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Iniciando al hijo de mi amiga (Parte 2)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Era mi última noche en Mendoza y a la mañana como Sabrina se quedaría en casa no tendría mi último día de sexo con Leonardo, por la tarde yo volvería a Bs As y el iría a refugiarse en los brazos de Leticia, para mi quedaba el placer que me dio en estos días y esa adorable sensación de ser la primer mujer en su vida.

Estaba en la cama, pero no me podía dormir, algo en mi había cambiado, me había enamorado de Leo, recordé los días vividos a pleno sexo, el primer beso, su cara cuando me vio desnuda por primera vez, no me podía dormir, me destrozaba no tener una despedida con Leo; al rato golpearon mi puerta era Sabrina, me sorprendió verla, ella ya sabía que su hijo estaba de novio con Leticia y que por supuesto no era gay, entonces Sabrina dijo:

S- Me voy a la clínica internaron a mi madre y voy a reemplazar a su hermana, pero que ella volvería a media mañana.

Ella se fue, yo me acurruqué en la cama cuando de pronto aclaré mis ideas, en la otra habitación esta Leo y Sabrina sin saberlo nos estaba regalando nuestra noche de despedida, me levante y me vestí para la ocasión, cabello vaporoso y suelto, un diminuto y transparente babydoll bordó de encaje, abierto en su frente, se veían claramente mis senos una bombacha pequeña del mismo color. Estaba a punto de salir hacia la habitación de Leo, estaba muy excitada, mientras me cambiaba mis pensamientos habían estado a full imaginando una noche de lujuria, placer y sexo en manos en los brazos de Leo y cuando estuve lista fui a su dormitorio.

Leo dormía plácidamente así que me acerqué a su cama para no hacer ruido. Se encontraba, tan solo cubierto por un bóxer blanco. Debajo de él se pene estaba semi erguido, estaba deseosa de tenerlo en mis labios de saborearlo con mi legua y disfrutarlo dentro de mi boca, deseaba sentir sus manos en mi cuerpo y su pene en mis entrañas.

Me senté en la cama sin hacer ruido y con mi dedo índice, jugué suavemente con su pene por sobre el bóxer y vi como su pene aumento de tamaño, ahí Leo se despertó sobresaltado, la luz del pasillo iluminaba la habitación y dijo

L- ¿Qué estás haciendo? Nos pueden ver

C- Vengo a pasar la noche con vos… tu mamá se fue a cuidar a tu abuela y viene a la mañana, así que nosotros estamos solos…

L- Estas hermosa con ese babydoll.

C- Demostrámelo porque te voy a coger toda la noche… pero primero te voy a mamar esa hermosa pija.

Bajé su bóxer lentamente hasta que su pene asomo victorioso. Humedecí mis labios, ardía de deseos por tenerlo dentro de mi boca y dije:

C- Soy tu gatita que muere de deseos por saborear tu lechita

L- Voy a cumplir tus deseos

Bajé su bóxer empecé a jugar con su pene lamiendo lentamente toda su longitud me apoderé de él desde la base hasta llegar a su glande, bajé por él hasta apoderarme de sus testículos por unos breves segundos. Leo gemía de placer y volví a subir lentamente hacia su glande que esperaba con deseo que mi boca se apoderase de él, esa situación era hermosa me estaba despidiendo de él de manera inolvidable viviendo nuestro último día juntos.

Mi boca deseosa se apoderó de su pene, sus gemidos eran constantes y su mano se hundía en mis cabellos. Se la chupé con gran deseo, saboreando ese pene virgen hasta hacia una semana, mi boca y mi cuerpo gozaban de su erecto pene, desde mi posición podía ver la carita de gozo de Leo y mirándolo a los ojos dije:

C- Quiero que esta noche sea inolvidable para ambos y que siempre esté en nuestras mentes como lo más hermoso de nuestras vidas

L- Nunca te voy a olvidar… es imposible olvidarte…

Volví a poseer su pene y a lamerlo con deseos inconmensurables, estaba desesperada, quería saborear su semen por completo. Él no paraba de gemir su cuerpo daba señales inequívocas de que el final de ese hermoso acto estaba llegando… y en escasos segundo mi boca se llenó de semen y mi boca absorbió todo sin derramar nada.

Nos besábamos, nos acariciábamos nos decíamos palabras de amor, en estos días, al menos conmigo Leo había perdido su timidez, y eso me hacía sentir orgullo… y entonces dijo;

L- Ahora me toca a mí… quiero saborear tu hermosa vagina

C- Sos el dueño de ella, es toda tuya…

Leo se colocó entre mis piernas, besó mi concha un par de veces, mi boca emitió pequeños gritos de placer, con sus deditos separó mis labios vaginales y su lengua se apoderó por completo de mi vagina, mi cuerpo se contorsionaba, mi boca gemía y dije:

C- Siii, ay chiquito me volvés loca… adoro tu lengua, dame más y haceme acabar como nunca…

Segundos después mi cuerpo convulsionó, interminables contracciones me invadieron y mi vagina se inundó de jugos vaginales y él no abandonó mi vagina hasta ver mi cuerpo aplacado.

Nos levantamos y fuimos a ducharnos, fue corto, breve ese momento pero lleno de pasión nos besábamos con furia, nos acariciamos manteniendo esa pasión como si aún no hubiésemos empezando, volvimos a la habitación yo subida en él con mis piernas cruzadas en su cintura.

En la cama los besos las caricias aumentaban constantemente y yo acostada sobre él podía notar como su pene se endurecía, luego lamí y besé su tórax, descendiendo por él hasta que mi boca se apoderó nuevamente de su pene, luego me acomodé en la cama y Leo se apodero con besos, caricias y lamidas de todo mi cuerpo, Leo era un alumno excelente, haría muy feliz a cualquier mujer…

El momento de penetrarme había llegado, él se puso en posición, su pene jugueteó unos segundos a la puerta de mi vagina, y segundos después estaba dentro mío, una profunda mezcla de alarido y gemido, se apoderó de mi cuando su pene se apoderó de mi vagina entraba y salía de ella con facilidad, luego de unos minutos cambiamos de posición ahora era yo la que lo montaba y lo cabalgaba sintiendo su erguido pene en el fondo de mi vagina, sus manos me tomaban de las caderas acompañando los movimientos, estaba loca tenia deseos de acabar, hacia muchos esfuerzos para contenerme y entonces su boca entre gemidos de placer dijo:

L- No puedo más pero quiero que acabemos juntos

C- Si también quiero eso… decime cuando

Pasaron escasos segundos, su boca con desesperación dijo:

L- Ahora

En ese momento nuestros cuerpos estallaron en miles de convulsiones, nuestras bocas se unieron en un profundo beso de lengua y podía sentir su cuerpo sacudiéndose bajo el mío mientras torrentes de cálido y espeso semen se adueñaban de mi vagina, estuvimos así durante largo tiempo, con besos y caricias y con sus manos acariciando y aferrando los cachetes de mi cola y cuando ya nos habíamos aquietado sonó el celular de Leo, su mensaje decía:

“Todo bien con la abuela vuelvo a eso de las 8 de la mañana”

C- Que hermoso tenemos aún 4 horas, y sabes que… a modo de despedida y por unos días hermosos e inolvidables en tus brazos quiero darte la última lección… trae aceite, vamos a tener sexo anal mi vida…

Lo bese, él salió de su habitación en busca de lo pedido, volvió con un pequeña tacita…

Me acosté en la cama boca abajo y dije, lámeme, bésame, acaríciame mi vagina mi ano, los cachetes de mi cola con todos tus deseos y haceme vibrar hasta que pierda el control de mi cuerpo

Mi pedido fue cumplido con creces, con besos lengua y caricias se apodero de cada milímetro de mi cuerpo en la zona anal y vaginal, mi cuerpo estaba en otro mundo, Leonardo había llegado a superar con creces mis expectativas, de virgen se había convertido en un espectacular amante…

Luego acostada sobre el colchón levante mi cola y dije:

C- Aceita mi año y pone aceite en mi conducto anal… si no te animas, pásame el aceite que lo hago yo

Primero fue su lengua en mi ano lo que introdujo y dije:

C- Eso no es aceite…

L- Dejame saborear esta hermosura un poco más…

Luego de unos minutos, lubricó mi ano por completo, luego me coloque en cuatro, a pedido mío lo lubricó un poco más. Luego, se colocó detrás de mí me sujeto con ambas manos por las caderas, apoyó su pene en las puertas de mi ano y dije:

C- Penétrame despacio, como a mí me gusta pero eso hacelo siempre… sino duele…

Entre los dos colocamos su pene en posición, sabía que me iba a doler un poco porque su pene era de buenas dimensiones y empezó a penetrarme en forma lenta y suave, me dolía un poco pero el placer que sentía era hermoso. Poco a poco, su pene invadía mi conducto anal, así hasta entregármelo todo. Ay por dios era hermoso tenerlo todo dentro de mí.

A pedido mío y mientras dejaba quieto su pene dentro de mí, sus manos acariciaron y jugaron un poco con mi húmeda vagina, luego de unos instantes volvió a sujetarme por las caderas y empezó a recorrer y taladrar mi ano

L- Es hermoso tenerte así, es hermoso ser el dueño de una cola muy deseada por todos mis amigos

C- Que se queden con las ganas, mi cola solo es tuya…

Su penetración me estaba llevando al mayor de los goces, podía sentir su pene invadiendo todo mi conducto, haciéndome sentir plena, sus recorridas se hicieron cada vez más aceleradas, el gemía sus manos aferraban más fuertes mis caderas y entonces dijo:

L- No puedo más te voy a acabar

C- Hacelo quiero sentir tu semen recorriendo, e invadiendo mi cuerpo

Eso fue como una orden al mismo tiempo nuestros cuerpo estallaron y su cálido semen comenzó a recorrer mi conducto anal.

Era hermoso Leo se convirtió en un amante perfecto, cada día lo deseaba más, pero ese iba a ser nuestro último día y ya comenzaba a amanecer, pero quedaba un par de horas, lo suficiente para tener otro encuentre vaginal y otra entrega bucal de su semen en mi boca

Luego cuando llegó Sabrina charlé con ella por supuesto no le dije de lo nuestro, pero si le dije que Leo no era gay y que antes de irse le pidió a Leticia que fuesen novios, así que podía empezar a pensar en ella como nuera porque se amaban mucho.

Al llegar al aeropuerto aproveche a tener unos minutos a solas con Leo para despedirnos como lo que éramos, amantes deseosos y con promesas de que nunca nos olvidaríamos de esos días de intenso placer

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