-Está jadeando el chico, ¿te diste cuenta, Gervasio? –dijo el tal Rolando.
-Sí, ¿estará caliente?
-Con esa cara y ese cuerpo, para mí que es putito…
-Contanos, rico, ¿sos putito?
-S… sí, señor, soy… soy eso… -murmuré mirando al piso después de tragar saliva…
Para mi humillación los dos estallaron en carcajadas y el tal Gervasio dijo:
-¡Que descubrimiento, Rolando!…
-¿Cómo te llamás? –quiso saber Rolando, el otro señor…
-Jorge, señor, pero me dicen Yoyi…
-¿Y cuántos años tenés, Yoyi?…
-Dieciocho, señor…
-Qué bien, podemos culearte tranquilos porque no sos menor de edad… Y vos querés eso, ¿eh, putito?, que te culiemos a fondo…
-Ay, señor… -musité humillado y cada vez más caliente, porque ser humillado me excita…
-Decilo… O no habrá vergas…
Volví a tragar saliva y dije coloradísimo de vergüenza:
-S… sí, señor, quiero… quiero eso… quiero que… que me culeen…
-Y seguramente también querés chuparnos la pija…
-Ay, señor… Por favor…
Rieron y el señor Gervasio me preguntó si vivo con mis padres:
-Sí… -contesté y para alentarlos dije:
-Ellos trabajan y yo cuando vuelvo del colegio al mediodía estoy solo hasta las ocho de la noche, más o menos…
-Pero ¿te das cuenta, Rolando?, nos ganamos la lotería con este chico…
-Sí, oíme, a partir de ahora vas a venir todas las tarde… ¿entendido?…
-Sí, señor Rolando, lo que ustedes quieran…
-Bueno, y ahora vas a tragar verga… ¿Vos cómo querés empezar, Rolando?…
-Que me la chupe…
-Bueno, y mientras yo le doy por el culo…
Y así fue… Me hicieron trepar a la cama y ponerme en cuatro patas, con el señor Rolando frente a mí y el señor Gervasio detrás, después de haberse puesto en la pija una crema deun pote que buscó en el cajón de la mesita de noche… Yo temblaba cada vez más, ante lo inminente de mi primera vez…
-Abrí la boca, Yoyi… -y la abri…
Entonces el señor Rolando me la enterró bien dura hasta el paladar, provocándome arcadas que le causaron una risita sádicamente burlona…
Mientras tanto, sentí un dolor muy fuerte cuando empezó a entrarme en el culo la otra pija y hubiera gritado de no haber tenido la boca llena…
El dolor desapareció cuando la pija del señor Gervasio empezó a ir y venir por dentro de mi culo y el placer que sentí es indescriptible…
Esos dos faunos me llevaron al éxtasis y no puedo calcular el tiempo que pasó hasta que me llenaron de llenaron de sabrosa leche la boca y el culo mientras ellos jadeaban y rugían hasta que cayeron de espaldas en la cama y yo no daba más de las ganas de masturbarme…
Dejé pasar un momento y les pregunté si me daban permiso…
-Todavía no, perro, porque la fiesta sigue…
Y siguió con ellos cambiando las posiciones… El señor Rolando me la dio por el culo mientras yo se la chupaba ansiosamente al señor Gervasio…
Y otra terminé con el culo y el hocico inundados de ese elixir que es el semen humano…
-Ahora sí, putito, andá a masturbarte si querés…
-¡Ay, sí, gracias!… –y corrí al baño…
Más tarde, cuando todo se hubo calmado y con ellos ya vestidos, me llevaron al comedor sin permitirme que me pusiera la ropa… Se sentaron a la mesa conmigo de pie y el señor Gervasio dijo: -Es increíble la figura que tenés… Te estaría dando pija todo el tiempo…
-Ay, sí… Me… encantaría…
-Pero vas a tener que ganártela…
-¿De qué… de qué forma, señor?…
-Estuvimos conversando con Rolando y decidimos que vas a ser nuestra mucama, nuestra sirvienta?…
-¡¿Q… qué?!…
-Lo que oíste, putito… Tenés toda la tarde libre, ¿cierto?…
-Sí, señor Gervasio…
-Bueno, todos los días vas a venir a eso de las tres de la tarde, vestido con esa ropa tan sexy, te ponés a hacer las cosas de la casa y cuando termines vas a tener tu premio, jejeje… Y mirá que buenos que somos, te damos tiempo para almorzar…
-Está bien, señor… -acepté muy excitado al imaginarme como la mucama de esos dos faunos…
Y eso soy hace ya una semana… Soy el putito y la mucama de ellos, que me pagan gerosamente con sus apetecibles pijas y su leche…
Fin