Takeru se sentó, dejando que sus piernas se abrieran y tomó un sorbo de su cerveza. No tenía que mirar para saber que los ojos de su venerado hermano estaban puestos en él. Podía sentir el calor de su mirada mientras acariciaba cada centímetro de él. Él gimió bajo la intensidad, queriendo que esas manos persiguieran el calor.
Deslizó sus dedos debajo del cuello de su camisa, y dejó que sus dedos sintieran el cuero, calentado por el calor de su piel, a pesar de tener una vida sexual muy activa y tener otras cosas, una obsesión y tremenda atención sobre Daisuke, Él era de Yamato, su querido hermano desde que nació, el amor fraterno hacia el, la necesidad de sentir el aire de su hermano mayor en la misma habitación, era lo que queria, quería contacto, piel con piel, y por supuesto, era recíproco.
Una sonrisa se extendió por sus labios. Él no lo quería de otra manera. Comenzó, sintiendo su teléfono vibrar tan cerca de su dolorida polla. Metió la mano en su bolsillo y lo sacó rápidamente.
-¡Hola!
-Sé que sabes que te estoy mirando-. La voz de Yamato envió oleada tras oleada de calor a través de Takeru
– ¿Qué estás pensando?-. Yamato volvió a decir sonrió con tanta fuerza, Estaba agradecido de que Takeru mirara hacia abajo.
– En ti, hermanito, tengo muy presente la noche en que jugamos, cuando me cogiste el collar, y me hiciste tuyo
Yamato gruñó en el oído del telefono de Takeru, este cerró los ojos dejando que ese amor que se estaba creando los consumiera, todo se realizaba con ellos un enfrente del otro y a través de un sensual juego telefónico
-Dime más-. Yamato exigió, suavemente y Takeru suspiró. Pasó la lengua por sus labios lentamente, dejando que su hermano escuchara la siguiente petición
-Estoy recordando cuando estaba de rodillas, chupándote en la habitación de ese motel para que nadie nos viera. ¡Dios! Me encanta chuparte, hermanito. Te sientes tan duro y pesado en mi boca. ¡Sabes tan malditamente bien!-. Takeru gimió, queriendo sentir eso ahora. Yamato devolvió su gemido.
– Te amo yo tambien, pero me siento celoso porque ahora tienes a dos personas mas que te pueden hacer lo que yo no te hago -. Yamato susurró al oído de Takeru otra vez, este podía escuchar el amor, la lujuria y el deseo que contenían esas palabras, y quería llorar. Sabía que era la verdad divina, y lo hacía sentir más poderoso que Dios, simplemente porque era su hermano.
-Sabes que sigo queriendote mas a tí, ¡Te amo! -. Dijo lujuriosamente, su voz quebrándose. Él apretó sus ojos contra su emoción. Este fue un juego. Estaban jugando. Ahora no era el momento para que cayera a los pies de su hermano mayor despues de tanto tiempo cuando los dos jugaron de forma especial a como lo hacían los demás hermanos, en esa ocasión, Takeru no perdió su virginidad, lo hizo junto a Daisuke pero fué cuando descubrió un tipo de amor nuevo con su hermano del alma, ahora mismo no necesitaba nada ni nada, ahora mismo necesitaba mantenerlo unido y jugar.
-Sigue adelante-. Yamato animó. Takeru lo oyó tomar su oportunidad. Se movió en el asiento, luchando contra su necesidad de levantar la cabeza, y mirar a Yamato.
– Recuerdo que bebí mi recompensa, y pensé que era el hombre más afortunado vivo para tenerte-. Sabía que su voz era profunda y grave, exponiendo su lujuria no disimulada por su hermano. Yamato lo hacía débil. Ambos lo sabían; negarlo o tratar de ocultarlo sería una pérdida de tiempo. Así es como era.
– Recuerdo que me dejaste allí de rodillas en el suelo y alejándote de mí. Te observé mientras hurgabas en tu bolsa, sin saber lo que estabas haciendo. Recuerdo que no podía mirar nada más que ese collar. En tu mano cuando volviste hacia mí -. Los dedos de Takeru regresaron al suave cuero forrado de piel que rodeaba su cuello.
– Recuerdo que me dijiste cuánto me amas, cuánto me has amado siempre desde que vine a este mundo, y quieres que sea tuyo. Recuerdo cuando dijiste que nunca más quisiste que fuera tocado por nadie más. Querías ser mi único amante por el resto de mi vida-. Takeru se mordió el labio, luchando contra una fuerte ola de emoción.
-Sentía cada palabra, no olvides que aunque tenga a mi novio tu siempre serás mi hermano del alma, alguien por el que siento algo mas que una relación de hermanos-. Yamato susurró y Takeru podía escuchar la cruda emoción en la voz de su hermano y le dolió mirarlo.
– Lo sé, recuerdo cuando me pediste que fuera tuyo por el resto de mi vida, y pensé que iba a morir allí mismo. Mi corazón estaba tan lleno, tan completo para ti, todo en mí se rindió ante ti en ese momento. Realmente me convertíste en tu propiedad cuando me rodeaste el cuello con ese collar, mi collar, nuestro collar, nuestro juego secreto
– Sabes que no fue un trato de ida, ¿verdad? Me convertí en tu mente, alma y cuerpo esa noche también-. La voz de Yamato se rompió, a pesar del hecho de que la mantenía apenas por encima de un susurro. Takeru gimió, dolorido por abrazarlo.
-Ven -. Yamato le ofreció una mano haciendo que ambos terminaran la conversación especial teléfonica y de la mano salieron a la calle rumbo al automovil
Al llegar, Yamato se inclinó hacia él mientras abría la puerta, y la abrió para él.
-Entra
Takeru subió. Yamato cerró la puerta y caminó alrededor del automóvil. Takeru contuvo la respiración cuando su hermano se metió en el coche junto a él. Tan cerca de él, podía simplemente extender la mano y tocarlo si quisiera.
– Mira mi mano, me la pusiste tan dura esa noche, siempre serás la primera persona en provocarme una puta erección, desde que naciste, desde la cuna, joder -. Yamato instruyó suavemente. Los ojos de Takeru se fijaron en la mano de su hermano mientras se agarraba los vaqueros.
– Esa fue la mejor noche de mi vida -. Takeru tragó saliva. Fue la mejor noche de su vida también. Todas las noches desde entonces han sido el cielo recordando el momento.
Yamato a continuación se desabrochó los pantalones.
– Necesito que me quites la ganas de sexo que guardo contigo, quiero llevarte de vuelta al motel, y mostrarte cuánto te amo hasta que salga el sol, pero a hora mismo, quiero ir -. Sacó su llorosa polla y Takeru gimió. Su cuerpo inconscientemente se balanceó hacia su hermano mayor
– Haz que me venga, hazme venir.
Se inclinó y tomó a Yamato en su boca. La mano de este encontró que estaba en el cabello rubio de Takeru quien estaba ya perdido. Él chupó a Yamato, siguiendo cada instrucción tácita que él dio. Ya se trate de chupetones, y golpes en el pelo o pequeños movimientos con su propio cuerpo, entendía todos y cada uno. Su recompensa era beber el jugo de su hermano.
-Te quiero mucho-. Dijo Yamato suavemente. Takeru se apartó de él, y acarició su entrepierna, inhalando profundamente su aroma. Yamato acarició su rubio cabello, con adoración y Takeru podía sentir su amor en cada golpe, y eso lo hacía sentir cálido.
– Te amo, hermanito -. Susurró y Yamato condujo de regreso al motel con Takeru en su regazo. Se detuvo en el estacionamiento y apagó el motor.
-Estamos aquí-. Yamato anunció. Y Takeru gimió, lamiendo las pequeñas gotas de sudor de la cara de su hermano.
-Te quiero para mi esta noche detrás de esa puerta cerrada -. Dijo Yamato de nuevo y Takeru lo miró a los ojos. Vio todo lo que le iba a hacer esta noche, allí mismo, mirándolo. Él gimió, a regañadientes, sentándose. Su polla estaba dando a conocer sus necesidades, empujando con fuerza contra sus confines, pero para Takeru solo hacía su tortura aún más dulce.
Apenas entraron en la habitación cuando Yamato lo empujó contra la pared.Takeru tuvo el tiempo justo para mirarlo a los ojos, antes de que su hermano pateara sus piernas debajo de él con un duro empujón en la parte posterior de sus tobillos, cayó de rodillas y Yamato agarró un puñado de su cabello, sosteniéndolo con fuerza.
– Quítate toda la ropa y gatea hacia la cama-. Dijo con fuerza, Takeru no se estremeció, le gustó, Yamato se había puesto en modo dominante completo, y maldición si eso no hacía llorar su polla, Yamato era naturalmente dominante, pero cuando tomó el control total de Takeru, era jodidamente brillante y a este no le importaba ser el sumiso de turno, el amaba a su hermano mayor por encima de todas las cosas.
Obedeció, quitándose todo, incluido su reloj. Lo único que le quedaba era su collar desde que el juego secreto empezó, no es que pudiera quitárselo. Estaba bloqueado, y la llave estaba en una cadena alrededor del cuello de Yamato. Se puso de rodillas y se arrastró hasta la cama.
– ¿Me quieres en mi estómago o en mi espalda? -. Preguntó, en voz baja. El suelo tembló ligeramente debajo de las rodillas de Takeru cuando Yamato se acercó a él.
-Espalda
Obedeció y se subió a la cama boca arriba. Sus ojos vieron las restricciones de cuero que colgaban de la mano de su hermano. Se encontró con sus ojos y puso sus brazos sobre su cabeza. Yamato se quitó los zapatos y se subió a la cima, a horcajadas sobre él.
– Eres hermoso, mi querido hermano -. Yamato ronroneó. Se inclinó sobre Takeru, asegurando sus muñecas al marco de la cama. Takeru agarró la muñeca de su hermano cuando estaba atandolo, y lo miró inquisitivamente. Yamato le sonrió tristemente.
– Me sigo preguntando qué he hecho para merecer tu amor-. Admitió, suavemente. El agarre de Takeru en su muñeca se tensó.
– Lo que hiciste fue amarme, darme el amor que madre y padre jamas me dieron debido al divorcio, yo necesitaba amor y ahí estabas tú-. Dijo, con fuerza. Yamato lo miró profundamente a los ojos.
-Me diste todo lo que eres bueno, malo, bello y feo. Te amo, Yamato No lo dudes -. El dueño sostuvo sus ojos por unos momentos, y luego asintió.
– Lo sé, pero a veces pienso que quizás eres demasiado bueno para mí, eso es todo -. Dijo con expresión seria -. Takeru luchó contra sus restricciones, necesitando envolver a su hermano mayor en sus brazos.
– No soy demasiado bueno para ti, soy perfecto para ti. Somos hermanos compartimos la misma sangre. Eres la otra mitad de mí en todos los sentidos. Dime que lo sabes -. Takeru se puso sus restricciones nuevamente, aunque sabía que era inútil. No iría a ningún lado hasta que Yamato lo dejara ir.
– Sé que eres mi corazón y mi alma, todo lo que es bueno en mí viene de los lugares dentro de mí donde resides-. Apoyó su cabeza sobre el corazón de Takeru y él sintió como si su pecho acabara encerrado en un agarre vicioso.
– No me hagas esto, Yamato. No podemos tener una conversación emocional cuando no puedo tocarte. No es justo -. Takeru sintió a Yamato sonreír contra su piel, y comenzó a preguntarse si esto no era parte del plan de su hermano para esta noche. Yamato volvió la cabeza, lamiendo el pezón de Takeru y el gimió de placer y comodidad empujando su cabeza hacia su almohada.
Quería pedirle a su hermano que liberara sus manos para dejar que lo tocara, pero sabía que no serviría de nada. Yamato tenía otros planes para esta noche, y como siempre, Takeru era incapaz de negarle nada. Tragó saliva, amando la restricción en su garganta causada por el collar. Yamato estaba torturando sus pezones sin piedad, lamiendo, pellizcando y succionando con dulzura.
– Sé que pretendes hacerme el amor durante horas. Eso no es lo que quiero en este momento -. Yamato levantó su cabeza para mirarlo y Takeru se encontró con su mirada
– Quiero sentir que estás tan enterrado dentro de mí que olvide en dónde termino y donde empiezas-. Observó los ojos de Yamato oscurecerse de lujuria.
– Yo también quiero eso -.Yamato susurró y Takeru asintió.
– Entonces tómalo. Tómame, soy tuyo, hermano, toma lo que quieras de mí, por favor -. Él abrió sus piernas debajo de Yamato y este gimió, escalando en él. Extendió la mano y soltó sus manos
-Date la vuelta.
Takeru besó las yemas de sus dedos, y tocó los labios de Yamato depositando su beso allí y luego Yamato besó sus dedos a cambio, y seguidamente Takeru se dio vuelta de costado, de espaldas a Yamato y este cerró la distancia entre ellos rápidamente, acurrucándose en la espalda de Takeru
-Eres mi hermano pequeño -. Susurró al oído de Takeru y este gimió de placer moviendo la cabeza para permitir que Yamato se ajustara más fuerte contra su cuello.
– Te tengo completamente, y nunca te dejaré ir-. Volvió a decir, una oleada de calor corrió a través de Takeru cuando escuchó a su hermano desabrocharse el cinturón. Él empujó su culo hacia atrás en una invitación silenciosa.
-Sentí eso. No puedes esperar para sentirme dentro de ti, ¿verdad? -. Takeru escuchando atentamente los sonidos de su hermano desabrochandsela y sacandosela
-Quiero dormir en tu interior
-No creo que deba abrirte -. Dijo retrasando el deseo, y Takeru gimió, empujando su trasero hacia atrás otra vez.
Sintió la mano de Yamato moviéndose contra él mientras deslizaba su pene. Se movió, empujando y Takeru estaba instantáneamente lleno. Él jadeó ante la repentina intrusión. El brazo de Yamato serpenteó a su alrededor, tirando de él imposiblemente cerca de él. Takeru fue flexible en sus brazos. Yamato podía hacer lo que quisiera con él, no estaba dispuesto a rechazarlo.
Los dientes de Yamato se hundieron profundamente en el costado de su cuello, rompiendo la piel. Fue un error de Yamato tomar pequeñas cantidades de la sangre de Takeru durante el sexo porque eran hermanos, pero ambos lo sabian y lo disfrutaban, La mano de Yamato sostuvo la cadera de Takeru firme mientras comenzaba a empujarlo lentamente.
Takeru quería abrirse de par en par a su hermano y hacer que se arrastrara dentro de él. Parecía que no importaba cuán fuerte fuera su vínculo, cuánta sangre y semen pasaron entre ellos; nunca fue suficiente para Takeru. Él siempre anhelaba más. Su vida sexual ya estaba loca. Yamato necesitaba estar dentro de su hermano pequeño, en promedio, cuatro veces al día. Se chuparon el uno al otro cada vez que uno de ellos se ponía duro y Yamato durmió toda la noche en lo más profundo de Takeru, como en los viejos tiempo.
Takeru estaba totalmente consumido por su hermano.
Yamato chupó, y lamió la sangre de Takeru y a su vez, se mantuvo quieto por él, dejándolo que se saliera con la suya. La lenta y tortuosa embestida de Yamato hizo que la polla de Takeru llorara constantemente. Yamato gimió, acariciando su cuello, su nariz chocando contra su cuello.
– Eres mío, te amo. -. Murmuró, manteniendo sus constantes embestidas -. Takeru se empujó contra él, y se movió para estar un poco más debajo
– Quédate quieto y déjame disfrutarte-. Dijo de nuevo y en voz baja, Takeru gimió, renunciando a lo último de su resistencia.
-Eso es, déjame tenerte -. Dijo de nuevo lamiendo las diminutas gotitas de sangre.
El corazón de Takeru sintió que estallaría con todo el amor que sentía. Se mantuvo quieto cuando Yamato tomó todo lo que necesitaba de él, y le devolvió diez veces más con cada toque y suave beso. Los brazos de Yamato a su alrededor se tensaron, dejando que Takeru supiera que se estaba perdiendo en lo que estaba sintiendo, envolvió sus brazos alrededor de los desu hermano, y lo abrazó con fuerza.
– Muérdeme -. Susurró, Yamato gimió tan cerca de su oreja que envió un escalofrío a Takeru .
– Quiero que tomes mi sangre otra vez -. El cuerpo de Takeru se sacudió involuntariamente cuando los dientes de su hermano le atravesaron la piel gimió ante la quemadura, antes de relajarse.
Yamato lamió firmemente la sangre que subía a la superficie de la herida y Takeru apretó su cuello, haciendo que sangrara más. Los empujes de Yamato comenzaron a vacilar, Takeru se empujó con fuerza contra él, y ronroneó cuando sintió la calidez de su hermano fluir hacia él. Yamato lo agarró con fuerza, y le acarició el cuello con la nariz mientras pulsaba su liberación hacia Takeru y este vivió el momento tomando todo lo que tenía que darle.
Yamato volvió a lamerle el cuello. Takeru gimió, ansiando su propia liberación. Yamat lamió un camino de sangre, hasta el caparazón de la oreja de su hermano
– Te contuviste, ¿por qué? Porqué no te viniste conmigo? -. Preguntó mordisqueando el lóbulo de la oreja.
– Porque quiero unirme en tus labios-. Admitió suavemente. ¿Harías eso por mí? -. Los brazos de Yamato aflojaron su agarre, Takeru sintió instantáneamente su pérdida.
-¿Quieres follarme la boca?
Sí, quería follar a la boca de su hermano. Sin embargo, la única respuesta que pasó por los labios de Takeru fue un suave gemido. Yamato besó un lado de su rostro, y lentamente se retiró.Takeru se sentía vacío cada maldita vez que hacía eso. El hecho de que él sabía que dentro de una hora Yamato estaría de vuelta dentro de él por la noche ni siquiera ayudó.
Cuando se dio la vuelta, Yamato estaba de espaldas y Takeru no perdió tiempo trepando por el cuerpo de su hermano descansando en su pecho. Yamat se rió suavemente ante su ansiedad. Takeru levantó su culo y se alineó con la boca de su hermano
– Te amo -.Susurró. -. Yamato le dio una sonrisa malvada, y en un movimiento practicado, abrió su boca y tiró de la polla de Takeru, este jadeó, sintiendo el calor ardiente de la boca de su hermano, y su lengua se movió por toda la cabeza. Yamato guiñó un ojo, relajándose contra la almohada.
Takeru consiguió el permiso silencioso de que podía follarlo ahora. Sus caderas se movieron hacia adelante y comenzaron a empujar. Duró menos de una docena de golpes antes de bombear fuertemente por la garganta de Yamato . Las manos de este se agarraron a sus caderas mientras lo bebía todo. Takeru se apartó, deslizándose de entre los labios de su hermano. Le observó a Yamato lamer sus labios, capturando lo última gota.
-Creo que el pequeño juego de esta noche se fue al diablo -. Dijo sonriendo. Takeru le devolvió la sonrisa.
-Fue todo por tu culpa-. Volvió a decir y lo miró de forma acusadora. Takeru le dio su mejor mirada inocente y él arqueó una ceja.
-Sí, tú. Todo lo que hablé de cuando te puse el collar, me sacó el corazón-. Golpeó el culo de Takeru juguetonamente.
-Sabía que estaba sintiendo todo este amor por ti.
-¿Estás bajo la creencia de que hay un solo minuto de un día determinado cuando no me siento consumido por mi amor por ti-. Volvió a decir y Takeru inclinó la cabeza hacia un lado, luciendo como disculpándose.
-No, sé que es lo mismo para ti. Es a veces que consume por completo y me apodera. Te conviertes en mi mundo entero-. Respondió él y Yamato entrecerró sus ojos hacia él.
-Eso es lo que es eso para mí todo el tiempo -. Su mano se extendió, acariciando la mejilla de su hermano
-Tú eres mi todo recuerda -. Yamato susurró. Y Takeru suspiró, saliendo de su hermano para estirarse a su lado.
-Para mí también es así. A veces no puedo controlarlo tan bien como la mayoría de las veces -. Admitió, mirando profundamente a su hermano. Se inclinó y besó a Yamato suavemente, acariciando su boca con su lengua. Yamato gimió debajo de él, enviando olas de calor hacia Takeru Se retiró lentamente, y apoyó su frente contra la de Yamato
– Dime que siempre seremos esto a espaldas de todos, prometeme por favor que lo que tenemos nunca cambiará -. Dijo Takeru en voz baja, Yamato enredó sus dedos en el cabello de su hermano y lo abrazó con fuerza.
-No puedo hacer eso, Por supuesto, esto va a cambiar a medida que envejecemos, pero solo cambiará para mejor. Tal vez llegue a amarte más a lo largo de los años, pero nunca podría amarte menos que a ti. Lo hago en este momento, prometo que nunca podríamos ser menos que esto, pero es posible que algún día podamos ser más.
Takeru cayó contra Yamato, ahogándose en su calor. Su corazón se sentía como si fuera a explotar; su cuerpo simplemente no se sentía lo suficientemente grande como para contener el amor que fluía a través de él. Yamato atizó su cabello, suavizadamente, calmando el fuego que corría por su sangre.
-Te quiero. No quiero saber ni un minuto de una vida sin ti -. Yamato lo abrazó mientras cedía a sus emociones y miedos. ¡Dios! Yamato lo hizo enloquecer.
Se acurrucó contra su hermano, descansando su cabeza sobre su corazón, y escuchó los latidos de su corazón mientras lo arrullaba hacia el sueño. Apenas se despertó cuando sintió que Yamato lo ponía de lado y se deslizaba dentro de él.
– Esta es la única forma en que quiero dormir por el resto de mi vida, tan lejos dentro de ti como físicamente pueda -. Yamato colocó un grupo de besos sobre su cuello, oreja y un lado de su rostro, antes de acomodarse en él, ajustados para la noche. Takeru suspiró. Se sentía completamente poseído. Aquí con su querido hermanito dentro de él abrazándolo fuerte, estaba en casa.