back to top
InicioGaysParo nacional (I): Un maduro me levanta

Paro nacional (I): Un maduro me levanta
P

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Chocaron mi auto, lo llevo al chapista y me dice que tardara una semana en devolvérmelo.

No me queda otra que dejárselo, cuanto antes lo arreglen mejor.

Hacía tiempo que no usaba transporte público. Caminar para hacer combinaciones etc.

Totalmente desinformado de la actualidad me voy a trabajar, no viene ningún transporte, se me hace tarde y decido tomar un taxi, casi no había, pero después de varios minutos consigo uno.

El taxista me da las últimas noticias, habla del paro general de trabajadores.

Yo no lo podía creer, tan desinformado de todo que ni me entere del paro. Inmediatamente envío whatsapp a mi trabajo, no puedo aguardar la respuesta, llamo al trabajo entonces. Nadie contesta.

5 minutos después me avisan que estuvieron hablando de que hoy nadie trabajaría por el paro general, que estaba acordado en el grupo de trabajo, yo habiéndolo silenciado harto de sus chistes y videos no le prestaba atención.

Ya estaba en camino, inmediatamente le digo al taxista que pare, no iba a seguir gastando. Me deja cerca de los lagos de Palermo en Buenos Aires.

Allí decido caminar. No pensaba gastar un peso más en el caro taxi.

Era de mañana, en los bosques de Palermo habían muchos caminando, corriendo, haciendo ejercicio.

En mi caminar veo que un auto comienza a aminorar la marcha cerca de mí.

Estoy jodido pensé, me iban a robar por ser rata y no pagar el taxi de vuelta a casa.

Alguien me llama, me chifla, yo me hago el desentendido. Ya cuando es inevitable giro mi cabeza, un señor maduro de unos 55 años es quien va al volante.

Me pregunta que hacía caminando, si es que iba al trabajo, que él podía alcanzarme por esto del paro de transporte.

Le agradecí, le dije que era un colgado y no me di cuenta que tampoco me tocaba trabajar y quede en mitad de camino.

El maduro insistió que me acercaría donde quisiera.

Termine aceptando y me subí a su auto.

Me preguntó cuántos años tenía, le dije que recién cumplía 27, él dijo que parecía mucho más joven, como de 20, Yo delgado, con pelo corto, morocho, vestido con un jean y una chomba.

El maduro vestía un jean claro y una camisa clásica.

Hablamos de todo un poco, de política, del paro de los trabajadores, y cuando íbamos en camino me dice que hoy el tampoco trabajaría, si pudiera tomar algo en mi casa.

Me quede mudo, no iba a invitar a un desconocido, aunque parecía inofensivo a mi casa. Él maduro rápido de reflejos me dijo:

"No hay problema, no vamos a tu casa, vamos a la mía a tomar algo"

Seguía mudo, pero no dije que no, el me preguntó si tomaba tal o cual bebida y me llevo a hablar de lo que tomaríamos en lugar de preguntarme si quería ir a su casa o no.

Llegamos y estaciona en su propio garaje.

Al bajar me hace ir delante de él, hasta la puerta donde el abre y me hace pasar como una dama.

Bebimos los tragos que tenía. Y comenzó a decirme cosas como que, le gusto verme caminar desde atrás.

Que mientras iba por los lagos de Palermo me fue siguiendo despacito con la mirada fija en mi cola. El jean me calzaba muy bien y que quedo hipnotizado.

Me puse nervioso, un frío recorrió mi espalda, nunca un hombre me había halagado y menos por mi parte trasera.

Él me dijo que creyó que era gay, y que estaba de levante en la zona, y que después de haberme hablado se dio cuenta que no. Pero como ya estábamos en plan de charla amistosa se sinceró de sus primeras intenciones.

"Tenes una cola divina pibe" dijo brutalmente el maduro.

"no me dejarías sacarle una foto al menos?" propuso descaradamente

"dale unas fotos y te vas y yo me quedo al menos con ese recuerdo para siempre y me pajeo" siguió en su propuesta.

Me asusté, tenía ganas de salir corriendo. Pero accedí a las fotos con tal de que me deje ir, no vaya a ser que sea un loquito armado y sacado y me haga algo.

Allí mismo en su living, me saque las zapatillas, me desabroche el cinturón y baje el cierre de mi jean, siempre de espaldas al maduro entrecano.

Deje caer mi pantalón hasta el suelo. Él me dijo que me sacará el pantalón de mis tobillos pero que me deje las medias blancas.

Usaba slip, me los baje rápidamente para no demorar más el trámite.

"ufff pendejo que culito tenés" suspiró el maduro.

Comencé a temblar, sentí los primeros clicks de su celular, vi el flash rebotando por todo el ambiente con foco en mi cola.

Mi cola era chiquita, al ser delgado eran unas nalgas pequeñas pero paradas. Lampiño por naturaleza desde atrás se vería como una cola de una quinceañera.

Cuando ya escucho una decena de flashes, decido pedirle que pare que ya era suficiente.

Al girar lo veo a él con mi pantalón y mi slip.

"dejame que te vista así te vas"

Me di la vuelta nuevamente, lo oigo acercarse llega hasta mí, se arrodilla. Su rostro experimentado está a centímetros de mi cola.

Toma un tobillo para que lo levante, pasa el slip, luego el otro tobillo, ya tengo el slip en mis pies.

Muy lentamente sube el slip por mis pantorrillas. Llega hasta mis rodillas, yo ya no quería mirar.

Más lento aun sube el slip por mis muslos. Siento su respiración en mi cola. Sus dedos están a centímetros de las nalgas.

Baja increíblemente más la velocidad de subida de mi slip al llegar a la zona predilecta. Con la excusa de ponerme el slip sus dedos tienen contacto con mis nalgas.

Giro mi cabeza porque la curiosidad me mataba, lo veo a él con la mirada clavada en la raya de mi culo a casi nada de distancia, sentía los aromas de mi culo húmedo indudablemente.

Sus dedos por dentro del slip subiendo a mitad de las nalgas

Cuando termina de subirme el slip, con disimulo se despide de mi cola pasando un dedo por la raya de mi culo, y lo veo llevárselo a la boca.

Eso me perturbo, tome el jean de sus manos, me lo puse rápidamente me calcé como pude y salí corriendo de esa casa.

En la calle corrí varias cuadras sin parar, estaba aturdido por lo que había vivido. Luego de varios minutos me di cuenta que nadie me estaba siguiendo.

Veo un taxi, y sin dudar lo tomo, voy todo el camino pensando en lo que pasó, el taxista charlatán me habla también, no puedo prestarle atención. Al llegar a casa voy directamente a ducharme a sacarme toda esa sensación como de haber sido abusado.

Al salir de la ducha, busco el celular para ver que ocurrió finalmente con el paro y con nosotros.

No lo encuentro por ningún lado, me lo había olvidado en la casa del maduro.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.