Se acercaba la fecha de la fiesta de cumpleaños de su prima y Laurita queria un vestido acorde para la ocasion. No era muy pretenciosa pero si bastante coqueta y despues de hablarlo con su madre llegaron a la conclusion que lo mejor seria que Doña Clara, la modista que vivia a una cuadra, se encargara de hacerle un lindo vestido.
Con esa finalidad Laurita concurrio al domicilio de Doña Clara, para decirle como queria que fuera su vestido. Laurita recordaba a la modista, que le habia hecho otros vestidos, el ultimo cuando cumplio sus quince, hacia ya tres años, como una señora muy mayor, quizas de 60 y tantos años muy adusta, muy seria y un tanto huraña, pero le gustaba como le quedaban las prendas que la mujer le confeccionaba.
Cuando llego, toco timbre y una mujer muy mayor, mas de lo que recordaba Laurita, la recibio y la chica le dijo: "Hola soy Laurita y venia por el vestido para el cumpleaños" a lo que la mujer respondio "Ah si, tu mama me hablo por telefono, pasa y me explicas como queres el vestido". Laurita se percato de inmediato que la mujer la recorrio con la mirada de arriba abajo, penso que era una mirada profesional, la chica era bastante inocente y no percibio que la mirada de la mujer se detenia en las piernas y los pechos de la joven, que estaba vestida con un corto short de jean y una remera que realzaban su juvenil cuerpo bastante desarrollado para su edad.
La mujer la hizo pasar a una sala y le dijo que se sentara en un sillon mientras ella traia una botella de licor e invitaba a Laurita con lo que le dijo que era un licor de naranjas que ella misma hacia. Laurita para no ser descortes acepto la bebida, que era muy dulce y tambien fuerte y se puso a explicarle como queria su vestido. Doña Clara no dejaba de mirar las piernas de la joven y de apreciar lo linda que era la chica, su largo pelo oscuro y su piel bronceada eran un iman para sus ojos y penso que era una de las chicas mas lindas que habia visto y verla como le hablaba de su vestido con entusiasmo mientras ella se la comia con la mirada la estaba excitando en grado sumo.
Le lleno el vaso nuevamente, la chica le dijo que no tomaba alcohol pero Doña Clara le dijo que un poco no le iba a hacer mal. Laurita tomo otro sorbo y empezo a sentirse mas liviana, mas distendida a la vez que seguia notando una mirada intensa de Doña Clara sobre sus piernas y sus pechos, se sintio extrañada pero tambien un poco halagada de que la miraran asi, sobretodo una mujer mayor que habria visto otras chicas mas lindas que ella.
Doña Clara le pregunto de que largo queria su vestido, la chica le dijo que no muy corto porque era un vestido de fiesta y entonces la mujer le dijo "Pero nena, con esas piernas tan lindas tenes que llevar algo corto, lo lindo hay que mostrarlo" y puso una mano en un muslo de Laurita y empezo a recorrerle lentamente la pierna mientras le decia, ahora con su voz extrañamente mas ronca, pensaba Laurita, "Mira lo que son tus piernas, sabes como les gustan unas piernas asi a los hombres" "Y a mi tambien" penso la mujer que ya se sentia muy atraida por esa deslumbrante chica.
La joven no lo tomo a mal, dejo que le acariciara las piernas un rato a la vez que sentia algo extraño subir desde abajo, como un calorcito humedo en respuesta a las caricias de la mujer.
Doña Clara dejo de acariciarle las piernas, se levanto del sillon y le dijo "Mira, vamos a hacer una cosa, te tomo las medidas, vamos a mi cuarto que alli tengo el centimetro" y la tomo de una mano guiandola al dormitorio.
Laurita se encontraba en un estado vaporoso, entre el licor y las caricias de la mujer se dejaba llevar y siguio mansamente a la señora a su dormitorio.
Una vez dentro, Doña Clara le dijo: "Te voy a sacar la ropa para tomarte las medidas porque asi te queda a medida, sabes" y Laurita vio, como en camara lenta, como la mujer le quiraba la remera. Laurita no usaba sostenedor y sus juveniles pechos quedaron expuestos, por poco tiempo porque la afiebrada mujer ya sin disimular su lujuria le tomo con cada mano un pecho y se lo acariciaba diciendole "Que ricas tetas tenes pendejita", se los apreto y sobo un rato buscando con sus dedos los pezones que ya estaban poniendose duros. Laurita no comprendia del todo el comportamiento de la vieja mujer pero si sentia que ese manoseo la excitaba y fue mayor cuando sintio que la boca de Doña Clara se apropio de un pecho y lo chupo con fuerza, su lengua y sus labios se tragaron literalmente el pezon de Laurita.
"Doña Clara, que me hace "dijo la chica en medio de un suspiro de placer mientras la vieja modista le comia las tetas con furia, alternando un pezon con el otro y llevando a la veterana mujer a un grado de calentura que hacia mucho no sentia. Dejo momentaneamente los pechos de la chica y tomandola por la cintura empezo a besarla en la boca, tampoco hubo resistencia y las lenguas de las dos se confundieron en apasionado beso humedo, Laurita ya estaba en un estado de ensoñamiento y placer que se dejaba hacer todo lo que esa mujer quisiera hacerle.
Las manos de Doña Clara bajaban por la cintura de la chica y le sobaban las nalgas y muslos mientras se seguian besando con ardor. La caliente vieja aproximo a la chica hasta la cama, empezo a quitarle el short y la dejo solo con una infartante tanguita negra que apenas tapaba el sexo de Laurita, la tumbo en la cama y empezo a lamerle la parte interior de los muslos chupetandolos ruidosamente mientras seguia subiendo por las piernas de esa belleza, hasta que llego a su conchita y lamio por encima de la tanguita, Laurita gemia de placer y empezo a decir "Doña Clara que me esta haciendo" sintiendo que su conchita estaba muy mojada por las chupeteadas que le daba la vieja. Doña Clara tomo por los costados de la tanguita de la chica y la bajo hasta la cintura y de un par de tirones se la saco, para de inmediato zambullirse de lleno en la mojada raja de la chica y lenguetearla con ardor lo que arranco un suspiro de placer de Laurita.
Le introdujo la lengua entre los labios y estimulo su clitoris lo que ahora produjo un largo suspiro a la chica, que veia que si esa mujer continuaba se iba a desvanecer de placer, la lengua continuo excitando su clitoris y llego un momento en el que Laurita exploto en un orgasmo fenomanal.
Doña Clara tambien estaba por explotar, subio sus lenguetazos por el cuerpo de la chica hasta llegar nuevamente a sus senos y los chupo mientras se frotaba contra la pelvis de la chica hasta que un furibundo orgasmo tambien la invadio dejandola exhausta.
Luego de unos minutos, Doña Clara se levanto y tambien Laurita. Fueron a la sala donde le tomo las medidas y le prometio el vestido para la semana entrante.
Luego Laurita se retiro y mientras caminaba hacia su casa sentia sensaciones extrañas, pero definitivamente le habia gustado. Lo que Doña Clara le habia hecho, habia disfrutado y pensaba que quizas deberia repetirlo.