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No lo pienses demasiado (Parte 4)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

A la mañana siguiente seguía alucinando con lo que había pasado por la noche, en mi mente estaban grabadas la imágenes con Carla, al igual que su respiración y gemidos. Había despertado sensaciones que hacía años que no sentía y en mi cabeza estaba el sentimiento de que no estaba haciendo nada malo, solamente era una amiga con quién lo pasaba bien, no eran cuernos, no habían sentimientos románticos y además era una mujer.

Esa mañana me esperé a que fuera ella la que me escribiera, yo estaba encantada con lo que había pasado pero no sabía cómo iba a reaccionar ella y quería dejarle espacio.

Carla: Buenos días mi niña, que tal?

Irene: Buenos días! Yo muy bien, y tú? has dormido bien?

Carla: Pues sí, he dormido muy bien y muy relajadita jajaja.

Irene: Me alegro, estaba algo preocupa por si esta mañana estabas arrepentida o algo así.

Carla: Estás de coña?! Hacía tiempo que no disfrutaba tanto, fue una pasada, repetiría mil veces sin pensarlo.

Irene: Me dejas más tranquila, por cierto, dime que no te dejé marcas!

Carla: Tranquila, me revisé al llegar a casa y todo estaba bien.

Irene: Uufff menos mal, me costó controlarme, no sé qué me pasó. Bueno y ahora qué?

Carla: Qué de qué? Concreta un poco con la pregunta.

Irene: Dices que repetirías mil veces… En qué queda eso? Las dos estamos en una situación complicada, pero no me gustaría que se acabara, no sé… podríamos ser algo así como amigas con derecho a roce o algo así. Realmente pienso que no hacemos nada malo…

Carla: Yo tampoco quiero que se acabe, pero creo que debemos tener claro que primero es una amistad y que después sólo hay sexo, una escapada de la rutina o llámalo como quieras, pero no será nada más.

Irene: Me parece perfecto, me alegra que nos entendamos y podamos dejar claro este tema.

Carla: Bueno voy a ver si empiezo con la faena, a ver si podemos cuadrar y nos vemos pronto.

Irene: Nos vemos pronto guapa que pases buen día.

Carla: Igualmente mi niña.

Ahora después de la semana de exámenes teníamos 10 días de descanso, 10 días que me parece que se iban a hacer eternos. En estos 10 días debía intentar sacar un poco a Carla de mi cabeza para que no se me fuera de las manos la situación, y así lo hice, aunque hablábamos casi todos los días por Whatsapp, teníamos que centrarnos en la amistad, el tema sexo se quedaría para los momentos en que nos viéramos y fuera posible, pero no debía ser nuestro tema principal.

Nos plantamos en diciembre (2017), este mes solo habría 2 clases antes de las vacaciones de Navidad, lo bueno era que todos los compañeros del curso quedaríamos para hacer la típica cena de Navidad. Nos apuntamos todos a la cena aproximadamente unas 40, contratamos la cena en un hotel en el que esa noche se harían también cenas de empresa y familiares, y después de la cena tendríamos 3 horas de barra libre incluido en el precio. Parecía una buena oportunidad para volver a tener un encuentro con Carla pero no iba a resultar fácil, habrían demasiados compañeros de clase y tendríamos que tener mucho cuidado con lo que hacíamos.

Llegué al hotel y todos iban muy arreglados ya que eran fechas señaladas, saludé a todos y al parecer Carla aún no había llegado. Enseguida nos separamos por grupitos y nos pasaron a un salón grande junto con otras de las cenas y nos dieron bebidas y algo de picar hasta que terminaba de llegar toda la gente. Yo estaba en un grupo con Laura, Juan, Luis, Carmen y dos más que todavía no he conseguido aprenderme sus nombres.

Juan: Ay el espíritu navideño!! Beber y comer hasta reventar!! Qué bonito!!

Laura: Uy sí! Muy navideño tu espíritu.

Irene: Juan para tí debe de ser siempre Navidad!! Jajaja.

Luis: Jajaja muy buena Irene, Juan te han pillado.

Luis era un chico de clase, de unos 30 años, alto, moreno y con la típica sonrisa de anuncio de pasta de dientes. Algunas veces se venía a tomar café con nosotros antes de clase y Carla estaba convencida de que me tiraba los trastos, a mi no me lo parecía, además de que él sabía que yo estaba casada.

Juan: Sí, sí, reíros pero sabéis que tengo razón, o acaso está noche estáis a dieta y vais a beber agua.

Carmen: Sí que tienes razón Juan, ya veremos en un par de horas cómo van todos.

Siguieron hablando y yo no estaba muy metida en la conversación, pues estaba pendiente de ver si Carla llegaba.

Luis: Irene! Estas un poco empanada, te pasa algo?

Irene: No, estoy bien, solo estaba mirando si veía a Carla llegar, me parece raro que aún no haya llegado, es tarde hasta para ella.

Luis: Tranquila habrá pillado algo de tráfico, en estas fechas coger el coche es una locura. Puedo decirte algo sin que te moleste?

Irene: Sí claro, dime.

Luis: Estás muy guapa esta noche Irene, hay que ver el cambio que pegas cuando te arreglas, que no es que yo quiera decir que normalmente no estás guapa, al contrario siempre me parece que estás guapa, pero…Se puso nervioso, se lío y parecía que no encontraba la salida, así que le corté para echarle una mano.

Irene: Jajaja tranquilo Luis!! Entiendo lo que quieres decir, gracias. La verdad es que no soy de arreglarme entonces cuando lo hago se nota.

Luis: Uuff vale, gracias, que forma más tonta de liarme yo solo. Te gusta bailar?

Irene: No es mi fuerte la verdad.

Luis: Si quieres y me dejas, luego te enseño, no soy un experto pero más o menos me defiendo.

Irene: Vale! En la barra libre, me enseñas, así si lo hago fatal tengo excusa jajaja.

Luis: Voy a por unas cervezas.

Luis fue a por unas cervezas y a la vuelta seguimos hablando, por un momento perdí la noción del tiempo y no me di cuenta de si Carla había llegado, así que pensé en mandarle un mensaje, tal vez había llegado y con tanta gente allí no me había dado cuenta, además faltaban 15 minutos para entrar a cenar.

Irene: Hola guapa, todavía no has llegado? Ya mismo entramos a cenar.

Carla: Buenas, sí llegué hace un rato pero te vi hablando con Luis y de risitas y no quería molestar, ni interrumpir.

Irene: Que dices?! Dónde estás?! Anda no seas pava.

Carla: A tu izquierda, en los sillones.

Carla tenía razón, no me había dado cuenta y estaba separada del grupo a solas con Luis, ella estaba en la zona de los sillones con Laura y Juan. Me acerqué rápidamente a la zona de los sillones al darme cuenta y vi que Carla iba guapísima, llevaba un vestido negro que dejaba sin palabras.

Irene: Anda que habéis avisado de que os cambiabais de sitio. -Les dije mientras le daba un codazo a Juan.

Juan: Au! Hemos avisado pero estabais hablando y no os habéis enterado.

Carla: Claro Irene es que estabas muy entretenida… Voy al baño, me acompañas Laura? -Cogió a Laura por el brazo y se fueron al baño, parecía molesta.

Podía ser que Carla estuviera celosa de Luis? No me molestaba, todo lo contrario me gustaba verla así y algo tendría que hacer para que se le pasara.

Irene: Juan yo también voy al baño, sujétame el bolso anda. -Le pegué con el bolso en el pecho.

Juan: Claro mujer! Di que sí! Reunión de chicas en el baño y yo aquí de percha.

Me fui dirección al baño pensando en una excusa para librarme de Laura sin que se notara mucho. Al entrar al baño Laura estaba sujetándole la puerta a Carla y aproveché la cosa de que Juan se había quedado con los bolsos.

Irene: Laura yo no te he dicho nada, pero Juan estaba mirando tu bolso en busca de tu móvil, decía que quería ver tus fotos.

Laura: Ay qué tío! Yo lo mato!! -Y salió corriendo hacia la sala.

Cuando Carla abrió la puerta Laura ya no estaba allí y antes de que se diera cuenta, la empujé un poquito dentro y cerré la puerta.

Irene: Hola Carlita, que guapa te veo esta noche.

Carla: Anda si estás aquí, lo mismo deberías salir, seguro que Luis se siente solo.me apartó y se giró para salir por la puerta.

Irene: Sí, debe de ser esto lo que te hace tan irresistible esta noche, bueno eso y ese vestidito que me llevas. -Sujeté la puerta con la mano sin dejarle salir.

Carla: No sé de qué me hablas, va déjame salir… -Dijo sin girarse con el tono algo triste.

Acerque mi cuerpo a ella, la cogí por la cintura y empecé a besarle el cuello desde la espalda.

Irene: A ver si te enteras de que a mi solo me interesas tú. -Le susurré al oído mientras bajaba la cremallera de su vestido y besaba su espalda.

Carla: No creo que sea el momento de esto Irene. -Sus palabra decían eso pero su cuerpo no se movió ni un centímetro para evitarlo.

Con una mano empecé a tocar su pecho por encima del vestido y con la otra empecé a acariciarle la pierna y a subirle el vestido hasta llegar a su tanga. Carla seguía inmóvil, sin decir nada pero con la respiración agitada. Metí mi mano dentro de su tanga y empecé a frotar su clítoris mientras besaba su cuello y su espalda, y apretaba mi pecho contra su espalda, enseguida el cuerpo de Carla se puso tenso y empezó a temblar. Aunque había mucho ruido y mucha gente Carla se tuvo que controlar y tener un orgasmo lo más silencioso posible, lo que se reflejó en su cuerpo. Saqué mi mano de su tanga, chupé mis dedos y subí la cremallera del vestido mientras que Carla se acomodaba la falda, se giró y por fin pude besarle en los labios, un beso que sabía a disculpa.

Irene: Te ha quedado claro que solo me interesas tú?

Carla: Sí lo siento, no sé qué me ha pasado. Me ha encantado… -Había una sonrisa en su cara mientras me besaba suavemente.

Irene: Venga vamos a cenar que seguro que ya se han sentado todos.

Carla: Vamos, aunque yo ya tengo aquí todo lo que me gustaría cenar. -Sonrió de forma picara y me guiñó un ojo.

Salimos del baño, nos arreglamos un poco en el espejo y salimos como si nada a cenar.

Al llegar al comedor donde íbamos a cenar, en la mesa solo quedaban dos sillas, y casualmente Luis estaba sentado entre las dos sillas.

Carla: Luis! Bonico! Cámbiate de silla y deja que me siente al lado de mi niña, es que en cuanto me descuido me la quieren quitar…Le daba golpecitos en el hombro con una sonrisa falsa.

Luis: Tranquila ya me quito! Pero que sepas que luego te la robaré un poco, me ha prometido un baile.

Carla: Anda Irene! No sabía que bailabas… -Me dijo con los ojos entrecerrados.

Irene: Yo tampoco!! Me he buscado un profesor jajajaja. -Al ver la cara de Carla no pude evitar soltar una carcajada y le di un pellizco en la cintura para hacerle cosquillas.

Carla: Tendré que buscarme yo también un profesor o profesora, o algo!!

Nos sentamos a cenar y enseguida nos metimos en la conversación con el resto de compañeros. Durante la cena me dediqué a putear disimuladamente a Carla, cada vez que tenía una conversación sería con alguien, yo le daba pataditas por debajo de la mesa y acariciaba su pierna con mi pie. Guardaba las formas y aguantaba mi acoso y me mandaba mensajes al móvil sin que se notara mucho.

Carla: Para un poquito no? Luego me las vas a devolver todas.

Irene: No sé de qué me hablas, alguien te está molestando?

Carla: Ya veremos luego quién juega con quién, avisada estás…

Irene: Muy mal Carlita, acabas de empeorar tu situación jajajaja.

Fue entonces cuando empecé a meter mi mano entre sus piernas. Era complicado de disimular ya que Carla no me lo ponía fácil, pero por suerte para mí la gente ya había bebido bastante y no parecían darse cuenta. Tuve que sacar mi mano de debajo de la mesa cuando la gente se empezó a levantar para ir a la barra libre.

Carla: Espérame aquí un momento. -Cogió mi bolso y se fue.

Observé cómo se iba dirección al baño y no podía estar más intrigada, a los 5 minutos volvió con una sonrisa pícara en la cara.

Carla: Uy! Qué tonta si me he llevado tu bolso en lugar del mío, que despiste. Me miró fijamente a los ojos con esa mirada que me vuelve loca y levantó una ceja mientras sonreía. Se quedó de pie hablando con unos compañeros.

Eso tenía que significar algo, así que disimuladamente abrí mi bolso para mirar qué había dentro. Mi corazón pegó un salto fuerte y después se aceleró y aunque no me vi se me tuvo que poner cara de gilipollas, dentro de mi bolso estaba el tanga de Carla. Rápidamente buscaba su mirada que ahora mismo me estaba evitando con toda la intención. Parecía que tal y como me había dicho Carla empezaba a jugar conmigo.

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