Como todas las tardes, cada vez que puedo o no tengo actividad, salí a realizar mi caminata por un conocido lugar cerca de casa, ya había recorrido largo trecho y decidí volver, varias veces ya me crucé con un señor, en realidad siempre coincidimos en nuestra caminata, todas las veces se me quedaba mirando, volteaba a ver mi trasero, pero esta vez fue diferente, logró darme alcance como a 7 cuadras antes de llegar a casa, me saludo correctamente y me preguntó si no me molestaría acompañarme y charlar un poco "siempre te veo" me dijo, le dije que no había ningún problema, me vendría bien un poco de charla para hacer pasar el cansancio, aparte que me gustaba como me encaraba, es un señor fino, bien cuidado y con físico de adolescente, para ser sincera, siempre me llamaba la atención por el porte que tiene y también por la forma en que me miraba, se notaba a leguas que le atraía.
"Me llamo Rodolfo y vos cómo te llamas? si no es molestia" me dijo, le dije mi nombre y seguido me preguntó la edad "eso no se pregunta a una dama" le dije sonriendo, una sonrisa se dibujó en su rostro y me dijo "tengo 53 años", "no se nota" le dije, continuamos caminando en silencio "tenés novio, esposo?" me preguntó "soy casado y mi relación es abierta" agregó, sonreí y le contesté "tengo como una especie de novios, estoy sin pareja sentimental porque no está en mis planes", "cómo es eso de una especie de novios?" me preguntó de vuelta, "de seguro se imagina a lo que me refiero" le contesté pícaramente, "ahhhh, no estás con nadie, pero tenés atención verdad?", "así mismo Rodolfo" le dije, "sos hermosa, de seguro encontrarás alguien que se quede contigo" prosiguió, "la verdad hay quienes quieren, el problema es que yo no quiero" contesté.
Seguimos caminando, ya casi llegábamos dónde debía desviar para casa, en eso saca su tarjeta y me la da "por si necesites charlar, no sé, podríamos salir a tomar algo" me dijo, tomé su tarjeta y le agradecí.
Fui pensando en esa conversación mientras miraba la tarjeta de Rodolfo, supe al instante que me estaba avanzando, que le gusté y si la conversación seguía hasta me hubiera propuesto alguna otra cosita, "este me quiere comer" sentencié.
Llegué a casa, me duché, me puse cómoda, me entraron unas ganas tremendas y saqué mi "juguetito" para darme cariño, mientras estoy masturbándome miro la tarjeta de Rodolfo sobre mi mesa de luz, "yo aquí sola, metiéndome un pedazo de goma, en vez de sentir profundo un pene real" pensé y ¿qué creen?, agarré mi teléfono y lo llamé, atendió y obviamente no sabía que se trataba de mí, "hola, quién habla", preguntó "la chica a quien hablaste hoy" le dije, "hola, qué tal, no esperaba tu llamada" me dijo "tenés tiempo" pregunté, "si, en que puedo servirte?" continuó, "quiero salir dispersarme un rato, podés salir ahora?" le pregunté "claro que sí!, dónde te busco?", le di mi dirección y fue a buscarme, subí a su vehículo y nos fuimos a un restaurante, "me sorprendió tu llamada, no esperé que me contactes" me decía, "por qué no?, somos dos nuevos amigos que salen a compartir" le dije, solo sonrió, una vez sentados le pregunté sobre su matrimonio, ya que era relación abierta si tenía algún amante por ahí "tenía, ya no nos vemos" se apresuró a contestar, entonces le conté sobre mi vida, que tenía personas con quienes tengo sexo "cuántos son?" me preguntó, "eso no se pregunta" contesté tomándome mi copa y mirándolo fijamente, mi sexualidad a flor de piel hice notar, "tenés planes de índole corporal para esta noche?" preguntó, "podría ser si se da la ocasión" sonriendo le dije.
Ya de vuelta, me observaba de pies a cabeza, "te seré sincero nena, desde la primera vez que te vi sentí mucha curiosidad por conocerte, soy observador y noté como se te parten las nalgas al caminar, te imaginaba sobre mi abriéndolas mientras te las aprieto", quedé mirándolo por su peculiar manera tan directa de encararme, "no pongas esa carita, ya somos adultos, no te hubiera dado mi tarjeta y tampoco me habrías llamado si es que no pasaría nada" dijo, "tengo 3 reglas" le dije "1: Nada de besos, 2: Todo con protección y 3: Nadie debe saber nada", quedó callado y preguntó "Motel o tu casa", solo reí, "no te niego, me atraes sexualmente, pero antes que pase nada debo ver lo que tienes" le dije, "vayamos a un motel y antes de entrar a la habitación mostrame tu pene" le pedí, en el trayecto iba tocándome los pechos mientras yo le apretaba la pija sobre el pantalón, entramos al estacionamiento del lugar y se abalanzó sobre mi dentro del auto, me besaba el cuello e iba lamiendo mis pechos en tanto yo apurada le desabrochaba el pantalón hasta que por fin logré tener su miembro entre mis manos, el líquido seminal ya le salía por la punta, sentí que era del tamaño adecuado para mi, casi sin pensar nos bajamos para ingresar al cuarto, él con una erección tremenda y yo con los pechos afuera de mi blusa, estando ya adentro no pude evitar, estaba tan caliente que pisé la primera regla, eran tan ricos sus mordidas en los pezones que lo levanté hacia mis labios y comenzamos a besarnos, "qué pasó con nada de besos" me preguntó mientras me bajaba el jeans apretándome las nalgas, "solo seguí, quiero chupar tu pene" le contesté, en eso me pongo de rodillas y empiezo a mamarlo, sin pasar tan siquiera 10 segundos, me eyacula sin avisar en la boca, me queda quieta mientras sentía su semen, luego me levanté y fui al sanitario a escupirlo, obvio que siempre se traga un poco en estos casos, más sin previo aviso, no le dije nada, solo me puse cómoda en la cama mientras él se recuperaba, "aún quedan pilas verdad?" le pregunté, en eso subió por mis piernas, lamiéndome toda, fui abriéndome y dejé mi vagina a su disposición, bien depilada y esperando sus labios, comenzó a pasarme lengua, estaba súper excitada, fue subiendo por mi vientre hasta mis pechos, el cuello y otra vez nos besamos rico, mis manos buscaban apresuradas su pene, estaba bien dura de vuelta, me agarró por debajo de mis rodillas e hizo presión hasta poner mis piernas a la altura de mi cabeza, y sentí como iba penetrándome bien profundo, mientras nos besábamos gemía con cada estocada hasta el fondo, lento, bien abierta, "avisame si te golpea o sentís alguna incomodidad" dijo, "seguí así, no me afecta nada, al contrario me está gustando" respondí, estuvimos así largo rato, "te quiero encima de espaldas" me pidió, se recostó y sabía exactamente cómo él quería, me puse de espaldas y fui separando mis nalgas para que pueda observar la penetración, me tomaba las nalgas una en cada mano y me apretaba abriéndolas mientras me movía de arriba a abajo, su dedo pulgar iba abriéndose camino por mi ano, siempre lento y con gemidos suaves, en eso mis movimientos se fueron acelerando a medida que estaba por llegar a mi orgasmo, me agarró del pelo y me estiraba con fuerza cada vez que arremetía contra mi vagina, me daba nalgadas fuertes, sentía dolor pero mi orgasmo estaba ahí nomás y con potentes gemidos terminé, me levanté aun sintiendo los movimientos orgásmicos y se la chupé hasta que se vino en mi cara, llenándome de semen el rostro, lo miraba mientras pasaba la lengua por su pene, "rica como te imaginé sos" dijo sonriendo, "no sé qué tenías cuando te veía, pero algo me decía que podría poseerte" siguió diciéndome, debo aclarar que siempre tuve más afinidad con los hombres mayores, pocas veces fueron menores que yo las personas con quienes cogía, los maduros seguro por experiencia se dan cuenta de cuando una mujer está dispuesta, "nada de decir lo que pasó esta noche entre nosotros" le aclaré, "si sos discreto podremos tener siempre este tipo de encuentros sexuales" le dije, "no te hagas problemas, nadie sabrá nada" respondió, nos quedamos un rato más acostados, nos duchamos y me acercó a casa, esa noche dormí como bebé, me vino bien la caminata y la buena cogida que me dio Rodolfo, de seguro lo repetiré, me gustó sentirlo, la forma en que me abrió las piernas para penetrarme y sus bombeos suaves aún podía sentirlos mientras dormía, no sé qué concepto tenga de mi que apenas nos hablamos y terminamos cogiendo, pero me encargué de hacerme sentir rica a su paladar y pija, ya somos adultos como me dijo, es mil veces mejor que estar metiéndose un consolador, espero repetirlo, para mi deleite y su satisfacción.