Apenas habían trascurrido cuatro meses del fallecimiento de mi esposo cuando por primera vez sentí el deseo de meterme a la cama con mi propio hijo de apenas dieciocho años, pero dicho deseo rápidamente lo deseché diciéndome que eso es algo anormal pero con el paso del tiempo lo fui deseando aún más hasta convertirse en una obsesión, pero no contaba con el valor para seducirlo y que me hiciera suya y como último recurso y aprovechando su cumpleaños lo invité a festejarlo en alguna playa del pacifico mexicano eligiendo en especial las de Oaxaca donde se localiza Zipolite la playa nudista.
Ya en la zona hice que un taxi nos llevara a ella y mi hijo dudó en entrar, pero viendo que yo ya me quitaba la poca ropa que tenía puesta no tuvo más opción que imitarme.
Ya desnudos entramos a dicha playa donde yo disimuladamente miraba su verga haciendo cálculos de su tamaño estando parada y por el contrario procuraba que me mirara en especial mi vagina, por cierto ya depilada aunque no en su totalidad, me procuré una delgada línea de vellos la cual no solo atrajo la atención de mi hijo también la de otros visitantes. Con ello ya había logrado su atención pero aún faltaba lo más difícil, hacer que estuviera dispuesto a cogerme lo que aconteció ese mismo día.
Ya en la intimidad del hotel, de nueva cuenta me saqué la ropa frente a mi hijo y lo insté a tomar un baño juntos, su verga se puso dura, pero trataba de que no lo viera y ya, bajo la regadera comencé a enjabonarlo con mis manos yendo con sutileza, llegué a sus nalgas y con lentitud las fui moviendo al frente hasta que toqué su verga ya bien dura, emitió un prolongado suspiro antes de quedar de frente a mí y preguntarme si de verdad lo quería, “no cariño, no lo quiero, lo anhelo, he pasado noches en vela anhelando este momento, solo espero que no me rechaces y me hagas tuya”.
Como respuesta me abrazó fuertemente y comenzó a besarme con una pasión indescriptible y con sus manos fue acariciando mi cuerpo en especial mis nalgas y frotaba su verga en mi ardiente panocha. Luego de cortar el agua me condujo a una cama donde en misionero me fue metiendo la verga con cierta lentitud y con ello mi sangre hervía con más intensidad hasta que le supliqué que ya la metiera toda, por cierto su verga mide 20 centímetros y atendiendo a mi suplica con solo dos movimientos me la metió entera. Con gemidos y jadeos fui acompañando sus bombeos y unos ocasionales “así papi, soy toda tuya, has que tu mami sea la mujer más feliz del planeta” y él por su parte no cesaba de decir, “mami, mami que panocha más rica tienes y coges de los más lindo, ay mami eres un amor”. Luego levantó mis piernas para hacerme una penetración más profunda donde después de más de veinte minutos se vino dejando su leche dentro de mi…
Después de tomar un buen baño él me cuestionó preguntando:
—Mami esto es solo temporal y por el momento que estamos viviendo o será algo más permanente? porque a mí me encantaría coger contigo hasta el día que tu decidas.
Y yo le contesté:
—Mi amor a mí me encantaría poder ser tu mujer, pero no descarto la idea que tú consigas una pareja con la cual vivas el resto de tu vida y a mí me atiendas ocasionalmente…
-Mira como me has puesto mami, estoy a punto de reventar el pijama.
Clavé la mirada en su abultada.
-Uffff, hijo miooo, menuda polla asoma por ahí! que grande y dura está.
-Sigue tocando mami, por favor, alíviame está presión.
Agarré su durísima polla y suavemente empecé a menearla de nuevo produciéndole un enorme placer.
-¿Te gusta como lo hago? ahhhh, que dura la tienes, como me gusta.
Sus manos agarraron mis tetas y empezó a acariciar mis grandes pezones provocando tal deseo el uno hacia el otro que nos fundimos en un profundo beso.
-que gusto me das hijo mío, que placer
Su boca empezó a lamerme las tetas, apretándolas, mordisqueaba mis pezones, succionándolos con tantas ganas que los dos gritábamos de placer.
-Siii, siiii, chupa hijo, chupaaaa las tetas de mami, ahhhh que gustooo.
Se puso de pie frente a mi y con la polla enfrente de mi cara la acercó a su boca. No tuvo que decirme nada, empecé a chuparla frenéticamente, gemía como loca.
-que ricaaaaa, ahhh, que caliente y dura la tienes.
-Siiii mami, siiii, que gusto, está dura y caliente por ti mami.
Estaba mamándole la polla con tal frenesí que hizo que no aguantará mucho más.
-Me voy a correr mami, me corroo, me corroo, si, si, sii, ahhhh.
Su corrida fue explosiva, me metió la polla hasta el fondo de la garganta, el potente chorro de semen golpeó mi paladar inundándome la boca, escapándose entre mis labios mientras él gemía de excitación.
Viéndome tan excitada, mi hijo me dijo:
-Mami, túmbate y ábrete de piernas, te voy a comer el coño hasta que te corras en mi boca.
-Siii, por favor, siiii, cómeme el coño, siiii, no aguanto maaas, estoy muy caliente.
Su lengua saboreaba los chorros que emanaban de mi coño a la vez que chupaba mi duro clítoris sin parar.
Los espasmos del placer producido hacían que mi cuerpo se pusiera rígido, cerrando mis piernas contra su cara.
-Me corrooo hijoooo, ahhhh.
De mi coño emanó una gran cantidad de jugos que él tragaba y saboreaba jadeando. Su lengua lamió mi esfínter también empapado y dilatado a la vez que introducía su dedo en el. Me puse a cuatro patas.
-Follame hijo, follame por los dos lados, dame por el culo, quiero sentir tu polla en mi culo, nunca lo hice por atrás.
-Siii, siiii, te la voy a meter hasta el fondo por los dos lados mamiii.
Empezó a follarme por el coño, su polla bombeaba sin parar, salía y entraba por completo de mi encharcado coño.
-Ahhhh, ahhhh, ahhhh
Sacó su polla del coño y la colocó en la entrada de mi culo. De un empujón introdujo la punta de su polla haciéndome gritar. Un segundo empujón hizo que entrara hasta el fondo, sus huevos hacían tope contra mi culo.
-Aaaayyyy, como la sientooo, como siento tu polla dentro de mí.
Mi hijo empezó a bombear cada vez más rápido:
-Ahh, Ahh, que gusto me da mami, que gustooo.
Los dos gritábamos como locos.
Empezó a follar alternativamente mi coño y mi culo, provocándonos gritos de placer.
-Hijo, Hijooo, me corrooo, ahhhh, siiiiiiii.
-Y yo mamiiii, y yoooo, siiiii, siiiii, siiii.
Mi hijo se corrió dentro de mi culo porque nunca lo habían hecho. Al mismo tiempo que nos corríamos mi hijo me azotaba en los glúteos. Me retorcía de placer y él gritaba por la gran excitación que eso le provocaba. Sacó la polla de mi culo y empezó a rebosar todo el semen de su corrida.
Ese primer día me cogió algo así como veinte ocasiones, todas a pelo y dejando su leche dentro de mí que por fortuna no me embarazó.