Es viernes por la noche y Grecia (mi vecina) toca la puerta.
-Buenas noches vecino, ¿puedo pasar?
-Claro Grecia, puedes pasar
Grecia pone sus manos sobre mis hombros y me dice con su voz suave:
-Últimamente me he sentido muy cansada y estresada en el trabajo, y me preguntaba si usted podría ayudarme a divertirme un rato.
Yo ya había follado a Grecia una vez y sabía que tenía que aprovechar esta oportunidad para volverme a follar a ese manjar de mujer, así que tomo con mis manos las enormes nalgas de Grecia y la acerco a mí.
-Está bien Grecia, acepto, solo te advierto una cosa, esta noche será inolvidable para ti.
Tomo asiento en el sillón Grecia se desnuda frente a mí y saca mi enorme verga de mí pantalón y empieza a masturbarme con sus enormes tetas.
-Que bien lo haces Grecia, tus tetas me vuelven loco.
De inmediato empieza a salir semen de mí verga y las tetas de Grecia se manchan un poco.
– ¿Qué pasa Grecia, no piensas desperdiciar toda esa leche o sí?
-Claro que no vecino
Tras escuchar esto Grecia mete mi verga en su boca y empieza a beber toda la leche que sale, pero es demasía y la boca de Grecia se llena y empieza a salir leche de su boca y cae a sus tetas, Grecia intenta sacar mi verga de su boca, pero yo la tomo por los cabellos y se la vuelvo a meter, esta vez más profundo para que aprenda que conmigo no se juega.
– ¿Qué te pasa no tenías ganas de leche?
Tenía a Grecia (un manjar de mujer) frente a mí, de rodillas, con mi verga dentro de su boca, sujetada por los cabellos y totalmente indefensa, eso era demasiado excitante para mí, así que no lo pude evitar, meto mi verga hasta la garganta de Grecia y me vengo por segunda vez.
Grecia no pude aguantar más, bebe toda la leche que sale de mi verga lo más rápido que puede, suelto su cabello y le permito sacar mi verga totalmente babeada de su garganta y boca.
Grecia queda exhausta y comienza a toser tirada en el piso.
Dejo pasar unos 20 minutos y le pregunto:
– ¿Qué te pasa Grecia?
-Nunca había bebido tanta leche vecino, usted es un verdadero macho.
-Aún no he terminado de convertirte en mi hembra Grecia.
Cargo a Grecia hasta mi dormitorio y la dejo en la cama boca abajo, permitiéndome ver su irresistible culo a la perfección.
-Tienes un hermoso culo Grecia y me gustaría penetrarlo.
-Muchas gracias vecino, que bueno que le guste, pero nunca me han penetrado por el culo.
-Pues será mejor que lo disfrutes Grecia, porque hoy ese culo será mío.
Pongo en cuatro a Grecia y separo sus nalgas lo más que puedo y comienzo a meter mi verga poco a poco.
– ¡Ah!… ¡Ah!… ¡Ah!
Pero decido metérsela de golpe:
– ¡Ahhhhh!
Y comienzo a embestir a Grecia por el culo, Grecia empieza a gemir descontroladamente:
– ¡Ahhh vecinooo Ahhhh me encanta Ahhhh!
Grecia empieza a descontrolarse un poco así que la vuelvo a tomar por su cabello.
-Vecino, me encanta ser su hembra.
-Y a mí me encanta ser tu macho para follarte como la hembra que eres, sé que te encanta.
Ambos estamos exhaustos y nos vestimos.
-Vecino, me encanto lo de esta noche, usted tenía toda la razón, lo que ha ocurrido esta noche será inolvidable para mí.
Grecia se va a su casa, pero yo sé que a ella realmente le gusta ser mi hembra y desearía quedarse a mi lado.