back to top
InicioDominaciónEsclava de los compañeros de trabajo de mi hijo (II)

Esclava de los compañeros de trabajo de mi hijo (II)
E

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 5 minutos

Ya saben cómo me convertí en la esclava sexual de los compañeros de mi hijo, ahora sabrán como continua esta historia, el fin de semana pasado, la enfermedad del amigo de mi hijo, estropeo los planes que sus compañeros de trabajo habían trazado para follarme a su antojo, pero el nuevo fin de semana les deparaba una nueva oportunidad para tenerme a su entera disposición, mi esposo tenía un congreso y mi hijo haría ese viaje a la playa que no pudo hacer en la anterior ocasión.

Cuando los 6 llegaron nuevamente a mi casa yo ya estaba desnuda, supuse que eso les agradaría y yo lo único que pretendía era que estuvieran contentos conmigo mientras buscaba la forma de salir de aquella situación.

Nada más entrar:

"Hombre, si nuestra putita ya está lista, parece que tiene hambre de polla esta mañana".

En esta ocasión ya venían desayunados así que no querían perder el tiempo, me ordenaron que me pusiera a 4 patas sobre el sofá y uno de ellos empezó a follarme el coño en esa posición como si fuera una vulgar perra.

"Sabes que esto es lo único para lo que vales guarra, para chupar pollas y follar, dilo guarra".

-Si amo, solo valgo para chupar pollas y ser follada.

La verdad es que ese chico follaba como un auténtico campeón, no me quedaba otro remedio así que intente agradarles lo más posible.

-Follame por favor, te prometo que seré una buena esclava, follame.

Las palabras que salían de mi boca le pusieron como una moto y se corrió dentro de mí, ya había dado por imposible el que se pusieran condón y nada les gustaba más que inundar mis entrañas con su leche así que hacía una semana que tomaba la píldora.

"Vamos guarra, ahora chupa mi polla, déjala reluciente"

Yo me aferre a aquel miembro y lo chupe lo mejor que supe.

Ninguno se dio cuenta de que me había olvidado de cerrar todas las cortinas como la vez anterior para que nadie nos viera, así que el hijo de mis vecinos, un joven de unos 18 años que se llevaba bastante mal con mi hijo había estado observando todo desde la ventana.

Sonó el timbre-. Ding dong

Uno de los chicos abrió, pude oír como el vecino le decía al chico que había visto todo por la ventana, por las caras que pusieron todos supuse que pensaron igual que yo, que aquel joven se lo diría a mi marido, o a sus padres.

Pero su idea era otra.

"Yo también quiero que la madre de ese cabron sea mi zorra, que se joda, me quiero follar a su madre".

El niñato se llevaba tan mal con mi hijo que había decidido ponerme a mí como objetivo de su venganza, no podía imaginar que había hecho yo para merecer eso, todo me salía mal.

Cuando el vecino entro me dijo que estaba deseando rellenarme con su polla.

"Bueno Karina, enséñale a tu nuevo amo lo que tienes para el"

No tuve más remedio que mostrarme ante el como una autentica puta, si antes estaba metida en un lio, ahora era mucho mayor, el vecino también lo sabía.

Dejaron que el nuevo fuera el primero en tenerme, el niñato me tiro al suelo y levanto mis piernas sobre sus hombros, comenzó a martillear mi coño con toda su fuerza.

"Suplica que te haga correr mientras follo tu sucio coño"

"Te gusta cómo te follo verdad zorrita, daría lo que fuera por ver la cara que pondría el capullo de tu hijo si entrara por esa puerta y viera como me follo a su mamita".

-Follame, follame rápido cabron, me encanta, yo no podía dejar de gritar obscenidades, la verdad que ese joven follaba bien y mi coño lo notaba.

Luego el vecino se situó debajo y me ordenara que me sentara sobre él.

"Vamos todo para abajo, clávatela toda en ese rico chochete"

Otro de los chicos aprovecho la posición para encularme

Me convirtieron en un sándwich, en un juguete con dos pollas en su interior.

Y la tarde continuo así, siendo follada por todos ellos, mi culo y mi coño albergaron sus pollas a lo largo de todo el día.

Ahora no solo era la esclava de los compañeros de trabajo de mi hijo, sino también del vecino que tan mal se llevaba con mi hijo.

Cuando anocheció estaban rendidos así que me dejaron ir a dormir, la mañana del domingo paso rápido, se levantaron tarde pero a la hora de la comida les volvieron a entrar ganas de follarme.

Estaban follandome nuevamente mis dos agujeros y tenía mi boca llena de polla cuando sonó el teléfono, era mi marido que decía que llegaría en unas horas.

Me dijo que tenía muchas ganas de llegar a casa para hacerme el amor, el pobre no sabía que yo llevaba horas siendo follada, el cabron que me estaba sodomizando tuvo la brillante idea de que mientras me culeaba le dijera obscenidades pero que tenía que parecer que se lo decía a mi marido.

-Ohhh, joder, dámela dura y grande, follame, métemela bien adentro.

Mi pobre y cornudo marido me dijo que nunca me había visto tan fogosa, que estaba deseando llegar a casa para darme polla, claro, él no sabía que de polla ya andaba bien servida.

Así termino un nuevo fin de semana como esclava sexual, durante el resto de la semana los días transcurrieron con normalidad, incluso llegue a pensar que se habían olvidado de mí, pero para mí desgracia nada más lejos de la realidad.

Había perdido el control sobre mi propia vida, esperaba el fin de semana sabiendo que no podría evitar volver a realizar todo lo que aquellos chicos quisieran, esta ocasión fue distinta, mi marido y mi hijo estaban en casa por lo tanto ellos no podían venir a mi casa, así que se les ocurrió que ya que el fin de semana no podrían disfrutarme, lo harían el viernes, antes de terminar la jornada laboral, me hicieron ir a su trabajo y sin que mi hijo nos viera, fuimos los 7 a los vestuarios, mi hijo estaba ocupado y parecía que tardaría en terminar por lo tanto aquellos cerdos me tenían a su disposición aunque yo no podía dejar de pensar en lo humillante que seria que mi hijo entrara en los vestuarios y viera a sus compañeros culeando con su madre.

Me desvistieron por completo y ellos se quitaron sus uniformes, apestaban a sudor después de la jornada de trabajo y me hicieron sentarme en los bancos del vestuario.

"Abre bien las piernas zorra, estas siendo buena esclava así que te vamos a recompensar con una comidita de tu conejo"

Se pusieron en fila y fueron hundiendo sus lenguas en mi coño que fue poco a poco humedeciéndose, esos jóvenes sabían como comerse un coño, desde luego no eran inexpertos.

Que gusto, es brutal, no paréis, no paréis, cada día que pasaba yo me adaptaba mejor a mi papel de puta sumisa de aquellos muchachos.

Venir y follarme, quiero sentiros dentro

"Joder con la mami, cada día es más guarra, que diría tu maridito o tu hijo si te viera aquí empalada por nuestras pollas"

-Solo me importa ser follada por ustedes amos, empiecen por mi coño, follenme ya, lo necesito.

"Bueno Karina pues allá voy, pero tienes que prometer que seguirás siendo una buena puta"

-Claro que sí, pueden follarme todo el tiempo siempre que quieran.

Sentí como mi suave y estrecho coñito se iba abriendo como otras tantas veces ante las pollas de aquellos impetuosos jóvenes, que enterraban sus herramientas en mi interior con una energía propia de su edad.

Podía sentir sus cojones rebotar contra mi coño cada vez que sus pollas se clavaban hasta el fondo en mí.

Como tantas otras veces, ellos fueron corriéndose uno por uno en mi dilatado coño, hasta llegar a Raúl, el mayor de todos y que sin duda era el más depravado y el mas cabron conmigo, me volteo sobre el banco, sabía lo que estaba por venir, a Raúl le encantaba mi culo.

Después de tantos días de folladas y enculadas, mi culo ya no ponía mucha resistencia a permitir el paso de la polla de Raúl, sin mucho esfuerzo consiguió metérmela hasta que sus cojones toparon contra mi vulva.

Con su polla enterrada hasta el fondo en mi culo, el cerdo de Raúl sonreía y se impulsaba adentro y afuera, le encantaba oírme gemir y retorcerme con cada empellón que daba en mi culo.

-Siiii, eres muy macho, follame, follame, enculame como nunca, más fuerte, más rápido, le encantaba que le pidiera caña, eso hacía que terminara antes y yo ya estaba deseosa de terminar cuanto antes no fuera a terminar mi hijo y nos descubriera.

No tardo en correrse en mi culo.

"Ahora ven a 4 patas perrita, quiero que me demuestres lo buena que eres chupando pollas, quiero que la dejes bien limpia"

Me acerque a él y la engullí de un bocado, le encantaba que limpiara su polla de restos de semen.

Cuando termine de limpiar la polla de Raúl me dejaron vestirme y largarme, ya me iba cuando mi hijo apareció por el pasillo.

"¿Mama, que haces tú aquí?"

Le explique que había ido a buscarle para llevarle a casa, conseguí salir del paso, espere a mi hijo mientras se cambiaba y salió de los vestuarios junto con sus compañeros, todos me saludaron y lanzaron una sonrisa, mi hijo no sospecho nada, por suerte para él, no sabía que esos 6 jóvenes me daban por el culo siempre que querían, aunque su suerte duro poco ya que no tardo en descubrir que sus compañeros y el vecino me usaban como su puta particular, aunque eso ya se los contare otro día.

Comentarios a [email protected].

Compartir relato
Relato anterior
Relato siguiente
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.