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Trío con mi mujer y su amiga (Segunda Parte)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de nuestro primer encuentro los tres seguíamos excitados, pero yo quería que esta excitación fuera mayor y alargar esta situación lo máximo posible.

Los tres nos bañamos en la piscina desnudos como estábamos para refrescarnos, y les comente a las chicas porque ellas dos no se acercaban hasta el hotel de Marta y recogían sus pertenencias para que durante el resto de semana se instalara con nosotros en la casa, ambas aceptaron, pero Sara nos puso la condición de no forzar las situaciones y que dejáramos surgir las cosas.

Ellas se marcharon minutos después, momento que aproveche para ir a comprar tanto comida, bebida, mientras que circulaba en el coche mi imaginación iba funcionando y aprovechando que tenía una hora aproximadamente hasta que mis diosas regresaran, fui a buscar un sex-shop para intentar realizar esas fantasías que a todo hombre se nos pasan por la cabeza. encontré un sex-shop cerca y compre un pene vibrador de unos 18cm con arnés, otro de doble cabeza y un par de balas vibradoras con mando a distancia, después compre en un supermercado comida y gran cantidad de alcohol y regrese al chalet.

A los pocos minutos de llegar al chalet aparecieron ellas, estaban contentas y se les notaba bastante complicidad, les propuse arreglarnos para salir a cenar y tomar algo en algún local de moda y aceptaron. Yo estaba ya arreglado cuando ellas bajaron por las escaleras vestidas de forma explosiva, mi mujer con unos pantalones de cuero que le quedaban como una segunda piel y le resaltaba su precioso culo y una camisa de gasa negra transparente en la parte de arriba que dejaba ver un sujetador negro de encaje y Marta con una minifalda cortísima u un top ajustado y muy escotado que mostraba la gran parte de sus enormes pechos. Las piropee y ambas me lo agradecieron con un pico en mis labios.

Cenamos en un pequeño restaurante en el paseo marítimo, siendo ellas el objeto de todas las miradas masculinas y yo la envidia de todos ellos, al acabar de cenar buscamos un local de moda, entramos en el mismo y nos acoplamos en una mesa en un rincón cerca de la zona de baile.

Comenzamos a consumir la primera copa, cuando las chicas se levantan y me dicen que van al aseo, les digo que se esperen que tengo algo para ellas y de forma disimulada les pongo a cada una en sus manos las balas vibradoras que había comprado.

Sara: que es esto?

Yo: un juguete para subir la temperatura, vosotros decidir si las utilizáis o no.

Marta: yo tengo una parecida, puede ser divertido, vamos al aseo Sara.

Se marcharon y tardaron unos 5 minutos en regresar a la mesa, las dos venían acaloradas y con las mejillas coloradas, Marta se fue hacía la barra para pedir una nueva ronda de consumiciones y yo me quede hablando con mi mujer.

Yo: que ha pasado en el aseo?, si quieres que esto funciono y disfrutemos todos no tenemos que tener secretos y debemos tener confianza.

Sara: al llegar al aseo ha sido marta la que me ha introducido la bala en mi vagina después de haberme acariciado la misma durante unos segundos para humedecerla y que entrara mejor.

Yo: y la de ella?

Sara: no ha hecho falta ni tocarla estaba empapada y me he dado cuenta que no llevaba puesta ropa interior, le ha entrado fácilmente.

Al regresar Marta se sentó a mi lado al lado contrario que el mi mujer, le dije que salieran a bailar y así lo hicieron. Bailaron de una forma sexy pero sin llamar mucho la atención, en ese momento le da al botón para activar ambos vibradores, en ese momento las dos me miraron con cara de sorpresa, lo deje sobre un minuto encendido y le subí en poco la velocidad para después apagarlo. Ellas dejaron de bailar y se volvieron a sentar.

Marta: estas siendo malo, está muy rico pero me ha sabido a poco.

Sara: me has puesto chorreando y ha calentado muchísimo.

Yo: ya se nota que estáis calientes.

Les dije esto dirigiendo mi mirada a los pechos de las dos, en ese momento ellas se dieron cuenta de cómo se marcaban sus pezones en la ropa, sobre todo los de Marta.

La noche continuo en esa dinámica entre copas y de vez en cuando, en el momento que menos lo esperaban les encendía el vibrador, también por mi parte cuando estábamos sentados dirigía mis manos al cuerpo de mis acompañantes, a Sara por encima del pantalón y a marta metiendo la mano por debajo de la falda acariciándole los muslos y subiendo hasta su coño, estaba encharcado.

Sobre las 4 de la mañana estamos los tres algo contentos por el alcohol, sin llegar a estar borrachos y muy calientes. Nos fuimos a la casa y nada más entras subimos corriendo al dormitorio, ellas nada más llegar se comenzaron a besar y entrelazar sus lenguas mientras yo me iba desnudando. Ellas se desnudaron mutuamente sin dejar de acariciarse. Al tumbarse en la cama una a cada lado mío, de forma suave tire de las cuerdecitas que asomaban de sus vaginas para sacarles del interior las balas, salieron las mismas acompañadas de gran cantidad de fluido.

Mi mujer se bajó hacia mi pene y con su lengua lamio desde mis huevos subiendo por el tronco y deteniéndose en mi capullo, yo aprovechaba para amasar con una mano las tetas de Marta, comerle los pezones y con la otra mano castigar su clítoris.

El olor a sexo aumentaba por momentos en la estancia, como también los jadeos, en ese instante se sube mi mujer en lo alto mía introduciéndose mmi polla en su coño cabalgándome y marta se sienta sobre mi boca restregándome so coño abierto y húmedo no dejándome casi respirar, mientras ambas se besaban, se comían las tetas y se acariciaban.

La primera en tener un orgasmo fue Sara, quedándose tumbada boca arriba rendida, ahora era Marta casi al límite del orgasmo la que quería mi polla en su interior, la puso a cuatro con su cabeza metida entre las piernas de mi mujer y de forma brusca la penetre desde atrás comenzando un mete y saca brusco pero lento y aumentando la velocidad poco a poco lo mismo que ella aumentaba la velocidad de su lengua en el clítoris de mi mujer. Estaba a punto de llegar al orgasmo los tres aumente la velocidad y la fuerza de penetración más todavía y comencé con una mano a azotar el culo de marta y con los dedos de la otra mano untados en sus propios jugos a acariciarle la entrada de su ano, lo que le debió gustar porque se estremeció y segundos después se tensó y soltó unos fuertes gemidos anunciando que se había corrido, soltando gran cantidad de fluido, mi mujer gritaba anunciando también que le llegaba su segundo orgasmo y suplicando a su amiga que no parara, ante esto yo no podía retrasar ya mi propio placer y solté una gran cantidad de leche en el interior de marta, y desplomándome sobre su espalda agotado.

Le pedí a nuestra amiga que limpiara mi pene con su lengua y a mi mujer que extrajera mi leche del interior del coño de su amiga, y así estábamos cuando Marta se volvió a correr gracias al trabajo de la lengua y boca de Sara, ya estaban empatadas a número de orgasmos, solo faltaba yo, pero Marta no tardo en conseguirlo con un gran trabajo con su boca, me corrí en su interior y no dejó escapar ni una sola gota. Los tres estábamos rendidos y en pocos minutos nos quedamos dormidos.

Si les ha gustado escribiré la tercera y última parte donde entraran en juego el reto de juguetes que compré.

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