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Nuestra amiga argentina se deja dominar por Pau
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Ya conté lo que pasó con Pau el miércoles (hace tres años), obvio, ella, se la pasó mandándome whatsapp, para vernos, el jueves casi le digo que sí, pero me llamó Matías, el amorcito de mi vida y salimos, fue cuando conté que salí desnuda de casa, solo con un tapado.

La cosa es que el viernes, llego a la facultad, temprano, como siempre a las 7,45 Hs, me estaba haciendo pis, y llegaba tarde a la clase (empiezan todas a las 7,45 hs.) pero no me importaba, tenía que ir al baño, entro y estaba… ¿saben quién?… si Pau, me ve me dice “hola hermosa” me quedé helada, ni en pedo pensé encontrarla, ella ya a esa hora debería estar en clase, me agarra de la mano, me mete en un baño, cierra la puerta, me parte la boca, me quedé helada, pero con el frío a esa hora, me gustó sentir una boca caliente, no le dije nada, deje que me besara, me desabrocha un poco el jean, yo soy flaquita, así que su mano pudo entrar fácil, y apunta derecho a mi conchita, mientras me basaba (obvio todo en silencio por si entraba alguien), si alguien nos veía, capaz me echaban a la mierda de la facultad y me muero ¡y en casa me matan!, bueno la cosa es que me mete la mano en la conchita (sin bajarme el jean) , no se habrán sido menos de 10 minutos, no acabé, pero basto para que me dejara mojada y re caliente.

Me dice: “a la salida (salíamos las dos a las 10 hs., hay días que solo tengo dos horas de clase, pero ella vuelve a las 14 hs.,) te espero, no me cagues, vas a ver que no te vas a arrepentir, te tengo ganas rubia puta, ni te imaginas lo que tengo ganas de hacerte”. Y yo como una boluda le pregunto: “¿qué me quieres hacer?”, y me dice: “si quieres saberlo, espérame y vamos a casa, después de cómo te calentaste el otro día sé que te va a gustar”

No sé, me quedé, pensando toda la mañana, obvio que ni idea de lo que fue la clase en la facultad, mi duda era si irme con ella o no, aunque en el fondo sabía que lo iba a hacer, siempre prefiero arrepentirme de hacer algo que de no hacerlo.

Bueno, la cosa es que salgo y estaba esperándome, me dice: “¿vamos linda?” y le digo: “si, vamos”.

No lo pensé mucho, estaba intrigada en lo que quería hacer conmigo. Yo me acuesto con amigas, que son como yo, digamos bisexuales, pero sé que las lesbianas como Pau son distintas, me hacen calentar y gozar más.

Bueno, la cosa en que en el viaje, hablamos boludeces, de la facultad como para distendernos un poco, hasta que llegamos a su casa y ahí empezó la cosa, que me intrigaba, y me calentaba a la vez, porque sabía que me iba terminar entregando a ella, como lo hice dos días antes.

Llegamos a su casa, yo ya les explique es un departamento chico de un ambiente donde tiene una mesa con sillas y una cama, nada más, me empieza a besar, con esos besos suaves que nos damos nosotras, que a mí me calientan mucho, (ya nos habíamos sacado los abrigos porque hacía calor en su departamento), mientras me besaba, me saca la remera, el corpiño, y yo me dejaba, no sé, me gusta que me saquen la ropa y me dejen desnuda (sea un hombre o una mujer) siempre dejo que me dejen en bolas, me siento indefensa y eso me excita mucho.

Me empieza a besar mis tetas, a comérmelas mientras me acariciaba, todo esto lo hacíamos paradas, así un rato, me hace sentar, me saca el jean junto con la braga, yo ya estaba desnuda y caliente, ella mientras se saca su ropa, me dice que me siente en una silla, y me empieza a acariciar toda, despacito con esa dulzura y suavidad (que aunque sea repetitiva) solo lo sabemos nosotras.

Empieza acariciándome las piernas, llega con sus manos casi hasta mi conchita, mientras me besaba y yo ya tenía mis piernas abiertas totalmente entregada a ella, mientras me besaba me empieza a acariciar mi conchita, a meterme un dedo, yo ya estaba realmente entregada, estaba llegando al punto en que lo que solo quería era acabar, estallar en un orgasmo, pero la guacha sabía manejar eso, no me hacía acabar solo calentarme.

Hasta que llega un momento en que me dice: ”Ahora espera, no digas nada, confía en mí, esto te va a gustar” yo con la calentura que tenía, la verdad no me asustaba nada, aparte más de lo que habíamos hecho dos días antes (en que me cogió, si me cogió con un cinturonga), no había mucho más que me pudiera hacer.

Pau agarra un pañuelo, me ata las manos por detrás de la silla, y con una pluma (pluma que creo que era de un plumero jeje), me la empieza a pasar por mi cuerpo, nooo, que hija de puta, primero me la paso por las tetas, así un rato, siguió acariciándome con esa pluma por la panza, apenas rozo mi conchita y me la paso por mis entrepiernas (que es una parte, al menos para mí re sensible), ya no daba más de la calentura, y creo que ella de verme así tampoco, solo se excitaba con verme a mí así, entregada, caliente con lo que me hacía sentir, atada, entregada a ella, calentándome con esa pluma, yo con mis piernas totalmente abiertas, ya gimiendo y hasta casi transpirando, totalmente entregada, hasta que la hija de puta, me la empieza a pasar por la conchita, si, me acariciaba la conchita con esa pluma, y yo atada ¡sin poder hacer nada!

“Hija de puta, ¡ya no doy más!”, fue lo que le decía, pero la guacha me seguía calentando y yo lo único que quería era acabar, que de una me meta uno, dos tres dedos en la concha, pero no, no lo hacía, solo me hacía calentar y yo cada vez estaba más caliente, solo pidiéndole: “HACEME ACABAR GUACHA” ¡ya nada me importaba!

¿Y saben qué?, por eso digo que las lesbianas, pero lesbianas en serio son distintas, me dice: “¿quieres acabar?”, “obvio”, le digo, “estoy re caliente”, me desabrocha el pañuelo y me dice: “mastúrbate delante mío” que hija de puta, ¡nunca había hecho con una mujer! (si con algún hombre que me lo pidió), pero me importó un carajo, estaba muy caliente, sentada en la silla, pongo los pies sobre la silla (en la parte que uno se sienta, me explico) con las piernas bien abiertas y me empiezo a tocar, si me tocaba y yo la miraba a ella y me decía: “pajeate rubia trola, pajeate delante mío” eso me hacía calentar y solita, me empecé a tocar mi conchita, me metí un dedo, me lo sacaba (ah, les aclaro yo no soy de masturbarme sola como hacen muchas chicas), hasta que cuando ya no daba más, se acerca ella, y me la empieza a chupar y a meter sus dedos, y me hizo acabar como una hija de puta. Habré estado más de media hora calentándome con ganas de acabar, así que cuando acabé lo hice como una perra.

Fue un orgasmo muy fuerte el que tuve, muy intenso, de esos en las que quedamos casi temblando, me agarra de la mano y me lleva a su cama, me recuesto sobre ella, pero estando las dos desnudas, no pasó mucho tiempo en que me empezara a calentar de nuevo, su piel sus suaves caricias ya me hacían calentar.

Nos empezamos a besar, despacito, casi picos, hasta que se fueron transformando en besos de lengua, nuestros cuerpos ya muy juntos, sintiéndonos, gozando con solo el roce de nuestra piel, de nuestras piernas que enloquecidamente se entrecruzaban solo para sentirnos, nos empezamos a frotar las conchitas mientras nos tocábamos, y nos besábamos hasta que acabamos las dos juntas de nuevo, pero seguíamos calientes, con más ganas.

Solitas nos fuimos acomodando hasta quedar en el 69, yo arriba de ella, le empecé a comer su conchita, muy suave le mordía los labios de su conchita, mientras le acariciaba sus piernas hasta que con mi lengua se la empecé a chupar, ella hacía lo mismo, yo sentía que me cogía con su lengua, y cada vez lo hacíamos con más fuerza, más intenso, yo la lengua se la metía ya adentro de su conchita y ella hacía lo mismo, con la mía, hasta que acabamos otra vez las dos juntas, pero terminamos destruidas, acabamos como zorras, nos sacamos bien la calentura, bah, yo la calentura que ella me había provocado, como buena lesbiana supo cómo hacerme calentar.

Nos quedamos un rato más, y ya estaba llegando la hora en que ella ¡tenía que volver a la facultad!

Nos vestimos y me fui.

No se… nunca me habían hecho eso, hasta dude de mi sexualidad, porque la verdad me hizo calentar mucho, sentir cosas distintas, pero a la noche salí con mi novio, quien me sabe coger muy bien y si, afirme lo que siempre dije, NO HAY CON QUE DARLE A UNA LINDA PIJA JAJA, con Pau lo pase muy bien, me calenté mucho, pero una pija, y más que me sepa coger, me gusta más. Aparte, y no sé porque, seguramente fue por mí, por las dudas que teníamos, nos matamos cogiendo, en todas las posiciones, de todas maneras, y termino acabándome dentro de mi colita sin forro, ¡que eso me encanta!

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