Estuve cuatro días sin ver a Cintia, mi madura vecina, solo le mande mensajes para saber dónde estaba y que hacía, empezaba a conocerla mejor y a controlarla poco a poco, lo que ella misma facilitaba y hasta provocaba pidiéndome permiso para hacer sus cosas. El último día le ordene ir de compras para cambiar algo de su guardarropa por algo más sexy y sin negarse a nada me estuvo mandando fotos de todo lo que se probaba en el vestidor de una tienda, compro vestidos, faldas, blusas y tangas, me pidió permiso para comprar sostenes pero se lo negué diciendo que me gustaba que fuera sin el mostrando sus tetas y pezones parados.
El viernes salía con mis compañeros de oficina y lo iba a usar como excusa para ver nuevamente a Cintia, le dije que se pusiera un vestido negro que iba bien pegado a su cuerpo, resaltaba su delgada cintura y sus curvas, llegaba bastante arriba de las rodillas y dejaba ver sus delgadas pero firmes piernas, usaría el cabello suelto y tacones de aguja para complementar. Fui con mis compañeros y me retire temprano con una excusa tonta para ir al bar donde vería a mi madura vecina, llegue unos minutos antes y le avise que la esperaba en la mesa del fondo, no necesito avisarme cuando llego porque causo revuelo al entrar con ese minivestido que resaltaba su belleza, se veía aún más sexy que en las fotos, su caminar sensual y su rostro completaban el cuadro de una auténtica milf que hacia voltear a todos los hombres en el lugar, incluso a algunas mujeres también.
Cuando llego frente a mi me levante del sillón donde estaba para saludarla con beso de lengua y un repaso a sus nalgas, nos sentamos y estuvimos un buen rato bebiendo y platicando, nos cachondeábamos uno al otro con caricias y besos, parecíamos novios de secundaria, me pidió permiso de ir al sanitario y le dije que tendría que ir caminando de la forma más sensual que pudiera para dar el espectáculo que todos esperaban u que debía regresar con su tanga en la mano la que me entregaría. Dudo un momento pero se levantó y camino como se lo pedí, parecía que todo se hubiera paralizado mientras caminaba y dejaba a todos disfrutar de su sensualidad que yo hasta entonces también desconocía, al regreso venía aún más sensual y cuando llego conmigo me dio su tanga en la mano que sentí un poco húmeda, me beso y se sentó en mis piernas, continuamos los arrumacos y besos hasta que no aguante más la calentura y pedí la cuenta para irnos de ahí. Salimos abrazados y subimos a mi auto, ella había llegado en taxi dejando al chofer buen caliente con la visión de su escultural y delgada silueta, cuando íbamos en camino la tome de la cabeza y la baje para que me diera una mamada, sin decir nada entendió el mensaje, saco mi verga del pantalón y se la metió en la boca, íbamos llegando al edificio donde vivíamos pero había algunos vecinos entrando y para hacer tiempo pare en un parque a unas cuadras, Cintia seguía pegada a mi verga y cuando nos estuvimos moví mi asiento lo más atrás que pude para que se sentara sobre mi metiendo mi verga en su encharcada vagina aprovechando que no llevaba ropa interior, baje la parte superior del vestido dejando sus tetas libres para acariciarlas y succionarlas, ella se movía adelante y atrás con mi miembro hasta el fondo y se vino en un rico orgasmo, con sus convulsiones apretaba más su vagina y me exprimió toda la leche que tenía acumulada, descansando en la misma posición y con mi verga todavía en el fondo me dijo que la había puesto muy caliente cuando le había hecho enviarme fotos desde el vestidor y la forma en que calentó a todos en el bar.
Volvimos al edificio y entramos sigilosamente a su departamento para no levantar sospechas, aún era temprano y había movimiento en las otras casas.
En cuanto entramos a su casa se colgó a mi cuello y empezamos a basarnos y a quitarme la ropa, yo solo saque su vestido por la cabeza y quedo solo en los tacones de aguja, se veía espectacular esa milf caminando y dando vueltas en el salón para dejarme admirarla y de paso hacer que mi verga volviera a cobrar vida. Cuando no aguante más la calentura la cargue sobre mi hombro y la lleve así a su habitación, su 1.58 de estatura y su delgado pero sensual cuerpo facilitaba que la moviera a mi antojo con mis 1.85 y 90 kilos, la tire en la cama de espaldas le di la vuelta para que quedara boca abajo, la jale hacia mi tomándola de los pies y abriendo sus piernas metí mi cara entre sus nalgas para saborear su culo, ella se retorcía y gemía de placer con mis caricias, metí dos dedos en su vagina y luego uno de ellos en el culo, lo metía y sacaba un rato para volver a hacer lo mismo en su vagina y regresar, cuando creí que estaba un poco dilatado me levante y puse la punta de mi verga en la entrada de su culo, ella me dijo que esperara porque tenía algo para hacerlo mejor en su primera vez, tomo algo del cajón al lado de la cama y se giró quedando boca arriba, saco un tubo con lubricante y me pidió acercarme, estaba entre sus piernas besando sus labios mientras ella con una mano extendía el lubricante por mi verga y con la otra lubricaba su culo, me soltó y así en posición de misionero me dijo que hiciera con ella lo que quisiera pero que tuviera cuidado porque era su primera vez.
Me acerque más a ella, puse mi verga en la entrada de su culo pero no atinaba, por la posición fue ella la que tomo el tronco y dejo la punta en su entrada trasera, fui empujando lentamente mientras nos veíamos a los ojos hasta que entro la cabeza, ella tenía cara de dolor pero aguantaba, seguí empujando y ella reprimía un grito de dolor, deje de moverme unos segundos, con una sonrisa y viendo a sus ojos metí de un jalón el resto de verga, ahora si dejo salir un grito y apretó sus manos que me tomaban de los brazos, un último empujón y sentí mis huevos chocar con sus nalgas, una lagrima salió de sus ojos pero con otra sonrisa me dio a entender que podía continuar. Comencé a moverme en su interior lentamente, sacaba un poco y volvía a meterlo, fui subiendo poco a poco la velocidad y profundidad de mis penetraciones y ella a su vez se retorcía de placer bajo mi cuerpo, en un momento comenzó a gritar, a rasguñarme con sus uñas y a temblar con un orgasmo más intenso de los que había experimentado antes, sus gritos bajaron de intensidad paro continuaron junto con contracciones en su recto que apretaba y jalaban hacia dentro mi verga, parecía tener un orgasmo continuo y cuando enredo sus piernas en mi cintura no me pude contener dejando ir mi orgasmo en su recién estrenado culo y gritando los dos dejamos de movernos acostados en la cama, con cuidado salí de ella y pude ver como escurrían jugos de su vagina hasta su ano mezclándose con parte de mi leche que salía de ahí.
Me tire a su lado a descansar y ella se recortó sobre mí, me dio un beso en los labios y me dio las gracias, diciendo que nunca se imaginó tener un orgasmo de esa forma y menos que su primer anal fuera tan satisfactorio, cuando me pregunto si también lo había disfrutado sonó mi teléfono que estaba en el pantalón tirado en el piso, ella se levantó de un salto, quedo como congelada un momento y luego dio unos pasos lentos hasta coger mi teléfono y entregármelo.
Era mi esposa quien llamaba y Cintia se dio cuenta, conteste la llamada y ella sin hacer ningún ruido se recostó en mi pecho, me besaba el cuello y fue bajando beso a beso hasta tener mi verga a su alcance y limpiarla con su boca mientras mi mujer me decía que se había asustado por unos gritos de la vecina pero que al parecer eran provocados por un amante.
Me dijo que eso la había calentado y que me esperaba para que la hiciera gritar a ella como el desconocido amante a nuestra madura vecina. Termine la llamada y retire a Cintia de mi verga que había vuelto a poner dura con sus caricias bucales, me vestí y fui a mi casa a tratar de hacer mi mejor esfuerzo por complacer ahora a mi esposa.