A mí me… me gusta ser varón, señor, pero… pero a la vez me excita que me confundan con una mujer…
-¿Y te gusta estar vestido con ese uniforme de sirvienta? –me preguntó el señor Gervasio y asentí con la cabeza…
-Contestá, puto… -me exigió…
-S… sí, señor Gervasio, me… me gusta…
-¿Y te gusta estar maquillado? –intervino el señor Rolando…
-Sí, señor, me gusta…
-¿Y qué me decís del pelo hasta los hombros?… –preguntó el señor Gervasio…
-Me gusta, señor…
-¿Te gusta mucho?…
-S… sí, señor, me… me gusta mucho…
A esa altura las mejillas me ardían y el humillante interrogatorio me tenía cada vez más excitado…
Para colmo, el señor Gervasio metió una mano por debajo de la mesa y empezó a acariciarme los muslos…
-Ahhhh… -gemí sin poder contenerme justo cuando el camarero llegaba con el pedido…
-¿Le pasa algo?… –preguntó…
El señor Gervasio rió y dijo: -No, mi amigo, está bien, no se preocupe…
-Por curiosidad, ¿cuántos años tiene?…
-Dieciocho recién cumplidos…
-¡¿Cómo?! Yo le menos
-Sí, nadie le da dieciocho…
Gozaron y gocé de esa situación en la confitería y en cuanto llegamos de vuelta a la cabaña el señor Gervasio dijo mientras se sobaba la entrepierna:
-Rolando, ando caliente… Tengo ganas de darle al chico…
-Yo también… ¿Qué preferís para empezar? ¿la boca o el culo?…
-Que me haga de arranque una buena mamada…
-Ya oíste, Yoyi, arrodillate…
.Sí, señor… -y me arrodillé ante el señor Gervasio, que se bajó los pantalón y el calzoncillo para exhibir ante mí su pija todavía muerta…
-Abrí la boca y tragala, puto… -me ordenó y obedecí sin dudar… Me encanta ponerme en la boca una pija muerta y sentir cómo poco a poco se va agrandando y endureciendo gracias a mis artes bucales de puto…
¡La tiene grande el señor Gervasio!… Y a mí me fascina tragarla toda y que se me hunda en la garganta hasta provocarme algunas arcadas…
Mientras yo mamaba esa pija el señor Rolando no estaba ocioso… Me sobaba las nalgas y alternaba entre caricias y pellizcos y yo feliz, porque me encanta que me toqueteen la cola…
Yo sostenía en mi mano izquierda los huevos del señor Gervasio, ya muy hinchados, y su pija con dos dedos de la mano derecha…
Quería que me llenara la boca de semen, pero a la vez que no se corriera enseguida, porque como buen nene puto que soy me encanta chupar una pija, que me cojan por la boca…
Bueno, el señor Gervasio se corrió después de un rato y me deleitó tragar toda su leche caliente para después ser asaltado por el señor Rolando… Me la metió en la boca ya dura… Debe haberlo excitado mirar mi mamada al señor Gervasio… ¡Cuánta leche me hicieron tragar antes de darme pija por el culo!…
El primero fue el señor Rolando, al que tuve que ponerle vaselina en esa hermosura de pija que tiene… Eso hizo que se le parara y que después de alguna presión me entrara en mi culo hasta los huevos… Y en cuanto el señor Rolando se corrió me asaltó el señor Gervasio sin darme respiro… ¡Me vuelven loco de placer estos sátiros!… A veces me toman con tal violencia que termino con el culo ardiendo, pero qué me importa…
Ahora les cuento que volvieron a llevarme a casa de mami Carmen… Claro que me dio la teta y me violó con su juguete, pero ¿saben que hizo además?…
Les cuento, cuando me tuvo en la cama, con mis dueños mirando la escena, me preguntó:
-¿El chico quiere tomar la teta?…
-Sí, mami, por favor…
-Bueno, pero antes mami se va a divertir un poco… -dijo y sacó de abajo de la almohada dos broches de ésos de colgar la ropa…
-El chico se va a quedar quieto…
-S… sí, mami… -y me puso los broches en los pezones… -¡Ay, duelen!… –me quejé y ella me dijo:
-Mami lo va a consolar dándole la teta…
Y mientras yo estaba chupando sentí que el señor Rolando se ubicaba mis espaldas y algo me entraba en el culo… ¡Era su pija!… No puedo explicarles el tremendo goce que mami y ellos me dieron, porque después del señor Rolando me violó el señor Gervasio mientras yo seguía prendido al pezón de mi mami y empezaba a gustarme morbosamente ese dolor de los broches en los pezones…
(continuará)