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Mi hermano se come a mis amigas
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Hola de nuevo a todos

En mi fiesta de cumpleaños mi novio me lanzo una fiesta sorpresa en casa de mi hermano mayor, Daniel.

Su casa es de dos pisos, en la planta baja están la sala, comedor, cocina, un baño y un estudio. En la superior hay tres habitaciones, un baño y una sala de estar pequeña en el medio de las tres. Tiene un patio trasero con un barbecue y unas bancas. Es hermosa y bastante amplia.

Hablemos un poco de mi hermano. En mis otros relatos lo he mencionado pero en resumen: es uno de esos tipos que disfrutan mucho el deporte y el gimnasio así que desde que tengo memoria ha tenido un muy buen cuerpo. De carácter, es el hermano menos sabio y más salvaje, para todo, el que siempre estaba en las fiestas aún en lunes. A pesar de todo es un hombre muy responsable y trabajador, y conmigo siempre ha sido muy cariñoso y protector.

Sé que su vida sexual es una montaña rusa, aunque no hablamos mucho de eso. Él no está comprometido con nadie y sé que ha tirado con casi todas las tipas de su carrera. Pero no me imaginaba que tan grande era la lista de chicas hasta la noche de mi fiesta.

Ese día en la tarde mi novio me invitó a beber vino en un restaurante italiano al que había querido ir por mucho tiempo. Cuando salimos de allí yo podía sentir mis mejillas calientes, el vino estaba surgiendo efecto. Mi mejor amiga me llamo.

-Hola bebe, donde estás?

-Saliendo del restaurante, nos vamos a ir a cambiar y vamos para allá.- le dije.

-Vale, ojala te guste el regalo que David y yo te dejamos.- colgó.

Mire a Juli.

-Me han dejado un regalo en el apartamento.- dije emocionada. Ya quería verlo.

-Un bono para una noche caliente en el cuarto de invitados?- dijo moviendo las cejas. Desde que le conté que había tirado con Mila no dejaba de hacer bromas al respecto.

-Que gracioso. Ya quisieras recibir uno de esos para ti.- Levante una ceja y mire hacía la calle para llamar un taxi.

-No, gracias.-me tomo de la mandíbula y me hizo mirarlo- No necesito bonos para tener lo que quiero.- sonrió antes de besarme. Sonreí.

Cuando llegamos al apartamento busque de inmediato el regalo. Era un vestido. Hermoso en verdad. Satín rosa claro, con dos tiras para sostenerlo pero en el busto la tela cae libremente dejando ver el escote perfectamente porque lo que lo use sin sostén, no es extremadamente corto, cubría bien mi culo pero tenía aberturas a ambos lados habiéndolo aún más revelador. Tuve que usar una prenga de lencería que alcanzaba a cubrirse con el vestido y cubría mi vagina para no dejar todo a la vista. Me puse unos tacones y un collar y salí.

Juli estaba sentado recostado en el mesón de la cocina viendo su teléfono. Levantó la mirada y su expresión cambio totalmente.

-Algo me acaba de crecer, y no fue el conocimiento.-dijo y camino hacia mí. Di una vuelta para que me viera bien.

-Gracias. Pero vamos que ya nos están esperando.

La fiesta estaba increíble. Dos horas después de bailar con mis amigos y mi novio, había bebido bastante, y le había meneado el culo a casi todos los chicos de la fiesta. Estaba caliente, quería sexo.

Tome a Juli de la mano y lo lleve arriba, la habitación junto a la de mi hermano estaba abierta. Entramos y cerré con seguro. Esa habitación tenía una ventana de techo al piso y ocupaba casi toda la pared, desde allí se veía todo el patio perfectamente.

-Qué pasa?-me pregunto Juli.

-Quiero tirar, Eso pasa.- sonrió. Me agarró de las nalgas y me alzó, ente de las piernas en su torso y empecé a soltarle a camisa. El me acariciaba el culo. Me dejó en la cama y se quitó el pantalón. Bajo los calzoncillos se le marcaba la verga dura, me arrodille en la cama y la libere, la tomé y empecé a comerla. Cuanto me encanta mamarle la verga a mi novio. Y a el le encanta follarme la boca, me cogió la cabeza con ambas manos y empezó a bombear, con cuidado pero con ganas. De vez en cuando la metía hasta el fondo y luego me dejaba respirar. Estábamos en eso cuando escuchamos unas risas y varias puertas. Lo ignoramos.

A continuación Julián me hizo levantar y me quito el vestido, quedé en lencería y tacones con las tetas al aire. Me quito todo, estaba completamente desnuda. Me volvió a alzar pero esta vez con la otra mano tomo su verga y la acomodo para que entrara en mi muy mojada vagina. Se acomodó bajo el arco de la puerta para que yo me pudiera sostener de arriba y el de los lados en la pared. El placer era increíble. Su gruesa verga entraba y salía de mi suficiente rápido para que mis tetas saltaran, con una mano tomo una y me mordió el pezón, el ligero dolor acompañado por sus embestidas me hizo gemir muy fuerte, y me cubría la boca tratando de disimular mis sonidos.

-No te límites.- dijo mirándome a los ojos y me quito la mano de la boca-ya todos saben lo zorra que eres.- me encanta cuando me llama nombres.

Nos llevó a la cama y me dejó mirando por la ventana.

-Apaga las luces.-le pedí agitada. Se enderezo y fue a apagar junto a la puerta. Entonces escuchamos que en la habitación conjunta una chica gemía. No sólo gemía, gritaba.

-Jueputa, que rico!-la escuchamos. Juli me miro desde la puerta, estaba puro ya pero la luz que entraba por la ventana me dejaba verlo bien.

-Cállate y abre las piernas.-dijo una voz conocida en la otra habitación.

Entonces empezó a sonar madera, como si algo se chicas con la pared. Estaban tirando en la mesa del tv, yo conocía esa habitación, estaba justo junto y compartía el baño con la nuestra. Cada habitación tenía una puerta para entrar.

Me levanté de la cama y le hice señas a Juli para que me acompañara. Abrí con cuidado nuestra puerta y pase por el frío piso del baño. Con aún más cuidado en silencio abrí la puerta de la otra habitación.

Veía a mi hermano desnudo dándome la espalda, frente a él una de mis amigas con el torso apoyado en la mesa del tv gemía como loca, sólo alcanzaba a verla la mitad del culo y las manos sujetando con fuerza el borde de la mesa.

Sara era una amiga de la Universidad, era baja pero tenía tetas grandes, culo no tanto pero sus tetas, eran hermosas.

Juli bajo su mano por mi abdomen hasta llegar a mi vagina y empezó a mover los dedos en mi mientras que mi hermano le enterraba la verga a Sara. Me cubría la boca con la otra mano y yo no podía alejar la mirada. Juli me agarró la pierna y me hizo abrirla para que tuvieran acceso desde atrás. Dejó la puerta entreabierta y me llevo al inodoro, quedaba junto a la puerta, puse una rodilla encima y la otra estirada. Los gemidos de Sara no se habían detenido y mi hermano estaba empezando a quejarse del placer.

Juli empezó a resbalar su verga encima de mi coño, como acariciándome con ella. Yo me agarré una teta, y me pellizcaba. Cuando empezó a penetrarme mi hermano hablo.

-Quiero comerte- saco su verga de dentro de Sara y la levantó, la sentó en la misma mesa y abrió sus piernas, se agachó y empezó a comerse su coño. Ella lo tomo de la cabeza para que no se detuviera pero ella no dejaba de gemir, y me tenía a punto. Juli seguía con sus embestidas y aumento el ritmo. Él también estaba viendo todo eso, y con las tetas de Sara a la vista lo había puesto más.

Yo no podía dejar de verle el rostro a ella, el placer que sentía ella y el que me producía. Y entonces ella abrió los ojos. Y nos vio. Ahogo un grito. Puse mi dedo en la boca para que no hiciera ruido asintió y levantó la cabeza de Dani.

-Quiero que me la metas.- el son cuidado introdujo su verga en el coño depilado de Sara y al tiempo le acariciaba una teta.

-Me voy a venir.- murmure. Me mordí un dedo tratando de ahogar mi propio placer. Juli aumento el ritmo, y casi coordinó con Daniel. Sara y yo nos mirábamos a los ojos y en segundos me vine con el pene de mi novio dentro. Tuve que gemir, y Dani lo escucho pero cuando iba a girar la cabeza para ver Sara lo tomo y empezó a besarlo. Con la mano nos hizo señas de que nos fuéramos.

Después de eso volvimos al cuarto, nos arreglamos y salimos de nuevo.

Volvimos a bailar y unas horas más tarde vi que mi hermano pasaba a la cocina con un trago en la mano. Lo seguí. Salió de la cocina hacía el patio y empezó conversación con unos de sus amigos, empezaron a reírse todos y el de su bolsillo saco una tanga. Le aplaudieron. Volvieron a hablar por minutos. Y entonces mi hermano volvió a la casa. Yo lo veía desde la esquina de la sala, parecía que escaneada el lugar. Camino hacia el sofá, se agachó y hablo al oído de otra de mis amigas, Lucía, una morena alta, no era muy voluminosa pero tenía un rostro hermoso. Hablaron un rato y luego él la llevo arriba. Espere un momento y luego subí. No los veía pero los escuchaba en la misma habitación.

-Llevo tiempo observándote, Lu.-dijo.

-No te creo, nos hemos visto muy pocas veces.

-Ha sido suficiente.

Escuchaba como se caían las prendas al piso, los tacones de Lucía dejaron de soñar, y el cinturón de Dani cayó.

Volví a entrar por el baño y abrí un poco la puerta. Estaban acostados en la cama, Dani sobre Lucía, le subió la falda e introdujo su mano bajo sus bragas, empezó a acariciarla y ella gimió en respuesta.

-Cógeme. -pidió ella.

-Que? No te escucho.-arrogante, pensé. Baje mi mano a mi coño y empecé a masajear mi clítoris, ya estaba muy mojada. Abrí las piernas y seguí el ritmo de mi hermano.

-Méteme tu verga en el coño.- exigió Lucía. Dani sonrió.

-Con gusto.- se bajó el pantalón y su verga saltó erecta. De un golpe la metió. No era amor, era crudo, era fuerte. Como si ella fuera un objeto. Lucía gritaba de placer y mi mano estaba llena de fluidos. Metí dos dedos en mi. Aparte la tela de mis tetas y pellizque mis pezones.

Dani puso una de las piernas de Lucía en su hombro y continuó embistiendo. Ella no dejaba de moverse en la cama. El parecía no cansarse, seguía con mucha fuerza hasta que la hizo cambiar de posición.

-Te voy a romper el culo.

La agarró y volteó en la cama, ella se arrodilló y levantó el culo, pego el pecho a la cama hasta que su espalda estaba asqueada. Dani se agachó y empezó a comerle el culo. Ella gritaba pidiéndole más.

Yo mientras tanto necesitaba más. Mire a mi alrededor y vi un cepillo de cabello grueso, lo tomé por las verdad y empecé a masturbarme con él, con una pierna sobre el inodoro miraba por la ranura de la puerta.

Finalmente después de lubricarla tomo su pene y empezó a introducirlo, gradualmente aumentaba el ritmo y yo lo seguía con el cepillo. Como si fuera el quien me penetraba. El morbo de la situación me tenía a mil. Lucía empezó a gemir de nuevo y mi hermano la siguió está vez. Escucharlo gemir me hizo aumentar el ritmo, con la otra mano me acariciaba el clítoris. Entonces el le dio una nalgada.

-Sigue!-grito Lucía. Y el volvió a hacerlo. Eso parecía excitarla más. Y a mi también. Dani siguió dándole nalgadas.

-me voy a venir.-dijo ella.

-Yo también estoy a punto.- ella bajo la mano hasta su vientre y se masajeo el coño, volvió a gemir más fuerte. Y entonces Dani le saco la verga y con la mano se masturbo un poco y varios chorros de semen cayeron en las nalgas abiertas de Lucía mientras que ella seguía masturbándose. Entonces sentí las piernas temblar y me tape la boca con la mano, todo el placer que estaba viendo y sintiendo, llegue al clímax, me apoye en la pared y abrí las piernas y me vine escuchando a mi hermano.

Después de eso me arregle de nuevo, y me lave el coño y las piernas, y volví a bajar.

Me pueden escribir a mi correo [email protected]

Los mejores orgasmos,

Amelia.

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