[email protected]. 4 de abril de 2018
-¿Qué vas a hacer esta noche, Rita?
Rita…@hotmail.com
-Me voy a hacer un dedito que se me van a poner los ojos al revés.
Te dedico el homenaje, lo que no te garantizo es que sea uno solo.
-¿Qué te parece si esta noche hacemos una paja juntos?
Rita…@hotmail.com
-Nunca hice una cosa así, pero me parece bien. Tendré preparado a Balta, un consolador negro, enorme, y a Soldado, uno más pequeño para el culo.
-Quedamos a las once, antes no puedo.
-A las once…
Rita…@hotmail.com
-¿Estás ahí?
-Sí, pero tengo compañía.
Rita…@hotmail.com
-Pues otro día será.
-Vale.
Al día siguiente…
Rita…@hotmail.com
-Espero que hayas tenido un "final feliz" de la noche, yo tuve dos, pero al final a mi mente vinieron imágenes de coños y tetas, no de pollas y huevos, jajajajaja.
Un beso.
-Ahí te mando una foto de mi polla por si un día quieres mamarla, aunque sea a distancia.
Rita..@hotmail. com
-Vaya aparato hermoso calzas. Yo catalogo a las pollas en dos tipos, la cabezona y la que es como la tuya, que acaba en punta y es ancha atrás, es el tipo ideal para que te la metan en el culo. Esta noche vuelven a caer un par de pajas, y no va a ser pensando en coños y tetas.
Un beso, o dos, que hoy estoy generosa.
capalo.33@gmx.
-¿A qué edad te corriste por primera vez, Rita?
Rita…@hot mail.com
-Te va a parecer muy fuerte pero fue a los 33 años. ¿Y tú?
-Mucho antes. Me corrí por primera vez con otro chico, Me la peló y me la mamó en una caseta. ¡Y cómo la pelaba y la mamaba el Cabroncete! La hostia fue que al ver como se tragaba mi leche, por primera vez en mi vida la polla no se bajó, después de correrse quería más.
Me voy a extender un poco porque a raíz de esto me lo iba a pasar de puta madre.
Al día siguiente, pensando, me di cuenta de que el Cabroncete no aprendiera solo. En la aldea no había raritos. ¿Quién se la pelaría y se la mamaría a él?
Acabaría descubriéndolo.
El cabroncete tenía una hermana más fea que pegarle a un padre, a la que nadie follaban ni tapándole la cara con un saco. El hermano le contara lo de la paja. Lo supe porque dos días después estando sentado sobre una gran piedra que había en el corral de la aldea en que vivíamos, la moza, que por cierto fea era, pero tenía un cuerpazo que quitaba el hipo, comiendo un bocadillo de chocolate, se sentó sobre mis rodillas, y moviendo el culo sobre mi polla, cuando no pasaba nadie por el camino, me fue llamando la atención por lo que había hecho con su hermano. La sangre iba subiendo a la cabeza de mi polla y la hacía latir, ella la sentía y a cada poco le daban escalofríos. Creo, aunque no lo pudo jurar, que cuanto me corrí se corrió conmigo, lo digo por la tembladera que le entró.
La cosa no quedó ahí. Un día que fuimos a coger piñas al monte, detrás de una enorme roca, me amenazó con contar lo mío con su hermano si no le comía el coño. No le podía decir que no. Hice lo que me fue diciendo: Lamer su clítoris, el cual me señaló con un dedo. Pasar mi lengua por sus labios vaginales. Lamer su ojete. Meter la punta de la lengua en su vagina y en su ojete… En una de esas veces que le estaba metiendo la punta de la lengua en su vagina, le vino el gusto y meó por mi lengua, dentro de mi boca y por ende, por ella. Yo me toqué y me corrí en los calzoncillos.
A ella también le enseñaran a comer coños. Su padre hacía casi un año que se fuera a trabajar a Alemania. Su madrastra era la única que estaba con ellos en casa. Saqué mis propias conclusiones. Hice de Perry Mason. Vigilé a la madrastra, que era una mujerona de cuarenta y pocos años, morena, de pelo castaño y largo, con tremendas tetas y un culo que se llevara muchas de mis pajas. La vigilé varios días hasta que la pillé en el establo de su casa, encima de la paja, con otra vecina del corral, soltera, delgadita, con poco de todo menos de belleza, ya que era guapa a rabiar. Me hice un pajote, que para que te voy a contar, eché leche hasta por las orejas, y la eché cuando la que tenía poco de todo, con la lengua de la que tenía de todo y más en su coño, le dijo: "¡Sigue, sigue, no pares, no pares que me corro!"
Y ahora la pregunta. ¿Cómo te gustan tus parejas?
Rita…@hotmail.com
-Joder, tío, como sigamos así voy a perder más peso que con mi endocrino. No sé si dejar de llevar bragas. No sé para que las pongo, las llevo todo el día en las rodillas.
Me gusta que mis parejas femeninas sean dulces y tiernas, pero las masculinas que sean rudas y fuertes. que de vez en cuando en pleno juego sexual descarguen algún cariñoso azote en mi trasero y que me hablen fuerte, en fin, no como si yo fuese una novicia virginal, sino como lo que soy, una veterana de braga fácil. Así que si se te escapa alguna expresión mal sonante, no te preocupes, no sólo no me molesta sino que me pone y mucho. Te haría una vaquita lechera ahora mismo, seguro que ponías lo ojos en blanco.
¿Has hecho algún trío?
-Los ojos en blanco te los ponía yo a ti comiéndote el coño, putona. Ibas a echar jugo hasta por las pestañas.
Hice un trío en Inglaterra con un senegalés y su mujer, pero mejor te cuento la continuación de la madrastra, el cabroncete y la chantajista, que son tres y conmigo cuatro.
Fue en el mes de septiembre, el día de San Miguel, que era el día de la fiesta de la aldea. En ese día se abrían los barriles del vino nuevo.
Voy a abreviar.
En mi casa estaban perjudicados y cada uno andaba a su bola.
Esa noche las orquestas Poceiro y Los Satélites competían a quien lo hacía mejor. En casa de la señora X, su hijastra, la chantajista, su hijastro, el cabroncete, y yo, competíamos a quien besaba mejor. Teníamos que besar por turnos y con lengua a la señora X y ella daba puntos. Quien peor la besara tenía que quitarse una prenda de ropa. El primero en quedarse en pelotas, empalmado como un burro, fui yo. Recuerdo la cara de felicidad que puso la chantajista al ver mi polla. En fin, que acabamos desnudos el cabroncete, la chantajista y yo. El cabroncete tenía una polla pequeña y delgada. La chantajista un pequeño matojo de pelo negro rodeando su coño y unas tetas casi triangulares, con pequeñas areolas marrones y pezones como granos de arroz. Lo mejor iba a empezar cuando el cabroncete, poniendo voz de niño, le dijo a su hermana: "Nene quiere teta". La chantajista le dio una teta a chupar. Mi polla, latiendo, se puso a mirar para el techo. El cabroncete sabía mamar las tetas de maravilla. Su hermana no paraba de gemir. Después de mamarle las dos tetas, le dijo a su madrastra: "Mami, nene quiere teta grande". En aquel momento me di cuenta de que a aquel juego ya jugaran antes. La señora X, sentada en una silla, se quitó la blusa y el sujetador y vi aquellas maravillosas tetas, con grandes areolas rosadas y tremendos pezones.
Cuando el cabroncete le comenzó a magrear, a lamer y a mamar las tetas a su madrastra, saqué la polla, la meneé y me corrí como un bendito. La chantajista me cogió la polla. Se pringó la mano de leche. Me besó. (Ya estaba gimiendo sin tocarla) Oí como la madrastra le decía: "Espera que cojo la mantequilla. Tengo que controlarlo yo para que no te haga daño ni te deje preñada."
Sólo te diré que me corrí tres veces, y las tres en la boca de la señora X, que tenía mi polla cogida con su mano por el tallo y la quitaba del coño de la chantajista y se tragaba mi leche cuando me empezaba a correr. Entre nosotros, creo que me corrí tres veces por tener todo el tiempo la polla del cabroncete entrando y saliendo de mi culo…
La señora X acabó roja como un tomate maduro, o lo que es lo mismo, caliente como una tigresa en celo. Se levantó de la silla. La chantajista, la besó, al tiempo que le magreaba las tetas. El cabroncete le bajó el vestido y las bragas. Vi aquella inmensa tojera de tojo negro. Mi polla se volvió a empinar. Se moría por follar aquella maravilla. Pero ese día no estaba en los planes de la señora X que la follara. Aunque su coño era el plato principal del menú. Desnuda, se volvió a sentar en la silla. Se abrió de piernas y se echó hacía atrás contra el respaldo de la silla… Cuando la chantajista le comía el coño, el cabroncete y yo le chupábamos las tetas y la besábamos. Cuando yo se lo comía el hijastro y la hijastra la besaban y le comían las tetas, y así hasta que al cabroncete le tocó el premio gordo, y le tocó cuando la señora X, gimiendo, temblando y sacudiéndose, le llenó la cara con el jugo de su inmensa corrida.
Cuéntame algo más de ti.
Rita…@hotmail.com
-Mis amigos me llaman Tata, espero que tú también. Dime cómo quieres que te llame. Hazme más preguntas. Quiero saber más de ti. A mí me gustaría sentirte dentro de mí, además de sentir tu mano en mi culo, ya sabes el refrán: Hay que tratar a las damas como putas y a las putas como damas, y yo soy una dama. ¿Tienes pareja? ¿Te satisface sexualmente? ¿Qué fantasías te gustaría realizar? Me pones muy hot. Te mando un beso, pero este tiene color. ¿Te gustan? Es una de mis especialidades.
Capalo.33@gmx. es.
-Me encantan los besos negros, Tata, darlos y que me los den. Por desgracia mi mujer es muy puritana, tan puritana es que hace años que no me la mama. Me encantaría comerte el culo mientras te metes a Balta, ese enorme amante negro con venas y de plástico que te hace gozar como una perra, y cuando te corrieses beber tu flujo. Me gustaría darte por culo, zorra, al tiempo que te masturbaba ese coño miles de veces perforado y aun esperando la corrida perfecta, la madre de las corridas. ¿Lo captas, cerda? Quisiera follarte hasta secarte el caldo de tu coño que la gallina vieja cuanto más puta mejor caldo hace. Y llamar, llámame como me llamaban las inglesas: Golden Cock, o lo que es lo mismo. Picha de Oro.
Preguntas. ¿Tan buena eres dando besos negros? ¿Has tenido algún orgasmo anal? ¿Hiciste algún trío con dos mujeres?
Joder, estoy como una moto. Mándame una foto con tu coño mojado después de correrte, una de esas fotos que se quitan con el móvil, como la que te mandé yo con mi polla y mi leche en la mano, esa que te sirvió para hacerte una buena paja.
Un beso con lengua en todo el ojete, o dos, o tres, y ya puestos…
Rita…@hotmail.com 27 de abril de 2018.
-Has topado con una maestra.
¿Qué si lo hecho con dos mujeres? Sí, una vez
¿Qué si he tenido orgasmos anales? Yo suelo tener combinaciones, clítoris + coño, coño + culo, culo + clítoris. Con el culo sólo tengo gustito muy agradable. ¡Vaya fijación tenéis con el culo! A mí me lo han desvirgado una docena de veces. Tío nuevo, tío que quiere penetrármelo. A todos les monto el numerito de la doncella anal, grito y peleo para excitarlos y al final se corren como lobos. Sois muy cortitos cuando veis un agujero que profanar.
El fin de semana lo tengo ocupado. El lunes te mando fotos.
Palabrita de ex Javeriana.
Un beso y no te pajees que el lunes verás mi coño.
Se agradecen los comentarios buenos y malos