Tengo un hermano gemelo, su nombre es Sebastián, y siempre hemos hecho todo juntos, dormíamos juntos hasta que crecimos y nuestros padres decidieron que era mejor que cada quien tuviera su cuarto, porque cuando tuviéramos una relación pudiéramos tener privacidad, aun así, seguíamos durmiendo juntos, ya sea yo en su cuarto o él en el mío.
Todo transcurría con normalidad hasta ese día, mi hermano no fue a la universidad porque estaba resfriado, yo no tuve mi última hora así que me dirigí a casa, mis papas no estaban ya que se encontraban en un viaje de negocios, me dirigí al cuarto de mi hermano y escuche unos ruidos extraños, me asome a la puerta entreabierta y lo que vi me dejo con la boca abierta, mi hermano estaba de pie completamente desnudo y su novia estaba en cuatro a orillas de la cama, ella estaba mordiendo una almohada y gemía por lo bajito, el en cambio le pegaba unas fuertes embestidas mientras la tomaba de la cintura, no sabía por qué pero no podía apartarme de la puerta, estaba viendo como toda una voyeur, y me estaba excitando demasiado, sentía mis bragas demasiado mojadas, me subí la faldita, y me hice a un lado la ropita interior y comencé a masturbarme con lo que veía, en algún momento él se giró un poco y su miembro erecto quedo a mi vista, no podía creer lo que veía, en tantos años jamás me había fijado que mi hermano poseía una enorme verga, gruesa, cabezona y bien depiladita, la muy zorra de su novia pronto se prendió en ese monstruo y comenzó a chuparla como si de una paleta se tratara, la lamia y se la metía a la boca, la sacaba, se la restregaba, pronto mi hermano se quedó quieto, y ella apresuro el movimiento de la mano logrando que él se viniera en la cara de la tarada, también me corrí en mi mano al ver esa imagen, cuando regrese en mí, me pare de la puerta y salí corriendo de ahí, tomo el bolso que deje en la sala, y salí a la calle, tome mi teléfono, y le marque al cabeza de nabo.
-Hey, como sigues?
-(Se escucha un poco agitado) mejor muchas gracias, ¿ya vienes a la casa?
-Sí, ya estoy cerca de la casa, salí temprano de la uni.
-Ok, aquí te espero. (Cuelga el teléfono)
Camine a la casa, un poco agitada aún, y cuando entre estaban los dos en la sala, un poco acalorados, entre y la salude a ella, le di su abrazo a mi hermano, y me retire a mi habitación, a los 5 minutos, él entro por la puerta de mi cuarto y se acostó en la cama, a mi lado.
-intentas dormir?
-no, solo estoy descansado, fue un largo día.
-a veces siento que te alejas de mí, preciosa.
-no es eso, es solo que ahora estas con ella, y no me gusta meterme.
-no es meterte tú eres mi hermana, y siempre tendrás tu lugar.
Me gire para abrazarlo, pero mi pierna rozo su miembro morcillón, y este se levantó, fingí no darme cuenta de lo que estaba pasando, me quede abrazada a su pecho musculoso y respire en su cuello, el me apretó más contra sí, y así nos quedamos un rato, él se quedó dormido, y en algún momento me soltó, me senté en la cama, me mire al espejo y no podía creer lo que estaba pensando, sin embargo lo vi, su pene estaba semi erecto, lo estimule un poco hasta que se puso firme, y comencé a tocarlo de arriba abajo, a pasarlo entre mis dedos, a besarle la punta y lamerlo, cuando me di cuenta estaba mamando como una puta desesperada, jadeaba y mi chochito estaba escurriendo, me puse en 4 y seguía mamando ese rico manjar cuando de repente sentí un par de dedos traviesos hundiéndose en mi interior, gemí, y los dedos comenzaron a andar por mi clítoris, mis labios y seguían metiéndose en mi interior, perdí la cordura y subí hasta su boca, nos dimos un beso tan apasionado y tan ardiente que quedaron los restos de saliva, me ordeno que llevara mi culo hacia su cara y así iniciamos un 69, mi boca se comía su miembro y el magistralmente iniciaba una felación en mi cuquita, su lengua recorría por lo largo mi conchita y sus labios atraparon mi clítoris quien fue duramente mordisqueado y chupeteado, su lengua trataba de introducirse en mi interior asiduamente, saco la lengua castigadora de ahí y paso a mi perineo y a mi culo, el cual se comió con tantas ganas, le metió la lengua y con sus dedos penetraba mi vagina, entre gemidos aumentamos el ritmo hasta que él se vino en mi boca y yo en su cara, sentí como se bebía todos mis jugos y de la misma manera me trague su leche, nos enderezamos, me dio un beso en mi frente y me dijo “siempre mi adoración, mi consentida”.