Habian pasado dos días desde el encuentro amoroso de Doña Elvira con su escultural vecina. Dos días que la joven no se mostraba en el jardín tomando sol ni daba otra señal de vida. La casa de su vecina parecía estar sin ocupantes y Doña Elvira llego a pensar que ya no vería más a ese bombón que había tenido la suerte de llevarse a la cama.
Al tercer día, estando Doña Elvira sentada al frente de su casa mientras empezaba a anochecer, un taxi estaciono frente a la casa de su vecina y descendió del mismo la chica que tanto obsesionaba a la madura señora… La chica estaba vestida de forma espectacular, con un corto vestidito negro y zapatos de taco alto y se dirigió a la puerta de su casa con un andar un poco tambaleante. Doña Elvira fue hasta la puerta y le dijo "Nena, estas bien?" Marielena se dio vuelta y con un tono de voz gangoso le dijo "Doña Elvira, me parece que tome un poco de más".
La vieja fue hasta su encuentro y lo primero que percibió fue el aliento un tanto alcohólico de la chica, luego quedo deslumbrada por la belleza de la muchacha que la volvió a excitar acordándose de todo lo que le había hecho un par de días antes. La tomo de la cintura y le dijo "Si estas un poquito mareada dejame llevarte hasta casa hasta que te recuperes un poco". Marielena la miro con picardía y le dijo: "Me va a invitar con una cervecita de nuevo Doña Elvira", "Mejor descansas un poco hasta que se te pase, estuviste tomando mucho? le dijo la caliente mujer pensando en tener de nuevo esa beldad. Deseaba hacerle de todo ahora que la tenía en ese estado y la iba a aprovechar lo más que pudiera. La chica le contesto "Estuve en el cumpleaños de una amiga y me parece que tome un poquito de más" La mano de Doña Elvira se afirmó más en la cintura de la muchacha y la fue llevando hacia su casa, la chica se dejó llevar dócilmente.
Ingresaron a la casa y Doña Elvira no perdió ni un minuto en llevar ese bombón al dormitorio. Sin soltarle la cintura la llevo hasta la cama y le dijo "Nena mejor que descanses un poco, déjame que te saque el vestidito y te tiras un ratito" Marielena le dijo "Si, tengo calor sáqueme el vestido Doña Elvira". Ni corta ni perezosa la excitada vieja le bajo el pequeño cierre del vestido que cayó hasta el suelo dejando a la escultural chica solo con una tanguita blanca y sus tacos altos. Doña Elvira se situó detrás de la muchacha extasiándose con la vista de ese cuerpo, una espalda increíble, unas nalgas duras y unas piernas de diosa y no se pudo aguantar más.
Se pegó al cuerpo de la chica y aferrándola por los brazos empezó a lamerle el cuello y los hombros. Marielena respondía emitiendo pequeños suspiros. Las manos de la vieja se movieron hacia adelante y atraparon los duros melones de la impresionante joven y los aferraron y acariciaron y con sus dedos buscaba los pezones que se ponían duros con todo este manoseo. Así estuvieron unos minutos y de repente la chica le dijo, con su voz gangosa "Doña Elvira puedo pedirle algo?" a lo que la madura mujer, enloquecida de deseo contesto con voz ronca "si mi amor pedime lo que quieras". "Me gusta que me toque las piernas y me las chupe porque tengo mucha sensibilidad en los muslos, me enloquece si me hace eso" "Te hago lo que quieras preciosa" contesto Doña Elvira que además ya tenía pensado chupar y acariciar todo el cuerpo de esa diosa. "Vení nena" y la vieja se sentó en la cama y puso a Marielena de espaldas a ella con la vista de sus nalgas y piernas cerca de su cara.
Empezó a bajarle la tanguita muy despacito y la chica respondía con suspiros por lo que se avecinaba. "Inclínate un poco amor", le pidió la vieja y la chica se inclinó hacia adelante mientras la vieja se extasiaba acariciando esos suaves muslos, los acariciaba por fuera y por dentro y acerco su cara hasta empezar a lamer la delicada piel de la chica, subiendo y bajando los lamidos hasta que se puso a lamerle las nalgas y volvía a bajar por los muslos. Marielena estaba totalmente fuera de sí, le encantaba sentir esas manos acariciándole los muslos sin parar y la lengua subiendo y bajando por sus piernas, sentía que estaba totalmente mojada y al borde de tener un orgasmo…
La vieja también estaba que no aguantaba más y tomando a la chica de la cintura la atrajo hacia la cama y la puso boca arriba, siguió chupándole las piernas pero no pudo más y se dirigió a comer esa mojada concha, lo que hizo con desmesurados chupetones que arrancaron grititos de placer de Marielena, sumando a los lengüetazos, la vieja metía dos dedos dentro da la concha y enloquecía al clítoris de la chica con sus lamidos y llego a meter dos dedos en el culo de la muchacha que gemía de placer y de repente se estremeció en un largo orgasmo. Doña Elvira siguió chupando y chupando hasta que no pudo contenerse más y frotándose contra las piernas de la chica tuvo un monumental orgasmo. Después las dos se quedaron dormidas y al despertar el día siguiente Marielena se vistió apresuradamente y le dijo a Doña Elvira "Voy a tener que decirle a mi tía que me quede en lo de mi amiga, hasta luego Doña Elvira".
Y se fue, dejando satisfecha, por el momento, a Doña Elvira.