Al día siguiente el chico despertó de la operación y después de que los familiares se fueron, entro Cristina a su cuarto y claro los piropos no se hicieron esperar.
– doctora guapa… como esta
Cristina con una seriedad tremenda, solo contesta, con los buenos días.
– oiga doctora guapa, me duele un poco de la cintura para abajo.
– la plancha de operaciones es muy fría y dura, después de la operación de hoy tal vez tengas algunas escoriaciones.
Cristina checa los medicamentes del chico y este solo le dice:
– me va a operar de nuevo usted doctora guapa.
– claro que sí.
Y sin decir más sale del cuarto. En punto de las ocho de la noche, los cuatro vuelven al quirófano, Cristina hace la intervención y después de terminarla, se quita los guantes, el tapabocas y les dice a Gisel y a Pamela,
– bien chicas, estuve pensando y se me ocurrió darle a este muchachito una cuchara de su propio veneno.
Gisel y Pamela sonríen y le preguntan a Cristina.
– que tienes en mente Cristina?
– ahora verán.
Cristina saca un recipiente metálico debajo de la plancha y una jeringa gruesa de plástico.
– bien chicas, vamos a masturbarlo.
Las dos chicas parecen tener una idea de lo que Cristina desea hacer, así que Gisel, comienza a frotar el miembro del joven, hasta que logra ponerlo erecto y comienza a masturbarlo y después de unos minutos, logra hacerlo venir y echa el semen en el recipiente, acto seguido Pamela toma su lugar y comienza también a frotar el miembro del joven, hasta que logra hacerlo terminar de nuevo, Cristina toma su lugar y también comienza a frotar el miembro del joven, hasta que lo hace terminar, el recipiente ha quedado con una buena cantidad de semen.
– bien chicas, ahora saben a qué me refiero.
Las dos mujeres sonríen y le contestan que sí
– bien chicas, pero no solo será de él.
Y mientras dice eso, saca de igual de abajo la mesa un pequeño frasco, con una cantidad mucho más abundante de semen, Gisel y Pamela al ver ese frasco comienzan a reír y le preguntan al mismo tiempo.
– de quien es tanto semen Cristina!
– de quien o de quienes… jajajaja, anoche pase a visitar a algunos amigos y pues les pedí su colaboración, y creo que sería buena idea darle de beber un poco del semen de mis amantes y el de él, aplicárselo vía rectal, que les parece.
Las dos mujeres comienzan a reír, mientras le dicen a Cristina.
– eres tremenda Cristina, que buen castigo… jajajaja.
-bueno chicas, manos a la obra.
Cristina destapa el frasco que ella llevaba, toma la jeringa y la comienza a llenar, la mezcla se ve entre blanca con manchones amarillos y bastante espesa, una vez que lleno la jeringa le dice a Gisel y a Pamela.
– bien chicas, déjenme ver ese culito.
Las dos mujeres sujetan los glúteos del chico y los separan, dejando al descubierto su orificio anal, Cristina le introduce la jeringa y comienza a vaciar el semen lentamente, una buena parte entra, pero otra comienza a escurrir.
– bien chicas dejemos que el semen entre por sí solo, ahora vayamos a su boca.
Las tres mujeres ríen y se paran justo a la altura de su rostro, el chico esta tan anestesiado, que tiene la boca un poco entreabierta, así que Cristina, le acerca la jeringa hasta posarla en sus labios y lentamente comienza a vaciar el semen y este cae directo en la lengua del chico.
– mmhhh… dejemos que el semen se impregne un poco en su lengua, Gisel, puedes repetir toda la operación, por favor.
– claro Cristina.
Gisel toma la jeringa y vuelve a rociar un poco entre sus nalgas, hasta que se hace un pequeño charco, justo en su ano y después, se va a su boca, y vacía otro poco entre sus labios, la siguiente es Pamela, quien repita la operación, un poco entre sus nalgas y otro poco en su lengua, las tres pasan una a una, hasta que se vacía la jeringa.
– bien chicas, hemos terminado, este muchacho tuvo su castigo, mañana le damos un laxante, y listo.
Las tres ríen, acomodan al chico y salen del quirófano. Al día siguiente Cristina visita al chico, y de nuevo los piropos comienzan.
– buenos días como se siente.
– hola doctora bonita, me siento ya bien, tengo un poco de diarrea y la boca me sabe algo agria, pero estoy bien.
Cristina piensa para sus adentros, que el chico no sospecha nada, así que lo deja que continué con sus piropos y después le dice:
. Sí, es por la anestesia y la diarrea también es por lo mismo, hoy en la noche se va.
– gracias doctora, espero alguna día poder verla fuera del hospital.
– si claro como no.
Fin…