<Mis piernas me dolían de lo abiertas que estaban, mis paredes vaginales parecían reventar cuando todo su “chilote” estaba empujando por segunda vez, solo cerraba los ojitos y apretaba mis dientes por sentir su pene completamente adentro, no perdí la oportunidad de tomar mi celular y tomarle una foto cuando me tenía abierta, mi amante es una delicia y yo… no soy celosa.>
Fueron las palabras de Julia publicadas en un blog de parejas infieles (que no son pocos), el cual abrí en el trabajo un día después de verla. Julia es la cuñada de Rafael, un compañero del trabajo con el que a veces me tomo un trago, como siempre, ya estando tomado, Rafael me cuenta las veces en las que se ha cogido a sus cuñadas pero siempre enaltecía a Julia, la más pequeña de todas, quien además de gritar como puta y ser multi-orgásmica, luego subía sus crónicas sexuales a un conocido blog de parejas infieles.
Antes de casarme, también tuve la suerte de coger con las hermanas de mis novias, algunas en el tiempo de andar con ellas o en su mayoría luego de terminar mi noviazgo, pero como fuera, después de casarme, esa suerte se había terminado y tenía la comezón de ver que podía pasar con las cuñadas de Rafael.
Cinco son las hermanas de su esposa, tres están casadas y son mayores, las otras dos aún siguen solteras, siendo julia, la que le sigue con 20 años y otra de 18, pero Rafael… ya se había cogido a cuatro, la más grande se le escapo porque se fue a vivir a Veracruz con su marido pero me conto que una vez ya la tenía en su cuarto con los calzones abajo y él, con la verga en la mano a punto de penetrarla pero su marido subió preguntando por ella y no se concretó el acto.
-y… ¿Tu esposa lo sabe Rafa? –Claro que se lo pregunte… porque era la duda más obvia, y él me contesto que “técnicamente” ella sabe que se había cogido a las hermanas más grandes, pero que no sabía que el cabrón se había también encamado a julia y a la más chica, me sorprendió que hubiera esa discrepancia pero luego me explico la razón, y es que entre las hermanas casadas, al menos una vez, han compartido a su marido. Estando prohibidas las más chicas por no tener algo que apostar, sin embargo Rafael se las clavó e incluso en su celular tenía una memoria aparte donde están las fotos y videos de sus cuñadas.
Volví a mirarlo y su semblante cambio un poco. Básicamente estaba aceptando que a su esposa también se la habían cogido sus concuños, pero era más el orgullo en su mirada por haberse encamado a casi todas sus cuñaditas, volvimos al tema de Julia y él me contó maravillas de su manera de coger, me confesó que ya le había hablado de mí, que algunas de las compañeras del trabajo las cuales compartimos, le habían contado cosas buenas de mí y que Julia mostraba cierto interés en eso.
De puro gusto le invite otras dos rondas de whisky, entre sonrisas agradecía el favor de conectarme a su cuñada pero por dentro insistía en el plan de buscar a su mujer. Salimos del bar y tuve que llevarlo a su casa hasta Coyoacán porque su nivel de borrachera era alto y podían pararlo, pero claramente yo quería ver a su esposa otra vez porque, lo poco que recordaba de ella, era que tenía unas nalgas como para morderlas.
Llegamos a casa de Rafa, previo a esto, él avisó que llegaría conmigo. El portón estaba abierto y llegamos a un patio grande de una casa que parecía una pequeña vecindad, sin embargo era la casa de los suegros de Rafa y en cada departamento vivian cada una de sus cuñadas, ayude a Rafael a salir de mi carro, caminamos a su departamento en la primera planta y me invitó a pasar a su sala, salude y tres chicas voltearon en el sillón principal, estaban viendo una película y Bertha (esposa de Rafa) corrió a la puerta a saludarme.
-Ya disculpa contador que te esté embromando este carbón, ¿Te ofrezco un café o un tecito?
Bertha camino a mí con sus preciosas piernas weras, con un short muy corto que solo cubría su exuberante trasero paradito, con una blusita sport de tirantes. Me saludó de beso en la mejilla, percibí ese aroma a recién bañada e incluso el cabello aun lo tenía mojado, pronto una erección comenzaba a gestarse y elegí salir de esa casa.
-Espérate contador, déjame presentarte a mis cuñadas, además ya mi esposa te ofreció un cafecito, no me la vas a desairar. –Lo que le quiero hacer es… (Pensé)
-Gracias rafa, perdóname es que ya se me hace tarde, pero como dices, ya tu esposa me ofreció un café… pero nada más me lo tomo y me voy.
Me llevó hasta el centro de la sala, primero me presento a Martha, una chica de 30 años con el mismo trasero que su esposa pero un poco más morenita y con los dientes desalineados, cortésmente la saludé y luego se paró frente a mí la pequeña Julia.
En efecto, una mujer preciosa de buenas nalgas, piel blanca como su esposa y el cabello teñido de azul claro, unos lentes de hipster y braquetes de colores, me saludo y me pego sus pequeñas tetas al cuerpo, su olor era similar al de su hermana y también tenía el cabello un tanto húmedo, me dio un pequeño beso en la comisura de mis labios mirándome con esos ojitos de perversa.
-Que gusto David, mi cuñadito siempre me platica de ti.
-¿Verdad que si? –La voz de Bertha se escuchaba desde la cocina mientras me traía una taza de café en un plato.
Nuevamente sentí que mi verga comenzaba a vibrar, tuve que sentarme (sin albur) en el sillón para ocultar mi emoción, no sabía en qué momento Bertha recorrió los tirantes de su blusa, pero el escote en sus tetas era más grande que cuando llegué, se sentó a mi lado izquierdo y puso el café en la mesita de centro, tardo como cuatro segundos en colocarlo y esos cuatro segundos fueron el detonante maestro cuando me paró, a unos escasos 50 centímetros de mi cara, esas nalgas angelicales y redonditas.
La morenita se sentó en otro sillón y en el principal estábamos ordenados: Julia, yo, Bertha y Rafael mirando el final de la película. Cada que tenía ocasión, Berta agarraba mi pierna para reírse de algo que decía Rafa y en una oportunidad, subió su mano hasta mis huevos quitándola muy rápido.
Tener los dos cuerpos tibios y con olor rico era demasiado para mí, terminé mi café me despedí de todos, Bertha y Rafa me llevaron a mi carro mientras Julia desde el sillón me mandaba un beso con su mano.
Arranque el carro con el ritmo cardiaco elevado viendo alejarse Bertha moviendo la palma de su mano. Al otro día, Rafael me dijo que su cuñada quería verme y que si aceptaba verla en un hotel, a lo que acepté obviamente.
Rafael me dijo que su cuñada se había calentado la noche anterior por haberme tenido junto a ella en el sillón, pero que había notado que no le prestaba atención, que más bien, estaba muy atento a lo que decía Bertha su esposa y entonces Rafa me quedo mirando muy fijamente.
-Claro que estaba escuchando a tu esposa, estaba en tu casa ni modo que no la pelara Rafa. –Le dije con suma seriedad, tanta que incluso Rafa se sintió avergonzado por su insinuación.
-Ya se había puesto cachonda mi cuñada Contador, que ya hasta me estaban dando ganas de cogérmela, pero mi esposa la cuida mucho y no me deja acercarme a ella cuando me está mirando, pero en ratos si ponía su mano en mi verga a escondidas de Bertha, pero no pude hacerle nada, pero casi puedo apostar que estaba viendo porno porque ella me dijo que cuando anda caliente se toca de lo lindo mirando porno duro.
Deje a Rafael en su oficina y fui a ver a mi jefe para que me diera permiso de salir dos horas antes, claro que el sabia para que pues no era la primera vez que pedía ese favor, corrí a mi oficina para acabar mis pendientes y comencé a mandarle mensajes a Julia luego de que Rafa me diera su número, para ponernos de acuerdo.
Acordamos vernos en un hotel de Tlalpan por el metro villa de Cortez, llegué justo a la hora y ella ya estaba en la recepción mirando su celular, llevaba un vestidito negro muy corto, con unas mayas delgadas negras también, y unos tenis negros de suela blanca con la que parecía una fresita muy puta.
Corrió a saludarme, sin mesura me beso en la boca, me pegó sus tetas en mi cuerpo y yo con descaro agarré sus nalgas deliciosas apretándolas muy rico, subimos a la habitación y ella muy natural subió con ya una marcada experiencia, llegamos a la habitación y del minibar tomamos un par de cervezas, las tomamos y luego de otra ronda de besitos comenzamos a hacer nuestro numerito.
Julia se desvistió solita mientras yo miraba sentado en la cama, bailaba muy sensual y uno a uno me fue enseñando unos muy coloridos y sensuales tatuajes, quedando solo en un pequeño calzoncito de tela transparente oscura, camino hacia mí y me comenzó a desvestir también, me besaba y me mordía cada que descubría un espacio de mi piel desnuda, finalmente me dejo desnudo y con el pene completamente erecto y fue hasta donde se hallaban sus cosas.
Saco un par de condones Prudence de sabores, coloco uno de mora azul en mi verga y comenzó a chuparlo con singular alegría, es claro que con el condón puesto no era la misma sensación pero a la vez agradecí puesto que con su excelente desempeño ya me estaría haciendo venir, subió a mi boca y comenzó a besarme con sabor del lubricante en los labios, me puso sus tetas en la cara y yo como loco las chupe completas, mordía y pellizcaba sus pezones mientras con mis dedos frotaba su vulva caliente haciéndola mojar cada vez más.
Le di a vuelta y la puse con las piernas abiertas mirando al techo, mi boca se fue sobre su panochita deliciosa lamiendo sus labios y lamiendo si clítoris provocando los gemidos de Julia, -Métemela verga, méteme la verga por favor. –Me decía con la cara llena de gestos de placer, la acomode en la orilla de la cama y abrí todo lo posible sus piernas, ella estaba muy lubricada y coloque mi verga en la entrada de su panochita.
Ella me pidió que se lo clavara despacio porque aunque ya había tragado vergas largas, era la primera vez que se comía una así de gruesa, su petición me lleno de degeneración y comencé a meterle mi verga abriendo todo a mi paso.
Escuchaba como gemía cada que mi verga entraba y cuando la tuvo completa en su concha me pidió no moverme un momento, en eso saco su celular y solo pude taparme la cara cuando escuche el sonido del disparador, ella soltó una carcajada muy cachonda y ahora si se preparaba para sentir mi rudeza, comencé a bombearla y a darle nalgadas haciéndola gemir como loca, la acomode de ladito y con más furia le penetraba, sus uñas se enterraban en mis piernas cada que ella sentía lo duro de mi trato, mientras que a mí, eso me motivaba a chocarla más fuerte y a darle nalgadas como loco.
La coloque en cuatro y contemple la plenitud de sus nalgas, saque mi verga y baje a chupar su coño empapado y también por momentos su culo que se miraba nuevecito, coloque mi dedo medio en la entrada de su culo y ella se dio la vuelta.
-No David, por ahí no por favor, me encantaría que me cogieras pero con esa vergota me vas a reventar el culo.
Creo que sus palabras me piropearon porque no volví a insistir, la acomode en cuatro y la comencé a coger con extrema rudeza, Julia no dejaba de bramar como puta aferrándose a las sabanas con uñas y dientes, sentí que su vagina se inundaba y comencé a moverme más fuerte, en un grito intenso Julia reventaba mojando mi verga completa hasta los huevos pero no dejaba de grita que no parara. Sintiendo que el cansancio estaba llegando comencé a mover sus nalgas a mí y ella seguía corriéndose delicioso. Finalmente mis fuerzas ya no podían soportar más y me moví lo más fuerte posible para no cansarme y dejarla a medias.
Con esos movimientos Julia sintió su último orgasmo y justo antes de venirme cedió la vuelta para quitarme el condón y meterse mi verga en la boca. Terminamos sudados y cansados para recostarnos un poco a reponer las fuerzas.
-Rafael tenía razón. Coges delicioso. –Con una sonrisa ella solo me beso en la boca.
-También tu David, de lo que se perdió Bertha.
-Espera… ¿Qué?
Nuevamente volvió a sonreír como una puta sin control y buscó entre las sabanas su celular, yo con el rostro confundido mire como ella abría su centro de mensajes, luego me mostro la pantalla con la foto donde la estoy penetrando y para sorpresa el contacto que aparecía como receptor era el de “Hermana Bertha”
-Veras David, mis hermanas y yo somos un poco singulares, yo creo que ya Rafa te dijo que casi todas cogimos con él, y que mis otros cuñados también ya se cogieron a Bertha, pues anoche que fuiste a la casa ella y yo te estábamos echando el perro, y no te hagas… Tú también mirabas como paraba el culo.
-Pero Rafael…
-Ay ¿Él qué David?
Si Bertha también es bien puta, la verdad que mi hermanita está bien buena que cualquiera se la quiere coger, y ella disfruta de la verga como pocas y, me dijo que anoche tú la habías calentado, de hecho estábamos hablando de como tendrías la verga, por eso me pidió verla, y le envié la foto.
-Y crees que… -Claro, solo debes tener cuidado con Rafael, porque él sabe que solo ha cogido con mis cuñados.
-Claro!!!
Desde el día que Julia me dijo que su hermana quería coger conmigo yo estaba vuelto loco de calor, en la casa andaba como tronco y a cada rato aprovechaba un momento para desnudar a mi esposa y cogérmela con fuerza hasta venirme dentro de ella, pero aun así no se me pasaban las ganas de penetrar a Bertha, de solo imaginar sus nalgas deliciosas, esa cara de puta en mi cama gimiendo me volvían a excitar y nuevamente andaba con la verga bien dura por todos lados.
Así transcurrió una semana y Rafael me dijo que una chica nueva había llegado al almacén, era una chica delgada con poco chiste, pero Rafa le pidió las nalgas y ella le dijo que no se la cogería en el almacén, que si quería debía apartar una habitación en un hotel al menos.
Rafael pronto fue a presumirme su logro y me dijo que al otro día iba a salir temprano para llevar a la chica a darle una cogida buena, entonces yo me adelante a la oficina del jefe para pedirle el día libre, el jefe me pregunto que si iba con Rafa pero yo le dije que no, que iba a llevar el carro a verificar y que por eso no podía ir.
De inmediato tome el teléfono y llame a Julia, ella se emocionó de escucharme y luego me dijo que su hermana estaba celosa porque ella se moría de ganas por parchar conmigo, le dije que si estaba sola y me dijo que no, que estaban unos sobrinos y Berta en la cocina, le pedí que fuera con Bertha y que nadie escuchara. –Espérame tantito. –Me dijo y colgó el teléfono.
Como a los cinco minutos sonó mi teléfono, era un número que no conocía pero algo me decía que era el de Bertha.
-Hola papacito, ¿Querías hablar conmigo?
-Hola corazón si, quería escuchar tu voz.
-Nada más te escucho y empiezo a mojar, si ya me dijo Julia que le diste una cogidita que hasta escaldada la dejaste.
Me tuve que encerrar en el cuarto de archivo para estar más tranquilo pues con su voz de puta el teléfono y con lo que me decía se me estaba parando la verga.
-Ya me enoje con ella por envidiosa, a ver cuándo tengo yo la misma suerte.
-Pues si tú quieres mañana mismo culoncita.
-Aay David… me dices culoncita y me mojo más, tú quieres que me venga hablando por teléfono.
-Pues yo también estoy muy caliente Bertita, si vieras que ya estoy soltando líquido pre seminal con imaginar tu culo en mis manos, si vieras mi verga como está de dura con solo escuchar tu voz, que ya quiero que vengas aquí a mamármela.
-Pues imagina que te la chupo papacito, imagíname ahí de rodillas como tu putita, quiero comerme esa vergota que tienes, quiero comérmela toda… Ay que rica verga tienes David.
Esas palabras me pusieron demasiado caliente, tome mi verga y la saque de mi pantalón, comencé a masturbarme mientras elle me decía palabras cachondas y en un momento recupere mi consciencia, ella me decía que se estaba tocando y que quería seguir escuchándome para venirse.
-Quiero que te vengas culoncita, quiero escucharte, quiero escuchar como gimes y te vienes.
Intensos jadeos y unos gemidos sonaban estruendosos en mi celular dando paso a un orgasmo ruidoso, yo contenía las ganas de hacerme venir también pues escuchar sus jadeos era totalmente caliente.
-Pero mañana David…
-Mañana tu marido se va a coger con una chamaca que llego a trabajar aquí, y estará con ella en la tarde. Y yo quiero verte en el día, así cuando el termine tú ya estás en tu casa.
-Ese hijo de su puta madre, bueno… yo quien soy para juzgarlo si también ando cogiendo sin que él sepa. Ok te veo en el hotel condesa a las once de la mañana.
Con la cara caliente, la verga goteando colgué el teléfono, me fui a mi oficina con las ganas totalmente derramadas, Karina, mi asistente me pregunto que si estaba bien y yo le pedí una aspirina porque me sentía mal, llegue a la casa con el mismo pretexto y fingía dormir mientras imaginaba las nalgas de Bertha empapadas de mi semen.
Al otro día Salí como de costumbre, a la misma hora, incluso pase por el frente de mi trabajo para llegar a calzada de Tlalpan, pase a un OXXO por un par de red bull, y luego me fui al hotel donde era la cita, pedí una habitación y subí a esperarla, poco tiempo después sonó mi teléfono y era ella preguntando donde estaba.
-En la habitación 406 culoncita, ya quiero cogerte Bertita.
Se escucharon unos golpecillos en la puerta y corrí a abrir, ahí estaba Bertha peinada en capas con un maquillaje muy cachondo, los labios rojos intensos y un vestido entallado con unas zapatillas altas que pronunciaban aún más su culote, luego salió como gato Julia, quien también venia maquillada como puta en un vestido de flores blanco con mucho vuelo, pero ella con sus vans negros.
-Ni niegues que vernos a las dos te gustó, si yo sé que te encanta la idea de cogernos a las dos.
-No me lo esperaba pero… yo encantado de meterles la verga a las dos putitas.
Nos tomamos de la mano y caminamos a la cama, yo las besaba en el cuello a ambas y ellas me desvestían con mucha astucia, me dejaron desnudo y me aventaron a la cama, se me subieron ambas y me comenzaron a besar, me tocaban donde querían y me lamian el pecho y abdomen, bajaron hasta mi verga y con mucho gusto comenzaron a chupármela, yo solo intentaba contenerme al ver a esas dos fieras mamándomela.
Se pararon y Julia desnudo a su hermana, completamente, dejo a ver su cuerpo delicioso y blanco, sus tetitas excitadas y ese sexo velludo me excitaron en segundos, luego Bertha desnudo a su hermana y dejo ver ese cuerpo tatuado que ya había visto antes.
Primero se me montó Bertha, cubriendo mi verga de su caliente y muy jugoso sexo, me cabalgaba gimiendo bien fuerte, se pellizcaba las tetas y su hermana le daba nalgadas cada que daba un sentón, vi como Julia se acostó a mi izquierda, se acomodó y me besaba en la boca mientras se tocaba de lo lindo sintiendo mis pellizcos en sus pezones, gemía y se retorcía cada que con sus dedos se acercaba al orgasmo y eso hizo que Bertita se viniera por primera vez.
Lentamente se desmonto de mi verga y Julia se fue acomodando exactamente en la misma posición, desde el tercer sentón Julia ya se estaba viniendo pero a diferencia de su hermana ella podía venirse más veces, y continuo moviéndose y gimiendo de lo lindo, Bertha se montó en mi cara y me puso su velludo y empapada panochita en mi boca, yo todo caliente solo lamia como podía porque sentía lo rico que me cabalgaba Julia.
Cuando julia acabo de venirse Bertha quiso acomodarse en cuatro, Julia se quedó boca arriba en la cama a un lado de su hermana.
-Dame por el culito David por favor…
Yo con la frente empapada en sudor ya no podía pensar en nada que no fuera ese culo, esas nalgas enrojecidas por las palmadas que Julia le daba sin medirse y que a Bertha, la ponían más caliente metiéndose mi verga hasta adentro.
Ya no había ni que lubricar su culo, estaba ya demasiado empapado de lo rico que la estábamos pasando, coloque mi verga en la entrada de su ano y yo lo empujaba haciéndola gritar pero mi verga no entraba, camino a gatas unos dos pasitos quedando en medio de la cama, Julia se levantó y yo me acomode para que me chupara la verga mientras el culo de Bertha de quedaba en la cara, comencé a chuparle el culo y a meterle mis dedos poco a poco, entre gemidos y nalgadas fui ensanchando su colita para que mi verga pudiera entrar.
-Ya, métela David, quiero sentir mi culo bien caliente, quiero que me lo dejes bien abierto.
Julia dejo mi verga lista para entrar y ya con el preludio de mis manos, ya pude comenzar a meterle mi verga, -Espérate David. –Me dijo Julia mientras corría a su bolsa, saco una vez más su celular y lo acerco a mi verga en la entrada del culo de su hermana, sonó el disparador de la primera foto y Bertha gimió delicioso, comencé a empujar mi verga y poco a poco iba abriéndose paso entre ese delicioso agujero, sonó nuevamente la cámara y yo empujaba con fuerzas mi pene para que se lo comiera completo, Bertha se aferraba a las sabanas gritando como puta y se vino una vez más cuando me sintió completamente adentro.
Comencé a moverme dentro del culo de Bertha y Julia se acorto en la cama mirándome chocar las nalgas deliciosas de su hermana, ella se masturbaba fuerte y tanto su hermana como ella, gemía delicioso sintiendo placer desbordado, a veces yo me mordía la mano para no venirme porque la verdad ya no aguantaba, Bertha empujo su cuerpo adelante y se dio la vuelta. –Cógete a mi hermana, dale verga a esta putita que se va a acabar los dedos así como va.
Yo me fui como perro a meterle mi verga de misionero, Bertha me daba nalgadas y se pegó en mi espalda como si me estuviera cogiendo, era una sensación deliciosa sentir el calor se su vagina en mi culo y sus tetas en mi espalda me hicieron sentir mucha degeneración, me movía más suave para evitar venirme y también en parte, reponer mis fuerzas.
Bertha me mordía y me besaba la espalda, yo besaba y chupaba el cuello de Julia mientras esta se apretaba las tetas, finalmente Bertha se acostó en la cama como su hermana, y desde ahí se introducía sus dedos en su vagina haciéndose venir, yo mirándola chocaba más fuerte a Julia hasta que se vino gritando como siempre.
-Ya papacito, ya quiero que te vengas, me estas rozando mucho papito. –Dijo Julia
-¿En qué quedamos Julia? No David, quiero que te vengas en mi culo, quiero sentirte adentro y que me llenes de leche.
En ese momento Bertha subió sus piernas hasta casi tocar sus orejas, dejando ver su orificio anal a lo que yo no pude resistir, me Salí del coño de Julia y nuevamente me sumergí en el culo de Bertha, ya no podía resistir más y con mis últimas fuerzas y escurriendo en sudor me deje correr entre sollozos y gemidos toscos.
-No te vayas a salir Papacito, quiero sentir como palpita tu verga en mi culo, Ay papacito siento el culo bien caliente.
Ya ni siquiera podía moverme, me quede desplomado en su cuerpo y Julia con la funda de una almohada me secaba el sudor y el que había caído en las tetas de su hermana, busco nuevamente el celular y me pidió que dejara a su hermana, me Salí de Bertha y me tumbe boca arriba en la cama escuchando los disparadores de la cámara, luego de unas fotos al culo de Bertha Julia se acostó a mi lado y me dormí un rato en medio de las dos.
Desperté y escuche unos ruiditos, abrí los ojos y eran Bertha y julia riéndose mirando las fotos que habían tomado, me senté también en la orilla de la cama y todos encuerados mirábamos que apenas eran la una y media de la tarde.
-Dormilón, ya amaneció papacito. –Me dijo Bertha besándome en la boca.
Verlas a las dos denudas me puso bien cachondo, y nuevamente nos comenzamos a manosear, Bertha me besaba mientras acariciaba mi verga, Julia me besaba en el cuello y me pegaba sus tetas en la espalda. Estábamos en eso cuando el teléfono de Julia sonó.
-Rafa, ¿Qué paso?… Sí, si esta, te la paso.
-Hola mi amor, ¿Cómo estás? Si, aquí en la casa, ¿Qué paso?
Se acostó en la cama y yo me fui sobre sus tetas chupándoselas y mordiéndolas mientras elle fingía que Julia le estaba haciendo cosquillas, pero en realidad Julia tenía mi verga en su boca aun un poco flácida, chupándola con unas ganas que motivaban.
-Si mi amor no te preocupes, igual yo te estaba esperando para comer, pero si vas a llegar un poco tarde no te preocupes… Ándale mi amor…. Si… adiós. También te amo.
-¿Que paso hermanita?
-Ese hijo de la verga, que según se va a quedar a arreglar unos pendientes. Pinche pendejo jajaja que lo disfrute a ver si esta tan buena como lo que tengo aquí.
Nuevamente nos metimos en la cama los tres manoseándonos y besándonos como locos, julia se vino primero, luego se vino Bertha y al final me vine yo. Nos recuperamos una vez más y Bertha pidió que me la cogiera solamente a ella porque le dijo a su hermana que ya había tenido su encuentro a solas, Julia no se incomodó al contrario, se recostó en el sillón mirando como su hermana era penetrada de todas las formas haciéndola gritar y chorrearse mientras ella se tocaba, nos arreglamos y nos fuimos a bañar juntos. En el baño nos cogimos una vez más, aunque más rápido y salimos del hotel con la promesa de volvernos a citar.
Hoy ya estoy en la oficina mirando las fotos y videos cortos que julia grabo ayer, acaba de llegar Rafael diciéndome que se llevó a la chica nueva al hotel, que se la cogió delicioso y que a lo mejor la otra semana se la vuelve a llevar.
-pues si quieres llévatela todo el día Rafa. Para que valga la pena.
-Me has dado una excelente idea David