Tras la enculada a la que me había sometido, mi vecino se vistió y me dejo en casa diciéndome que se iba a dar una vuelta y que ya volvería a la hora de la cena, cuando cerró la puerta de la casa yo todavía estaba sentada en la cocina con mis tetas desnudas y mi culo dolorido, subí al piso de arriba y me di una ducha, mientras el agua caía por mi cuerpo no podía dejar de pensar, no sabía qué hacer, en todos mis años de matrimonio jamás había sido infiel a mi esposo y tampoco jamás lo había deseado hasta aquel día, se podía decir que mi vecino me había violado pero yo sabía que eso no era del todo cierto, yo no solo no me había resistido sino que lo había gozado como una autentica puta.
Nada mas terminar de ducharme me vestí y me fui de mi casa, estuve dado vueltas durante horas sin saber que hacer, pensé en llamar a los padres de Carlitos, en llamar a mi esposo e incluso en llamar a la policía pero todas las opciones me echaban para atrás porque de ningún modo quería que nadie se enterase de que aquel muchacho me había follado por el culo como a una perra, solo el hecho de pensar en que mi esposo y mis hijos supieran lo que había hecho me echaba para atrás en mi idea de avisar a nadie, así que volví a casa sin haber encontrado una respuesta a mi problema.
Cuando entre en casa me lleve una sorpresa mayúscula, allí estaba Carlitos que no se de que manera había conseguido entrar en la casa.
"Joder, ya era hora coño, ¿dónde te has metido? He tenido que colarme por el jardín
No me dejo tiempo a decir nada, aún no había reaccionado ante la sorpresa de encontrármelo nuevamente frente a mi en mi casa cuando se acercó a mi y cogiéndome entre sus brazos me arrincono contra la puerta de entrada de la casa, me metió toda la lengua en mi boca, con una mano estrujaba mis pezones y la otra la metió bajo el vestido toqueteándome el coño, hasta que sentí los jugos descendiendo por mis muslos.
Me deshice de su abrazo como pude y me quede mirándole impotente.
"O sea que te vas a volver a hacer la remilgada, esta bien, vas a ser tu la que me suplique que te folle, ya lo veras putilla"
Trate de salir de la casa pero Carlitos me agarro fuerte antes de que consiguiera abrir la puerta, me tiro en el suelo, era mas grande que yo y tenia bastante mas fuerza, no podía resistirme, me desnudo con violencia, rasgando mi vestido negro de seda, arrancándome el sujetador y rompiendo con fuerza mis braguitas dejándome desnuda y completamente a su merced, el muy cabron empezó a pasar sus dedos arriba y abajo por mi húmeda raja mientras me mordisqueaba los pechos.
Se arrodilló sobre mí, besándome y lamiéndome por todas partes, recorriendo con sus labios y su lengua, mi boca, mis hombros, mordiendo y chupando todo mi cuerpo, pasó la lengua por mis pechos y tomó mis ardientes pezones entre los dientes, empezó a chupar y morder alternativamente y luego jalando, con un poco más de fuerza cada vez, hasta que sentí que mis tetas y mi coño iban a estallar de placer por mucho que yo tratara de negarlo, sin dudarlo, hundió su rostro en mi entrepierna.
Separó mis labios con los dedos, introdujo su lengua en mi vagina y comenzó a follarme con ella, Carlitos lo lamía como un bebé hambriento, jugueteaba con su lengua con la puntita de mi clítoris y luego volvía a hundir su lengua en mi coño, realizando movimientos rotatorios en su interior, hasta que consiguió que me corriera, luego me introdujo un dedo hasta en fondo, sin dejar de comerme el clítoris.
Justo en ese momento se detuvo y me miro con una sonrisa, yo sabia lo que aquel cabron pretendía, me había ganado, lo había echo, había logrado que deseara que siguiera, yo quería que aquel niñato siguiera comiéndome el coño, quería que me follara, agarre con mis manos su cabeza y la dirigí hacia mi coño pero el se zafo y se levanto del suelo, fue a la cocina y regreso con una caja de Donet mientras yo seguía tirada en el suelo, desnuda y expectante.
"Después de tanto rechazo tendrás que hacer algo para recompensarme si quieres que continué"
El muy cerdo no quería solo follarme, quería humillarme, quería que fuera yo la que se lo suplicara y para mi desgracia no podía evitarlo.
"Follame, por favor, hazlo, follame"
"Jajaja, eso esta mucho mejor, pero no es suficiente, no solo yo me he sentido rechazado, también mi amigo"
Dicho esto se levanto y se bajo los pantalones y los calzoncillos dejando nuevamente ante mis ojos aquel monstruo que me había roto el culo esa misma mañana, estaba flácido pero aun así tenia unas dimensiones impresionantes.
"tendrás que convencer a mi amigo para que te perdone"
Yo sabia lo que quería así que me acerque a el gateando y bajando mi cabeza hasta su enorme polla la agarre sumisamente con mi mano derecha y me la metí en boca.
Comencé a chupar aquella polla que poco tardo en comenzar a crecer y crecer dentro de mi boca, pronto no cabía mas que la mitad y a pesar de eso, solo con la mitad de aquella polla en mi boca, mi cavidad bucal se hinchaba por completo, Carlitos se divertía sacando su polla de mi boca y golpeándome la cara con ella, como si me abofeteara.
"Chupame las pelotas"
Yo obedecí, me metí sus 2 enormes pelotas llenas de pelo en la boca y las chupe con ganas, luego pasaba mi lengua por toda su polla, desde la base hasta la punta donde me entretenía lamiendo y chupando su glande, besaba la punta de aquella polla como si se tratara de un ídolo al que había que adorar, Carlitos me agarraba de la nuca y me obligaba a tragarme su polla hasta que la punta rozaba mi campanilla y me provocaba arcadas, desde su posición podía verme reflejada en el espejo del salón, arrodillada ante su polla con mi cabeza entre sus muslos bajando y subiendo a ritmo acompasado mientras su polla entraba y salía una y otra vez de mi boca, mi garganta se fue acostumbrando ante tamaña herramienta y en alguna ocasión conseguí tragarme tres cuartas partes de aquella polla aunque no lograba tragármela hasta la empuñadura como el pretendía.
La imagen para cualquiera que nos hubiera visto debía de ser de autentica película porno, un muchacho de apenas 18 años sentado en un salón con una mujer mayor entre sus piernas completamente desnuda cuya cabeza se limitaba a moverse de arriba abajo al ritmo de la mamada, Carlitos me saco la polla de la boca y comenzó a agitarla delante de mi cara, yo me asuste pensando lo que pretendía, jamás nadie se había corrido en mi cara y no quería que mi vecino lo hiciera, siempre me había parecido algo repugnante, pero aquel cerdo tenia otra cosa pensada, cogió uno de los Donet de la caja que había traído de la cocina y tras un sonoro grito se corrió abundantemente sobre el Donet, dejándolo cubierto de semen.
"Como estoy seguro de que no has cenado nada, esto es para ti, un rico bollo con leche merengada recién ordeñada, jeje"
Mire con cara de asco aquel Donet y me negué por completo ante aquella guarreria pero ante mi negativa Carlitos se levanto y dijo que se iba, cogió su pantalón para vestirse y una punzada me subió desde el coño.
En ese momento estaba claro, estaba caliente como una perra en celo y no podía permitir que aquel macho se fuera sin follarme bien follada, así que hice de tripas corazón, cogí aquel Donet cubierto de semen y me lo comí poco a poco, mirándole fijamente a los ojos sin decir palabra, tuve un par de arcadas pero conseguí tragármelo todo sin rechistar.
"Muy bien, así me gusta, has sido buena y por ello tendrás tu premio, has comprendido que aquí mando yo así que ven".
Me acerque a el y cogiéndome por los brazos me levanto del suelo y me subió en brazos por la escalera hasta mi habitación de matrimonio donde me deposito delicadamente sobre la cama, luego el se tumbo en la cama, con los brazos cruzados sobre la cabeza.
"Mi amigo es todo tuyo, disfruta de el"
Estaba como loca y me deje lleve por la pasión que ese crio había desatado en mi empecé chupando y mordisqueando sus pezones y acariciándole la polla.
Luego le pellizqué la polla y lo huevos, lo que hizo que su amigo se pusiera nuevamente duro, la verdad es que desde el momento en que me enculo aquel crio me había alagado, mi marido prácticamente no me tocaba así que cuando aquel muchacho estaba loco por follarme el culo se había encendido algo dentro de mi, Carlitos me había hecho sentir deseada, a mi edad era capaz de poner en pie de guerra a un soldado como el que Carlitos tenia entre las piernas
Su virilidad estaba fuera de toda duda, menuda juventud, divino tesoro, a pesar de la corrida de la mañana y de la mamada de hacia unos minutos, aquella enorme polla estaba dispuesta a seguir repartiendo su néctar.
Era la polla más hermosa del mundo, nunca me han obsesionado los tamaños, pero aquello era demasiado, de verdad, la impresionante tranca de mi vecino era propia de un Titán, aquella polla se levanto por tercera vez aquel día tan dura y rígida como la primera vez, como una torre desde la que su dueño se disponía a conquistar todos los coños que se le pusieran por delante.
Fui directamente a sus partes para chuparlas y morderlas tanto como me fuera posible, la cogí con mi mano y esta se veía insignificante, apenas abarcaba la mitad. Dudaba de que aquella cosa entrara en mi agujero después del esfuerzo sobrehumano que había hecho anteriormente para que entrara en mi boca, aunque claro, si pudo entrar en mi culo, podía hacerlo en mi coño.
Agarré la tranca entre mis labios, pasé la lengua por toda su extensión, mordí suavemente y, a continuación, me la metí en la boca y la succioné con deseos incontenibles. Dejé que la saliva me resbalara por la barbilla para que la polla le quedara bien lubricada y fui acompañando la acción con un movimiento de mi mano arriba y abajo, al tiempo que con la mano libre le palpaba los huevos.
Carlitos empezaba a gemir con la polla en mi boca, pero ahora era yo quien tenía el control, empecé a mamarle la tranca con frenesí, metiéndola en mi boca hasta sentir arcadas, alternando con movimientos de bombeo de mi mano y succiones fuertes en el glande que provocaban un chasquido en mi boca. La punta de su rabo, que tenía forma de corazón, era de un rojo brillante por la saliva. Yo seguí chupando y succionando su piel aterciopelada, tragando sus primeros jugos al tiempo que me admiraba de las dimensiones que estaba tomando el agujero de la punta de su nabo. Deseaba tragar sus cremosos líquido esta vez directa de la botella, mis tabas y prejuicios habían quedado a un lado y mis hijos y esposo olvidados, en ese momento solo tenia tiempo para aquella polla maravillosa.
En ese instante Carlitos se incorporo y echándome sobre la cama me montó y con parsimonia y destreza, empezó a penetrarme. ¡Dios, era tan grande!
Por un momento pensé que no lo resistiría cuando me llenara todo el coño, pero al fin me sentí perfectamente y el comenzó a moverse rítmicamente mientras yo le acariciaba y mordía el pecho. Claro, al principio solo pudo meterla unos cuantos centímetros en mi coño, pero con el fluir de mis jugos, pudo hundir sus 20 centímetros hasta el fondo de mi agujero. No paré de correrme desde el instante en que mis flujos comenzaron a mojar su polla.
"¿Te gusta mi polla, zorra?", preguntaba Carlitos, mientras me cabalgaba con furia.
"¡Si, Carlitos, me gusta mucho tu enorme polla!"
"Como que Carlitos, ahora soy Carlos para ti, ¿acaso crees que esta polla es de un Carlitos?"
Estaba totalmente desatada "No, claro que no, este enorme ariete es propio de un semental llamado Carlos, vamos, sigue, follame".
"FOLLAME FUERTE Y HASTA EL FONDO"
Me olvidé de mi marido para entregarme por completo a Carlos, yo le pertenecía en ese momento, lo único que me interesaba era que me follara sin parar.
De un golpe me ensarto hasta el fondo, haciéndome gritar de tan violenta metida, pero al tiempo le jale con mis piernas y me entregue a ese semental que me lastimaba pero me hacia sentir maravillosamente, sus movimientos al metérmela empezaron, primero rápidos y al poco tiempo lentos y deliciosos, me estaba disfrutando y yo también lo hacia.
Me besaba y acariciaba todo el cuerpo mientras me penetraba una y otra vez, me besaba el cuello y chupaba mis tetas sin dejar de taladrarme, sus fuertes manos me tenían atrapada por las nalgas y a cada embestida me jalaba y me las apretaba con fuerza, parecía adivinar lo que esto me fascinaba, moviéndose logro ponerse mis piernas en sus hombros y con esto sus penetraciones se hicieron mas profundas, yo sudaba y el me poseía a su antojo.
"Sigue así, follame mi semental, eres un toro"
Cuando me embestía yo salía a su encuentro moviendo mi cadera, haciendo mas profunda la invasión de su polla a mis entrañas, bombeando con furia y rapidez me hizo explotar, mi coño se contrajo rítmicamente como chupando esa polla que me ensartaba hasta el fondo y haciéndome gritar y gemir de gusto le di mi primer orgasmo intenso y prolongado como pocos, al tiempo que lo incitaba a que siguiera.
"Sigue mas mi vida, follame toda"
Luego fui yo quien se lo follo a el, me senté sobre su polla quedando totalmente ensartada por aquel miembro viril, aquel instrumento me tenia completamente empalada cuando comencé a subir y a bajar por ese mástil, cabalgando como una fiera desbocada haciendo que aquella polla se enterrara en mi coño hasta la empuñadura.
Luego de casi un cuarto de hora, me colocó en cuatro patas y empezó a darme por detrás, las embestidas eran violentas y podía oírse el chasquido de su pelvis contra mis nalgas mientras las embestidas se hacían cada vez más rápidas, fuertes. Por momentos, sin ninguna consideración.
Estando yo todavía a 4 patas como la perra en que me había convertido, Carlos apunto su polla hacia el agujero que había excavado esa misma mañana, pero en esta ocasión le ofrecí mis nalgas abiertas para que me enculara, dirigiendo la gruesa cabeza de su polla a mi culito, me untó algo de saliva y se decidió a penetrarme, fue un suplicio, pero finalmente me entró gracias a que por la mañana había allanado el terreno.
Poco a poco su polla ganaba terreno, yo sufría mi esfínter dilatado me dolía, pero lo alentaba a que me la metiera mas adentro, me entro de un golpe seco toda su polla en el mismo instante en que comenzaba a sonar el teléfono de la mesilla.
Pude ver en la pantalla del teléfono que era mi esposo quien llamaba, antes de que reaccionara, Carlos contesto poniendo el manos libres.
"Si, dígame", Carlos seguía con su polla dentro de mi culo cuando contesto
"Si, ¿con quien hablo?, ¿Micaela?, soy yo".
"Vaya, no, Micaela esta abajo, soy yo Carlitos, su vecino" mientras me saco y me metió de nuevo su polla por el culo
"Hombre Carlitos, que haces en casa"
"Es que mis padres han tenido que ir a Asturias a ver a mi tío que ha tenido un accidente de trafico y ya sabe como es mi madre, no se fía de mi y me ha dejado aquí con su mujer para que me vigile"
Su polla me entro de nuevo y me la saco hasta que empezó el movimiento de entrada y salida de mi culo mientras yo estaba escuchando todo, aterrada, pensando en que mi esposo pudiera darse cuenta de algo.
"Vaya con tu madre, mira que no fiarse de un buen chico como tu Carlitos, si yo se que tu eres un trozo de pan, dile a mi esposa que se ponga por favor, por cierto, espero que te este tratando bien"
"No se preocupe señor, Micaela esta siendo muy amable conmigo, ahora se la paso"
El muy cabron decía esto mientras no dejaba de metérmela por el culo cada vez mas rápido y con mas fuerza.
"Si, hola cariño, que tal", trate de disimular todo cuando pude, mi respiración estaba agitada por la enculada a la que estaba siendo sometida.
"¿Todo bien por ahí, cielo?, te noto algo agitada, que tal con Carlitos"
"Todo bien cariño" en ese momento Carlos se detuvo y dejo su polla enterrada en mi culo, podía sentirla dentro de mi mientras hablaba por teléfono con mi esposo"
"Díselo Susi –me susurro al oído Carlos-, dile a tu marido que es un cornudo de mierda, que es un pichafloja y que tienes que recurrir al vecinito para que te llene con su polla por todos tus agujeros, dile que te has tragado mi semen, dile que te he follado ese rico coñito que tienes como un toro, dile quien es tu semental, dile quien te esta rompiendo el culo mientras hablas con el, diselo"
"Carlos se esta portando bien, pero ya sabes que es algo crio de todas formas yo se como tratarle"
"Así que soy un crio verdad, pues vas a ver lo que puede hacer este crio".
Aquello no le gusto a Carlos que comenzó a darme fuertes cachetes en el culo al tiempo que renovó con mucha mas fuerza la enculada a la que me estaba sometiendo, era como un ariete tratando de derribar la puerta de un castillo, podía escuchar el sonido de sus pelotas al chocar contra mi pubis cuando su polla penetraba hasta lo mas hondo de mi hasta ese día inexplorada cueva, mis tetas se agitaban con fuerza al ritmo de sus embestidas y ante el miedo de que mi esposo pudiera escucharle decir alguna cosa mas o de que pudiera escuchar los cojones de Carlos al chocar contra mi coño decidí despedirme de mi esposo que me dijo que llegaría sobre las 19:00 del día siguiente.
Cuando colgué mi culo me ardía terriblemente, le pedí que me la sacara pero no me hizo ningún caso, a cambio me dio unas fuertes y sonoras nalgadas, enrojeciendo mis nalgas, me estaba enculando de una manera terrible, pero yo estaba encantada.
Carlos me cogía de los cabellos mientras me follaba el culo, cabalgaba sobre mí como si yo fuera una yegua desbocada.
"Me voy a correr"
"No, dentro de mi culo no, hazlo en mi cara, córrete en mi cara"
No podía creer en lo que me había convertido, en una vulgar ramera dispuesta a todo para con su semental, ese muchacho me había hecho hacer en un día lo que jamás en todos los años de matrimonio con mi esposo había hecho.
Lo cierto es que recibí mucho más de lo esperaba, mientras seguía mamándosela furiosamente, sus gruñidos me anunciaron que estaba a punto de correrse, separé un poco los labios para verlo, pero mantuve mi boca hambrienta lo bastante cerca del glande para que no se me escapara ni una gota de su eyaculación. Seguí bombeando con ambas manos y observé sorprendida como su tranca empezaba a palpitar suavemente.
No disparó el semen con tanto brío como yo había supuesto y se limitó a hacer unas leves contracciones rítmicas, entonces su polla comenzó a agitarse más rápido y me eché hacía atrás para ver como surgía de su extremo un potente chorro de líquido.
Carlos dio un chillido y entonces se corrió de verdad, volví a colocar mis labios en su polla justo en el instante en que el primer chorro de leche surgía de la puntita, Carlos comenzó a gritar mientras me cogía de los cabellos: "ç
¡Trágate toda la leche, puta, trágatela!"
Mamé su magnífica herramienta con verdadera ansia, pero me resultaba imposible tragarme todo el esperma. Pronto, toda mi cara y mis tetas estaban recubiertas de semen. Seguí chupándosela y meneándosela hasta dejarla lo más limpia que pude.
Aquella noche y la mañana del domingo, Carlos y yo fuimos insaciables, cabalgué sobre su polla hasta el amanecer, me destrozo el culo las veces que quiso, mamé su polla hasta tragarme la última gota de semen que sus testículos podían contener.
Cuando mi esposo y mis hijos llegaron a casa fue como si nada hubiera ocurrido, Carlos y yo nos comportamos con absoluta normalidad, incluso me sorprendió la facilidad que tenia para mentir acerca de lo que habíamos hecho el fin de semana. Por la noche los padres de Carlos vinieron a buscarle, ha pasado una semana y no puedo dejar de pensar en mi semental, en esa enorme polla entrando en todos y cada uno de mis agujeros, esa polla es mi dueña y aunque se que esta mal, creo que no podré resistirme y antes o después volveré a caer en las redes de mi joven vecino.
Algún comentario a [email protected], en el otro relato puse mal mi correo este es el bueno agradeceré sus comentarios.