Yo salí despavorida de ese lugar, mientras secaba mis lágrimas y arreglaba mi ropa para no levantar sospechas, pero estaba destrozada por dentro literalmente. Había sido violada dos veces en menos de dos horas.
Ese día jure que jamás volvería a pasar por el lado de la casa del viejo asqueroso, quería olvidar todo. Guardaba la esperanza de no volver a saber nada de los tipos del bus ni del depravado de don Julio. Los días fueron pasando y yo empecé a recuperarme del trauma en mi soledad y silencio, aunque a veces tenia pesadillas siendo violada nuevamente y en ocasiones despertaba llorando o gritando pero, en otras con mi vagina majada por mis fluido.
No supe más de los tipos del bus, y mucho menos de don Julio. Yo volví a ser la misma de antes, la chica alegre que jugaba por todo y hacia bromas a mis padres, todo estaba mejorando. Termine mi año de colegio y estaba ya preparando planes con mis padres para en una semana irnos de vacaciones a Cartagena y solo esperaba con ansias que mis padres terminaran su año laboral e irnos.
Un viernes en la noche como de costumbre, jugaba con mi padre y mi madre a guerra de almohadas en mi habitación, y sin querer mi padre con un almohadazo que me tiro, derramo una jarra con agua que tenía en mi mesa de noche y oh sorpresa cayo justo en un toma corriente y esto generó un mini corto que dejo sin luz mi habitación y de paso la explosión me dio un susto terrible.
– Nooo padre les toco darme posada esta noche, yo sin lámparas no duermo.
– Tranquila hija mañana mismo te dejo tu habitación como nueva, ya se quien organizara el daño. Lo siento mi niña hermosa. Saca tu pijama y vente para nuestra habitación.
– Si Marce, dormiremos como en los viejos tiempos – dijo mi madre.
Mientras sacaba mis cosas con mi madre, mi padre se dispuso a llamar a la empresa de energía supuse yo. Me fui para el baño me cambie me puse una pijama decente para dormir con ellos y aliste unos shorts blancos, una blusa también blanca tipo esqueleto que me encantaba porque era muy fresca, algo escotada y por los lados muy libre pues se podían ver fácilmente parte de mis senos, obvia mente mi top negro y unas tangas brasileras también negras.
Esa noche estuvimos viendo tele y hablando mientras nos dormimos, como toda hija única, me acosté en medio de mis padres y como cuando estaba más pequeña pedí a mi padre que me abrazara y yo abrazar a mi madre. Apagamos las luces la tv y nos dispusimos a dormir. Mi padre me abrazo y me dijo.
– Hace ya casi tres años que no pasábamos la noche juntos como una familia mi niña hermosa, pero ya estás tan grande que si me muevo me caigo de la cama.
– Jajajajaja -nos echamos a reír todos.
– No seas malo papi, solo es esta noche además soy tu niña, jajajaja
– Siii es verdad ustedes dos son mi vida –dijo mi padre mientras se acomodaba.
Mi madre era muy dormilona y con solo poner la cabeza en la almohada ya estaba dormida, – papi acaríciame el cabello- le dije para así dormirme más fácil. El empezó a jugar con mi pelo y luego de un rato creo que se cansó y puso su mano en mi vientre y empezó a hacerme círculos como lo hacía, cuando estaba más pequeña. Solo que esta vez yo sentí algo muy diferente a lo que sentía antes, sentí un calorcito en todo mi cuerpo, que me gusto pero me hizo sentir incomoda.
Me moví un poco para acomodarme pero, por accidente mi cola quedo justo en la entrepierna de mi padre, lo que hizo que el pegara un pequeño brinco y se le noto la incomodidad.
– De verdad que has crecido hija.
Dijo para disimular y yo reí también para disimular mi calor y nervios, el continuo sobando mi vientre algo que me hacía subir más el calor y hacia que yo moviera un poco mis nalgas y mi cadera por las cosquillitas. Empecé a respirar algo fuerte y más cuando sentí que algo empezaba a crecer en su entrepierna, a lo que el por tratar de disimular hizo un pequeño movimiento y retiro su pene de mi cola e intento retirar su mano de mi vientre.
Yo para no hacerlo sentir mal fingí que no había sentido nada y tome su mano y lo hice abrazarme más, algo no muy apropiado pues, su pene estaba ya muy erecto y se acomodó en medio de mis nalgas, separado solo por mi pantalón pijama y su pantaloneta. El solo se quedó quieto pero, de pronto continuo sobando mi vientre esta vez un poco más fuerte algo que hizo que se subiera la blusa de mi pijama y su mano quedara sobre mi abdomen, me halo un poco y me apretó contra el yo solo sentía que su pene palpitaba en mis nalgas, algo que me hacía respirar más fuerte y aumentaba mi calor.
Yo seguía haciendo pequeños movimientos con mi cadera y ya sus dedos se hallaban en la pretina de mi pijama, la cual levanto suavemente y dejo deslizar su mano hasta toparla con el borde de mi tanga. Esto hizo que me agitara más y empezara a tragar saliva, mientras el indeciso de continuar movía sus dedos en el borde de mi hilo, recorriéndolo de lado a lado y posando su mano en un costado de mi cadera para luego levantar la tira de mi tanguita y sobar suavemente parte de mi nalga, yo solo respiraba fuerte, mordía mis labios y hacia pequeños movimientos.
De pronto llevo su mano a mi parte de adelante y la poso en mi vagina por encima del triángulo de mi tanga, hizo pequeños círculos en él, y creo que noto que ya estaba mojada, de nuevo saco su mano y tomo la pretina de mi pijama y empezó a bajármelo por mi costado derecho muy lentamente yo levante un poco mi cuerpo para que el lado que estaba sobre el colchón saliera con facilidad.
Y fácilmente logro llevarlo hasta mis rodillas, quedando así solo con mi tanga. Luego sentí como fue bajando su pantaloneta para dejar su pene justo en mi cola y posarlo entre mis nalgas ya a esas alturas lubricado, acaricio mi cola, mi muslo e inicio un vaivén con su pene entre mis nalgas arriba y abajo, a ese momento ya quería sentir su pedazo dentro de mí, incline un poco mi culo y levante mi pierna para ser penetrada, sentí como su mano corrió el hilo de la tanga que estaba entre mi cola y mi coñito mojado, y mordí mi cobija para no hacer ruido al momento de ser clavada por mi daddy.
Paso su mano por el medio de mis labios vaginales introdujo un dedo, luego el otro y noto que podía meterme su pene sin problema. Y justo cuando yo ya me sentía en pleno éxtasis, lista para ser perforada y sentía como acomodaba su pene entre mis piernas, mi madre pego un pequeño grito causado por una pesadilla lo que hizo que padre en un movimiento muy rápido acomodara su pantaloneta y saliera disparado de la habitación.
Yo acomode mi pijama y fingí estar dormida y despertarme con el grito de madre, le pregunte qué ¿qué le pasaba? Pero, ella ni se inmuto y siguió profunda en su sueño. Me senté en la cama, acomode bien mi pijama y espere un momento a ver si mi padre subía de nuevo. Al ver que no subía pensé en bajar a buscarlo pero, de un momento a otro me entro un sentimiento de culpa y remordimiento por lo que había causado.
Pero, al no lograr dejar de sentir el calor que invadía mi cuerpo y las tremendas ganas de ser penetrada, decidí salir a buscarlo y lo encontré sentado en la sala tomando un vaso de agua y muy pensativo. Cuando me vio puso el vaso en la mesa de centro, se paró me tomo la cara con ambas manos, me dio un beso en la frente y me dijo:
– Perdóname mi niña, esto no debió pasar soy el peor ser del mundo.
– No padre no digas eso, ya olvidémoslo y vámonos a dormir.
– No hijita, ve tu yo dormiré acá, es mejor evitar. Mañana en la noche que llegue de mi viaje te llevare a comer algo y hablaremos como padre e hija, por ahora ve y hazle compañía a tu madre.
– Está bien padre descansa, te amo.
Subí y me acosté llena de vergüenza y al poco tiempo creo me quede dormida. Mi padre al día siguiente tenía que viajar a otra ciudad hacer una auditoria por lo cual debía madrugar y era costumbre de madre levantarse a organizarle su ropa despedirlo y luego salir de prisa para el gym, le encantaba cuidarse y aunque tenía 39 años, parecía de 25. Cara súper linda, cuerpo bien tonificado unas piernas de infarto y su cola la cual yo había heredado y pues su belleza obvio.
– Hija, Marce levántate para que vamos para el gym ya son las 5 am amor.
– No maa déjame dormir más, tu sabes que yo voy más tarde y además anoche no pude dormir bien por tus gritos.
– ¿Gritos? Ah ya seguro alguna de mis pesadillas jajaja. Está bien mi nena, duerme yo ya me voy.
Me di la vuelta y me dormí al instante, para despertarme a las 8 de la mañana, ya mi madre había llegado del gym, se había duchado de nuevo y llevaba puesta una blusa algo parecida a la que yo me iba a poner pero de color azul y una falda tipo porrista algo corta.
– Hola madre, ¿cómo te fue? Me voy a duchar.
– Me fue bien hija y bueno vete a duchar mi niña hermosa.
Me dirigí al a ducha y son el timbre de mi casa, ¿quién podría ser?
– Yo abro nena debe ser el señor de la electricidad.
Me metí al baño de la habitación de mis padres y allí me estuve casi 45 minutos pues era muy cuidadosa y me encantaba el agua fría para tonificar mi cuerpo. Salí me eche crema corporal me puse mis tangas negras mi short blanco y mi blusa pero, me dio pereza ponerme el top. Me peine y salí a la cocina a buscar a mi madre.
Cuando llegue a la cocina note que no estaba mi madre, entonces salí a la sala y cuando me dirigía hacia mi habitación para ver si estaba allá, escuche a mi madre discutiendo con voz llorosa y un poco alterada, me dirigí a mi habitación y la puerta estaba medio ajustada, pero, cuando iba a entrar me detuve al escuchar que hablaban de mí.
– Usted como pudo hacerle eso a mi hija, maldito, lo voy a demandar.
– Ella fue la que me busco doña Diana, y sería muy triste que usted me demande y que el video y las fotos que nos tomamos Marce y yo salgan en las redes, mientras usted me demanda yo ya me habré ido lejos y solo quedara la reputación de su hija por el suelo, que pesar del vecino la decepción que se llevara al ver a su hija porteando como una zorra y con un hombre mucho mayor que el al cual trajo a su casa a arreglar un daño.
– Maldito desgraciado la va a pagar muy caro – escuche decir a mi madre
– No vecina como ya le dije todo tiene solución, en usted está, en lo que decida hacer, yo ya le dije así que. ¿Qué espera?
Yo no podía creer lo que escuchaba, mi cuerpo empezó a temblar, ese no podía ser el viejo degenerado de don Julio, la felicidad en mi rostro se apagó de nuevo y más cuando llena de valor intente asomarme para dar crédito a lo que oía y vi esa imagen tan terrible. Comprobando que el que estaba ahí era el viejo ese pero, peor aún al ver sus pantalones en sus tobillos y a mi hermosa madre de rodillas frente a él, chupando el falo ya erecto del viejo, viendo como lo metía y lo sacaba de su boca, como lo lamia y a él tomándola de su larga cabellera guiándola en la desgracia mientras salían lágrimas de los ojos de mi madre.
Yo, petrificada aterrorizada solo veía como el viejo gemía y se deleitaba con la boca de madre. Pero, peor aún fue ver a otro tipo acercarse con la cámara con que yo había sido grabada haciendo lo mismo con mi madre. Y mientras don Julio ponía a chupar a mi madre el otro instalo la cámara y se dirigió a mi madre, acabo de levantar su faldita dejándola sobre su cintura y quedando expuesto su monumental trasero de acero solo cubierto por sus sexis cacheteros de encaje color azul.
– Pero qué cosa más sabrosa, tu si sabes cómo chuparlo mujer ufff y ese pedazo de culo que tienes, con razón Marcela esta tan rica.
El otro tipo empezó a manosear su trasero y lentamente fue bajando sus cacheteros, para dejar su vagina expuesta y ya con su pene al aire libre, posarse en medio de sus piernas. Arrodillándose también y tomándola de sus caderas, puso su pene en la entrada de su concha, ya expuesta para irla penetrando muy lentamente mientras mi madre pegaba un gemido ahogado por el pene de don Julio y se retorcía.
Yo seguía congelada viento como el tipo se lo metía despacio y selo sacaba rápido, para luego de un tajo clavárselo hasta el fondo, mi madre solo gemía no sé si ya solo de dolor o de placer, luego don Julio saco su pene aun erecto dela boca de mi madre y el otro tipo dejándola de clavar pero, con su pene erecto también. La hicieron poner de pie.
– Que rica estas, ya es hora de que te lo meta por esas piernas, pero quiero ver tus tetas que se ven deliciosas vecinita puta.
– Si tío esta vieja ya está gozando y que vagina más deliciosa.
De inmediato quitaron su blusa, y mi madre solo se dejaba. Sentí algo de ira ¿sería que lo disfrutaba? Al ver sus bien paradas tetas, don Julio se abalanzó sobre ellas y se las metió a la boca para saborearlas y tumbándola sobre mi cama, le abrió las piernas y la penetro de un solo golpe. Ella solo gemía. Se dejó besar sin ningún problema, empezó a mover su cadera al compás de las embestidas del viejo así paso unos minutos y de nuevo don Julio saco su pene aun erecto y dio paso a su sobrino.
Él se paró frente a ella, y ella sin más ni menos se sentó en mi cama y sin chistar metió el pene en su boca como devorando un helado, el viejo reía y el joven gemía y mi madre estaba hecha toda una puta. Luego el tipo la acostó de nuevo le dio la vuelta le dijo:
– para ese culo que te lo voy a partir.
Y mi madre solo levanto sus nalgas abrió sus piernas y en un gemido dijo:
– si pártemelo bien duro.
El tipo se puso tras ella y fue poniendo su pene en el orificio y cuando lo logra medio encajar entre sus nalgas se lo penetro de una lo cual hizo que mi madre gritara de dolor y el de placer. Yo del grito de mi madre medio reaccione pero, también medio moví la puerta, lo cual hizo ruido a lo que yo, salí corriendo antes de ser vista, en medio del llanto y el desconcierto de ver a mi madre sometida del placer.
Me encerré en la habitación de mis padres y me eche a llorar, a odiar a mi madre por ser tan perra y caer tan fácil, a mi padre por llamar el viejo y a mí por tonta y no haberlo denunciado. Pensé que dentro de la casa corría peligro y me decidí a salir y de paso llamar a mi padre y contarle todo, abrí con cuidado la puerta de la habitación y tome camino a la puerta de salida intente abrir la puerta con cuidado de no hacer ruido pero, los malditos le habían echado seguro y puesto pasador.
Yo me llene de impaciencia y cuando me iba a devolver a la habitación sentí como una mano tapo mi boca, mientras otra me tomaba por el abdomen. Sentí morir intente gritar pero no pude, de inmediato sentí que la mano que estaba en mi abdomen se metió bajo mi blusa y se apodero de mis senos con gran facilidad por falta de mi top.
– A donde ibas Marcela, veo que estas más rica tus téticas son más grandes y más duras, tengo buena mano, jajajaja
– Además hueles delicioso, estas recién bañadita. ¿acaso sabias que venía a hacerte la visita mi perrita hermosa?
Y diciéndome eso al oído, empezó a lamer mi cuello y a manosear mis senos, y sentía como su pene se frotaba en mi trasero, me recostó contra la puerta y bajo su mano de mis senos a mi entrepierna por encima de mi short, para luego intentar zafar el botón de este. Yo me llene de valor y mordí su mano y le di un pisotón, algo que hizo que me soltara de inmediato, y como pude intente salir corriendo a encerrarme en el primer sitio, por instinto entre a la cocina y cuando iba coger un cuchillo, sentí una zancadilla y un empujón.
Caí boca abajo en medio de la cocina, me di súper duro en las manos y de inmediato sentí como don Julio cayo sobre mí, volteándome del pelo y dándome una bofetada la cual me dejo sonsa y reventó un poco mi boca.
– Ves cómo te haces pegar puta, ¿te vas a portar bien o te muelo a golpes? Y más vale que te quedes calladita, porque si no vamos a tener que contarle a tu padre lo putas que son tú y tu mamacita rica, me entiendes.
– Usted nos violo viejo asqueroso.
– Jajaja eso no es lo que parece en los videos, recuerda como lo disfrutaste y como lo está disfrutando tu madre, ni siquiera se preocupa por ti. Esta allá siendo penetrada por mi sobrino y ni te recuerda.
Me dijo, mientras me tenía de las manos, a lo que yo le respondí:
– Usted a mí me drogo viejo asqueroso lo mismo debió haber hecho a mi madre.
De inmediato y riéndose se paró y me paro del pelo, y empujándome contra una pared y mirándome con risa y con placer me contesto:
– Pero mira nada más que rica estas Marcela, esos pantaloncitos cortos te quedan deliciosos y mira cómo se salen tus senos por las mangas de tu blusa, eres toda una perrita, ya me hacía falta verte.
Me tomo nuevamente del pelo y me dio vuelta dejándome de espalda contra él, tomo uno de mis brazos y lo puso en mi espalda y de me llevo hacia la habitación donde estaba mi madre.
– Vamos a ver cómo es que sufre tu madre según tú, como es forzada.
La puerta estaba medio abierta y para que yo no hiciera ruido tapo mi boca con su mano, lo que vi me destrozo el alma y perdí toda esperanza. Mi madre estaba debajo del tipo en pose de 69, total mente entregada al placer, estaba hecha toda una guarra, una puta y por mis ojos salieron lágrimas. Yo no existía para ella en ese momento y el viejo tenía razón eso no parecía una violación.
– Ves cómo lo goza, es toda una puta y una puta muy sabrosa y apretada. Pero no los interrumpamos se ven muy felices.
Y diciéndome eso al oído, me arrastro a la cocina de nuevo y aprovechando mi estado de conmoción, rasgo mi blusa dejándome solo en short me recostó a la pared y empezó a lamerlas, a morderlas a saborearlas mientras con sus manos masajeaba mis nalgas, Lugo zafo el botón de mi corto, bajo la cremallera y metió una de sus manos dentro de mi tanga para introducir sus dedo en mis labios vaginales.
Besaba mi cuello y metía y sacaba sus dedos, luego con ambas manos bajo mis apretados shorts se inclinó frente a mí, para acabarlos de quitar dejándome solo en mis pequeñas tangas negras, ya mi vagina estaba muy mojada y los fluidos traspasaban mi braguita, me dio un lametazo, me miro y me dijo.
– Ves como si se podía amorcito que cuerpo más hermoso y que prenda más delicada y provocativa. Ves cómo es que causas que te quiera penetrar. Solo tú tienes la culpa de estar tan buena. Podría quedarme chupando tu vagina todo el día, pero ya te lo quiero meter.
Acto seguido se puso de pie levanto una de mis piernas, corrió mi tanga a un costado dirigió su pene a la entrada de mi vagina, y me lo metió de un solo golpe mientras bajaba como cerdo. Lamio mi cara mientras empezaba su mete y saca, no paraba de bombear mi vagina con más y más fuerza. Yo solo sentía como su pene se apoderaba de mí, nuevamente.
– Ufff ufff siii siii mamacita estas más apretada se nota que nadie más te lo ha clavado yo soy tu dueño y tu mi puta junto con tu madre.
– Ahora te voy a cumplir lo que te prometí la última vez amorcito.
Y sin darme tiempo a reaccionar, saco su pene dentro de mi vagina, me llevo hasta la barra de la cocina, me puso sobre ella boca abajo. Reventó mi tanga de un tiro abrió mis piernas y se posó dentro de mis nalgas puso su mano en mi cara apolándomela contra la mesa de la barra, escupió varias veces en mi culo. Y cuando yo pude reaccionar.
– Nooo nooo por favor noooo ahí nooo se lo suplicooo.
Puso la cabeza de su pene en la entrada de mi culito virgen y sin ninguna compasión me lo metió hasta donde más pudo por lo estrecho de mi colita.
Aaaaayy aaaaay -grite de dolor.
– Uffff es verdad eras virgen pero ya no.
Y de otro empujón me lo metió hasta el fondo, desgarrándome y de inmediato sentí como chorreaba un hilo de sangre entre mis nalgas perdiendo el sentido por unos segundos. Lo dejo unos momentos dentro de mí solo movía su cadera pero al notar que reaccione lo saco hasta cierta parte y me lo clavo de nuevo hasta el fondo. Y empezar un bombeo más y más seguido, y con cada embestida yo solo pujaba y gemía de dolor, mientras él lo hacía de placer.
– Ahhhh ahhh rico mmmm siii esto es lo que imagine.
Y fue tanto su placer, que bombeo y bombeo más seguido. Hasta que se vacío por completo dentro de mi culo. Y en medio de mi dolor y llanto sentí la voz de mi madre también llorando acercarse a mi empujar a al depravado y abrazarme. Ambos rieron al vernos ahí totalmente desnudas y llenas de su leche.
– Ni una palabra de esto a nadie, por su bien perras ricas, y ya saben cuándo quieran sexo de verdad búsquenos. Jajajaja -se vistieron y se fueron.
Mi madre y yo quedamos en el piso, nos miramos y continuamos llorando nos abrazamos.
– Perdóname hija lo hice para que nadie supiera lo que te paso, pero de nada sirvió ese hijo de puta se salió con la suya, fui una estúpida.
– Tranquila ma, lo superaremos pero no aguanto el dolor en mi culo, tengo miedo.
Mi madre me cargo me limpio y me llevo a mí a su cama, saco fuerzas de donde pudo se bañó y salió a comprarme medicina. Hicimos un trato de no contar jamás a mi padre de olvidarlo y de convencer mi padre que marcháramos a otra ciudad. Y así fue pasaron dos meses y ya estábamos ubicados en Itagüí. Todo parecía mejorar
Continuara…