone el cinturonga y me dice: ”a ver como la chupas”, me lo pone en la boca, obvio que para mí no es lo mismo que chupar una pija de verdad, pero traté de darle el gusto, que se calentara viéndome chupar una pija, y la chupé mirándola a ella, eso la calienta mucho, después yo en la misma posición, así, acostada boca arriba, me la empieza a meter, mi conchita estaba ya muy mojada, por lo que entró enseguida, pero me sorprendió cuando me puso mis piernas sobre sus hombros, así ella manejaba más la situación y me la hacía sentir bien adentro, como siempre hago cuando me entrego, no puse resistencia y la deje, me empezó a coger así, y me decía: “te gusta cómo te cojo rubia” “si”, le decía yo, la verdad que me gustaba, la sentía muy adentro, pero me gustaba y quería que me la metiera cada vez más y más adentro, me empezó a bombear desesperadamente, yo no me podía mover, y le decía “cógeme Pau cógeme, cógeme soy tu puta” me acuerdo de eso, porque jamás pensé que le iba a decir algo así a una amiga, y siguió hasta que esta vez sí, me hizo acabar como una hija de puta, a los gritos, creo que todo el edificio habrá oído mis gemidos ¡y mis gritos cuando acabé!
Pau ya me había hecho acabar cuatro veces, estaba destruida y ella feliz, feliz que yo fuera de ella.
Ya era tarde serían las 10 de la noche, un poco de descanso no venía mal, pedimos algo para comer, Pau me da una remera para que me ponga, ella se viste un poco más, para ir a abrir cuando trajeran la comida.
Bueno, sobre la cena mucho no les voy a contar, no creo que les interese, lo único que yo le volví a aclarar es que lo mío es solo sexo, que no se alucine con hacer pareja y esas cosas, me decía que eso lo tenía claro, pero que esa noche la quería aprovechar a morir.
Terminamos de cenar, las boludeces de acomodar todo y esas boludeces, después nos vamos a la cama (ya les explique que es un departamento chiquito de un ambiente), prendemos la tele, al pedo, porque a los 5 minutos ya me empieza a acariciar mi pierna, ella sabe que eso me gusta, y sigue hasta que llega a mi conchita, y ya nos estábamos quedando desnudas otra vez las dos, besándonos, tocándonos, calentándonos, nuestras conchitas todas mojadas.
Hasta que Pau me agarra de la mano y me dice, como me dice siempre: “ven rubia puta, esto si te va a gustar” y me lleva al baño, prendimos la ducha, nos metemos las dos juntas, debajo de esa agua calentita. Acá les aclaro algo, no era de esos baños que se ven en los videos porno, era una bañera chica, un baño normal, pero suficiente para hacer lo que hicimos.
Bueno, la cosa es que nos metemos en la bañera, nos empezamos a besar debajo de agua, y lo mejor cuando nos empezamos a enjabonar, no, si a mí lo que me gusta es la piel suave de una mujer enjabonadas no les puedo explicar lo que es, nos matamos, así enjabonadas, acariciándonos, tocándonos, hasta que Pau me empieza a tocar la conchita, me puso loca, bajo el agua, el vapor, sentir que me la acariciaba, me metía los dedos, yo ya no me podía sostener parada, y otra vez me hizo acabar, y como, no sé si este fue el mejor orgasmo que tuve hasta ese momento.
Pau, me pone la mano arriba de mi cabeza, como para que me agache, enseguida entendí lo que ella quería, me agache y le empecé a chupar sus conchita, empezó a gemir, a abrir sus piernas para sentirme más, le metía la lengua, se la tocaba, le mordía su clítoris, le metía los dedos (a mí me gusta más que me la chupen antes de chuparla, pero estaba tan caliente que la quería ver gozar, se lo merecía), ella agarrándose de los azulejos, también acabo como una guacha.
Nos quedamos un rato más en la ducha, pero solo para sentirnos, besarnos, acariciarnos, yo no sé ya cuántas veces había acabado, pero me gustaba que nos quedáramos así, solo sintiéndonos. Hasta que llegó el momento de salir de la ducha, nos secamos, cada una se quedó solo tapada con una toalla, ya era tarde, no sé qué hora, más de las doce y al día siguiente, nos levantábamos temprano.
Nos vamos a acostar, yo esperaba a ver qué es lo que hacía Pau y ella como si nada se saca la toalla y se mete denuda en la cama (yo estaba segura que iba hacer eso) y yo hago lo mismo (no es la primera vez que duermo desnuda con un hombre o mujer, pero quería ver si ella tomaba la iniciativa).
Yo no daba más, ella tampoco, así abrazaditas y desnudas nos quedamos dormidas, era tarde y al día siguiente nos levantábamos temprano.
No sé si a ustedes, le pasó, pero dormí tan bien, que me pareció que habían pasado no más de media hora, cuando la siento a Pau entre mis piernas, y así me desperté, le pregunto: “¿qué hora es?” y me dice 6, 30, (a las 7,45 entramos en la facultad), y así fue mi despertar, un hermoso despertar, me la siguió chupando, besando, metiendo los dedos, haciendo lo que me gusta hasta que me hizo acabar, así empecé el día.
Nos vestimos, desayunamos algo y nos fuimos, ah, cuando salíamos, me agarra de la mano y obvio a esa hora los encargados ya están limpiando, así que quede ante el encargado como una lesbianita más, y así me vera cada vez que vaya a su casa.