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Nuestra amiga argentina, más sexy apuestas
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Ayer iba a ser una noche tranquila, no había arreglado nada, a eso de las 20 hs. me llama Maxi, para invitarme a cenar. Maxi es un chico amigo de mis amigas, lo vi en varias reuniones, me invito a salir 1.567.984 veces, y siempre le dije que no, la verdad no sé porque, por que no es feo, buen lomo, y simpático. La cosa es que como estaba al pedo le dije que sí.

Me puse una pollerita suficientemente corta para no estar en bolas, ni para salir como una puta, porque no daba, ¡íbamos a cenar! Son de esas faldas que cuando una se sube al auto quedan las piernitas todas al descubierto, jeje yo sé que a los chicos eso les gusta, es más se tirarían a besar mis piernas sin pedirme permiso, ah, en un momento le dije “che mira para adelante, ¡nos vamos hacer mierda!” no paraba de relojearme, no sé porque me pongo esas polleritas, jeje, la verdad si se porque, ¿se imaginan?

Vamos a cenar, ya terminando la cena, me di cuenta que Maxi resulto ser re zarpado, empezamos hablar de sexo, él me decía que a una pendeja como yo le sacaba 7 orgasmos en una noche (yo me cagaba de risa, pero ya me estaba poniendo ¡media cranchi!), y también, me decía que una buena pendeja que sepa cómo hacerlo a él lo puede hacer acabar ¡hasta 4 veces!

Yo no soy una santa jeje, pero en situaciones así me pongo ¡como si fuera mi primera vez! Me pongo nerviosa, veo a la gente y me digo, pensar que me están diciendo de coger (ya se, para mí no es nuevo, pero la primera vez con un chico en una situación así, solos, me da cosita, ¡boluda! Y bueno ¡soy así!)

La cosa es que me sigue apurando, hasta que me dice:

Maxi: ¿no te animas?

Yo: animarme ¿a qué?

Maxi: a que te robe 7 orgasmos en una noche.

Yo: ¡estas re loco nene!

Maxi: ¿o no vas a poder hacerme acabar a mi 4 veces?

Yo ya estaba nerviosa, y me estaba empezando a mojar un poquito con solo la idea de pensar que íbamos a estar cogiendo ¡en un rato!

Maxi: dale, anímate, es un juego, una apuesta.

Yo: si, una puesta, pero la que se entrega soy yo.

Maxi: si, es un juego de sexo, nada más, dale.

Yo: estás loco.

Ah, lo que me gusta a mí, es ver los distintos chamullos que tienen los chicos para cogernos, a mi me lo propusieron de mil maneras distintas, pero como una puesta ¡nunca!

Mati: hagamos una cosa, agarramos una moneda, si sale cara, hacemos el juego, ¡dale!

Yo: OK (estaba rogando que saliera cara jeje)

Obviamente ¿que salió? ¡Cara! Entonces le digo, que está bien, con una carita mezcla de putita, asustada, resignada, entregada.

Subimos al auto y Maxi se sacó las ganas de lo que tenía desde hacía rato, me mete un beso y me empieza a acariciar las piernas (¡no le iba a decir que no!, si íbamos a coger), yo tenía las piernitas cruzadas, pero me acarició con tanta dulzura que solitas se separaron y sentía como sus manos las recorría, casi, casi llegando a mi conchita, ¡más cliente me dejo!

Entramos en la habitación, y bueno lo que pasa siempre, nos matamos a beso, me empieza a sacar la ropa, él se saca el pantalón y oh sorpresa, veo algo bastante grande debajo del bóxer, le meto la mano, se la saco, lo miro, le digo hijo de puta ¡la tenes enorme! Y me dice, que por eso me había dicho ¡lo de la apuesta!, se la empiezo a chupar, pero no despacito, quería ver ¡hasta dónde me la podía meter en la boca! No me la pude tragar toda, me agujeraba la garganta jaja.

Después me tira en la cama, me empieza a chupar la conchita, a meter los dedos, ya estaba recaliente, siguió, siguió. Con sus dedos y su lengua hasta que me hizo acabar por primera vez. Me subo arriba de él, y por más lubricada que estuviera, me dolía, hasta que una vez adentro empecé a saltar sobre esa pija enorme, como la sentía, como me hacía estremecer, gemir, y más saltaba, hasta que acabamos ¡los dos juntos!

No habrán pasado más de 10 minutos que se la toco y YA SE LE ESTABA PARANDO OTRA VEZ; le doy un par de chupaditas, se tira arriba mío, me pone mis piernitas sobre sus hombros, le pido que por favor me la ponga despacio, despacito me la pone, me empieza a bombardear, me dolía y eso más me calentaba, el hijo de puta, me hizo acabar ¡otra vez!, era una ametralladora como se movía, no me dejaba hacer nada, se movía, se movía, ¡como una bestia!

Me pone en cuatro, y me empieza a coger otra vez, me agarra de los brazos, y me los tira ¡para atrás!, yo no me sostenía, me sostenía él mientras que me bombeaba, me suelta, y me agarra del pelo, sigue bombeando, no sé cuánto tiempo pero fue mucho, hasta que me hace acabar y por segunda vez acaba el.

(A mí me cogieron muchos chicos, pero este era una máquina, no solo por lo grande, sino por la resistencia, no paraba de bombearme, me ponía loca.)

Nos quedamos en la cama, no hablando mucho, sino acariciándonos, paso un rato, no sé cuánto, pero una rato un poco más largo, empezamos a abrazarnos, a sentirnos la piel, a entrecruzar las piernas y noto QUE SE ESTABA PARANDO ¡DE NUEVO!, me besa, me besa todo el cuerpo, desde los pies hasta la boca, pasando por mis piernitas, mi conchita, mi pancita, mis tetitas, yo me deje, me gusto ¡cómo me besaba y me acariciaba!

Me hace poner en cuatro de nuevo, y me la empieza a poner en la concha, pero la ponía, la sacaba, la llevaba a la colita, probaba, volvía a mi conchita, cuando empezaba a gemir iba a mi colita, le pedí que la cola no, que me la iba a romper, me dice mira que me faltan ¡dos veces más! ¿Quieres perder? (¡qué hijo de puta!), y de a poco me la fue metiendo en la conchita, seguía, seguía tanto me hizo calentar que acabe de nuevo, a los gritos, mi cuerpo ya no respondía, y ahí aprovechó y me la empezó a poner en la cola ayyy ayyyyy, me dolía, pero lo hacía despacio, hasta que me la puso y me empezó a coger por el culo. Mis gritos de placer se confundían con gritos de dolor, aparte le pedía que me la metiera más (yo no sé ya que quería sentir) y así siguió hasta que acabamos juntos ¡otra vez!

La verdad es que no daba más, él tampoco, nos quedamos así un rato, yo había llevado la cuenta de las veces que él acabó y el también, y me dice me falta uno ¡todavía!, me pongo esa pijita, porque ahí era una pijita, ¡que estaba dormida!, no quería trabajar más ya jeje, en la boquita, y después de un rato de alternar tenerla en la boca, besarle los huevos, acariciarle las piernas, veo que se le empieza a parar, se la chupo, lo masturbo con mi mano y con mi boca hasta que logro sacarle las últimas gotitas de leche ¡sobre mi lengua!

Ahora que lo cuento y saco la cuenta veo que me hizo acabar seis veces ¡no siete! Jeje, no importa, pocas veces estuve con un animal sexual ¡así!, que tranquila que me quede, y mi pobre conchita y colita muy muy contentas.

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