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Mi padrastro me hizo su puta
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Tiempo de lectura: 12 minutos

Hola, mi nombre es Mónica, bueno ese es mi nombre actual, ahora tengo 25 años, y soy travesti de full, mido 1,74, sin zapatillas; piernas largas frondosas y muy bien torneadas, de busto mido unos 96 cm, de cintura 64, y de culo casi 99; me decidí a salir del closet hace ya casi 4 años, después de muchos conflictos internos decidí mostrarme al mundo tal cual soy y comencé un programa completísimo de tratamiento con hormonas femeninas en inyecciones y fui con un doctor, que me asesoro en que tratamiento de hormonas utilizar, las hormonas terminaron por transformarme en una linda jovencita, muchos amigos íntimos, me ayudaron económicamente con mi transformación, para convertirme en la hermosa mujer que ahora soy; les confieso que aunque ya tomaba hormonas femeninas en pastillas y eso me redujo en mucho mi bello corporal y mi piel se hizo más tierna, y mi psiquis se fue transformando en la de una mujer, me volví mucho más sensible, y mis comportamientos se hicieron más femeninos, sin querer comencé a verles a los hombres el paquete en los pantalones, con total discreción, e incluso empecé a sentir amor por ellos y más deseo sexual pensando en estar en la cama con un hombre de Verdad; después me decidí por hacer cambios más drásticos en mi personalidad, en mi forma de vestir, de caminar y de actuar, decidí depilarme con láser por completo todo mi cuerpo y ahora uso cremas hidratantes todos los días, tengo la piel de una linda beba, , y me siento divina; pero todo eso no lo hice sola, sino que varios hombres preciosos me ayudaron.

Sin embargo a los 18 años era yo una chica travesti de closet, y aunque me hacia la loca, se me notaba claramente que era yo una chica; pues mis movimientos al caminar eran los de una nenita, con las manitas alzadas, y movimientos delicados; me depilaba casi a diario, y me dejaba el cabello largo y me lo alaciaba con plancha, también me lo pintaba de güera, y me ponía rayitos, y así asistía a la escuela, a veces para fingir un poco me lo recogía, y me hacia una colita de caballo, mis movimientos eran bastante afeminados, y aunque era mi autentica personalidad y trataba con amor a todos en el cole, los hombres de mi escuela constantemente me hacían burla de mi personalidad, pero había otros más que no, incluso parecía gustarles el asunto, y hasta me lanzaban piropos, algunos de ellos muy subidos de tono, que hacían que me ruborizara delante de ellos; y me pusiera nerviosa y excitada, casi inconscientemente, y aun un poco insegura, casi por instinto paraba aún más mis nalgas y caminaba contoneándome insinuantemente, mostrándoles mi cola; ya que mi cuerpo siempre ha sido por naturaleza muy femenino.

Yo estoy bastante piernuda y nalgona de nacimiento; incluso algunos se atrevían a darme de nalgadas por sorpresa durante el receso, a lo cual no les reclamaba y solo me les quedaba viendo coquetamente, o no faltaba uno que otro más atrevido, que me arrinconaba contra alguna pared, me ponía de espaldas y me restregaba su miembro erguido sobre mis nalgotas, cubiertas apenas por una delgada tela de lino suavecito; sobre todo cuando era educación física y tenía yo que llevar un shortito muy pequeño, y la tela del short era muy delgada, tanto que se me metía entre las nalgas, y por lo cortito, alcanzaba a asomar mis pompis güeras a la vista de todos y de todas, incluyendo a mi maestro de educación física que le gustaba tomarme por la cintura y enseñarme algunos ejercicios de forma individual; creo que yo le gustaba como mujercita por sus miradas libidinosas, incluso varias veces me exentaba de hacer algunos ejercicios por considerarlos demasiado varoniles para mí; en general me trataba como una chica más, lo cual me encantaba, yo me formaba en la fila de las nenas y hacia otro tipo de ejercicios más femeninos, para las piernas y la cola, ya que todas mis amigas eran mujeres.

El shortito, unos calentadores, tenis, y una camiseta chiquitita; completaban el conjunto, en colores blanco y rosa, el short que yo usaba era como el de las nenas color rosa, los hombres lo llevaban azul marino; el colegio era particular y muy exclusivo, por eso me dejaban andar así; además el director siempre me lanzaba unas miradas muy lujuriosas cada vez que pasaba cerca de él; en lo que respecta a mis calificaciones eran excelentes y siempre fui la nena más aplicada de mi salón, era la que siempre sacaba diez.

Yo vivía con mi mami que se llama Valeria y mi padrastro Rodrigo, un hombre de unos 48 años que acababa de casarse con mi mami, que tenía cerca de 34 años, nuestras recamaras estaban muy juntitas unas de la otra, y como nuestra casita era muy humilde no había pared entre una y otra, así que durante la noche solo nos separaba una pequeña cortinita que mi mami corría, sin embargo no alcanzaba a cubrir ni por los lados ni por debajo y si yo quería, podía ver con total claridad hacia adentro.

Mi mami y yo siempre hemos sido muy unidas y eso no era problema, casi todas las noches podía yo escuchar como mi padrastro comenzaba a seducirla, las cosas que le decía doblegándola cual toda una mujer, y como mi mami con mucho amor hacia él; no oponía resistencia alguna y se dejaba ir sometiendo a su voluntad de hombre enérgico, mi mami era sumisa, y yo herede su carácter ya que también soy sumisa, me gustan los hombres dominantes y que me ordenen lo que tengo que hacer en la cama; podía yo ver desde mi cama como Rodrigo con mucho amor y atrevimiento; comenzaba a irle quitando poco a poco la ropa hasta dejarla desnuda a mi vista sin que ellos se dieran cuenta, mi mami es muy blanquita igual que yo y se depila toda menos el pubis el cual lo tiene lleno de pelos chinos y negros; de tal forma que irremediablemente, terminaba yo casi siempre extasiada contemplando como la iba besando y acariciando toda su anatomía, y como la iba masajeando y apelmazando entre sus manotas toscas y varoniles sus rosadas nalgas; palmoteándolas a voluntad de vez en cuando como reclamándolas de su propiedad, le besaba con mucho amor su cuello, con ternura, y lamia sus pezones uno a uno con calma y a veces hasta se los mordisqueaba haciendo que se retorciera del placer lanzando grititos, gemidos y lloriqueos de hembra que me ponían muy excitada y hacían que me identificara con ella; y la envidiaba, fantaseando con que era a mí a la que estaban acariciando con tanto amor, y a la que con mucha dulzura mi hombre estaba a punto de someterme, y ser cogida y protegida por algún hombre tan fuerte como mi padrastro.

La escena por lo general terminaba con mi mami Valeria en cuatro patas aullando de placer como una loba, con sus rosadas carnes siendo atesoradas por Rodrigo sobre la cama; con su cara sumida entre las cobijas y lloriqueando como toda una hembra cautiva bien sujetada por las caderas por las manos firmes de mi padrastro, y las manitas de mi mami jalando la sabanas desesperada ante las estocadas de su criminal sexual de rutina, con la cara contorsionándose de tanto placer; con el culo en pompa y mi padrastro por atrás bombeándola sin parar y sin respeto alguno profanando su vagina húmeda una y otra vez, haciéndola venir de forma escandalosa en varias ocasiones, y propinándole nalgadas sonoras a diestra y siniestra; alternando su verga entre su vagina y su ano sin pedirle permiso; mientras mi mami le rogaba que se lo hiciera despacito, pero él no le hacía caso , al contrario, parecía calentarle eso aún más; y arreciaba sus embestidas, haciéndola gemir aún más duro; inmediatamente me daba cuenta cuando la penetraba por el ano, por los chillidos que pegaba mi mami Vale, ya que eran mucho más sonoros, lastimeros y quejumbrosos; por ocasiones le sacaba la polla de su ano, y yo podía ver a través del espejo de su tocador como el ano de mi progenitora quedaba completamente abierto por un momento y mi padrastro podía ver hacia adentro de ella sus intestinos hermosamente limpios, su ano se quedaba abierto por varios segundos producto de la dilatación y de la penetración a la que había sido subordinado y luego se cerraba y se abría, femeninamente, y solo para volver a recibir irremediablemente, la estocada de su vigoroso macho cabruno, y de su boca amorosamente femenina, volvían a salir gemidos lastimeros de placer.

Yo en mi recamara trataba de igualar las posiciones en las que la ponía y rápidamente me desnudaba e iba a ponerme algún baby doll que tuviera en mi cómoda, de preferencia en colores pastel, blanco o rosita; que previamente había tomado del cajón de mi mami Vale, una tanga de hilo dental minúscula, alguna peluca, de larga cabellera también de mi progenitora, pues era muy glamurosa, y comenzaba a masturbarme femeninamente mi minúsculo cli, viéndola como se la cogían, y la nalgueaban con fuerza, ordenándole que se moviera sola hacia la tranca que le perforaba el culo; mientras mi padrastro la llamaba golfa, puta, zorra y otras linduras; sus nalgas estaban marcadas con las manotas toscas de mi padrastro y se veían algo rojas; y mi padrastro iba aumentando el ritmo de las embestidas disfrutando sus gemidos cada vez más fuertes y sonoros; y tal parecía que entre más gemía mi mami, más duro la cogía mi padrastro; mientras, yo extasiada y con mucho candor en mis movimientos me tocaba imaginándome que yo era ella, a la que mi padrastro se estaba cogiendo, generalmente la cogía los días Viernes durante toda la noche, hasta la madrugada, y yo podía escuchar claramente cuantas veces se veía mi mami, durante la noche, pero mi padrastro solamente se venía una o dos veces a lo máximo, mi mami se venía aproximadamente unas seis o siete veces durante una misma noche.

Cuando comenzaba a gemir, aunque no la estuviera viendo directamente me gustaba imitarla, en la soledad de mi habitación, y note pronto que mis gemidos eran naturalmente iguales a los de ella, lo cual termino por ir reforzando mi conducta y mi verdadera personalidad todas las noches en mi mente y a varios momentos del día muy lentamente en mi imaginación seguía en mi la idea constante de que yo era una nena, y la efigie de que yo realmente había nacido para ser mujer.

Poco a poco mi psiquis se fue transformando y me fui haciendo una mujer muy romántica en mis gustos, coleccionaba calcomanías de florecitas, de rosas, y de puras cosas femeninas, incluso de vez en cuando compraba revistas de mujeres desnudas, pero solo para identificarme con ellas y copiarme algún look de peinado o maquillaje; a veces imitaba las poses en las que ellas aparecían completamente desnudas y me sacaba fotos en lencería y se las mandaba a mis amigos que tenía por internet; las colocaba en mi ropero, o en mi computadora, y las veía todo el tiempo.

En mis cajones de ropa, poco a poco fui acumulando más ropita de mujer, alguna de mi mami, y otra más que ya me atrevía yo a ir a comprar sola a algún tianguis de vestidos en la calle o a algún mercado; me gustaba mucho comprar calzones muy femeninos de tipo francés, con tiritas muy altas a los lados que me llegaban por encima de mis caderas y hacían que me viera muy femenina y de distinguido gusto como toda una dama, o de esos llamados culottes tipo francés, a veces me gustaba asistir donde hubiera algún hombre maduro atendiendo, ya que mis comportamientos femeninos, provocaban en los hombres, que me lanzaran unas miradas que me hacían estremecer de excitación, pues me sentía expuesta y descubierta, con mi verdadero rol sexual.

Finalmente resolví comprarme un kit básico de maquillaje y observando a mi mami como lo hacía comencé a maquillarme por cuenta propia mientras estaba sola en casa.

Sin embargo la primera vez que me convirtieron en mujer no fue como yo hubiera querido, ya que no hubo romanticismo y amor como yo hubiera deseado, si no que fue muy diferente.

Como les dije mi mami dormía junto a mí con mi padrastro Rodrigo, el cual era mucho más grande que yo, pues tenía cerca de 48 años, y yo tenía poco tiempo de haber cumplido los 18, el día de mi cumpleaños precisamente poco después de las 12 de la noche, el muy cabrón se emborracho y se fue a meter a mi cama que con el pretexto de darme una felicitación especial; yo intente gritar, pero el muy cabrón de mi padrastro me ordeno que no gritara; mi mami ya estaba dormida en la habitación de junto, y el muy cabrón se metió vestido a mi camita conmigo y con aliento alcohólico, me quito de un jalón mis delgaditas sabanas, y me dejo desnuda y descubierta ante su mirada lasciva; pudiendo contemplarme prácticamente desnuda.

Se dio cuenta como dormía yo, prácticamente desnuda, solamente con brasiere y tanguita, completamente depilada y con las uñas de los pies bien pintaditas de forma muy femenina; encima llevaba yo apenas una tanguita de mujer de hilo dental con encajes, y arriba un top tipo brasiere, todo en color negro, lo cual hacia un contraste muy glamuroso con mi piel tan blanquita; al sentir su mano pasarse por mis piernas, suavemente, irremediablemente empecé a ronronear como gatita en celo, de puro placer; como intuyendo lo que se venía a continuación,

-Tu madre ya está dormida putita, así que dime cuál es tu nombre de mujer.

-Me llamo Mónica, papi, le dije amorosamente a mi padrastro, y haciendo mi voz lo más femeninamente posible.

¿Crees que no me he dado cuenta como me espías cuando me baño y cuando me estoy cogiendo a tu madre?; tu naciste para ser mujer y ahora mismo te lo voy a demostrar,

Al tiempo que su boca áspera y su barba se restregaba por mi boquita carnosa y femenina y podía sentir su calor en mi piel tersa y liviana de mi rostro; como queriéndome lamer mis labios, y poco a poco se fue abriendo camino en mi boquita, introduciendo su lengua con aliento alcohólico.

Mientras con sus manos me tomaba de la cabellera y tiernamente me obligaba a obedecerlo; mi lengüita no pudo resistirse a tal tentación y comenzó a aceptarle lentamente dentro de mi boca lamiéndola como una gatita aceptando a su señor feudal que lograba conquistarla; pude sentir al mismo tiempo como su mano hacia a un lado mi tanga, y su dedo medio se abría paso entre mis nalgas rosaditas y comenzaba a profanar mi culo lentamente, abriéndose paso con mucha delicadeza, muy suavemente pero sin detenerse, y con mucha decisión, cada vez llegando más profundo, haciéndome emitir suspiros como cualquier fémina; y su otra mano comenzaba a masajear unos de mis pezones, haciendo que estos se empitonaran, tal cual y como se le hace a toda mujer; mi espalda se arqueo y comencé a contorsionarme comenzando a gemir quedito, cual hembra en celo imitando a mi madre; podía sentir hervir mi piel augurando que al parecer mi macho estaba decidido a desvirgarme allí mismo; mi boca termino por fundirse en un beso profundo con mi nuevo amante, y comencé a corresponder a sus caricias como toda mujer llena de amor y pasión, al sentirme invadida por mi maduro guerrero, el cual ya descaradamente manoseaba mis nalgas a diestra y siniestra haciéndome sentir suya.

Así me fui entregando y me deje que comenzara a despojarme de la poca ropita que llevaba encima; hasta quedar en sus brazos completamente desnuda; saboreando sus labios y sus caricias, como una mujer con su macho, juntos en la cama.

Mi padrastro Rodrigo avanzaba atiborrándome de caricias encima de mi piel; de forma exasperante comenzando a producir en mí, mis inaugurales gemidos de mujer; descarados como toda una mujer en brama, complaciendo a su hombre en la intimidad de sus habitaciones, mis posaderas albas eran masajeadas con total furor por mi amante y por un momento parecía que ambicionaba besar románticamente toda mi piel.

Finalmente comenzó a portarse como todo un hombre vigoroso y con decisión me ordeno, ponerme en cuatro patas sobre mi cama individual; al tiempo que inevitablemente hacia que viera mi brasiere y mi calzón tirados en el suelo, recordándome que estaba ya completamente desnuda y descubierta en mi verdadero rol sexual frente a un hombre de Verdad; mientras mis posaderas asumían su posición con el culo en pompa, listas para ser usadas a placer, mi cabello ya algo largo y pintado con mechas güeras, reposaban sobre mi cama; y mi cintura se arqueaba al máximo hacia arriba; dejando mis rosadas nalgas al aire, como esperando ser inauguradas como mujer para servir a su hombre en turno.

-Para bien las nalgas preciosa, me dijo mientras su enarbolado garrote alcanzaba dimensiones primorosas, cerca de los 25 cm. de largo, y rozaba con su cabezota y su liquido preseminal mis nalgas, listas.

Trate de voltear la mirada para verlo a la cara, pero con una nalgada en mi nalga izquierda, me respondió con voz firme, como la de un general.

-Mira hacia el frente puta y para más las nalgas, te voy a hacer mujer de una vez por todas, para que te acuerdes bien de que fue tu propio padrastro quien te estreno como mujer.

El muy cabrón me hizo parar las nalgas lo más que pude, quedando mi ano rosado y virgen completamente expuesto a su mirada lujuriosa, mientras por un espejo miraba su cara que ya reflejaba una mirada vidriosa, mirándome las nalgas, y mi rosado ano, a su disposición.

Hábilmente me tomo con su manota tosca y firme mi nalga izquierda y la abrió, para ver mejor mi rosado ano completamente limpiecito y depilado.

-Estas tan buena y nalgona puta que tengo que abrir tus nalgas para poder verte el culo, ¡pinche puta! preciosa.

-Se ve que esta aun virgen, y te lo voy a dejar tan abierto, que te vas acordar quien fue tu primer hombre en tu vida mi amor, no te vas a poder sentar en una semana.

-Mira nomas, te pareces a tu madre, mi preciosa Mónica, pareces toda una cerdita así en cuatro patas y con las nalgas al aire.

-Voy a ser tu maestro de ceremonias en la cama mija. Dijo al tiempo que me propino otra tremenda nalgada en mi nalga izquierda, logrando que vibrarán las carnes de mi nalgatorio, haciéndome levantar por instinto aún más mi trasero y aullar con un gritito muy femenino y natural.

-De ahora en adelante quiero que andes en la casa vestida de minifalda y una blusa, y que te maquilles todos los días como toda una mujer, también quiero que le pidas a tu mama, te enseñe a maquillarte perfectamente pero en tonos muy cargados como la prostituta que eres, de ahora en adelante te cogeré cuando se me venga en gana putita.

-¿Y mi mami que dirá papi?

-Me vale madres lo que opine a estas nalgas y a las de ella Yo las mantengo, así que las uso cuando me venga en gana putita, serás mi esclava sexual, ¿querías ser mujer, no? ¡Pues eso serás!, dijo al tiempo que me jalaba de mi larga cabellera hacia atrás como queriendo montar a una potranca salvaje; y mi espalda se arqueo al máximo dejando mi cabeza hacia atrás, y mis nalgas levantadas, mientras exhalaba un suspiro muy femenino; y mi cabeza tirada hacia atrás me hacía entender quien mandaba; estaba siendo dominada por mi fuerte mayoral, mis nalgas paradas al máximo, formando una imagen epicúrea de voluptuosidad femenina, al tiempo que me musitaba en la orejita toda clase de obscenidades, y lamia el interior de mis oídos, dejando su saliva en ellos, haciéndome excitarme aún más.

Inmediatamente sentí como su pene abrió mi ano, con cierta ternura pero con firmeza y decisión, al tiempo que comenzaba con cierto romanticismo, a acariciar mi espalda con sus manos y lamia mi nuca despacito con su lengua, de forma muy romántica, yo me dejaba hacer sintiendo como su pene iba abriendo mis entrañas de forma deliciosa, hasta sentir sus bolas pegadas en mis nalgas, y un aullido lastimero salió de mi boca en una mezcla entre sufrimiento y placer al sentir su verga profanando mi culito, que ya había perdido su virginidad.

-Gózala putita, esta será tu verga de planta de ahora en adelante, mientras vivas en esta casa.

Y así comenzó a bombearme lentamente mi indefenso ano, sin parar ; cada vez aumentando la velocidad y haciendo gemir de placer igual que a mi mami, por momentos lo hacía despacito y por momentos con mucha rudeza y fuerte, haciéndome sentir mujer de una vez por todas, y haciéndome perder la poca hombría que aun podía quedarme, ese trato me hacía volverme loca y cada vez me hacía sentir más mujer y más contenta, me estuvo profanando mi culito; durante cerca de media hora, a la vez que gozaba propinándome muchas nalgadas en mi adolorido trasero, e insultándome tal y como lo hacía con mi madre, diciéndome, golfa, puta, zorra, pendeja nenaza, y por momentos me decía al oído que quería hacerme su mujer desde hace mucho tiempo y mezclaba su varonil presencia con un amor genuino dándome besos en la boca sin sacarme su vergota de mi ano, lo que termino por feminizarme aún más y caer rendida a sus pies psíquicamente como una mujer con su marido; y decidí entregarme a él creyéndole todas las cosas que como su hembra me decía.

Sus insultos no hacían más que excitarme más y hacer que gimiera yo con más devoción hacia mi hombre hermoso; mis gemidos debieron haberlos oído todos mis vecinos, y termine por venirme en más de cuatro veces seguidas unas tras otras; con mis nalgas alzadas y solamente soportadas por la verga de mi padrastro, el cual de ahora en adelante se volvería mi amante.

Finalmente mi ano acepto la horma de su miembro erguido dentro de mis intestinos con total entrega, y comencé a aullar escandalosamente sin parar, pataleando de placer y arañando las sabanas de mi camita, continuamente y de forma muy femenina; dándole una serenata de gemidos a mi nuevo progenitor.

De un momento a otro me saco su vergota de mi ano provocando que mi ano se quedara abierto unos segundos, producto de la dilatación a la que fue sometido y sin dudar decidió escupirlo, yéndose su saliva hacia adentro de mis intestinos; y después de observarlo unos segundos, me ordeno arrodillarme en el suelo con mi boca abierta, para recibir su precioso néctar.

Termino por masturbarse en mi cara rápidamente y término viniéndose en un delicioso orgasmo, bañándome de leche mi maquillada cara, y al final se despidió de mí; dándome una cachetada, sonora, a lo cual lloriquee quedito.

Riéndose masculinamente termino por escupir también mi cara al tiempo que me decía.

-Serás mi esclava sexual golfita, y yo seré tu Amo.

Sola en el piso sudorosa y aun excitada solamente alcance a decirle

-si precioso.

Y mi padrastro se marchó a las regaderas de su habitación, sin voltear atrás.

Dejen sus comentarios a [email protected], espero les haya gustado besos.

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