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Una experiencia abstracta
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hice la misma rutina nocturna: me había relajado en el yacusi tomándome un whisky y me di una ducha rápida para quitarme el cloro de la pileta, me sequé y me fui directo a la cama y esa noche me quedé totalmente desnudo, ni siquiera me cubrí con alguna sabana. Oí como la puerta se abrió, pues nunca le echo llave pues literalmente solamente vivo yo, pues mi hermana vive en el sótano y regularmente se mantiene ahí cuando no está trabajando.

Imaginé que al verme desnudo la puerta se volvería a cerrar, pero para mi sorpresa siento las manos de mi hermana Kashira masajeando mis glúteos y siento su respiración por sobre el cuello y siento ese morbo prohibido e imagino a mi hermana besándome el cuello. En segundos sucede, Kashira me ha besado el cuello y siento su lengua deslizarse por sobre mi espalda hasta llegar a mis glúteos. Ahora ella con su mano me ha tomado del falo aun flácido, pero toma volumen cuando mi hermana lo acaricia e imagino que lo desea.

Ella no dice palabra, para que decirlas: ella sabe que esto está prohibido y el silencio es cómplice para traspasar ese estado de culpa, pero que mi hermana y yo deseamos. No es primera vez que me ve desnudo, he sentido esa presencia en algunas ocasiones y ella en más de una ocasión me vio haciéndole el amor a mi esposa, donde imaginé que ella vivía con ese morbo al otro lado de la pared que nos separaba. Ella nos escuchaba cuando llegábamos al orgasmo y como la cama se sacudía en ese terremoto febril de innumerables faenas de sexo que tenía con mi esposa. Es más, siempre nos hacía la broma: Ustedes no dejan dormir.

No me atrevo a voltearme y mirar su dulce rostro. Sé que también esta desnuda, pues he sentido sus pezones erectos debido a la excitación y he sentido su pubis donde apenas lleva una pequeña prenda de vestir. No sé si cree que estoy dormido o bajo la influencia del whisky, pero ella continúa en silencio sintiendo en su mano mi falo que ahora está potente y erecto. Pasa por sobre mí y se va directa a mi verga la cual admira con esos ojos picaros del deseo. Poco a poco se acerca a mi glande y lo besa tiernamente como si de darle besos a un niño se tratara. Yo no la veo, sigo con los ojos cerrados y solo imagino como abre la boca, porque siento mi glande ahora cubierto por su labios. Comienza a mamarme la verga suavemente, mientras con una de sus manos masajea mis huevos y luego minutos después hace lo inverso, me chupa los huevos y me pajea el falo.

Kashira me da una rica mamada y sigo con mis ojos cerrados y apenas los abro para ver ese lindo rostro de mi hermana gozando y saboreando mi verga, como si de una paleta se tratara. De alguna manera se ha removido su pequeña prenda íntima, pues la veo a un lado de la cama y es de un color purpura oscuro. Siempre le gustan esos colores: azul marino, naranja, ocre, verde. Todos con tonos elevados y que le va muy bien con su color de piel, de una tierna tez clara. La he visto en ropa interior y Kashira luce espectacular, ella siempre cuida de su dieta y tiene una disciplina increíble con su rutina de ejercicios.

Le he sorprendido desnuda en algunas ocasiones, y tiene unas nalgas de ensueño y ahora entiendo el porqué le ofrecieron modelar, lo cual nunca hizo, pues tiene títulos universitarios en ingeniería química, aunque hoy se destaca como inversora en bienes y raíces. Es primera vez que le veo su conchita y a la cual no se le mira un vello. Tiene un abdomen sensual y ha abierto sus piernas para pasar sobre mí y de esa manera montarme y como no me quiere dar su rostro, quizá por el sentimiento de culpa o por pena, me monta dejándome ver sus ricas nalgas mientras mi verga se desliza plácidamente en la rica y caliente vagina de mi querida hermana. Yo no he querido reaccionar, pero al ver esos rico y bien cuidado trasero, viendo ese ojete que me hipnotiza cuando Kashira los mueve en un vaivén de sus sensuales caderas, comienzo a pompear su rica conchita. Mi hermana jadea y parece que va a llegar al orgasmo, pero hace una pausa y con la secreción abundante de ambos, se lubrica el culo y me toma la verga y cuidadosamente se lo mete hasta el fondo.

En poco tiempo mis 24 centímetros de mi verga salían y volvían a entrar en ese rico culo de mi hermana y Kashira de nuevo gemía y jadeaba de placer. Sacudía esas nalgas como una batidora y me hermana me anunció cuando se venía y yo aceleré mi taladrar y me vine en el rico culo de mi hermana. Ella solo dijo una corta frase con una voz que denotaba el placer que sentía: “Me hiciste acabar”. Era una sensación diferente, rica, como esas primeras veces que uno se viene cuando se es joven, quizá por esa condición de que es una relación prohibida lo hacía todavía más mayúsculo el morbo. Vi como mi hermana tomo su bikini y se fue para mi baño.

Lo que he relatado con mi hermana fue en realidad un sueño, el cual me hizo conllevar un sentimiento de culpa. Desperté con esa idea interna que aunque no hubiese sido real, quizá mi subconsciente deseaba que aquello pasara. Debo aclarar que Kashira no es mi hermana biológica, ella es mi hermana espiritual, prima hermana de la que fue en vida mi esposa Nadia. Vivo con ella desde que me casé con Nadia a la edad de 19 años, en una boda que ocultamos porque los padres de Nadia no iban a aceptar. Kashira, como fue nuestra cómplice, también ella resulto afectada, pues en ese tiempo ella vivía con sus tíos, pues la guerra en Irán, le había arrebatado a los suyos.

Desde entonces vivimos juntos y desde que murió mi esposa en un accidente automovilístico, que fue para ese tiempo que ella se divorció, y que han sido los únicos dos años que vivimos separados, desde ese tiempo nos hemos llevado como verdaderos hermanos y ella a cuidado de mi hijo, e incluso mi hijo le llama madre a Kashira. Ella nunca tuvo hijos y no sé por qué razón, creo que mi hijo le llena ese vacío, y aunque le he visto salir con algunas parejas, nunca las ha tomado en serio.

Cuando digo que Kashira es hermosa, es porque lo es. Cuando jóvenes para mí fue un debate y me costó decidirme por una de las primas. Nadia, mi esposa me contó recién nos casamos que ambas estaban enamoradas de mí, pues las conozco desde la escuela intermedia y jugaban en rifarme y así decidir quién se quedaría conmigo. Al final fue Nadia, con quien vivimos felices como esposos por 8 años, pero he vivido más tiempo con Kashira y ahora ambos tenemos 50 años y ni ella ni yo, ni borrachos daríamos ese paso.

Admito que es guapa y bella, y al igual que mi hermana biológica a sus edades son mujeres muy bien cuidadas. A ambas he visto desnuda y para ocultar sus pechos y sexo me han tenido que mostrar las nalgas cuando por descuido mío o de ellas las he sorprendido en el baño o cambiándose. Sin embargo al vivir esa experiencia del sueño y sentir que fornico con mi hermana Kashira, me hace sentir sucio, culpable y me aleja de sentir esa atracción, aunque la biología me indica que no es mi hermana.

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