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Trío con mi mujer y su amiga (III)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Nos quedamos dormidos los tres juntos y totalmente desnudos, al despertar eran ya cerca del mediodía, entre mi mujer prepararon la comida y después de comer dormimos la siesta en los sofás del salón durante un rato.

Estuvimos todo el día desnudos en la casa sin la única connotación erótica que algún roce o caricia fugaz entre nosotros. Era media tarde cuando Marta nos comenta que ella tiene que ir a comprar varias cosas, quedándonos Sara y yo solos en la casa por un par de horas, aprovechando para comentar y hablar de lo ocurrido. Todo lo ocurrido me estaba gustando pero esto no quería que afectara a nuestra relación diaria, lo más importante era el amor que sentía por mi mujer.

Yo: cariño estas disfrutando?

Sara: SI, todo lo que hagamos juntos me gusta.

Yo: tienes algún secreto más que contarme? Has tenido más relaciones lésbicas en tu juventud?

Sara: No, la que escuchaste fue la primera y la última, aunque muchas veces he soñado con repetirlas.

Yo: Y otro tipo de tríos?

Sara: No, aunque una vez de joven, antes de conocerte estove apunto de realizar un trio con dos muchachos que conocí en la discoteca, pero a última hora me arrepentí.

Yo: no te preocupes si sale todo bien y los tres estamos a gusto y de acuerdo, esta noche puedes llegar a sentir lo más parecido al estar con dos hombres.

Sara: ufff, te temo.

Marta llegó cerca de la horade cenar, cenamos y nos pusimos en la cama de matrimonio a ver una película porno, nos empecemos a calentar, mi polla estaba ya dura como una piedra, mi mujer tenía la mano entre sus piernas, separaba sus labios dejando ver su humedad y un clítoris bastante prominente, se acariciaba despacio y suavemente, marta a su vez con las yemas de sus dedos se acariciaba el contorno de sus pechos hasta llegar a sus pezones y apretarlos suavemente con sus dedos.

La película continuaba y llegó a una escena en la que una mujer disfrutaba de una doble penetración, mientras la mujer cabalgaba a un negro que estaba boca arriba el otro le perforaba el culo.

Esa escena nos puso a mil, ya que ese era mi sueño, perforar un culo, mi mujer siempre me había negado ese agujero, pero yo no dejaba de insistir que me lo entregara. Ahora podía intentarlo con nuestra amiga, comenzamos ya a acariciarnos y a jugar entre nosotros, los besos y lamidas eran ya incesantes, momento que aproveché para sacar los dos juguetes que compre en el sex-shop.

Al verlo ellas comenzaron a reír y a decir que era un sádico salido. Cogí a mi mujer y tras colocarle el arnés con la polla de plástico la tumbe boca arriba, a marta le dije que se subiera en lo alto de Sara y se penetrara su coño con el pollon de goma, así lo hicieron, era morboso verlas a las dos follando, ahora tocaba la segunda parte, le puse mi polla cerca de las bocas de las dos y comenzaron a comérsela alternativamente y a lamerla, cuando ya la tenía choreando de saliva, me coloqué detrás de marta, la empuje para adelante para que besara a mi mujer, la cual estaba haciendo movimientos con su pelvis para penetrar lo más profundamente a Marta y le acariciaba sus tenas y de vez en cuando se las comía, yo acerque lentamente la cabeza de mi polla al ano de Marta, con el temor que no me dejara al igual que mi mujer, pero no fue así, al notar en contacto giró la cabeza y me miró con una picara sonrisa, eso era la aprobación que estaba esperando y suavemente pero constante le fui metiendo mi miembro en el interior de sus entrañas, se notaba que no era la primera vez que había sido ese agujero ocupado, pero de todas formas estaba disfrutando muchísimo, entre entera fácilmente, y comencé a acompasar mis acometidas con las de Sara. Marta estaba con la piel de gallina, el sudor le recorría la espalda y sus gemidos solo eran ahogados por la boca y lengua de su amiga. empecé a aumentar la velocidad y fuerza de perforación le azotaba el culo poniéndoselo colorado y dejándole las marcas de mis manos y, ella nos suplicaba con gritos que le rompiéramos tanto yo como Sara el coño y el culo, que le diéramos más fuerte que estaba a punto de reventar, y así fue se tensó y grito y jadeo como nunca había escuchado a ninguna mujer y posteriormente se desplomo en la cama rendida y jadeante, lo único que salía de su boca es que era el orgasmo más intenso y más largo que había sentido en su vida.

La dejamos descansar y mi mujer y yo seguimos jugando, metí mi cabeza entre sus piernas y comencé a besarle las ingles para poco a poco ir comiéndole sus labios mayores y luego ir metiendo mi lengua en su interior, pero mi mujer estaba ardiendo y ya no quería juegos preliminares, quería ser follada, cogí la polla de goma doble y tras dársela para que la chupara y humedeciera sus dos extremos le metí uno en su coño y llame a Marta para que sometiera el otro, una vez que estaban las dos follandose al unísono, las ayude a girarse quedándose Marta abajo y mi mujer arriba, después sin dejar de acariciarlas y tocar todo lo que podía, me acerque al oído de mi mujer y le susurré si se atrevía a sentir lo que minutos antes había sentido marta, solo asintió afirmativamente con la cabeza y me dijo que con cuidado.

Me coloque detrás de Sara y tras abrirle las nalgas le puse un poco de aceite corporal en la entrada de su ano y luego unte mi miembro con el mimo producto, por fin iba a cumplir mi sueño de desvirgarle el culo, ellas seguían cabalgándose y estaban ya gozando como locas, en ese momento acerque mi polla a la entrada soñada o de forma decidida metí mi capullo, Sara se paró en seco y note como cogía grandes bocanadas de aire para poder relajarse y soportar el dolor, poco a poco le fui metiendo mi polla entera parando de vez en cuando para que ese orificio se fuera acostumbrando a la intrusión, hubo un momento en que mi mujer me dijo que se la sacara que aunque le gustaba también le estaba doliendo mucho, pare y le da tiempo a que su ano se dilatara un poco más y marta la beso tiernamente y aumento el vaivén de sus caderas para que así se olvidara de su culo, pareció funcionar y comencé yo también con un suave mete saca, a los dos minutos ya estaba todo mi rabo dentro y el ritmo era acompasado al de ellas, por fin ese año había sido mío y por ese motivo estaba a punto de vaciar mi leche en su interior, mi mujer comenzó a chillar y a insultarnos a los dos, le temblaba todo el cuerpo su brillaba en su piel, marta anunció que estaba llegando también y yo ya no aguante más y revente en su interior dejándole las entrañas llenas de leche, no me acuerdo de ninguna corrida en la que hubiera soltado tan cantidad de leche, seguí con varias penetraciones más hasta que mis dos acompañantes llegaron a la vez aun buen orgasmo para marta ya que era el segundo, y el orgasmo de su vida según ella para mi mujer la cual se quedó varios minutos transpuesta y con pequeños temblores, lo ojos llorosos y su entrepierna como si se hubiera orinado en lo alto.

Por esa noche estaba ya bien, por mi parte no quería que el nivel de excitación bajara por el exceso de encuentros y por la monotonía, esa noche ya solo quedaba descansar y el día siguiente ya se vería como transcurría.

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