Después de 2 años de vivir en la vecindad, 1 año solo y 1 año con mi pareja, llega al departamento del frente una mujer de unos 40 o 45 años, delgada pero con sus cosas donde deben de ir, morena, de cabello negro poco más abajo de los hombros, 1.65 de altura, bonita de cara aunque con gesto serio que no daba señas de tener buen carácter. Desde que llego me llamo la atención, ya que al parecer vivía sola con un perro rescatado de la calle, el mismo me permitió una primera plática con ella cuando la vi paseando en la calle al perro en cuestión y me atreví a comentarle que a dos calles de nuestro edificio hay un parque donde podía pasearlo más cómodamente. Ella me agradeció la información y sin más, dio vuelta y se fue.
Después del primer encuentro, nada fructífero, mis expectativas eran pocas y solo nos limitábamos a saludarnos cuando nos encontrábamos en el patio común o el estacionamiento. Un día de fin de semana la vi fuera de su departamento platicando con una de las dueñas del edificio, al pasar solo salude cordialmente como siempre y seguí mi camino, a mitad de la escalera recordé revisar el buzón y regrese, cuando iba llegando al buzón que esta frente a la entrada de la vecina madura escuche la conversación que tenía con la dueña.
Dueña: es bastante guapo, atento y hasta coqueto, lo malo es que hace 1 año aproximadamente trajo a vivir con él a una mujer.
Vecina: guapo? más bien esta buenísimo, se ve que va al gimnasio, lo de la mujer es una lástima, pero no dejo de pensar en quitarme estas ganas de coger con él.
Dueña: jajaja sino te conociera diría que realmente te lo quieres coger, me sorprendes con en esa faceta.
Vecina: créeme que después de la enfermedad de mi marido, que consumió todos nuestros recursos y todo el placer que nos dábamos, estoy en sequia total, no he tenido amante desde hace más de 3 años, creo que ya hasta tengo telarañas
Dueña: pues yo creo el estaría encantado de quitar esas telarañas y tu deberías dejar que lo haga
Si mis sospechas eran ciertas ellas estaban hablando de mí y me abría una posibilidad de poder cumplir mi fantasía con esa madurita, paso un tiempo en el que nada había cambiado, no sabía cómo poder hablar un poco más con la vecina sin que mi esposa se diera cuenta, aunque si note que era un poco más sonriente conmigo, hasta que un sábado después de comer, regresaba a mi apartamento y la encontré en el estacionamiento llorando frente a su auto, pregunte si todo estaba en orden y ella limpiándose las lágrimas y tratando de disimular me dijo que sí.
-estas segura? tal vez te pueda ayudar en algo.
-la verdad es que no quiero molestar ni quitarte tu tiempo con tonterías.
-nada de eso, si puedo hacer algo cuenta con mi ayuda.
-en realidad creo que si puedes, es que… y desvió sus oscuros ojos hacia la llanta de su auto la cual estaba desinflada y yo con una pequeña risa me acerque
-una llanta sin aire no debería ser motivo para ver esos bellos ojos llenos de lágrimas, tome su barbilla para levantar su cara y dije, abre la cajuela que yo me encargo de cambiarla.
Con una cara visiblemente sonrojada me dio las llaves del auto y me dijo
-te lo agradezco mucho, soy una inútil, mi marido hacia todas estas cosas y yo nunca puse atención por si algún día necesitaba hacerlo.
-no sé porque no está tu marido aquí pero si él no está, puedes contar conmigo para sustituirlo en lo que se te antoje, dije con doble sentido.
Se sonrojo y me dispuse a cambiar la llanta de repuesto, al estar en pleno sol comenzamos a sudar y le comente que no tenía que quedarse aquí y que con uno que sintiera este candente sol era suficiente. Entro en su casa agradeciéndome de nuevo y diciendo que me esperaría adentro con algo para tomar y refrescarme.
Al terminar de cambiar la llanta y guardar la herramienta estaba realmente acalorado y con la camisa mojada, me acerque a su puerta y toque, escuche un leve grito de, pasa, te deje la puerta abierta.
Al entrar, recibí con agrado la sensación de frescura en la sala con el aire acondicionado y vi en la mesa un par de cervezas, en eso, salió de una habitación con un camisón grande que le llegaba unos centímetros abajo de las nalgas y dejaba ver un lado de sus tetas, me dejo con la boca abierta. Estaba muy sexy y recién bañada, ella se dio cuenta pero trato de disimular y me pidió sentarme a su lado en el sofá.
Por más que trataba de poner atención en su plática me distraía demasiado su escote, su linda sonrisa que ponía cada vez que desviaba mi mirada de ese par de tetas para ver sus ojos era algún tipo de coqueteo que no sabía bien cómo interpretar y después de terminar la primer cerveza se levantó para ir por otra a la nevera dejando ver como contoneaba ese apetitoso trasero al caminar, llegando a la nevera se agacho sin bolar las rodillas dejándome ver en todo su esplendor ese culo y ese par de piernas que largas y delgadas hacían más atractivo el culo donde terminaban.
Estaba tan embobado que no me di cuenta cuando se enderezo con un par de cervezas en la mano y comenzó a caminar sensualmente hacia mí y parándose a unos centímetros de mis rodillas pregunto.
-te gusta lo que viste?
Con cara de avergonzado y todavía medio hipnotizado por la forma de su caminar respondí en automático que sí, lo tomo a bien con una sonrisa y me dijo que así le gustaban los hombres, sinceros.
Tomamos las nuevas cervezas en lo que seguía la plática mientras el camisón dejaba ver sus piernas y el comienzo de una tanga blanca que apenas podía apreciar, apure la cerveza para poder pedir otra y ver el espectáculo de su cuerpo al caminar, cosa que dio resultado con la diferencia de que esta vez hizo los movimientos aún más sensuales y como en cámara lenta, al volver a estar frente a mí me volvió a preguntar si seguía gustándome lo que veía y ya más envalentonado le dije que solo por eso había apurado la cerveza, ella con voz de niña mimada dijo que se sentía apenada de que no me pudiera pagar más que con esas cervezas pero que si podía hacer algo más por ella, me refiero a algo más que solo verme y desearme desde lejos, cuando apenas iba a decir unas palabras me interrumpió diciendo que no era necesario que se lo confirmara con palabras ya que los "hechos" dijo señalando mi abultada entrepierna, hablan por sí mismos, lo que tu desees que haga dalo por hecho, conteste después de tragar saliva, como respuesta me entrego la cerveza, y se sentó a horcajadas con una rodilla a cada lado de mis piernas y cuando quiso descender sintió mi verga que topaba en su vagina y se estremeció, hizo otros dos intentos de volver a sentarse sobre mi hasta que se alejó un poco y luego volvió a acercarse dejando mi verga entre su vagina y mi vientre, solo separados por la poca ropa que teníamos, eso termino por vencer todas mis fuerzas para contenerme y dejando las cervezas de lado la abrace y comencé a besarle esos ricos labios, ella correspondió el beso lo que me dio más ánimos para empezar a tocar todo su cuerpo.
Estaba sobre mí y empezó a mover lentamente su cadera haciendo que nuestros sexos se frotaran entre sí, acariciando sus piernas fui arrastrando el camisón hasta dejar sus nalgas a mi alcance fuera de todo estorbo y empecé a masajearlas y magrearlas, eran muy suaves y firmes, ella no dejaba de comerme la boca y jugar con nuestras lenguas, tome la orilla del camisón y lo termine de sacar por sobre su cabeza, lo que dejo desnudo su cuerpo ahora solo cubierto por su tanga, por fin pude ver al desnudo esas tetas que tanto deseaba y no me decepciono, no eran muy grandes pero eran firmes aun y con unos pezones duros y parados, rodeados por unas aureolas pequeñas solo un poco más oscuras que el tono del resto de su piel, eran una invitación a saborearlas y no las hice esperar, metí mi cara entre esas bellezas y empecé a besar lamer y morder toda el área hasta llegar a uno de sus pezones para después ir a saborear el otro, ella gemía y me apretaba la cabeza, sus gemidos me dieron a entender que eso la gustaba tanto como a mí, subía por su cuello, llegaba a sus labios para saborearlos y regresaba a sus tetas mientras mis manos acariciaban su espalda nalgas y piernas, metiendo los dedos entre la tanga y su piel pude sentir su raja del culo el cual pase a saludar con unas caricias circulares que la hicieron estremecer, luego seguí mi camino hasta sentir la humedad de su vagina y ahí fue donde metí primero un dedo y luego otro jugando y sintiendo su cálido y húmedo interior, estaba entregada, era mía y ella me lo confirmo al decirme al oído.
– haz conmigo lo que quieras, sigue dándome tus dedos, mételos hasta el fondo, hazme sentir mujer otra vez, dame más! más! dijo entre gruñidos cuando empezó a retorcerse sobre mi sentí como me jalaba hacia adentro y apretaba mis dedos con su vagina, estaba explotando en un orgasmo solo con mis dedos, me estaba excitando más aun con esa sensación hasta que se relajó un poco y se dejó caer en mi hombro.
Quería más, apenas recupero el aliento me dio las gracias y saco mi sudada camisa, acaricio mi cara, cuello y pecho, se separó de mí y dando un beso cálido hizo que su boca siguiera el camino de su mano hasta llegar a mi pantalón el cual desabrocho y deslizo junto con mis bóxer dejando libre mi inflamada verga, dejo mis pantalones en los tobillos, acaricio mi verga, la agarro firme con una mano, y veía con cara de lujuria como no alcanzaba a cerrarla al rededor, utilizo su otra mano para tratar de cubrirla, al dejar la cabeza libre con unas gotas de pre-semen en la punta, acerco su boca y saco su lengua para saborearla y de paso darme una lamida, esa caricia bucal me hizo estremecer, me vio a los ojos con cara de traviesa cuando bajo una de sus manos hasta tocarme los huevos y sopesarlos, bajo la cabeza y sacando su lengua los ensalivo por completo, metió uno y luego otro en su boca succionándolos y luego con esa lengua tan hábil fue subiendo por el tronco hasta la punta de mi verga que sentía reventar, estando en sus labios cerrados, una de sus manos cargando y acariciando mis huevos y la otra en la base me lanzo una sonrisa para después abrir los labios e ir metiendo esa verga poco a poco hasta la mitad, donde se detuvo solo para regresar hasta casi sacarla de su boca y volver a meterla un poco más.
Me volvía loco con esa mamada y cada vez que la metía lo hacía un poco más al fondo hasta que sentí como topaba con su garganta, la volvió a sacar, agarro aire y de un jalón la metió hasta donde estaba y siguió aún más, ya casi se tragaba todo y decidí ayudarla empujando su cabeza hasta poderla meter del todo, era delicioso, sentía su garganta apretar y jalar aún más hacia adentro, se salió un poco solo para volver a repetir esa garganta profunda una y otra vez, yo tenía su cabello agarrado y dirigía su cabeza como si me estuviera masturbando con su boca, cuando sentí cerca el orgasmo le dije que iba a correr y ella sin decir nada sola volvió a meterse mi verga hasta adentro y al topar su nariz en mi cuerpo saco su lengua lo más que pudo para acariciar con ella mis huevos que al sentir esa caricia explotaron dejando salir todo lo que tenían lo cual fue a parar directo a su garganta, no dejo salir una sola gota y cuando termine de expulsar todo me dio otra pasada con su lengua y dejo todo tan limpio como antes.
Al estar todavía disfrutando de mi orgasmo ella se levantó y cuando iba dar media vuelta la tome de la mano, la gire hacia mí y le ordene que me terminara de desnudar, cosa que hizo inmediatamente, luego se volvió a dar vuelta y la tome de su tanga jalándola, yo todavía sentado agarrando su única prenda pude ver esas ricas nalgas que tenía frente a mí y se me antojo darles una buena nalgada seguida de un mordisco y unos besos, deslice su erótico calzón hasta sus pies y la agache para que lo recogiera, teniendo su culo enfrente, tome sus nalgas separándolas para poder admirar mejor ese agujero que me dejo impactado por lo rico que se veía y admirando también esa vagina tan sabrosa que estaba más abajo escurriendo jugos, metí mi cara entre sus nalgas y saque mi lengua para degustar esos dos orificios por igual, lamia desde la parte más baja de su vagina hasta terminar remolineando mi lengua en su agujero trasero y volvía a la vagina metiendo le lengua para seguir sacando más jugos.
Estaba disfrutando a lo grande al tener sus agujeros a mi disposición y ella estaba estremeciéndose con cada caricia, me anuncio entre gritos que se correría si continuaba así, metí aún más empeño en mis caricias bucales hasta que sentí como salían más jugos de esa rica y esponjosa vagina. Casi se cae al piso al sentir que le fallaban las piernas, la retuve con mis brazos y la deje que sentara sobre mis piernas lentamente, mi verga ya estaba para otra vez y salió de entre sus piernas llena de jugos que salían de ella, con una sonrisa y agarrando la punta con su mano dijo.
– así que esto se siente tener una verga entre las piernas
– hay otra manera de tenerla que tal vez te guste más.
Giro su cara para darme un beso mientras subía y bajaba su mano por el tronco y acercaba la cabeza a su entrada para llenarla de jugos, no pude aguantar más y la levante, la hice girar y volver a sentarse sobre mí con sus piernas por fuera de las mías, al ya no tener estorbos mi verga fue entrando y abriendo su vagina poco a poco, bajaba muy lento para sentirla y hacerme sentir cada centímetro que entraba hasta tocar fondo con la punta cuando sus nalgas tocaron mis piernas, se relajó un poco y di un golpe de cadera hacia arriba arrancándole un grito de placer, luego otro y otro, ella empezó a saltar mientras estaba empalada y me hacía sentir su apretada vagina, yo acariciaba todo a mi alcance y mordía y lamia sus tetas hasta que sentí como acelero el ritmo y contraía una y otra vez sus músculos internos apretando todavía más mi verga, un grito me indico que su orgasmo estaba pasando y así como la tenía me levante del sillón cargándola con mis brazos bajo sus piernas y dándole lo más fuerte que pude, la levantaba y dejaba caer para sentir como llegaba hasta el fondo y ella solo seguía gritando y pidiendo más, se deshacía en orgasmos múltiples mientras me apretaba cada vez más hasta que explote en su interior.
Le di vuelta y la acosté en el sillón, todavía estaba dentro de ella y cuando me salí un chorro de esperma y liquido salió de su vagina manchando el mueble, me recosté a su lado para reponerme, ella volteo a verme y me dio las gracias con un beso largo. me puse de pie comenzando a vestirme, me dijo que me quedara más tiempo, conteste con un tono autoritario que eso no lo decidía ella, que yo sabría cuando venir y cuanto quedarme a disfrutar de ella, mientras, me tenía que esperar lista para cuando me dieran ganas de regresar con su sexo completamente depilado, algo de comer y beber, que fuera a sacar una copia de las llaves y las dejara escondidas en el vestíbulo para entrar cuando se me diera la gana, a partir de ahora ella era mía y yo sabría qué hacer y cuando hacerlo. Me quede unos segundos callado esperando su respuesta, tal vez me propase y lo había echado a perder, mi vecina dudo unos segundos y con la cabeza viendo aun al piso, dijo.
– ya tengo la copia de la llave, te la dejo en la maceta al lado de la puerta.
Vaya con la madurita, tenía razón, era una sumisa y necesitada de macho, era lo mejor que me había pasado.