Luego de mucho tiempo sin visitar a mi prima, había llegado el momento. Una fiesta familiar iba a tener lugar y yo llegue rato antes que el resto a su casa. Sabía lo bien que lo iba a pasar.
Y es que mi prima estaba sensual como siempre: una blusa negra, minifalda de mezclilla azul y unas botas negras que le llegaban abajo de la rodilla, justo como a mí me gusta. Durante la fiesta fue en todo momento el centro de atención.
Sentada, se manoseaba ella misma sus rodillas y muslos con el mero afán de provocar. Sonreía a todo el que la miraba, especialmente a mí. Varios de mis primos hacían comentarios sobre lo buena que estaba. Como en cada fiesta, nos tomamos fotos, varios nos tomamos una con ella para contemplar sus piernitas eternamente. Me pasó su celular en cierto momento para que le tomase algunas; tenía intención de subirlas a sus redes sociales.
Terminada la fiesta, nos sentamos en el sofá. Me había invitado a pasar la noche en la casa. Cada uno con celular en mano, revisaba su Facebook. Había subido varias de las fotos que le tomé. Cambió su foto de perfil por una donde estaba cruzada de piernas, con una mano sobre la rodilla y la otra tocándose las botas. Y claro, los comentarios no se hicieron esperar. Le escribieron cosas como "Valeria que piernuda que estás", "Muac mi amor", "Par qué tan mostrona y así". Y ella no dejaba comentario sin responder, a la mayoría le comentaba un "Gracias" o un "Jajajaja". Y yo le envíe un mensaje privado…
– Qué sensual te ves en mini y botas Vale…
Ella me sonrió y luego se puso a escribir:
– Obvio primito, aprovecha de mirarme las piernas…
– Ufff ya has leído los comentarios??
– Claro jajaja… – se acomoda y con una mano sostiene su celular mientras con la otra se soba sus muslos.
Provocadora como es, me decidí a dar el paso que tanto quería que yo diese. Le empecé a acariciar sus piernas y sus botas y ella en ningún momento dejó de sonreír y de seguir mis manos con la mirada. Su sonrisa era igual de sensual.
– Ay primito… Tengo unas ganas terribles de desmayarme -me escribió por el chat…
– ¿Segurita?
– Claro… Ya me imagino desmayada en tus brazos… Haz que sea realidad -esto ya no lo escribió, sino que me lo dijo.
No hizo falta el mínimo esfuerzo. Mientras hablábamos, una arañita subió escalando por las botas de Valeria y posándose en sus hermosas rodillas. Ella la miró y se quedó paralizada. Yo maté la araña y la tiré bien lejos. Volví al sofá. Pero ella seguía igual. Le di unas palmadas en sus muslos y nada. Como aprovechando que estaba así, me agaché y le di un beso en cada rodilla. Ella entonces cayó desmayada sobre la alfombra que estaba junto al sofá.
Con mi celular le tomé una foto estando así. Estaba con una expresión seria. La cargué y la llevé a su habitación, la dejé sobre su cama. Estuve varios minutos acariciando sus suavecitas piernas y sensuales botas… Manoseando también su frente y su lindo cabello.
Volví al sofá y me quede dormido allí.
Como a eso de las nueve de la mañana fue que desperté. Me puse a ver Facebook en mi celular. Visité por supuesto, el perfil de ella. Muchos más comentarios había que anoche. Me dispuse a leerlos para entretenerme. "Valeria como tan piernuda?", "Pero mira esas rodillas uff…" "Vale éstas como para besarte por siempre", "Esa minifalda y esas botas… Dios mío…" y así. La muy seductora también subió un par de fotos a Instagram, quizás luego de haber despertado o en algún otro momento de la noche. Y claro, les puso en la descripción hashtags como "#miramelaspiernas", "#minifalda" o "#sexy". Había por lo menos 20 comentarios.
Salió de su habitación con pijama y desayunamos juntos. Le enseñé las pocas fotos que le tomé estando inconsciente. Y soltó una risa.
– Ay primito, ay que me veo sexy desmayada… Espérame un poquito…
Entró a su habitación y casi 10 minutos después me llamó desde adentro. Estaba con una sensual blusa escotada de color rojo, una minifalda un poquito más corta que la de anoche y las mismas botas negras. Y ahora con una bonita diadema azul. Se sentó en la cama y yo a su lado.
– Oye primito, -cruzándose de piernas y acariciándoselas ella misma- dime como me veo -me lanzó una mirada llena de seducción.
– Uff -mirándola desde abajo hacia arriba- pues… Te ves tan sensual… Tus ojos, tu rostro… Tus sensuales piernotas…
– Uff me encanta cuando me miran las piernas, – se mira los muslos y se los toca – y tú sabes que me encantan las botas… – se las aprieta con las manos – para mi cumpleaños podrías regalarme un par nuevo…
– Claro pues, Valeria – ella se llama María pero la llamamos por su segundo nombre.
– Ahora que estoy vestida supongo que te gustaría desmayarme… Jaja primito, por favor hazlo… Pero no quiero que sea una araña la que me desmaye, quiero que seas tú…
– Pero… ¿Hay cloroformo?
– No… Pero no importa. Golpéame… Dame un golpecito… No me pasará nada – me dijo sonriendo.
– Con lo linda que eres no me atrevería a hacer eso…
– O me das un golpe o no me visto más así… Qué malo que eres, yo me quiero desmayar y tú no me dejas hacerlo…
Valeria tiene un muy alimentado fetiche de desmayos. Siempre se imagina inconsciente en los brazos de alguien. Me insistió tanto en que le pegara que no tuve más remedio. Le di un golpecito en el cuello. Me dedicó una sensual sonrisa y se desmayó con el rostro aún sonriente. Acaricié un buen rato sus piernitas y miraba perdido aquella sonrisa con la que Valeria dormía. Tardó casi 20 minutos en recobrar la conciencia. Al despertar me sonrió como la provocadora que es.
Había revisado su Facebook mientras estaba desmayadita. Más comentarios aún, incluso de familiares. "Vale estás como para desmayarte con cloroformo" le escribió un primo y ella le había respondido que "Cuando quieras primito jaja" Pero claro, solo a mi me tiene reservado ese privilegio. "Oye Vale te ves hermosa pasándote las manos por las botas", le escribió otro. "Piernuda sensualona" y así varios más.
Me iba a ir por la noche a casa. Pero estaba decidido a no irme sin disfrutar nuevamente de las piernas suaves, hermosas y dulces de Valeria. Ella sabía que así lo quería y se vistió de una sensual colegiala. Su uniforme aún le quedaba perfecto. Un jumper muy corto que resaltaba la belleza de sus muslos y medias negras que al igual que sus botas, se las puso hasta que le quedasen debajo de sus rodillitas. "Estoy lista para la clase" me dijo al oído.
Pero así como estaba… No sé qué me impulsó a hacerlo. La agarré con fuerza por la cintura y le di un beso muy fuerte en su lindo rostro. Después de soltarla me quedó mirando con unos ojos sorprendidos. Entonces fue que la empujé y cayó sobre su cama y la agarré otra vez para que no escapara. Y la besé de nuevo.
Ella entonces me sonrió de nuevo. Y entonces ella me agarró por el cuello y me besó en la mejilla. En esa posición le empecé a acariciar sus piernas y esas lindas medias de colegiala que tenía puestas. Y de repente, me decidí a besarla tan fuerte como pudiese. Pataleó para zafarse pero a los pocos segundos se detuvo. Se había desmayado. Ahora no con el rostro serio ni sonriente, sino lleno de serenidad. La recosté y luego de darle un beso en la frente, me fui a casa.
Ya de noche, mirando en mi celular, noté que se había cambiado la foto de perfil. Aparecía con una pose seductora al igual que la foto anterior, pero ahora con el traje de colegiala. Los comentarios fueron bastantes.
Me imaginaba a mis otras primas vistiendo como ella. A Dalia la he visto en minifalda y botas en varias ocasiones, pero usa botas por encima de la rodilla y así no me gusta mucho. A Bianca me la imagino desmayada en mis brazos, también la he visto vistiendo así y además en su época de colegiala siempre mostraba inocentemente sus dulces piernas. Ella no es seductora como Valeria, pero de todos modos, creo que debería visitarla…