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Ma petit lampin
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Llegando de un arduo día llego a mi casa y te veo allí acostada respirando plácidamente, dormida. Parece que también tuviste una semana pesada pero, aun así, me tenías preparada una sorpresa pero te quedaste dormida esperándome. Te vez tan linda acurrucada en la cama vestida de blanco con la corbata de moño negro, tus largas orejas y una colita peluda. Dejo mis cosas en el piso y me acerco sigilosamente, no quiero despertarte, te rodeo con mis brazos y comienzo a besar tu cabeza. El roce con tu cuerpo, a través del ceñido y sedoso traje, hace que mi sangre se caliente mas no dejo de besarte con suavidad. Acaricio tu cuerpo, mis manos rozan tu liso abdomen, tus piernas que me encantan y tus brazos. Mis beso descienden por tu cuerpo, beso tu cuello, tu espalda, tu costado, al parecer, comienzas a despertar o sientes mis caricias pues sueltas pequeñas exclamaciones de placer en tus sueños. Beso tu lindo trasero y me percato que la esponjosa colita es un butplug, eso me excita sobremanera y me hace desear que despiertes pronto o estaré tomándote dormida. Mis besos continúan con su camino por tus piernas, tus muslos hasta llegar tus pies. Me detengo un minuto en ellos y casi tengo la certeza de que ya has despertado (Me desilusiono un poco porque no podrás ser mía en tus sueños, pero ya lo haré en otra ocasión.) y para comprobarlo te doy unas ligeras mordidas en los pies, tu reacción no deja lugar a dudas, estás despierta. Ahora mi lengua juguetea con los dedos de tus pies, tu cuerpo se estremece. Pasado dos minutos no soportas más, te levantas y te acercas a mí, nos besamos con ardiente pasión. Me separo un instante para verte, pareces una niña a punto de debutar en la obra escolar pero tu sonrisa dice que eres una mujer (¿O una niña muy pícara?).

-Hola mi amor ¿Dormiste bien?

-Sí, tuve un sueño fantástico. No me creerías.

-Ya me imagino como sería. ¿Mi conejito tiene hambre?

-Mucha, afortunadamente aquí tengo una gran zanahoria para saciarme – Dices mientras metes mano en mi pantalón y acaricias mi miembro.

Desabrochas mi pantalón para disfrutar de tu zanahoria. La avidez con la que comes me indica que pronto podré estar dentro de ti. Mientras disfruto de la frenética felación que me das, aprovecho para jugar con el plug, y por tu reacción parece que lo disfrutas mucho. No pasan ni 5 minutos cuando detienes la felación y me dices que me quieres dentro de ti, que no aguantas más. Te recuestas en la cama y colocas una almohada bajo tu cadera. Te ves hermosa. Me coloco sobre ti, aparto un poco el traje para descubrir tu chorreante vagina que pide a gritos su zanahoria. Entro de una embestida y sueltas un gemido. Pides más, obedezco. Bombeo con fuerza subiendo el ritmo. Nuestras respiraciones están agitadas, no puedes contener tus gemidos de placer. Luego de un tiempo tu cuerpo se tensa, me pides que no pare, que ya estás cerca, que te vienes. Yo también estoy a punto. Me pides que explote dentro de ti, que te llene, que te deje calientita. Exploto dentro de ti y al sentir mi leche también explotas en un gran estertor. El ritmo disminuye y quedamos recostados en la cama.

Espero les haya gustado, cualquier comentario mi correo es [email protected]

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